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Capítulo 10

Capítulo 10
"¿Estás asustado?"

Desde esa mañana, Draco había terminado por aceptar lo que era estar cerca de Harry, no sabía en específico lo que estaba pasando con el castaño ni lo que cruzaba por su mente cada que se veían, no hablaron realmente lo que eran, así que era una relacion extraña que no rozaba en amigos o novios, era como si solo tuvieran el sentido de pertenecia donde Harry era de Draco y viceversa, el rubio solo sabía que Harry lo adoraba, no paraba de recordárselo, sin exigirle algún tipo de respuesta, se conformaba con terminar besándole sin apuros ni cansancio.

Harry le había hablado de algunas partes de sus planes cuando no estaban besándose en algún salón en desuso luego de que Potter lo jalara de un brazo casi a la fuerza para después ultrajar sus labios y él se dejaba hacer sin decir en voz alta que le encantaban cada vez más. No sabía a profundidad sobre el plan que seguía el castaño, solo sabía que era el más cercano de los seguidores de Voldemort y que ese mismo día iba a asesinar a Dumbledore. No sabía en específico cómo, aún se sentía raro de pensar ello y en el fondo, no creía que Harry pudiera matar a su director, lo dudo porque bueno... Dumbledore era Dumbledore, no cualquier mago, no era un estudiante ni ningún otro.

Le costó adherirse a la idea de lo que estaba pasando, era sorprendente cómo Harry le hablaba sobre sus metas y lograba envolverlo en palabras hasta confiar en él.

Era de tarde, ambos habían estado juntos desde la mañana, era ya una costumbre, desde que eran oficialmente "algo", Harry no se le separaba ya que Malfoy no lo hacia le lado como antes así que podía darse esas libertades.

Estaban hablando en la cama de Malfoy, Harry jugueteaba con sus cabellos rubios, maravillandose cada que veía cada una de las facciones del chico delante de él. En un momento Harry conecto sus ojos con las mangas de la camisa de Draco, después lo miró a los ojos y fue una pregunta silenciosa la que entendió el rubio quien lo observo como si pensara en si habían llegado a la plena confianza de poder contarle.

Termino por suspirar y aun acostado al lado del castaño, llevo su brazo enfrente de Harry y recogió la manga para mostrar cicatrices de quemaduras, las irregularidades de la piel en tonos y relieve le hicieron sentir un hueco de nuevo en el estómago, desvió la mirada porque odiaba mirarse y recordar cómo se hicieron. Harry no musito nada para dejarlo hablar.

—Ya debes de saberlo, pero bueno... Mi padre nunca ha soportado ningún error de un Malfoy. —Comenzó a explicar con una voz resignada y en un susurro mientras veía que Harry recorría el brazo con las puntas de sus dedos que le calentaban el pecho, dandole apoyo. —Llegó un punto en el que me acostumbré, sólo me golpeaba con su bastón en los brazos cuando me equivocaba, simplemente tenía que dejar de equivocarme. Hasta que no fue suficiente, según él, yo seguía sin entender así que... Simplemente comenzó a usar la varilla de la chimenea. —Draco comenzó a fruncir el ceño, como si quisiera contener las lagrimas, nunca derramo ninguna, solamente su voz se fue rompiendo. —Pero después descubrió que era "Mejor" usar hechizos, esos no dejaban cicatrices, tu sabes... El más típico era el crucio, lo usaba por horas en mi algunas veces.

Harry se bajo de la cama y Draco sintió un vuelco en el corazón cuando se arrodilló enfrente de él. Potter termino por sujetar su brazo y le deposito un beso en cada centimetro de piel cicatrizada. —Lo siento mucho por ese dolor. —Dijo en medio de cada beso.

Draco lo miró desde arriba y se sintió tan reconfortado, nunca había hablado de ello con nadie pero ver el apoyo incondicional y a Harry arodillado frente a él hizo que su corazón comenzara a bombear sangre que le coloreo el rostro. —No importa.

Esta vez, Draco fue quien llevó sus largas manos al rostro del castaño quien pareció un perro emocionado con su dueño. Malfoy lo beso de manera lenta y el otro perfectamente se dejó, con una media sonrisa por ver que por primera vez le besaba el rubio con iniciativa propia.

Continuaron juntos, algunas veces hablandl entre susurros, otros besandose y otros solamente viendose los rostros hasta que en un momento dado, Harry se tuvo que despedir, diciéndole que en este momento Dumbledore lo debía de estar buscando para ir detrás de un horrocrux. Harry solo le besó la coronilla de la frente mientras le ordenaba que fuera a la torre de astronomía cuando la luna estuviera envuelta en oscuridad, después del atardecer y Malfoy asintió.

Harry se marchó y cuando llegó la hora, nervioso y con la sangre hirviendole de nervios, salió para ir a la torre con la varita en mano, temblorosa. Tenía puesto su traje negro que Harry le dijo que usará, no supo el porqué pero solo siguió sus instrucciones al pie de la letra. Apunto de entrar a la torre, sintió que era jalado a un lado, quiso gritar pero en eso se relajo cuando vio que era el castaño que le sonreía.

—Me alegra ver que si te pusiste el traje que te dije. —Comentó Potter.

—¿Por qué querías que lo usará?

—Porque me encanta como luce en ti. Hace que quiera besarte como nunca, aunque eso siempre quiero hacerlo.

