Capítulo 8
Capítulo 8
"Te ayudaré."
No podía creerlo, aunque había sido quien había incentivado a Harry a besarlo, le costaba pensar que realmente estuviera pasando. Sentía los labios del moreno bailar encima de los suyos, al inicio había sido un arrebato desesperado, como si Potter hubiera tenido esas ansias de besarle desde hace años y podría decirse que tenía sentido si lo que había dicho de haber vivido una vida anterior a carne propia fuera cierto.
Sintió cómo Harry había puesto una rodilla arriba del sillón para acercarse más a él e inevitablemente de sintió acorralado pero al contrario de crisparse de miedo, tuvo un sentimiento placentero qué le recorrió la piel, algo le empujaba a besar con mas necesidad pero despues de un rato donde sus pulmones le decían que tenía que separarse para poder respirar correctamente, el beso se tuvo que convertir en uno gentil y aun disfrutando del tacto que se proporcionaban hasta que se separaron de una forma tortuosamente lenta donde pudieron sentir sus alientos chocar en sus rostros al querer agarrar más aire.
—Aún si todos los planes se van al caño, sé que ya no viviría en la miseria por estar arrepentido de no haberte besado, Draco.
El mencionado se estremeció y terminó por empujarlo para poner distancia, aún con el rostro caliente y respirando agitadamente, no mentiría que algo en él se sintió complacido al haber finalmente besado al salvador del mundo aunque eso era irónico viendo las cosas ahora.
—Tengo muchas preguntas aún. —Desvío el tema a algo que le interesaba, sí, tenía demasiadas preguntas.
—Responderé las que quieras después, tenemos que irnos, llegaremos tarde a clases. —Le tendió una mano a Draco quien la rechazo con un manazo, rió ante ello y se marcharon.
Paso el día, Harry permaneció con Hermione y Neville, algunas veces también con Ron cuando coincidían en alguna clase. Las aguas se sentían turbulentas aún en Hogwarts por el caso de Katie Bell, la seguridad había mejorado notablemente, los profesores habían mencionado que iban a vigilar con atención los pasillos aún después del toque de queda y Draco se preguntó cómo le haría Potter para poder hacer sus escapadas nocturnas.
Llegó la noche inevitablemente, Draco se dirigió a su alcoba con intenciones de derrumbarse de una manera agotada a su cama para dormir hasta que no diera más, estaba cansado mentalmente después de tantas emociones en un día y de demasiada información por procesar, además de que aún le faltaban preguntas para ser respondidas. Al abrir la puerta, soltó un gritito de sorpresa al ver que Harry estaba sentado en su cama, no esperaba verlo hasta la madrugada como era costumbre, se llevó una mano al corazón para relajarlo del susto.
—Casi me das un paro cardíaco, dios mío. —Entró al cuarto, quitándose la túnica de encima y aflojando su corbata con ayuda de su mano. —¿Qué haces aquí?
—Tengo que esperar un poco, cuando sea de madrugada iré a ocuparme de algo, los profesores estarán cansados y podré esconderme más fácilmente. —Harry se recostó en su cama, se veía con el cabello mojado así que supuso que se había duchado.
—¿Qué es lo que haces por las noches?
—Tengo que reparar un objeto para que mortifagos puedan entrar a Hogwarts. —Respondió al momento que jugaba con una pelotita de goma al lanzarla hacia arriba y atraparla. Draco sintió que se atragantaba con su propia saliva.
—¿Qué?
—Todo está bajo control, créeme.
—¿Por qué me cuentas todos tus planes sin miedo a que te llegue a que delantar? —Se encaminó al armario para sacar su pijama e irse colocándola, esa pregunta le había rondado casi desde el inicio y no pudo evitar sentir un atisbo de nerviosismo al hacerla, llegando a pensar que quizás, Harry le contaba todo con tanta facilidad porque podría asesinarlo si pensaba en siquiera abrir la boca. Aunque también había un tipo de nerviosismo distinto que le revolvía el estómago.
—Por dos razones: No me importaría que me delates, no es lo mas idóneo pero no importaría, solo apresuraría las cosas. —Miró a Draco quien terminaba de ponerse la pijama y se dirigía a su cama. —Y sé de algo que podría ayudarte.
—¿Y qué es eso?
—Sé lo que vives con tu padre. —Respondió dejando de jugar con la pelota, notando que el rubio se detenía por un momento delante de la cama antes de recostarse. —Sé lo que te hace, Draco, sé porqué cubres tus brazos con tanta importancia.
Malfoy mordió su labio inferior, conteniendo el sentimiento que lo estaba abordando y se acostó en su cama, mirando a Harry, inconscientemente tocando su propio brazo, no podía negarlo.
—Sé cuánto deseas que sufra y yo puedo ayudarte en eso. Aún sin tu silencio a cambio, te ayudaría con gusto.
Draco trago la ida y turno su mirada en su brazo, recordó brevemente de manera amarga que debajo de las mangas de su pijama había cicatrices de quemaduras gracias a su padre.
Vaciló unos momentos mientras turnaba su mirada entre Harry y su brazo que cubría aquellas marcas. —Bien. Te ayudaré pero necesito que sigas respondiendo mis dudas.
—Te lo dije antes, responderé todo lo que me digas.
—¿Por qué mataste a Katie Bell?
—No había sido intencional, el collar era para Dumbledore. Te lo dije, Voldemort le quiere dar cuello y le ofrecí mi ayuda.
—¿A quiénes quieres llevar a "tu lado"? ¿A Granger y a Weasley? Sabes que no lo harán, son leones, nunca traicionará sus ideales.
