La torre de astronomía era el único lugar donde Raven podía llorar a sus anchas. Era ya muy tarde y sabía que nadie iba a esa hora; por lo que ese se convertió en su lugar especial, por así decirlo.

Le había dolido mucho haber peleado con Severus pues ella lo quería demasiado. Era la persona más cercana a ella y con la que compartía algunos de sus secretos. Hubo un tiempo en el que también lo hizo con Lily, ya que eran amigas, lo seguían siendo, pero ahora la prioridad de Raven era Sev. Debía estar con él para que por una vez en su vida su amigo no se sintiera solo

Sorbió la nariz cuando escuchó pasos cerca de donde estaba. Rodó los ojos cuando se dio cuenta de que era Sirius quién subía por las escaleras y se colocaba a su lado viendo hacia afuera por el hueco de la torre

— Hola

— Lárgate Sirius

— Oye, yo sólo vine para saber como estabas — Sirius trató de colocar una mano sobre su hombro pero ella se apartó en seguida

— Sí, claro. Como sí no te conociera

— Vamos nena. Sólo déjame hacerte sentir mejor

Justo al pie de la escalera se encontraba Severus con un pequeño ramo de flores. Sabía que ella amaba las flores y sería algo bueno pedirle disculpas con un detalle como ese. No sabía de que tipo eran, sólo las hizo aparecer y ya. Nada complicado. Se detuvo de su camino al escuchar que el estúpido Black estaba tratando de cortejarla una vez más. Podía escuchar todo a la perfección y ellos no lo podían ver pues ambos le daban la espalda. Severus sonrió  cuando su amiga bufó cansada

— No me llames «nena». Tú no eres nadie para llamarme así

Sirius hizo una mueca

— ¿Hay alguien en Hogwarts que sí pueda llamarte así?

— Sí

— ¿Quién? — Preguntó con ceño — ¡No! No me digas. Es Quejicus ¿Verdad?

Snape sintió su cara arder. Raven miró a Sirius molesta

— No

— ¿Entonces quién?

— Tú hermano

Sirius se quedó pasmado y a Severus le entraron unas ganas tremendas de reírse en su cara. Él ya era consciente de la relación de su amiga y del más jóven de los Black, y aunque eso no le gustaba, no podía negar que Regulus era un buen prospecto para ella

— ¿Mi hermano Regulus?— Preguntó Sirius consternado. La chica levantó la ceja

— ¿Acaso tienes otro?

—Pero... Pero... ¿Que le ves de bueno a Reg? ¿Que tiene él que no tenga yo?

— Pudor

Entonces Severus soltó la carcajada atrayendo las miradas de los otros dos. Sirius gruñó molesto mientras que Raven  lo observaba sin expresión.

Snape se acercó al animago

— Ya la oíste, no te quiere. Shu — Hizo un ademán con sus manos invitandolo a retirarse. Sirius rodó los ojos y se alejó dando pizotones

Severus se acercó a su amiga colocando el ramo frente a él

— Lo que le dijiste a Black fue muy bueno

— No me hables — dijo resentida y volvió a mirar por el hueco. Snape suspiró

— Mira, te traje flores— Se acercó aún más y le ofreció el ramo — Sé que amas las flores— Severus siguió con el brazo extendido pero Raven no tomaba lo que le ofrecía. Bajó el ramo y la hizo girar sobre sus talones — Lo siento, ¿Está bien? No quise hacerte sentir mal por lo de Lily

Los ojos de la chica parecían querer lanzar chispas

— Maldita sea Severus ¡No hay una sola conversación donde no la involucres!

— Es inevitable. Sabes lo mucho que la amo

— ¡Ella no te amaría incluso sí lo intentara!

Ambos quedaron en silencio por las palabras de ella. Y aunque le hubiera dolido, sabía que era verdad. Lily jamás podría amarlo de la manera en la que él esperaba. Parecía que Snape estaba destinado a no ser amado nunca. Raven se acercó a él

— No quiero lastimarte Sev, pero es la verdad

— Sí — Severus bajó la mirada y jugó con el ramillete de flores— Aunque muy en el fondo... esperaba que eso cambiara. Yo siempre la traté bien, le di todo de mi y después viene ese Potter y me roba toda su atención. No puedo soportar verla cerca de él. No puedo

El pelinegro parecía querer llorar y Raven lo abrazó antes de que eso pasara. Le acarició la espalda y le habló:

— No te atrevas a llorar por eso o yo misma te golpearé para que llores con motivos

Snape rio y le devolvió el abrazo

— En verdad lamento haberte hecho llorar. No quise hacerte sentir como mi segunda opción, eres mi amiga y te aprecio muchísimo — Se separó un poco de ella y le sonrió a medias — Eres una gran amiga y siento como sí fueras mi hermana.

— Yo siento lo mismo Sev

Los dos rieron por lo meloso de la situación. Snape levantó el brazo y le entregó las flores

— Espero que te gusten. No son la gran cosa pero son con mucho cariño

Ella sonrió

— Lo se. Gracias Sev

Él le ofreció la mano y Raven la tomó sonriente

— Yo lamento haberte llamado Quejicus.

— No importa. Cuando tú lo dices se escucha un poco menos patético

— Es un apodo tonto, a decir verdad

— Bueno, no esperes mucho de parte de Potter. Tiene una snitch en lugar de cerebro

Raven rio como nunca antes lo había hecho. Caminó junto a su amigo hacia las escaleras bajando peldaño a peldaño

— Sev — Él la miró — No importa cuantas veces te lastimen. Yo siempre estaré ahí para recoger los pedazos rotos

Severus Snape asintió

— Lo mismo digo