¥ Semana Navideña ¥
₩ Weasley Ron ₩
Al llegar al porche todo estaba en un silencio total
Lo único que parecía tener vida eran las pequeñas luces blancas y azules que con anterioridad había colocado Amanda por las vísperas. Ella hizo una mueca cuando la pequeña Rose comenzó a patalear queriendo acercarse a las luces
— Rose, no
La bebé refunfuñó queriendo tomar la serie ente sus manos y Amanda llegó hasta la puerta antes de que eso pasara
— Debes tener hambre— le dijo a lo que la pequeña solo balbuceó. Ella le sonrió y metió la llave para abrir
La casa estaba en una penumbra abrumadora. Normalmente las luces permanecían encendidas cuando ella se iba a casa de su madre y Ron se quedaba en casa. Amanda suspiró
— Bueno Rose, creo que a tu padre se le olvidó pagar el recibo. De nuevo
Supo que no había sido así cuando llevó su mano hacia la pared buscando el interruptor y la sala se iluminó. Aunque no era la misma
— ¿Pero qué demonios?
Rose carcajeó mientras aplaudía y buscaba escaparse de los brazos de su madre para jugar en la nieve que estaba por todos lados. Las paredes estaban escarchadas y del techo caían copos de nieve haciendo que el árbol se tornara blanco; había calcetines rojos por todos lados y un perro enorme con cuernos estaba al fondo del lugar
— ¡Ho! ¡Ho! ¡Ho! ¡Feliz Navidad!
Ron saltó desde las escaleras con un enorme saco marrón colgado a la espalda. Amanda dio un paso atrás antes de que la aplastara. Vio mejor al Weasley y notó que llevaba una gran barba horrenda, un traje rojo con un cinturón en el centro y una barriga enorme. Amanda soltó una carcajada
— ¡Feliz Navidad!
— Ron... Tu... ¡No puedo creerlo! — Habló entre risas— ¿Que se supone que eres?
— ¿No es obvio? ¡Soy Santa Ross!
Ella elevó una ceja
— Querrás decir Santa Claus— Él se encogió de brazos
— Apoco no me parezco a él
— Te pareces más al vago que vive debajo del puente del parque que pide monedas por bailar pole dance
Ron frunció el ceño cuando Amanda comenzó a reir una vez mas
— ¿Por qué haces esto, Ron?
— Bueno, investigué lo que los muggles hacen en Navidad y llegué a esto— le dijo levantando los brazos— Me equivoqué ¿Verdad?
Ella asintió. Ron quiso cargar a Rose pero la bebé empezó a lloriquear
— Vamos, Rosie. Soy yo, papá
— No te querrá con eso puesto
Ron bufó y se sacó la barba que llevaba puesta. Arrugó la frente y miró a Amanda, triste
— Yo solo quería que pasáramos una buena Navidad, pero la he arruinado. Como siempre
— Oh, claro que no mi amor— le dijo acariciándole la mejilla— En realidad aprecio mucho esto, ya sabes, porque tú eres mago y yo... no. Te agradezco el que quieras hacer una Navidad al estilo muggle pero... no se hace así— le dijo risueña provocando la risa de él— Y no es que importe que hagamos esta festividad a la forma muggle o a la forma mágica; lo realmente importante es hacer de este día uno especial para Rose. Es su primera Navidad con nosotros
Ron asintió y acarició la mejilla de Rose quien se había calmado al reconocer a Ron
— Si, es verdad
— Lo es. Ahora— Amanda le pasó a Rose a su padre— ¿Querrías por favor deshacer todo esto?
— Lo haré, pero primero juguemos en la nieve— Amanda lo miró mal en lo que ponía ambas manos en sus caderas. Ron miró a Rose— Será luego, bebé. Mamá se convirtió en el ogro de la Navidad
Ron tomó a su hija con un solo brazo y con el otro manipuló su varita para que todo lo que había hecho en la casa desapareciera a excepción del animalito
— ¿Y ahora que voy a hacer con ese Reno de Santa?
Amanda lo miró mal
— Ronald, ese no es un Reno. Mucho menos de Santa. Es un perro con cuernos de... plástico— le dijo acercándose a él y acariciándole la cabeza. Ron gruñó
— ¿Qué? ¡Pero si ese chico me dijo que lo había traído desde el Polo Norte! ¡Me lo vendió a precio de Reno!
Caminó hasta ahí dejando a Rose junto al perrito. La bebé puso una de sus pequeñas manos sobre el animal y comenzó a acariciarlo. Ron suspiró
— Bueno, creo que podemos conservarlo
Amanda asintió y besó cortamente a Ron
— Gracias por esto, en verdad
Él tomó sus manos y las besó mientras veía como Rose jugaba con los pequeños copos que habían quedado en el piso
— Yo haría cualquier cosa por ustedes
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