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Capítulo 5

Capítulo 5
"¿Me estas coqueteando?"

Draco había regresado esa noche a la habitación después de quitar el hechizo del dormitorio de Pansy y Granger, entro al cuarto temeroso pero solo encontró a Harry tumbado en la cama boca abajo, con la respiración tranquila. Draco tenía todo un lío en su cabeza, pensando qué era lo qué pasaba.

Se recostó en la cama intentando pensar en el transfondo de la situación.

¿Sería que Harry y Pansy estaban saliendo? No, sería muy extraño, además de que ¿Por qué no lo harían público? Cayó en cuenta de que probablemente tendrían miedo de ser juzgados por ser una serpiente y un león.

Pero esa idea no lo satisfacía, sabía que había algo más, quizás algo más oculto en las sombras.

La noche paso rápidamente, cuando despertó, Harry estaba con el uniforme completo puesto, abrochandose los zapatos con pereza, cuando percibió que había despertado, llevó su mirada verdosa hacia él.

—Buenos días. —Saludó el moreno sin recibir respuesta. Draco se levantó de la cama y se dirigió de inmediato al baño.

Cuando salió, Harry estaba apoyado en el marco de la puerta mirando a su dirección, se sintió cohibido por un segundo. Sujeto su bolso y se marcharon juntos. Potter intentaba hacer plática como siempre, como si nada hubiera pasado pero el rubio seguía teniendo rondando en su mente la noche anterior, pensando si se estaba volviendo loco, el Harry que había visto ayer y el de hoy eran tan distintos.

Se estaba encendiendo una curiosidad muy grande que no podía controlar.

Cuando entraron a la clase de Herbología, notó cómo los leones se tensaban al verlos. Parecía que la casa de color rojo se sentía humillada tras haber perdido a Hermione y a Harry de su casa, ellos eran los que más les daban puntos. De cierta forma, Gryffindor se sentía vencido por Slytherin.

Notó como Harry, aún obteniendo miradas pesadas por parte de sus ex-compañeros de casa, se mostró feliz de verlos, saludándolos con una sonrisa y la mano, de inmediato fue con Ron a sentarse a su lado, siendo seguido por Hermione y Neville. Draco había notado una peculiaridad y es que Harry al parecer siempre volteaba a verlo antes de hacer una buena acción, como si verificará que lo estaba viendo. No sabía si sería un tic, una costumbre o qué cosa, pero le intrigaba el hecho.

Pasaron las clases, Pansy hablaba con él como si nada, pero él estaba más centrado en leer las acciones que hacía el nuevo Slytherin. Analizando todo lo que hacía.

Ahora caminaba al baño, sus amigos se habían ido al comedor para cenar pero él se había separado del grupo para dirigirse al sanitario. Sintió repentinamente que le jalan el brazo, jadeo con sorpresa pero cuando vio que se trataba de Harry, no supo si sorprenderse más, sentir miedo o sentirse aliviado de que fuera el moreno.

—¿Qué te ocurre, Potter? —Preguntó molesto, revolviendose para soltarse del agarre de Harry quien retiro la mano de su brazo.

—Pero eres tú el que ha estado espiandome y todo el día me has visto como una serpiente a su presa. —Respondió como contrataque de forma divertida, formando aquellos hoyuelos que Draco había descubierto el día de hoy.

—No es cierto.

—Lo es, lo sabes. Hasta los Gryffindor se han dado cuenta y me han preguntado si te hice algo para que te molestaras conmigo.

Draco mordió el interior de su mejilla, buscando las palabras correctas. —Quiero una respuesta de todo. Quiero una respuesta de lo que está pasando. La exijo.

Harry lo miró, la sonrisa que tenía en su rostro se volvió una línea fina y recta. —¿Por qué tienes tanta curiosidad?

No supo cuándo había pasado, pero ahora Harry estaba frente a él, mientras el rubio sentía la pared en su espalda, sintiéndose acorralado. Le respondió con una mirada feroz y Harry no evitó reír dulcemente, aliviando la tensión del aire.

—Si te lo digo, tal vez te asustes. —Susurró lentamente, acercándose al rostro de Draco.

