— Vamos, Maddy, solo será un momento

— No, Grant

— ¡Por favor!

— Pero no quiero ayudarte

— ¿Eso quiere decir que sí? ¡Gracias, eres la mejor!

Maddison rodó los ojos y se dejó jalonear por Grant al centro de la sala común de Gryffindor. El chico se quitó la camisa y portando únicamente el pantalón de la escuela, se puso pecho tierra para luego levantarse un poco con la ayuda de sus manos

— Grant, no entiendo que tiene de divertido hacer esto

— Vamos, Maddison. En Durmstrang lo hacemos mucho

— Si, pero aquí estamos en Hogwarts— Grant hizo una mueca

— Para el caso es lo mismo. Venga ya, hazlo

— Está bien

Maddison suspiró ante la insistencia del chico y se sentó sobre su espalda. Ella se sintió avergonzada cuando la mayoría de las chicas Gryffindor se aglomeraron en la sala para ver al chico guapo hacer pushups.

— Muy bien, esto es incómodo

— Dímelo a mí— contestó él haciendo esfuerzo mientras subía y bajaba— Querida, ¿Has pensado en hacer ejercicio?

— ¿Disculpa?

Grant rió aun sin dejar de hacer ejercicio provocando que las chicas murmuraran y suspiraran al ver lo fuerte que era. Maddison solo se quedó ahí, siendo una pesa humana

— No te preocupes, sigues siendo mi favorita

— Lastima que no pueda decir lo mismo de ti

Ambos rieron y a pesar de que el muchacho seguía con sus ejercicios, eso no le impedía sonreírle a la chica sobre él.

Un muy sulfurado Sirius los veía desde la entrada

Había estado buscando a Maddison durante más de media hora. Habían acordado verse en la biblioteca pero ella simplemente nunca llegó a su cita. Sirius estaba sintiéndose decaído últimamente pues hace pocos días había llegado un chico nuevo directo de Durmstrang, la escuela llena de chicos guapos y pretenciosos que a Sirius tanto le asqueaba; y ahora con mas razón pues ese chico nuevo se la pasaba al lado de su novia

Se dijo que la mejor opción era buscarla en la sala común porque para su mala suerte, ese galanucho de cuarta había sido seleccionado en Gryffindor. Corrió hasta la entrada y notó que un creciente alboroto se formaba dentro. Apartó a un par de chicos del umbral y desde esa posición visualizó como ese fantoche se ejercitaba sin camisa y con su novia sobre su espalda muy risueños para su gusto

El joven Black apretó los puños para después salir por la puerta echando espuma por la boca

Después de un par de minutos y del creciente cansancio de Grant, Maddison bajó de su espalda con los aplausos de las chicas de fondo. Ella le pasó su playera y la túnica mientras le sonreía

— Sigo sin entender como es que en Durmstrang hacen esto para entretenerse

— Yo que sé. Es genial

— Sí, claro

— ¿Y qué me dices de ti? — le dijo con una ceja alzada— Hubieras estado de aquí para allá bailando todo el día si tu madre te hubiera mandado a Beauxbatons

— Pero eso no pasó

— Pero hubiera sido genial, prima

Grant le guiñó un ojo y Maddison le sonrió

— Sigues siendo el mismo bastardo empalagoso de cuando éramos niños, Grant

— No sé porque te sorprende— Ambos rieron hasta que él habló— Oye Maddy, ¿Tienes algo de tiempo libre mas tarde? He estado pensando que podríamos dar un paseo por el castillo. Ya sabes, para que pueda conocerlo mejor

— Me encantaría— le dijo— Pero no puedo. Ya he dejado plantado a Sirius en la biblioteca, debo buscarlo para explicarle que el idiota de mi primo me ha detenido

Grant rio y tomó sus manos

— Espera, ¿Sirius Black? ¿Él chico alto, delgado y con el cabello mas largo y sedoso que he visto en mi bella vida? — Maddison asintió riendo

— Si, ese, pero aléjate de él. Es mío

— No pretendía hacer eso

— Mas te vale. Ahí tienes a James Potter si quieres— Grant entrecerró los ojos aparentemente molesto

— Muy graciosa, Maddy. Sabes que a mí me gustan las vaginas

La chica rió encaminándose al retrato

— Que mal que las vaginas no gusten de ti

— ¡Oye! ¡Escuché eso!

