AU: Recuerdas fragmentos de tu vida pasada con el amor de tu vida, pero él no.

ℋ𝒶𝓇𝓇𝓎 𝒮𝓉𝓎𝓁ℯ𝓈

El viento impasible provoca que mis mejillas se sientan endurecidas, trato de transmitirme un poco de calor con los guantes sobre mis manos, pero no logro conseguir el efecto.

Miro a mi destino, me detengo a solo unos pasos de un café. Espere meses por esto, moví tantas piezas en mi camino para que esté me dirigiera a mí actual punto. La ayuda de mis amigos y la ayuda de mi madre; gracias a ellos me permití hacer esto que pese a parecer una locura, mi corazón lo anhela con cada parte de sí mismo.

Mientras crecía veía la vida con placer, disfrutándola, viviéndola como creía que debería, sin embargo, no como yo quería. Porqué, ¿Qué es lo que yo quería?

Me sentí un barco sin brújula navegando por los mares más turbulentos, la epinefrina de seguir cada día era considerada suficiente para no arrojarme al mar y morir ahogado en lo que por años me hacía romperme en la oscuridad de mi habitación.

Pero siempre existían pequeños destellos de una luz, señales de una pequeña brújula esperando ser encontrada. A través de mis sueños lo veía, a través de mis fantasías lo podía sentir. Era real, eso creía, aquella sensación no podía ser falsa, él era real.

Y hoy por fin lo compruebo. Mirándolo sentado en la mesa del fondo dando un sorbo —a lo que creo es un café americano —, me doy cuenta que nunca había sido surrealista por mi parte el creer que no era real.

Tomo aire para sentir el vigor correr por mí cuerpo. Me adentro saludando amablemente a los rostros que si bien desconocía no podía simplemente ignorar. Todo hasta llegar con él.

A solo unos metros de distancia, me detengo y observo su rostro, podría jurar que cada parte de su anatomía a simple vista es tal real como en sueños se miraba.

Un rostro tan duro y tan delicado, es hermoso. Jamás me permití ver con tanta devoción a alguna persona, en mi vida creí estar perdiendo la cabeza por una persona que mi cerebro decía no conocer pero mi corazón aseguraba que en mil vidas atrás fue mi acompañante.

—¿Louis Tomlinson? — pregunto sabiendo la respuesta. Necesito escucharlo, necesito comprobar que la persona que tenía mi mente enjaulada entre su par de ojos azules cada día, era verdad.

Que aquellas imágenes mentales eran más que solo unas alucinaciones. Que eran memorias, memorias de una vida que se sentía tan distante y sin embargo tan cálida.

—Correcto, ¿Styles? —Asiento a su pregunta—. Un gusto.

Tomo su mano saludándolo. Y en ese microsegundo, lo sé.

Lo he encontrado.