—Pareciera que me estas coqueteando, Potter. —Respondió burlesco Malfoy pero al ver que el otro no respondía y seguía con su rostro divertido, abrió los ojos sorprendido. —Espera, ¿Me estas coqueteando?

—Sí, desde hace un año, que observador.

Draco contuvo la respiración, sentía a Harry tan cerca que se sintió incómodo, pero era una incomodidad extraña, diferente a la que le causaban las molestias, no, está era una que se situaba en cada centímetro de su piel, como si se instalará en cada por de su piel para llegar a lo más recóndito de su ser.

Harry se alejó con una sonrisa y volvió a depositarle un beso en la mandíbula, muy cerca de una peca y que permitio que sus labios percibieran un poco del calor de su piel. Se marchó de nuevo, parecía un nuevo hábito del castaño el dejarlo siempre sorprendido y hacerse el misterioso de una manera tan rara de él.

Regreso al comedor, sin recordar que inicialmente tenía planeado ir al baño, todo ello se habia ido al olvido mientras que en su mente se instalaba lo que había pasado. Busco con la mirada a Harry quien estaba sentado en la casa de los leones junto con sus amigos, conversando como si nada, tal cual fuera cualquier día y como si no lo hubiera acorralado en el pasillo minutos antes. Era tan irónico su sola existencia.

Cuando la noche cayó encima de Hogwarts, se encaminó a su dormitorio, eligió leer un libro de drama para entretenerse, no tenía tarea pendiente y estaba aburrido; se había estado acostumbrando a que Harry regresará tarde en las noches así que sabía que tenía total privacidad la mayor parte del tiempo. Tenía seca la garganta, deseando algo que quitará la sensación pero tenía tanta flojera de ir a buscar a algún elfo que le proporcionara aunque sea un vaso de agua así que opto por tragar su saliva mientras terminaba de leer un capítulo del libro entre sus manos.

Escuchó que la puerta de madera era abierta y eso le hizo despejar los ojos de las hojas enfrente de él para ver quién era aunque ya lo sabía, miró con curiosidad, aún era temprano para que Harry llegara, eran las 9 p.m. apenas, una hora de llegada inusual para Harry quien cruzaba el umbral, a simple vista se notaba que tenía una caja en sus manos que tenía unos vasos de cartón dentro que se podían ver desde el exterior. Lo miro dudoso, el aire estaba un poco incomodo, al menos así lo percibía Draco, se removió en su asiento, pensando si irse a la sala común para no tener que estar con Potter pero se vió detenido apenas bajar un pie de la cama por la voz del chico.

—¿Quieres probar café muggle? —Ofreció Harry al momento que alzaba la caja a la altura de sus ojos, con una sonrisa amena.

—¿Café muggle? ¿Los muggles toman café?

—Sobreviven a base de cafeína, Draco. —Arrugó la nariz, aún no se acostumbraba a que Harry lo llamara por su nombre de pila pero sintió la garganta seca de nuevo y el frío de las mazmorras hacía que fuera muy tentadora la idea del café aún si era muggle. —Vamos, no es tan diferente al café que hacen aquí, solo que en el mundo muggle lo hacen de una forma diferente, más... Rápida. Menos tradicional básicamente.

Sin esperar que Draco le ofreciera sentarse en su cama, Harry lo hizo, posándose al pie de ella, se acomodó y ofreciendo el vaso de café con el brazo extendido después de aplicar un silencioso hechizo calentador para que volviera a desprender sus olores gracias al vapor qué comenzaba a dispersarse por el aire de la habitación.

Malfoy dudo algunos segundo pero finalmente se rindió ante el olor tan delicioso que le llegaba a los pulmones, hace tiempo no tomaba café ya que en Hogwarts solo cuando daban anuncios lo daban ya que no les gustaba darles a los menores. Agarró el vaso de cartón entre sus manos, longrando sentir el calor atravesar su piel de una manera satisfactoria ante el frío común de las mazmorras.

—Que extraño que usen cartones como vasos. —Comentó al aire mientras analizaba el vaso. —¿Los muggles son pobres?

Harry rió ante la pregunta, le daba gracia que en realidad había sido una pregunta para nada maliciosa de parte del rubio quien se mantenía analizando lo que tenía en manos. —Conserva el calor, es un poco diferente al cartón normal, es más plastificado. —Draco respondió con un "Mm..." mientras miraba a Harry fijamente. —¿Qué pasa? ¿Caíste a mis encantos?