El retrato se cerró detrás de ella y Maddison intentó ver hacia todos lados en busca de Sirius pero no lo encontró. Caminó por un largo pasillo y al doblar en el recodo, lo encontró sentado en el piso, con las rodillas contra el pecho y los codos sobre ellas; llevaba el ceño fruncido y murmuraba cosas para sí mismo. Maddison corrió hasta él y se sentó a su lado

— Hola bebé— le besó la mejilla y él bufó limpiándose el beso— ¿Qué sucede?

— Nada

— ¿Seguro?

— Si

— Oh bueno— Ella se detuvo tratando de descubrir en su semblante lo que ocurría, pero no encontró nada. Entonces prosiguió— Oye, lamento el no haber ido a la biblioteca. Es solo que Grant...

— Si vas a hablarme de ese perdedor, hazme el favor de retirarte

— Sirius...

— ¿O qué? ¿Vas a contarme lo fuerte que es o lo genial que besa?

— Sirius yo... no entiendo de que hablas

— Te gusta el nuevo de la escuela pretensiosa esa— gruñó— No sé qué le ven todas, es un flacucho insípido y estúpido. Mi ojo derecho tiene más músculos que ese papanatas

Entonces Maddison comprendió de que se trataba todo ese numerito. Aplaudió un par de veces y se carcajeó hasta sentir que se orinaba. Sirius la miró mal

— ¿De qué te ríes? ¿Te parece gracioso?

— No, no. Sólo... tú... estás celoso... de Grant

Las mejillas de Sirius se calentaron mientras cruzaba los brazos y hacía berrinche como niño pequeño

— Te ves... tan lindo celoso, amor— comentó ella conteniendo sus risas

— Yo no estoy celoso. Soy Sirius Black, yo no siento celos

Él quiso apartarse pero Maddison lo abrazó fuertemente para que no lo hiciera. Acercó sus labios a su oído y le susurró ocasionando que el vello de Sirius se erizara

— Sólo admítelo

— Admite tu que el nuevo te gusta. No soporto verlo rondando todo el día a tu alrededor

— ¿Osea que si estás celoso?

— ¡Pero claro que sí! Ese chico no hace más que hablarte y sonreírte. Tú le devuelves la sonrisa y le guiñas el ojo. Y hoy los he visto en la sala común hacer su pequeño número de circo. ¡Estar celoso es poco! ¡Estoy machacando varitas de regaliz con el culo!

Maddison volvió a reír y tomó el rostro de Sirius entre sus manos

— No es lo que tú crees, cielo

— Si, es exactamente lo que creo, Maddison

El chico Black intentó alejarse de ella pero Maddison fue más rápida y capturó sus labios cálidos entre los suyos. Le acarició el cabello y él tocó su rostro. Se separaron y dejaron sus frentes unidas. Sirius suspiró

— Maddison, si quieres dejarme por él, lo entiendo. Es decir, él es todo un partido. Jamás podría compararme con él...

— Sirius...

— ... a Grant le gusta levantarse temprano y yo me levanto sólo porque James me cuelga de los tobillos

— Sirius, escúchame...

—... A él le gusta hacer ejercicio y a mi me gusta comer como un cerdo

— Grant es mi primo

— A él le gusta... ¿Qué?

Sirius se detuvo ante esa confesión y vio que Maddison le sonreía. Se apartó y la miró a los ojos

— ¿Qué es lo que has dicho?

— Grant es mi primo, eso

— Pero... ¿Por qué nunca me lo dijiste?

— Nunca me diste la oportunidad. Quise presentarte con él, pero tú siempre te alejabas o eras cortante. No creí que era porque estabas celoso

Sirius negó frustrado

— Debiste habérmelo dicho. ¿Sabes todo lo que maquiné sobre ustedes? Yo ya los imaginaba siendo abuelos

— Eso sería un poco bizarro si lo piensas

— Lo siento— dijo— Lamento haber creído que ustedes dos tenían algo

— Bueno, no me sorprende— Admitió— Eres un estúpido

Esta vez, Sirius sonrió

—Eres tu quien me tiene de esa manera

— No, ya eras un estúpido antes de conocerme— le besó la mejilla y se recargó contra su hombro— Pero así eres perfecto para mi