₩ Weasley Charles ₩ 031
Gianna dejó caer su gran bolso de piel sobre el sofá mientras se quitaba los tan incomodos zapatos
Había sido un día bastante largo y lo fue aún más al llevar todo el tiempo esos zapatos altos que tanto le incomodaban pero que el protocolo de su trabajo le obligaba a usar. Estaba a punto de recostarse en el sofá cuando escuchó un ruido proveniente del jardín
Los ruidos parecían más gruñidos y quejas que otra cosa. Rodó los ojos fatigada y se acercó hasta el umbral de la puerta corrediza
— ¿Charlie? ¿Estás aquí?
Pero el pelirrojo no le contestó si no que los ruidos se apagaron por un momento en los que Gianna logró ver como la silueta de su prometido se dibujaba detrás de un árbol de higos. Ella se acercó hasta ahí sintiendo como sus pies se relajaban al tocar el pasto recién cortado
Charlie dio un respingo cuando Gianna le tocó el hombro. Se giró hacia ella escondiendo algo demasiado grande cubierto con una sábana detrás de él. La chica levantó una ceja
— Ah, hola cielo. Llegas temprano
— Si, terminé todas las cuentas del banco mágico antes para poder estar contigo— Lo que estaba detrás de Charlie comenzó a moverse permitiéndole saber a Gianna que Charlie estaba escondiendo una jaula— Charlie, ¿Qué es lo que tienes ahí?
— ¿Qué? Pff... No es nada
— ¿Seguro? Porque se está moviendo—La espalda del chico se tensó
— Solo son... uh... gnomos de jardín. Ya sabes cómo son de molestos
—Ya, claro. Y... ¿Necesitaste algo tan grande para atraparlos?
Charlie carraspeó la garganta
— Eran muchos
— ¿Y los cubriste con una sábana?
— Tenían frío
Gianna se cruzó de brazos y Charlie supo que era hora de confesar. Tomó la cobija con ambas manos y la jaló hasta que estuvo en el piso. Los ojos de la chica se abrieron demasiado al ver un pequeño dragón en su jaula dorada. Gianna suspiró
— Charles...
— Antes de que comiences a gritarme, quiero decir que esto era necesario
— Por supuesto que no. Mañana a primera hora devolverás ese dragón de donde sea que lo hayas sacado
Gianna se dio la vuelta y comenzó a caminar dentro de la casa. Charlie la siguió cargando su enorme mascota
— Pero bebé, no podía dejar solo a Norberto. Que a decir verdad debería llamarla Norberta, creo que es mujer porque pude verle su...
— ¡Charles! — Gianna regañó a su prometido y éste bajó la mirada— No puedes ir así como así por la vida recogiendo a cada dragón que te encuentres y traerlo a casa. ¡Al menos deberías dejarlo en el campo donde trabajas!
— Pero Gi Gi no puedo dejar este dragón solo. Le prometí a Hagrid que lo cuidaría
— Pues desprometelo. No quiero otra criatura aquí. Es el cuarto dragón del mes,
Charlie hizo un puchero; frunció los labios e hizo que sus ojos se cristalizaran. Gianna rodó los ojos
'Maldito chantajista'
— Vamos cariño, solo déjame conservar a este. No nos dará problemas
— Eso dijiste del Hocicorto del año pasado y terminó destruyendo la mitad de la casa
— Esta vez no será igual. Este dragón lo ha criado Hagrid, está muy bien educado. Mira— Charlie le acercó una mano a la rejilla de la jaula y el animal intentó mordérsela. Charles miró a Gianna con una sonrisita— Bueno, debe de tener hambre
Gianna exhaló con pesadez
— Mira, sé lo importantes que estas criaturas son para ti pero no podemos tenerlas a todas en casa. ¿Qué ambiente quieres darles a nuestros hijos cuando los tengamos?
— Nuestros hijos adorarán a los dragones. Tal como su padre— dijo e infló el pecho orgulloso
— Si. Y espero que no sean tan idiotas como él
Charlie frunció los labios y se arrodillo frente a ella
— Por favor Gi Gi. Te lo suplico. Haré lo que tú quieras. Limpiaré la casa, haré la comida, dejaré de tapar el inodoro, pero por favor ¡Déjame conservarlo!
Gianna se pasó una mano por el rostro lamentándose de lo que estaba por hacer
— Bien. Correcto. Puedes quedarte con él
— Yeiii
— Pero...
— Ah— se lamentó
— Deberás limpiar todo lo que destruya. Le darás de comer a sus horas y no dejarás por nada del mundo que se acerque a nuestra recamara
— ¡Lo prometo! — Gritó eufórico tomando a la chica por las caderas y dándole vueltas haciendo que riera. La devolvió a tierra firme y le dio un besito en los labios— Eres la mejor mamá dragona de todas
Gianna cerró los ojos por unos segundos
— No vuelvas a llamarme así. Jamás
Charlie rio
— Bueno, tal vez deba llamarte abuela dragona— Gianna frunció el ceño
— ¿Por qué? — Entonces vio a Norberta y notó como llevaba el estómago inflado. Gianna quiso llorar— Maldito seas Charlie Weasley
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