imagina...

Entraste a la habitación encontrándote con Sirius quien veía el árbol genealógico de su familia con cierta nostalgia

Te recargaste en el umbral de la puerta cruzando los brazos sobre el pecho. Carraspeaste la garganta llamando su atención

—Así que... Extrañas ser parte del árbol, ¿No es así?

Sirius te miró y sonrió de lado

—No, creo que haber desaparecido de este árbol fue lo mejor que pudo haberme pasado en la vida. Sólo... veía el espacio de Regulus 

Le sonreíste con nostalgia. Sabías lo mucho que Sirius extrañaba a su hermano

—Recuerdo al pequeño Reg, era genial hasta que... bueno, ya sabes

—Hasta que se pasó al lado malo, ya, lo entiendo—  Sirius continuó observando la pintura— Mi hermano y yo pudimos ser unos idiotas, pero en cualquier caso nos preocupábamos por el otro, aunque hubiera sido un poco. Me gustaría saber si él se sintió una vez orgulloso de mi

Te acercaste a él y recargaste las manos y el mentón sobre su hombro

—Harry se siente orgulloso de ti ahora

Sirius sonrió tratando de esconder su pequeño sonrojo

—Creo que eso se debe a que lo criaste bien

—Puede que si— Acariciaste su cabello—Y sé que Regulus se sintió orgulloso varias veces. Es lo que los hermanos hacen

—Como lo que tu hiciste por tu hermana Lily, ¿No? Cuidar a Harry cuando ella y James...

—Si. No podía dejar que mi otra hermana Petunia se quedara con él. No es que Petunia fuera mala pero no puedo decir lo mismo de Vernón

Ambos quedaron en silencio un par de minutos hasta que a Sirius se le ocurrió algo mas por decir

— ¿Sabes? Creo que  durante mi estancia en Azkaban aprendí muchas cosas

— ¿Si? ¿Cómo cuales? 

—Como que dejé pasar mucho tiempo antes de invitarte a salir— dijo. Tus mejillas se acaloraron—Sabes que me has gustado desde el cuarto año

—Tu nunca hiciste ningún movimiento

—Puedo hacerlo ahora—  dijo y te tomó la mano— ¿Quieres salir conmigo?

—No podemos salir, Sirius. Si alguien del Ministerio te ve...

—Puedo hacerlo en mi forma de perro

—No besaría a un perro— Ambos rieron y después, Sirius te robó un pequeño beso

—Si... creo que mi hermano puede sentirse orgulloso ahora