Harry movía los dedos de las manos rápidamente tratando de que no se le congelaran y bueno, también porque se sentía ligeramente nervioso. Blair iba caminando a su lado mientras veía todo lo que se encontraba en Hogsmeade. Habían salido juntos como acordaron y estaban por dirigirse a las Tres Escobas por su cerveza de mantequilla. Aunque a Harry le hubiera gustado tomar un trago de Whisky de Fuego para poder matar los bichos que sentía en el estómago. Un silencio incomodo se estableció entre ellos mientras caminaban

— ¿Sabías que Hogsmeade es el único pueblo íntegramente mágico que queda en Gran Bretaña?— Preguntó la chica. Harry asintió

— Sí. Hermione se encarga de recordárnoslo a Ron y a mí cada vez que venimos

La chica se sonrojó

— Lo siento

— No, está bien. Creo que es lindo

Blair le sonrió mientras seguían caminando. El frío les calaba hasta los huesos y Harry se maldijo por no haber llevado guantes. Apretó las manos sobre su bufanda tratando de que ésta le brindara un poco de calor. Ella lo miró de reojo

— ¿Tienes frío Potter?

— Un poco. Y no me llames Potter, me gusta más cuando me llamas solo Harry— Blair asintió

— Bueno, Harry. No sé si te hayas dado cuenta, pero yo llevo guantes

— ¿Y que con eso?

— Bueno— Blair quitó las manos de Harry de la bufanda y entrelazó una de ellas entre la suya— Podemos compartir el calor del algodón. Claro, si eso no te molesta

— No, no. No. Uh... no— Contestó nervioso. Ella solo rio

Continuaron con la marcha esta vez tomados de la mano ante la mirada de varios Slytherin que andaban por ahí y de uno que otro alumno de las otras casas. Blair siguió caminando como si estuvieran solo ellos dos 

— ¿Cómo es que no te importa que los demás nos vean?

— ¿Por qué? ¿A ti te importa demasiado?

— ¿Qué? No, claro que no. Es solo que... es extraño

— No lo sería si solo finges que no hay nadie alrededor— Ella le guiñó un ojo y Harry sintió sus mejillas arder a pesar de que una ligera capa de nieve las cubría.

— ¿Sabes? Es genial encontrar alguien de la casa de las serpientes que no sea un pichicato de lo peor

La chica rio por el comentario. Harry sonrió

— Lo sé. Pero mi familia me enseñó a no juzgar a las personas por el lugar de donde vienen o el estatus de sangre que tengan

— Tu eres Sangre Limpia, ¿Verdad?

— Sí. Normalmente las familias de magos Sangre Limpia son, como tú dices, pichicatos. No todos son así, claro, pero la mayoría desprecian a los hijos de muggles, Squibs y todos ellos

— Los Weasley no lo hacen— dijo Harry a la defensiva

— Claro que no, es por eso que se les considera Traidores a la sangre

Harry estuvo a punto de replicar, pero ella lo detuvo

— No tengo nada contra los Weasley, de hecho, me caen bastante bien. A pesar de que se dice que Ginny y tu...— Harry se sintió alegre al reconocer una pizca de molestia en su voz— Como sea, el caso es que la mayoría de los magos dirían que mi familia es igual a la de los Weasley

— ¿Cómo? — Preguntó Harry extrañado mientras llegaban a las Tres Escobas. Eligieron una bonita mesa y Harry pidió por ellos. Cuando la camarera dejó los pedidos y se retiró, ambos continuaron con su charla

— Traidores a la sangre, Harry, eso

— Pero... yo jamás he escuchado que te denominen de esa manera en los pasillos como lo hacen con Ron

Blair soltó una risilla cómplice

— Supongo que es por mi padre. Él ocupa un cargo bastante importante en el Ministerio de Magia y bueno, tal vez esa sea la razón por la que no se atreven a llamarme de esa manera— Harry sonrió— Pero eso no quiere decir que no lo piensen constantemente

Harry asintió alegremente mientras tomaba un sorbo de su cerveza de mantequilla. Se sentía en verdad complacido por haberse dado la oportunidad de conocer más a la chica y saber que era demasiado interesante como linda. Harry la miró por un segundo y esta le guiñó un ojo mientras bebía de la cerveza. Harry sonrió devolviéndole el gesto

Todo había sido maravilloso. Al haber terminado sus bebidas ambos permanecieron en el lugar hablando de cosas Random. Coincidieron en varios gustos y a Harry le sorprendió que ella supiera tantas cosas del mundo muggle a pesar de no serlo. Hablaron sobre quien les caía mejor de la casa del otro mientras llegaban al castillo y Harry la acompañaba a la entrada de su sala común

— No lo sé, creo que hay pocos en Slytherin que en verdad me caigan bien

— Vamos, Harry, debe de haber alguien

— Pues... estas tú. ¿Eso cuenta? — Ella negó

— No— Sus labios se curvaron en una sonrisa— ¡Oh ya se! ¡Draco Malfoy!

— Ni en mis mas sádicos sueños—Contestó provocando la risa de ambos

— Bueno, en tu casa hay varios que me caen de pelos. Mira, están: Longbottom, Finnigan, Granger y los gemelos Weasley obviamente. ¿Quién no ama a esos dos?

Harry rio hasta que ella se detuvo pasillos antes de llegar a las mazmorras

— Hasta aquí, Potter. Sabes que no puedes acercarte a mis dominios— dijo haciendo un ademan. Harry levantó una ceja

— ¿Tus dominios? Creí que eran de ese tonto de Malfoy

— Da igual. Me has entendido

Las risas se volvieron a hacer presentes hasta que Harry sintió como los labios de ella se posaban en su mejilla derecha. Blair dejó sus labios en ese lugar más de la cuenta y al separarse le sonrió con sinceridad

— Gracias por lo de hoy, Harry. Me la he pasado de maravilla

Harry se había quedado sin habla, solo atinó a asentir. Blair sonrió

— Hasta luego

— Adiós

Harry miró como ella se daba media vuelta y se perdía entre los pasadizos para llegar a su Sala Común. El chico del rayo llevó una de sus manos a la mejilla besada por la chica mientras sonreía y golpeaba el aire con su puño en señal de victoria