Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

«Merodeadores» (2)


|Black Sirius|


James Potter estaba feliz.

Y no sólo porque después de mucho tiempo por fin había logrado que Lily Evans saliera con él, se casaran e incluso que tuviesen un hijo: el pequeño Harry; sino que desbordaba emoción por ver de nuevo a su hermana menor Catherine.

Habían tenido que separarse a los once años, cuando sus padres decidieron que lo mejor para la pequeña Cat era ir a Beauxbatons y no a Hogwarts. Tanto James como Cat acordaron verse siempre en las vacaciones de navidad, pero de pronto Cat dejó de ir a casa dejando con una gran incógnita a James.

Sus padres habían muerto un par de años atrás y Cat sólo se presentó para el entierro, alegando que tenía que volver cuanto antes a Francia. James, que siempre se caracterizó por ser un hombre curioso, se dio a la tarea de investigar los poderosos motivos que unían a su hermana a la ciudad del amor y su descubrimiento lo dejó helado.

Ahora, no podía estar más emocionado por pasar las navidades con Cat luego de convencerla para que conociera al pequeño Harry. Sus amigos merodeadores estarían también ahí para pasar las festividades juntos y pasar la mañana de navidad como una verdadera familia.

El timbre de la casa de los Potter en el Valle de Godric se escuchó, haciendo que James saltara en su lugar como un niño pequeño. Remus Lupin lo miró extrañado, pues su amigo había comenzado también a aplaudir y a reírse como un loco. Viendo que Lily estaba demasiado ocupada con Harry como para atender la puerta, el licántropo decidió hacerlo por sí mismo

Catherine Delila Potter estaba del otro lado, con un par de maletas a sus costados y una pequeña mochila colgada del hombro. Los ojos de Remus se ensancharon y se detuvo de abrazarla con fuerza al ver lo que estaba posicionado detrás de sus piernas. Cat le sonrió ladinamente a Remus sintiéndose cálida al verlo de nuevo.

Dentro, Peter se encargaba de tranquilizar a James mientras que Sirius intentaba mirar por encima de la figura de Remus, quien acaparaba todo el espacio del lado contrario. Remus le dio el paso y la chica de la que Sirius estuvo prendido durante años entró a la casa.

Su boca se abrió de inmediato al igual que sus ojos. Estaba maravillado de verla de nuevo aun después de aquellos años que ella dejó de visitar a la familia. Sirius sonrió encantadoramente siendo desvanecida sólo al ver a la personita que caminaba torpemente detrás de ella.

El grito agudo de James lo detuvo de hacer miles de preguntas. El animago se detuvo al ver la escena de su mejor amigo abrazando a su hermana y después cargar en sus brazos al niño de dos años y que apenas estaba empezando a caminar y que aun así se negaba a que alguien lo cargara, pues él quería seguir aprendiendo por sí sólo. James tonteó un rato con él hasta que Remus pidió permiso para cargarlo y Cat se lo concedió

Sirius se sentía un poco ofendido pues Cat nunca quiso aceptar salir con él aun cuando había prometido comportarse. Ahora descubría que esa cosita tierna y que reía entre los brazos de Lupin era el motivo por el que ella se negaba a volver ¡Él pudo haber sido el padre de ese niño! Pero el problema estaba en que Cat nunca le dio bola.

Sirius la miró intensamente hasta que ella pudiera sentir la pesadez sobre sus hombros. Le devolvió la mirada por un segundo notando la manera en la que el animago había cambiado. Sus mejillas se coloretearon e intentó seguir poniéndole atención al pequeño que se aferraba al pecho del licántropo

Un grito de Lily llamó la atención de todos

—Oh, por dios ¡Hola! —dijo, acercándose con su hijo en brazos. Saludó a Cat con un besito en la mejilla mientras reía—Por fin has llegado ¡Oh! Este debe ser Steven—añadió, acercándose al niño en brazos de Remus. Lily le acarició la mejilla—James no ha parado de hablarme de él

—Lo es. Y este de aquí debe ser el pequeño Harry—Lily asintió, acercándole más a Harry para que lo viera y le diera un besito en la mejilla. El bebé se quejó, pero no lloró. Cat sonrió

—Es hermoso, Lily. Y su nombre... me encanta

— ¿No es genial? —Preguntó James— ¡Pasaremos navidad todos juntos! No puedo esperar a mañana para abrir los regalos

—Tranquilízate, amigo—le pidió Remus, bajando a Steven de sus brazos—Asustarás a los niños

James rodó los ojos e inmediatamente cogió a Steven en brazos llevándolo hacia el jardín junto a Peter. Lily se dirigió escaleras arriba cuando Harry comenzó a quejarse y Remus comenzó a desaparecer con lentitud queriendo dejar a Sirius y Cat solos. Ella hizo una mueca de incomodidad conforme Sirius se acercaba

—Hey

—Hey, tu

— ¿Cómo estás? Ha... pasado tanto tiempo

—Lo sé—respondió Sirius frotándose la nuca, nervioso—Uh... así que el pequeño Steven era la razón por la que no volvías, ¿Verdad?

—Sirius...

