Sé que nada que ver el perro en multimedia con Sirius pero ¡Vamos! imagínenselo bailando así y mueran de ternura 😂💕

***

Audrey llegó temprano a casa. Luego del trabajo pasó a una de esas tiendas muggles de mascotas para comprar algo de alimento para el reciente cachorro de su mejor amiga Lily. Llegó a casa, encontrándose a su hermano James sentado en su sofá favorito con un grande y negro perro echado sobre sus pies

Audrey Potter soltó un grito de emoción cuando vio al gran perro. Se dejó caer de rodillas frente a él mientras que el perro sacaba la lengua y meneaba la cola

— ¡Por Merlín, James! Está precioso, ¿Es tuyo?

— Eh... sí. Eso creo — respondió poniéndose de pie y con las mejillas sonrojadas

— No sabía que mis padres nos habían dejado tener un perro

— No nos dejaron. Uh... se irá de aquí en un momento

— ¿Qué? ¿Por qué? — preguntó con una mueca. Le acarició las orejas al perro y éste se echó de espaldas para que lo acariciase — ¡Si está tan bello!

— No lo toques mucho, Audrey

— ¿Por qué?

— Porque... uh... se emociona

— Oh por favor, James

Audrey continuó con sus caricias esta vez tocándole la panza al perro. James se arrodilló a su lado viendo como su perro se regodeaba entre los brazos de su hermana. Frunció el ceño cuando el amiguito peludo comenzó a lamerle la cara a Audrey

— Ya basta, amiguito — dijo entre dientes — Mucho cariño por hoy

Pero el perro siguió lanzándole lamidas a la chica bonita. En una de esas el perro le lengüeteó los labios a la hermana de James, provocando que el de gafas diera un salto

— Basta, basta, perro

— Déjalo James. Es adorable

El canino ladró un par de veces dándole la razón a Audrey. Se echó de panza al piso y comenzó a dar vueltas en el suelo para luego bailar en dos patas haciéndola reír. James bufó

Luego de un rato de juegos por parte del canino de James, éste comenzó a ladrar y a treparse sobre Audrey. James levantó una ceja y jaló al perro del rabo cuando intentó alcanzar el pecho de la chica. Audrey frunció el ceño

— Creo que está muy inquieto — dijo — ¡Oh! Que suerte que acabo de comprar comida para perro. Le hice ese favor a Lily antes de venir a casa

El perro detuvo su remolineo y James sonrió malévolo

— ¡Oh, eso es perfecto, Audrey! Porque mi pequeño amigo tiene hambre, ¿No es así, pequeño Sirius?

— ¿Sirius? — preguntó ella — ¿Por qué le pusiste ese nombre tan feo?

El canino le ladró al escuchar eso provocando la risa de James

— No se me ocurrió otro nombre para este perro pulgoso— El nombrado le mostró los colmillos— Pásame la comida

James tomó la bolsa mientras el perrillo intentaba escapar. El azabache lo tomó del rabo, deteniéndolo así de su huida. Tomó un puñado de alimento y se lo retacó en el hocico

— Come, come, come, come— decía mientras le metía puño tras puño de alimento. Sirius tenía los ojos muy abiertos al estar por vomitar. Audrey se quejó

— ¡Basta, James! ¡Estás lastimándolo!

— No, no, él así funciona, ¿Verdad? Come, come, come

Audrey negó mientras se disponía a caminar hacia la cocina

— ¿Sabes? si piensas conservarlo deberías castrarlo. Ya sabes, para que no deje crías

Los ojos de James centellearon

— Buena idea— Se acercó al oído del perro y susurró: — ¿Con que, aprovechándote de tu forma para toquetear a mi hermana, Huh? Muy inteligente, Black. Muy inteligente, pero ahora va la mía

Sirius aulló