Draco iba a responder con cualquier insulto pero Harry le puso el dedo índice encima de los labios, guiándolo con los ojos a que mirara entre unas columnas. El rubio abrió los ojos asombrado por lo que veía, era el director que estaba hablando con alguien a quien no veía. Parecían en una riña.

—No tienes que hacerlo, puedo ayudarte. —Dijo calmadamente Dumbledore.

—Yo no quiero... Yo no quiero hacerlo. —Respondió con fuerzas la voz de la otra persona que no lograba ver. —Algo... Alguien... Me obliga. —Siguió con dificultad.

En eso, Draco se heló cuando por fin pudo ver de quién de trataba, era un rubio, aquel que recordaba con repudio, Zacharias Smith. El rubio apuntaba al director con manos temblorosas, el diálogo no se pudo alargar cuando escuchó las temidas palabras salir de los labios de Smith.

—¡Avada Kedavra! —Gritó con pesadez. Draco ahogo un grito de sorpresa cuando vió como el director salía volando hacia abajo de la torre como un muñeco inerte.

Malfoy giro la mirada con temor hacia Harry y no supo cómo reaccionar cuando notó que el castaño mantenía una sonrisa satisfactoria mientras susurraba algunas cosas inentendibles para su oído. Pareció que sintió su mirada, Harry conecto sus ojos con los suyos, divertidos.

—¿Qué hiciste, Harry? —Preguntó tembloroso.

Imperius, mi especialidad. —Dijo simplemente ladeando la cabeza, como si fuera la mayor explicación. Draco se sintió traicionado por un momento ¿Harry planeaba volver su aliado a Smith? ¿Por qué lo usaba para algo en parte de su plan? Pareciendo que le hubiera leído los pensamientos, Harry rió levemente. —Espera... Aún falta.

Draco volvió su mirada a Smith quien estaba sudando del esfuerzo de resistirse al hechizo prohibido. Comenzaron a escucharse risas de personas alrededor, los conocía, sabía quienes eran. Mortifagos comenzaron a rodear la torre de astronomía con diversión y Draco se paralizó cuando escuchó la voz siseante e intimidante de Voldemort.

Harry sujeto su mano y entrelezo sus dedos con cariño, le besó la mano y le dijo que se quedará allí, que no subiera. Así avanzó hasta llegar donde todos estaban, Draco miraba la escena totalmente oculto, viendo cómo Harry era recibido con risas de satisfacción. Potter se inclinó frente a Voldemort, haciendo una leve reverencia y el señor oscuro lo abrazó con respeto, como un rey felicitando a un caballero por su valentía y fidelidad.

—Bien hecho, señor Potter. —Felicito siseante Voldemort que sujetaba la varita entre sus dedos, aquella que había abandonado el cuerpo de Albus Dumbledore, acariciaba el trozo de madera con júbilo.

—Aún no ha acabado, señor. —Habló Harry al momento que miraba todo con una mirada horrorizada, probablemente sin procesar que todo ello estuviera pasando realmente. Harry avanzó hasta el rubio, poniendo su brazo alrededor de los hombros paralizados del chico, con burla y sorna. —Él desarmo a Albus. La varita tiene su lealtad a él, mi señor.

Voldemort volvió su rostro serio, pensando lo que debía de hacer hasta que sonrió con satisfacción, alzó la varita con felicidad, apuntando a Zacharias. Harry se alejó al momento que vió como una luz verde salió de la varita, impactando de lleno en el pecho de Zacharias, quitandole la vida inmediatamente. Draco sintió que sudaba frío.

—Listo, mi señor, tiene usted la lealtad de la varita. —Dijo Bellatrix, su tía loca mientras sonreía felizmente.

Los mortifagos comenzaron a reír y desaparecieron de allí, dejando a Harry que observaba el cuerpo inerte de Zacharias y pateo su brazo que abandonaba toda calidez, burlándose.

Bajo donde estaba Draco, sonriéndole. Malfoy, paralizado, se quedó allí mientras sentía que el castaño colaba sus manos en sus mejillas. —Ya no volverá a tocarte ni un cabello, Draco. —Susurró con una sonrisa, depositando un pequeño beso en sus labios pero el rubio no pudo corresponder. Harry lo miró preocupado. —¿Estás asustado?

Draco lo miró mientras tragaba saliva pero cuando vió el rostro de Harry, aquel chico que antes había sugerido indirectamente la muerte de Smith y que había movido los hilos para asesinarlo, ahora lo miraba con preocupación y cariño, era tan irónico, llegó a pensar que quizás tenía doble personalidad.

Draco sabía que Harry era peligroso, que había matado a Dumbledore y movido las piezas para que Voldemort matará a su antiguo compañero de cuarto, pero él sabía que Potter nunca le tocaría para hacerle daño, sabía que le protegería siempre, que lo adoraba.

Cuando recobro la postura, negó con una sonrisa temblorosa que podía ser interpretada hasta como una mueca. —No... Sólo estoy sorprendido.

Harry sonrió. —Aún hay muchas cosas que hacer. —Dijo antes de volver a besarlo con dulzura, esta vez siendo correspondido.

Ignorando el cuerpo tendido de Zacharias y el de Dumbledore que estaba fuera de la torre, continuaron besando sus labios.









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