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₩ Potter James ₩ 037

Enfermarse a la mitad del ciclo escolar es lo peor de todo lo que puede pasar en ese lapso de tiempo.

Mientras Fiorella caminaba hacia el Gran Comedor, palpaba las paredes intentando tener más apoyo y no colapsar a medio pasillo; los ojos le picaban y la cabeza le dolía muchísimo. Con esfuerzos daba un par de pasos antes de maldecir su mala suerte porque justamente ese día, tenía entrenamiento de Quidditch. El entrenamiento más importante de la temporada según James Potter. La chica llegó hasta el comedor caminando lentamente hacia la mesa de Gryffindor

Cuando Remus Lupin la vio, dejó de comer su avena para prestarle atención a su amiga. Ella se sentó a su lado junto a Sirius y Peter. Remus le tocó amablemente el brazo

— Fiore, ¿Estás bien? — Ella negó y se llevó ambas manos a la cabeza

— Creo que voy a morir

— ¿Podemos hacer algo por ti, encanto? — Preguntó Sirius acercando una mano a su brazo. Ella levantó el rostro y le sonrió sin ganas

Antes de que Fiorella pudiera contestar, Remus levantó la manga de su brazo y lo colocó sobre la frente de ella. Hizo una mueca y le palpó también las mejillas

— Estás ardiendo. Creo que será mejor que te llevemos a la enfermería

— Claro

James entró derrapando al lugar llevando su escoba consigo; empujó a varios estudiantes y llegó junto a sus amigos antes de que pudieran levantarse de la mesa

— Hey chicos, ¿A dónde van?

— A la enfermería— Respondió Peter— Fiorella se siente mal

— ¿Qué? — James se acercó a la chica mientras la veía estupefacto. La tomó por los hombros dejando caer su escoba— No puedes enfermarte ahora. Tenemos entrenamiento. Es el más importante de la temporada; mañana tenemos el partido contra Ravenclaw y no podemos perder

— James, en verdad me siento muy mal. Puedes decirle a Rogers que me cubra

— ¿A Rogers? ¡Jamás! — gritó sacudiéndola un poco— Cariño, eres la mejor cazadora del equipo, perderemos sin ti. No puedes quedarte fuera

— Pero James...

— Nada, nada— le cortó, dándole un ligero beso en los labios— Lo único que necesitas es tomarte un té bien caliente y darte un pequeño respiro. Hazlo y nos vemos en el campo en media hora

James Potter tomó su escoba y salió del comedor sin esperar una respuesta de su novia compungida. Los merodeadores hicieron que la chica se acomodara y descansara un poco en el hombro de Sirius mientras Peter la cubría con su túnica. Remus le dio un pequeño beso en la frente mientras se levantaba

— Iré por tu té

Fiorella asintió sintiéndose un poco mejor estando con sus amigos

A pesar de lo exquisito del té y del amor de sus amigos, Fiorella siguió sintiéndose mal al salir al campo de Quidditch. El viento hacía mover los árboles y los arbustos mientras que comenzaba a llover ligeramente. Cogía su escoba sin ganas arrastrando las barbas por el fango. Llegó a la par de James y éste le sonrió

— Hola bomboncito. Ya te sientes mejor, ¿Verdad?

Fiorella sonrió a medias y negó con lentitud a pesar de que James no logró ver ese gesto. Él la tomó de la mano y la llevó al centro del campo donde todos los miembros del equipo estaban ya preparados. El resto de los merodeadores veían sentados en las gradas por si algo salía mal

— Muy bien todos— Comenzó James— Este es el entrenamiento decisivo. Si nos va bien hoy, podremos ganarles a Ravenclaw mañana y después enfrentarnos a Slytherin. Así que estén atentos y cuiden sus posiciones. Muy bien, se elevarán a las tres. Uno. Dos. ¡Tres!

Montaron sus escobas y así mismo lo hizo Fiorella aunque no tan bien como se esperaba. Voló hasta su posición esperando la señal de James para empezar. Cuando el silbato sonó, avanzó hasta el centro buscando la quaffle y poder pasarla por el aro contrario. Logró ver a la otra cazadora en la parte mas lejana del campo y voló hasta ahí.

De un momento a otro la cabeza comenzó a darle vueltas y la vista se le nubló. Se aferró mas a la base de su escoba, pero aun así perdió el control de ésta elevándose más. Los oídos comenzaron a chirriarle e involuntariamente los ojos se le cerraron. Fue entonces cuando cayó estrepitosamente de la escoba.

Cuando Fiorella despertó se sentía tan desorientada que olvidó por un momento donde se encontraba. Intentó levantarse de donde fuera que estuviese acostada pero un dolor terrible en la cabeza se lo impidió. Volvió a recostarse y al querer mover su mano derecha, no pudo por un gran peso sobre ella. Miró hacia esa dirección y observó que James estaba dormido sobre una silla de madera con su cabeza apoyada en la camilla y su mano fuertemente enlazada con la de ella; sus gafas estaban ligeramente torcidas sobre el puente de su nariz y su cabello estaba enmarañado. Fiorella sonrió

— James— susurró— Oye James. Despierta

— Cinco minutos más, mamá— Fiorella acarició su cabello tratando de levantarlo

— No soy tu madre, pero puedo ser tu mami si quieres—James rio entre sueños hasta que cayó en cuenta que era la voz de su novia. Se levantó rápidamente y la vio ahí, sonriéndole. Él le acarició el rostro sin llegar a lastimarla

— Por San Merlín, mi amor, ¿Estás bien? ¿Te sientes bien? ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? — preguntaba una tras otra. Ella lo detuvo por las mejillas

— Estoy bien, James

— Me has dado un susto de muerte, preciosa. Creí que no volvería a ver tus bellos ojos— James comenzó a lagrimear y juntó su frente con la de ella. Suspiró y le acarició el cabello— Lamento tanto haberte hecho ir al entrenamiento estando enferma. Lo lamento muchísimo bebé

— Está bien, James

— No, no está bien. Te puse en peligro y casi... casi me dejas

— Tranquilo, eso no pasó— James negó y le besó los labios por un par de segundos

— Soy el peor novio del mundo mágico

— No es verdad. Eres un poco tonto, pero nada más— Él rio aunque después el sentimiento de culpa lo volviera a golpear en el rostro

— Poppy dijo que caíste de la escoba por una descompensación. Te lastimaste mucho; has estado dormida durante dos semanas

James retomó su llanto aunque ella le mostró una sonrisa para que no se preocupara mas

— ¿En serio? ¿He estado dos semanas sin clases? Vaya, ese es el sueño de cualquier estudiante

El chico Potter rio y la abrazó fuerte, calmando sus ansias de no haberla sentido durante tanto tiempo

— Te quiero mucho, mucho. Perdóname

— Perdonado. Sólo... no me abraces tan fuerte. Me lastimas

— Oh claro

— Lamento haber arruinado el partido contra Ravenclaw— le dijo. James sorbió la nariz y negó

— Olvídalo, de todas maneras íbamos a perder. Lo único que me importa ahora es que estás bien— Le besó la nariz y se acurrucó a su lado, dándole todo el calor que antes no pudo darle


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