¥ Semana Sad ¥ (7)
₩ Weasley George ₩
Noa tomó la perilla de la puerta temerosa de la posible reacción de George al verla. Y es que en los últimos días el humor de George estaba por los suelos, no quería ver a nadie ni hablar con nadie; lo único que hacía en todo el día era quedarse encerrado en la habitación que antes le había pertenecido también a su fallecido hermano Fred
— Mierda— Susurró la chica cuando escuchó que la puerta rechinaba al momento de abrirla. Intentó hacer el menor ruido posible y colocó la mitad de su cuerpo dentro. La luz de afuera iluminó parte de la recámara. Noa notó como George estaba sentado sobre la cama de Fred a espaldas de la puerta— George...
— Creí haber dicho que quería estar solo
— Lo hiciste, pero tu madre dice que es hora de la cena
— No tengo hambre
— Pero George, has pasado tres días aquí solo. Tienes que bajar a comer algo
Pero él no le contestó. Noa vio como agachó la cabeza y su espalda se encorvó. Ella suspiró lentamente y entró de lleno en la habitación
Encendió la luz de la pieza viendo como el piso estaba atiborrado de papeles rotos y fotografías viejas y otras no tanto. Noa pasó saliva cuando vio una foto algo maltratada donde dos pequeños niños iguales reían a carcajadas. Se sentó a un lado de George quien permaneció sin decir ni una sola palabra
— ¿Quieres que te haga un poco de compañía?
— No
Noa sintió como si solo estuviera ahí estorbándole, y sabía que así era, pero no podía dejar que George se ahogara con su propia tristeza; lo único que estaba haciendo era lastimarse una y otra vez recordando a Fred. Aun con todo eso, Noa tomó su mano
— ¿Prefieres que te cante una canción? Mira que he estado practicando. "A million raindrops..."
— Lo único que quiero es estar solo, ¿Puedes hacer eso? — Le dijo George interrumpiendo la estrofa. Noa frunció los labios
— George, en serio. Tienes que superar esto y salir de aquí
— Es fácil para ti decirlo. Tú no acabas de perder a tu hermano gemelo
— Ya han pasado seis meses
— Se siente como si hubiera sido ayer
No es que a ella no le importara la muerte de Fred, en realidad le había pegado fuerte, pero quiso mantenerse serena para que George no se deprimiera más de lo que ya lo estaba. Lo malo era que George estaba cerrado a querer retomar su vida. Noa no sabía que más hacer para sacarlo de esa cueva
— George, debes pensar que Fred ahora está en un lugar mejor
— ¿Un lugar mejor? — preguntó él molesto— ¿Qué lugar podría ser mejor que al lado de su familia y su hermano gemelo? Tú no sabes nada, Noa. Crees que es muy sencillo porque tu ni siquiera tienes hermanos
La espalda de Noa se tensó por el comentario y se puso de pie colocándose frente a él. Logró ver que entre las manos de George había una foto de él y Fred en Sortilegios Weasley
— ¿Qué piensas hacer con la tienda?
— Voy a cerrarla
Noa abrió los ojos aún mas
— ¿Qué? Debes estar bromeando
— Ya no hay nadie que pueda ayudarme con ella
— Yo puedo hacerlo— le dijo— Podría ayudarte a abrir la tienda y a hacer los balances de la mercancía anual y...
— ¡Basta! — le gritó George levantándose de la cama de un salto— ¿Qué acaso no lo entiendes? ¡No quiero que tú me ayudes! ¡Quiero que Fred lo haga!
— Sólo quiero hacer lo que él hacía...
— ¡No puedes! ¡Tú no eres él!
La habitación quedó en silencio durante un par de minutos en los que ambos se vieron a los ojos. Noa estaba demasiado impresionada como para hacer otro movimiento y George se sentía tan miserable que se había quedado sin habla. Una mejor opción para él fue dejarse caer de nuevo sobre el colchón
— Lo siento
— No importa— Noa se sentó otra vez junto a él mirando hacia el frente. No se atrevía a verlo a los ojos y que le repitiera eso que había dicho antes. Ella escuchó un par de sollozos provenientes del chico pelirrojo y lo atisbó con su vista periférica
— Ahora las noches se sienten diferentes— Comenzó— Cuando estoy en mi cama tratando de dormir, parece como si Fred estuviera aquí, en su cama— George pasó sus manos por las mantas que cubrían el colchón— Pero cuando abro los ojos, él no está
Los ojos de ella se cristalizaron y reprimió un sollozo incitando a que George continuara
— No había una sola noche en la que no platicáramos de nuestras aventuras antes de irnos a dormir. Teníamos planes para ambos— Esta vez Noa si lo miró y se sobresaltó al ver que él también la miraba— Uno de sus hijos llevaría mi nombre— Admitió con la voz quebrada— Y después de un tiempo, nuestros hijos estarían en la tienda cuando él y yo estuviéramos lo demasiado viejos como para dejar de movernos y aun así, le estaríamos gastando bromas a Ron
Ella tomó su mano y George la apretó
— Cuando Fred murió... Fue como si una parte de mi muriera junto a él.
George se detuvo y Noa supo que era el momento de decir algo; carraspeó la garganta y sorbió la nariz
— Entiendo por lo que estás pasando, pero debes dejarlo ir. No puedes aferrarte a algo que te lastima de esta manera
— No puedo— él quiso bajar el rostro pero ella se lo impidió— Ahora solo quiero morir
Noa negó muchas veces sintiéndose rota por lo que dijo. Empezó a llorar al imaginar lo que había pasado si George hubiera muerto en la Batalla
— No digas eso. Sé que parece difícil seguir después de lo que pasó, pero debes hacerlo. Yo también perdí a personas importantes en esa Batalla incluyendo a Fred. Sabes que él era mi cuñado favorito— George sonrió entre lágrimas— No ha habido un día en el que deje de pensar en Fred y en ti como el dúo perfecto. Es por eso que te pido que te levantes y dejes de recordar a tu hermano con tristeza. Deberías recordar todos sus momentos felices
Entonces, George cogió su varita, la colocó en medio de ellos dos y se concentró lo más que pudo
— Expecto Patronum— Pero de su varita solo salieron chispas blancas. George suspiró reanudando su llanto— No hay un solo recuerdo feliz en el que él no esté
Ninguno de los dos dijo nada más. George se derrumbó una vez más en lo que iba del Semestre y ella no lo detuvo.
George dejó caer su cabeza sobre el regazo de su novia y se abrazó a su cintura como un cachorro. Las lágrimas le mojaban el pantalón a Noa y la chica solo se limitaba a acariciarle el cabello. George dejó de llorar un poco para decir:
— Accio felpa
De uno de los estantes un pequeño oso de felpa salió volando hacia las manos de George quien lo abrazo contra su pecho al instante. Noa alcanzó a ver que el nombre de FRED estaba grabado en el pecho del osito. Noa apretó los labios para no llorar, pero se desmoronó cuando George la llamó
— No te vayas, no quiero que tú también me dejes solo. Te lo suplico
— No lo haré. Tranquilo amor— Noa le besó la coronilla y lo meció como a un bebé. George sorbió la nariz
— ¿Ahora si podrías cantarme esa canción? — Pidió como si fuera un niño pequeño
Noa asintió
— A million raindrops, upon your face— George sollozaba mientras ella cantaba. Noa pensó en Fred y supo que, aunque él no estuviera ahí, su esencia se quedaría por siempre. Noa se prometió jamás fallarle a George, porque fallarle a él, sería fallarles a ambos gemelos— Tears disappear, without a trace...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro