— Vamos, hagámoslo una vez más— La chica se puso delante de él y desenvainó su varita. Neville hizo lo mismo aunque temeroso— A la cuenta de tres ¿De acuerdo? Uno... Dos... ¡Tres!

— ¡Expelliarmonos!

Antes de que Neville pudiera hacer algo para retractarlo, Lina salió volando hacia atrás soltando su varita y cayendo en una gran colchoneta

Habían estado practicando después de la reunión del ED en la Sala de Menesteres y ésta tenía una gran colchoneta anticipando las fallas del chico. Neville se acercó corriendo hacia ella

—¡Lo siento! No se que pasó

— Yo sí — contestó adolorida— dijiste "Expelliarmonos" en lugar de decir "Expelliarmus"

Neville le ofreció una mano y la ayudó a levantarse

— Ya sabía yo que los monos no tenían nada que ver con eso

Lina soltó una risita, caminó hasta donde había caído su varita y la levantó

— Vamos, intentemos de nuevo. Y esta vez trata de dejar a los monos fuera de esto

Neville le sonrió a medias y se dejó caer en una banquilla de madera que había del otro lado de la sala

— Olvídalo. Creo que es mejor dejarlo. Lo he intentado cientos de veces y siempre terminas volando hacia atrás. No quiero seguir intentando y que te lastimes por mi culpa

Lina dio gracias de estar lejos  y que su creciente sonrojo no se notara. Se acercó a él y se sentó a su lado

— No te rindas. A veces las cosas tardan en salir como uno quiere

— Pero es tonto— dijo mientras jugaba torpemente con la varita— Estoy en quinto año y aún no puedo hacerlo, ¿Como se supone que les haré justicia a mis padres sí no puedo con algo tan sencillo?

Ella le dio unas palmaditas en la espalda. Inmediatamente Neville se tensó

— No pienses así que aquí estoy yo para ayudarte

— Pero no quiero que te lastimes

— ¿Que es un poco de dolor comparado con la satisfacción de poder realizar por fin las cosas? — dijo ella sonriente— Se que puedes hacerlo, yo confío en ti. Además, se que con el hecho de intentarlo estás llenando de orgullo a tus padres

Neville levantó la mirada topandose con la de ella. Lina le sonrió tratando de reconfortarlo. Las mejillas de él se tornaron coloradas

— Y no me importa lo que digas, Neville longbottom. Nos quedaremos aquí hasta que te salga bien — Se cruzó de brazos y levantó una ceja— Me da igual sí tengo que quedarme aquí hasta que tenga sesenta años

Neville sonrio mostrando los dientes

— ¿Y sí lo hago bien... uh... tú me darías un premio?

— ¿Un premio? — Él asintió— ¡Ah ya sé! Creo que tengo unas galletitas en mi bolso

Neville rodó los ojos

— No del tipo de premios que se le dan a los perros. Quiero uno especial

— ¿Como que?

—Un beso

Lina lo miró asombrada y levemente sonrojada. Su garganta se había secado de pronto por la sorpresa y sus dedos temblaron. Se pasó la lengua por los labios y se puso de pie

— Muy bien Neville. Sí consigues hacerlo bien, tendrás ese beso

Él también se puso de pie y se aferró a la varita con desición. Lina se separó un poco de él y volvió a desenvainar su varita. A Neville le tembló un poco el brazo; estaba nervioso y no quería arruinarlo porque en verdad ansiaba ese beso. Colocó bien los pies en el suelo y apuntó con la varita

— A la de tres Nev. Uno... Dos... ¡Tres!

— ¡Expelliarmus!

Los ojos de Neville brillaron cuando vio la varita de Lina salir volando y a la chica parada en su mismo lugar sin haberse movido ni un centímetro. Sonrió como nunca antes y levantó los brazos

— ¡Sí! ¡SÍ! ¡Lo hice! ¡Lo hice!

Lina rio mientras veía como Neville ejecutaba un baile de victoria. Sin darle tiempo de pensar, Neville se acercó a ella, la tomó por las caderas y la besó durante un par de minutos. Cuando se separó, su rostro estaba rojo por completo

— Ese fue un buen premio

— Sin duda lo fue

Neville le sonrió para después sacar la fotografía de sus padres del bolsillo de su pantalón. Abrazó a la chica por la cintura para que ambos vieran la foto

— Deben estar orgullosos de mi

— Yo también lo estoy — Lo besó en la mejilla para después fundirse en un cálido abrazo