—Toma tu café primero. —Ordenó Draco ignorando lo último, mirando de forma intensa como el castaño llevaba el café a sus labios, como si fuera una confirmación de que podía tomar también del suyo, después de todo era algo nuevo para él. Dirigió el vaso acartonado a sus labios, imitando al moreno, bebiendo lentamente y al final de tragar el líquido, miró a Harry. Parecía haberse relajado más, curvando una inconsciente sonrisa pequeña. —Pues no morí del asco, tengo que admitir.

—Eso es un gran cumplido viniendo de ti.

En realidad si le había gustado el café, era muy distinto al sabor tradicional que solía tomar, era más dulce y menos espeso, era como un sabor caramelizado qué se instalaba en su paladar para quedarse.

—Es de caramelo, pensé que te gustaría. —Comentó Harry mientras seguía tomando el suyo de lo más cómodo en la cama de Draco quien lo miró curioso con una pregunta silenciosa que el castaño pareció captar rápidamente. —El mío es chocolate caliente, el café me sienta mal por la noche, me pongo inquieto.

Siguieron bebiendo el café en silencio, por un momento paso el pensamiento fugaz de decirle a Harry que quería probar el chocolate caliente pero se ahogo esa pregunta en su garganta, sería vergonzoso hacero eso.

Permanecieron de esa forma, sin ruido entre ellos ademas del agua golpeando las ventanas de vez en cuando hasta que Draco movió el vaso de forma torpe y cayeron unas pequeñas gotas por la orilla de su boca, cuando se percató de ello, llevo su mano para limpiarse pero solo atino a ver cómo Harry se acercaba a él, no pudo ni siquiera reaccionar a tiempo cuando sintió el pulgar de Potter limpiar el líquido de manera lenta, tanto que se notaba que era intencional, sus rostros estaban tan cerca que pudo ver cómo el otro llevaba el pulgar a sus labios para lamer lo que había limpiado. Se sonrojo de sobremanera, sorprendido por lo que acababa de presenciar, sintió que algo se revolvía dentro de él, era demasiado directa la manera de comportarse de Potter y odiaba qué le moviera el corazón en esos momentos porque ante el silencio sentía el pánico de que pudiera escucharse.

—Dulce. —Susurró Harry después de terminar de lamer su dedo, con una sonrisa ladeada como si hubiera sabido mejor que el chocolate que antes estaba tomando.

—¿Dónde conseguiste los café?— Quiso desviar el tema rápidamente cuando sintió su rostro calentarse, el frío que estaba teniendo se había desvanecido.

—Fui al Londres muggle. —Respondió alzando los hombros.

—No tenemos permitido hacer eso.

—¿Acaso me has visto seguir siempre las reglas? —Esa pregunta había sonado como algo más, como si tuviera una doble intención que no supo decifrar. —Tenía que comprar un collar para alguien.

—¿Una novia? —Harry rió ante la pregunta, negó divertido mientras se levantaba de la cama, agarrando el envase vacío de cartón de Draco para dirigirse a tirarlo. —¿Para Granger? —Algo en él le empujaba a insistir en escuchar la respuesta que jamás llegó. Harry se limito a negar con la cabeza de manera divertida como si fuera una broma graciosa la que estaba escuchando.

Potter solamente se acerco a su cama para comenzar a desnudarse hasta quedar en bóxer y todas las preguntas que Malfoy quisiera decir tuvieron que esperar porque le pudo más la vergüenza que la curiosidad en ese momento. Bufo molesto por no recibir nunca las respuestas que buscaba, sentía que corría detrás del solucionario de une examen pero nunca lo alcanzaba. Se acostó enojado y decidió darle la espalda a Harry pero con poco pudor decidió girar un poco la cabeza para observar el cuerpo del castaño, sintió nuevamente el calor subir por su piel y cerró los ojos.

Todo eso sin esperar lo que pasaría al día siguiente, esfumando el sabor cálido del café de sus labios.

El cuerpo de Katie Bell había sido encontrado en uno de los pasillos de Hogwarts.

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