—Sólo quiero saberlo, Cat. No voy a juzgarte ni nada

Ella no pudo pensarlo mucho antes de responder:

—Sí, mi hijo era la razón para quedarme en Francia

Sirius asintió, sin querer preguntarle nada más. Era extraño para ambos y la tensión se podía sentir en el aire. Fuera, las risas de Steven se hicieron presentes junto a las de James y Peter

Sirius decidió que no podía quedarse más tiempo callado

— ¿Sabes? Después de tantos años sigo un poco resentido porque nunca aceptaste salir conmigo

Cat soltó una carcajada

—Ya te lo había dicho, no eres mi tipo

Sirius sonrió con ironía

—Cariño, yo soy el tipo de todas

—Y es justo por eso que no acepté salir contigo, Black

—Aw, ¿Qué? Si soy encantador

—Ya, seguro que si

Se detuvieron por un segundo, observándose fijamente. Era curioso cómo aun con el paso del tiempo ambos podían sentir todavía esa rara conexión que los unía a pesar de que Cat se negara a admitirlo. Sirius quería hacer miles de preguntas e inclusive preguntar por el padre de Steven, pero se contuvo porque lo menos que quería era hacerla sentir incómoda.

En el jardín, las risillas se apagaron y minutos después Sirius sintió como unas pequeñas manos se aferraban a su pantalón. Miró hacia abajo, encontrándose con el bebé Steven sonriéndole. Sirius lo tomó en brazos, devolviéndole la sonrisa aun mas amplia

— ¿Qué sucede, amigo? —Steven no le contestó, sino que le hizo señas para que saliera al jardín y jugara con ellos. Sirius lo entendió al vuelo y se limitó a reír— ¿Quieres jugar? Vamos, entonces

—Sirius, no creo que...

Pero era tarde para detenerlo, Sirius tomó a Steve por los antebrazos, haciendo que el bebé se sentara en su nuca mientras él lo sostenía con fuerza para que no callera. Steven reía maravillado cuando Sirius comenzó a dar saltitos haciéndolo saltar a él también. Cat suspiró y James, que había llegado a su lado, le sonrió con picardía

—Entonces... ¿Estás segura que no quieres darle una oportunidad a Sirius?

Cat lo miró mal

—Cierra la boca, Potter


Siendo ya de noche, todos habían cenado hasta saciarse; tomaron vino como nunca antes –entregándole una cajita de jugo de uva a Steven- y contaron chistes tan malos que daba pena recordarlos. El bebé Steven había caído rendido en los brazos de su madre luego de un intenso juego de escondidillas con su tío James y sus amigos. Cat lo llevó escaleras arriba donde James le concedió su propia habitación a su sobrino y otra para su hermana al final del pasillo. Luego de que lo dejara acostado en su cuna y pulcramente arropado, Cat bajó a la estancia y tomó asiento frente a Sirius, quien cargaba a un recién dormido Harry

—Has conseguido que se duerma—Observó Cat. Sirius elevó una ceja

—Obvio que lo hice, soy un master con los bebés. Ellos me adoran

—Seguro que si

Sirius le echó una miradita a Cat y luego a Harry. Curveó más su ceja y levantó un poco al bebé

— ¿Ves a esa mujer de ahí, ahijado? Bueno, ella es tu tía Cat y es la mujer más malvada del mundo porque no quiso salir conmigo antes, ¿Te imaginas? Ha despreciado a tu padrino

Ella lo miró mal

—No eres mi tipo, Sirius

—Ni iris mi tipi, Sirius. No la escuches, Harry bebé—le susurró, dejando un besito en su frente—Es una envidiosa

Cat sacudió la cabeza, notando que no había nadie en la estancia más que ellos dos. Bueno, tres con Harry

— ¿Dónde están los demás?

—Uh... Peter ha salido a traer más vino, Remus está en la cocina lavando los platos y creo que James y Lily han ido al jardín a besuquearse bajo un muérdago o algo así

—Oh

—Si— Con una de sus manos extrajo un pequeño muérdago de su chaqueta, poniéndolo entre él y Cat— ¡Oh! ¡Mira, un muérdago! Qué casualidad

—No voy a besarte, Black

— ¿Por qué? ¡Es la tradición!

—Sirius, ya te lo dije, no eres mi tipo—le repitió. Sirius bufó, molesto

— ¿Y cuál es tu tipo, entonces? ¿Los que embarazan a las mujeres y las dejan botadas?

Sirius volvió su vista hacia Harry perdiéndose así la manera en la que Cat se levantó de un salto y se cruzó de brazos frente a él. Fue entonces que repasó sus palabras

—Catherine...

—Eres un bastardo, Sirius Black. Tú no tienes derecho a juzgarme de esa manera. No sabes nada de mí ni de mi hijo

—Lo sé— dijo, levantándose lentamente para no molestar el sueño de Harry—Yo no quise decir eso, Cat. Sólo...

—No te creo nada, Black. Déjame en paz, ¿Quieres?

—Cat...

— ¡Déjame en paz!

Catherine Potter corrió escaleras arriba, encerrándose de golpe en su habitación. Sirius hizo un mohín con los labios al ver como Harry se sobresaltaba en sueños. Él le besó la frente y le aseguró que todo estaba bien

—La he cagado feo, ¿no es así, ahijado?

Él le respondería que sí si pudiera 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro