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₩ Malfoy Draco ₩ 042

— ¡Suéltame papá!

— Vamos, camina más rápido Ester

Snape jalaba a la chica a través de la mansión Malfoy, sus túnicas rozaban el piso mientras ambos avanzaban a paso rápido por los pasillos. Ester zafó su muñeca, deteniéndose de su marcha

— Basta. No quiero hacer esto, papá. No quiero ser uno de ellos

— No tienes opción, y no quiero que pienses siquiera en llorar — le dijo al ver como sus ojos comenzaban a empañarse

— ¡Pero es horrible lo que él hace!

— Baja la voz — la reprendió, poniéndole la mano en la boca. Ester se apartó

— No quiero, no lo voy a hacer

— Ya es tarde. Eso hubieras pensado al aceptar tener la marca tenebrosa

— ¡Tú me hiciste aceptarla! — gritó indignada

— Fue lo mejor, Ester. Ahora, andando

— Pero...

Severus la cogió de la muñeca y la hizo caminar de nuevo. Ella no quería estar presente en la reunión por el simple hecho de que no le apetecía ver como Voldemort hacía planes en contra de Harry Potter. Y aunque se negara las veces que fueran, sabía que su padre siempre la arrastraría consigo en cualquier cosa

Se limpió los ojos antes de entrar a la sala donde todos estaban sentados esperándolos

Vio alrededor y ahogó un grito cuando vio a su antigua maestra de Estudios Muggles flotando sobre la gran mesa. Severus le apretó la mano para que no se le ocurriera decir algo fuera de lugar

— Severus — dijo Voldemort, provocándole un espasmo a Ester — Empezaba a temer que te hubieras extraviado. Oh, pero ¿que tenemos aquí? La bella Ester — dijo, sonriéndole — Vengan, les hemos reservado un lugar, justo a mi lado

Ester quiso llorar cuando su padre la hizo sentarse inmediato al hombre más asqueroso que había visto en su vida. Exhaló con pesadez y vio a Draco Malfoy en el otro extremo de la mesa. Él le sonrío de lado para que no tuviera miedo

— Tienes noticias, supongo

— Sucederá el próximo sábado — Habló Severus, apretando la mano de Ester por debajo de la mesa — Trasladarán a Potter al anochecer

— Yo he escuchado otra versión, mi señor — dijo otro mortífago — A Dawlish, el auror, se le escapó decir que el niño Potter no será mudado hasta el treinta de este mes. Un día antes de que cumpla diecisiete

— Esa pista no es cierta — respondió Severus sin inmutarse — La oficina de Aurores ya no participa en la protección de Harry Potter. Sus allegados creen que nos hemos infiltrado en el ministerio

— Bien, en eso tienen razón — dice otro de ellos con lo que los demás comienzan a reír

— ¿A dónde llevarán al muchacho? — preguntó Voldemort. Severus le hizo una seña a Ester para que hablara, pero no lo hizo. Bajó el rostro suplicando que el momento terminara cuanto antes — Vamos pequeña Ester, no temas. Dímelo

— A una ca-casa de seguridad — respondió muy bajo. Buscó a Draco con la mirada notando como apretaba los labios y le devolvía la mirada — Probablemente a la de algún miembro de la Orden. Le-le han dado toda forma de protección posible

— Debo matar a Harry Potter — dijo para sí mismo — Pero, se presentó una desafortunada complicación. Mi varita y la de Potter tienen el mismo núcleo. Son, en muchas maneras, gemelas. Podemos herirnos, pero no podemos matarnos entre nosotros

>> Si he de matarlo, debo hacerlo con la varita de otro. A ver, de seguro alguien querrá el honor ¿Huh? ¿Te gustaría ser tú, Lucius? — canturreó, en lo que se pasaba por los lugares de los mortífagos

— Mi señor

— Mi señor... — repitió con burla. Ester se encogió en su asiento cuando la serpiente se paseó entre sus pies — Necesito tu varita, Lucius

Lucius Malfoy se la entregó, titubeante

— Detecto acaso... ¿Olmo?

— Si mi señor — respondió con la voz en un hilo

— Oh Y... ¿El núcleo?

— Lienzo de Dragón

— ¿Lienzo de Dragón? Interesante

Él rió, mofándose del miedo que Lucius estaba sientiendo. Ester suspiró cuando Lord Voldemort meneó la varita en el aire

— Para quienes no la conocen, hoy nos acompaña la profesora que hasta hace poco enseñaba en la escuela de magia y hechicería de Hogwarts. Su especialidad, Ciencias Muggles. Ella cree que los muggles no son tan diferentes a nosotros, sino que deberíamos procrear con ellos. Para ella la mezcla de sangres no es una abominación si no algo de alentarse

— Severus... Severus por favor — Suplicó, con las lágrimas brotándole por el rabillo del ojo — Somos amigos... Ester.... Por favor ayúdame Ester...

— ¡Avada Kedavra!

El cuerpo inerte de la profesora cayó sobre la mesa, como si fuese un platillo cualquiera. Ester cerró los ojos antes de largarse a llorar ahí mismo. Su cuerpo comenzó a temblar cuando escuchó la voz del Señor Tenebroso a su lado

— Nagini, tu cena

Y entonces Ester se puso de pie, evitando a toda costa mirar como la asquerosa serpiente engullía el rostro de la profesora

— Lo- lo siento, mi señor

Bajó las escaleras corriendo intentando salir de la casa, sin embargo alguien la detuvo por el brazo, atrayéndola a su pecho mientras Ester lloraba aterrada

— Está bien, ya pasó

— ¿Bromeas? ¡Esto apenas está comenzando! No quiero seguir haciendo esto ¡No quiero!

— No lo harás, Ester

— Vámonos, por favor — le suplicó, cogiendo sus manos — ¿Recuerdas que me prometiste que nos fugaríamos en cuanto tuviéramos una oportunidad? Ahora la tenemos, Draco

— No puedo, Ester — dijo, bajando el rostro — Mis padres...

— Yo también dejaré a mi padre. Hagámoslo, no puedo quedarme aquí ni un segundo mas

— No lo entiendes

— ¿Entender qué? — preguntó encolerizada — ¡Acabamos de ver cómo ha asesinado a una persona inocente! ¿Qué es lo que debo entender? ¡Esto es una abominación!

Hizo que se callara con un beso pues de seguir así, alguien terminaría escuchándolos. La tomó por las caderas apegándola mas contra sí y caminando hacia una habitación más alejada de ese lugar

— Nos iremos — le dijo cuando se separaron — Pero no ahora

— Draco...

— Sé que te lo prometí, pero no puedo dejar a mi madre sola. La guerra está por darse y no quiero perderla

— Tampoco quiero eso, pero si no nos vamos ahora todo se complicará

— Lo siento — le acarició la mejilla apenado — Pero no. No me iré

Ester se alejó de él caminando de espaldas

— Bien. Entonces me iré yo

— Ester, no

— Lo haré. No quiero seguir siendo uno de ustedes. Si lo hice antes fue por mi padre, pero ya no más. Se convertirá en el director de Hogwarts, él ya no me necesita

—Ester...

Dio media vuelta y caminó hacia la puerta, se detuvo por un momento por si Draco hacía algo por seguirla, pero eso no pasó. Miró hacia el frente y cruzó la reja. Dejando todo atrás; incluyendo a los dos hombres que más amaba

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