—No te preocupes por ello, tengo mis maneras. Parkinson se encargará de Hermione y de Ron, yo. Tengo a otras personas a las que quisiera pero eso será más adelante. —Harry le sonrió antes de sentarse para quitarse la camisa y el pantalón. —Ahora, estoy feliz porque sé que estarás conmigo
Draco sabía que se había sonrojado pero creía que por la oscuridad de la habitación, no se notaría. —Nunca dije que estaría contigo. No soy tan fácil.
—Sé que no lo eres, por eso tuve que cambiarme a Slytherin. —Respondió con obviedad al momento que se recostaba en su cama con solamente los bóxer. —¿Otra pregunta antes de que duermas y yo tomé una siesta antes de irme?
—¿No te da frío dormir en bóxer?
Harry rió por lo bajo y hablo de manera sugerente. —No, pero si tienes el suficiente frío, con gusto, duermo contigo y te ayudo a entrar en calor.
—Jamás. —Dicho eso, le dio la espalda, esperando conciliar el sueño rápidamente aunque tendría que esperar porque su corazón bombeando rápidamente se lo iba a impedir.
Harry lo miró con cariño desde su cama, una mirada esmeralda qué se conformaba con ver su espalda temblar para disimular su nerviosismo. Draco le encantaba de sobremanera.
Cuando dieron las tres de la madrugada, Harry se marchó del cuarto después de darle una mirada llena de un sentimiento indescriptible a Draco y controlando sus impulsos de besar su respingada nariz qué se movía entre sueños.
Cuando llegó al armario evanescente, estaba Theodore ahí esperándolo. Aquel rostro dulce que tenía siempre que estaba con Draco, desapareció y solo estaba su rostro gélido que transmitía temor junto con una presencia incomparable a cualquier mago oscuro.
—¿Cómo está lo que te encargué? —Preguntó Harry con seriedad al momento que se acercaba al armario para recitar algunos hechizos, sin saludar.
—Bien, todo está yendo como lo predijo. —Respondió con respeto el chico,
Harry no respondió, solo asintió y le permitió irse, pero antes de que Nott se marchara, le entrego un largo pergamino que tenía información sobre varitas, todo lo que que quería saber estaba allí, solo le quedaba jugar sus cartas correctamente. Cuando Theo se fue, quedó solo en la sala.
El armario ya podía funcionar pero decidió que aún no era el momento de usarlo, así que regreso al dormitorio con el entusiasmo de poder ver dormir a Draco antes de dormir pero sintió una presencia en el pasillo que lo hizo detenerse.
—No sabía que su nuevo pasatiempo era espiar, profesor. —Habló Harry, pareciendo que le hablaba a la nada hasta que Snape salió de las sombras con el rostro decaído de siempre.
—Señor, Potter. —Saludó con la usual voz ronca y seria, mirando fijamente al castaño desde arriba. —¿Ha terminado el armario? —Harry asintió. —¿Esta preparado para la llegada de los mortifagos?
—Voy a esperar dos días para hacerlo, quiero disfrutar un poco mi estadía aquí. —Snape lo miró con la ceja alzada, sabiendo perfectamente que Harry solo quería quedarse un momento más con cierto Slytherin.
Snape terminó por despedirse con cordialidad, después de decirle un "Estaré aquí por si quieres hablar, Potter." , Harry asintió y siguió su camino. Severus lo conocía bien, casi desde el inicio se había acercado al profesor cuando había entrado a Hogwarts, Harry lo apreciaba mucho, casi como una figura paterna además de Sirius, aunque interactuaron de forma seca y tosca, el aprecio era mutuo. Potter le estaba agradecido por haber cuidado lo más que pudiera a Draco en la vida que había visto. Aunque inicialmente Severus tenía que ser un doble agente a favor del lado de la luz, en esta vida que Harry había cambiado a su conveniencia hizo que el hombre se inclinaba a estar a su lado, quizás tuvo que manipularlo un poco ya que de pequeño debió acercarse a él para que además del cariño que le tenía por ser hijo de la mujer que amaba, compartiera sus ideales de poder.
Básicamente y de forma blanda, Snape había caído en ayudarlo en todo momento porque le quería como un hijo que nunca pudo tener.
Entró al dormitorio a paso sigiloso y se despojo de la ropa. En el lapso de la madrugada, la temperatura había bajado en extremo, despus de tido empezaría el invierno, pudo ver que Draco temblaba entre sus mantas, con la nariz oculta debajo de ellas, intentando entrar en calor. Se acercó a la cama del rubio, pensando seriamente si estaba bien tomar una decisión.
—Draco. —Llamó en un susurro para despertarlo, el chico abrió un poco los ojos, aún estaba temblando cuando miro los esmeraldas de Harry. —¿Quieres que duerma contigo? Estás helando. —Continuó todavía en un susurro.
Draco no respondió como tal, solo hizo un sonido similar a un gato que estaba cansado e incómodo, sonrió al pensar que ese era un claro "sí" y se metió a la cama, poniéndose debajo de la cobija para abrazar a Draco por la espalda, sintiéndose sumamente feliz cuando pudo sentir la tela de la pijama del rubio contra su cuerpo, era de seda, una tela fría así que tendría sentido que le costará tomar calor.
El Malfoy se giró casi de inmediato para hundir su cabeza entre su pecho, buscando calmar la sensación del invierno, respiro el aroma de Harry y tuvo que admitir que le gustaba, le recordaba al café de caramelo qué habían bebido antes. Potter sintió la cara fría que ahora lo tocaba en su piel desnuda, abrazo al rubio inmediatamente, se sentía muy feliz de poderlo tener en sus brazos como había soñado muchas veces. Sonrió y aspiro el aroma del rubio, durmiendo juntos finalmente, compartiendo sus temperaturas corporales hasta que formaron un equilibrio.
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