01
WARNING! LOVE HURTS, IT CAUSES ANGER, JEALOUSY, OBSESSION, WHY DON'T YOU LOVE ME BACK?
Jimin colocó el codo en la mesa, apoyando la barbilla en su mano. Le gustaba mirar a Taehyung cuando este estaba distraído y lo que venía observando desde hacía un tiempo para acá lo preocupaba un poco. Se veía más despistado, algo letárgico y notoriamente triste, solo que siempre buscaba esconderlo detrás de esa sonrisa cuadrada que tanto le gustaba. Lo conocía tan bien que sabía cuándo era falsa, pero al parecer el castaño no se daba por enterado aún.
—¿Qué tanto me miras? —cuestionó él con una ceja arriba.
Sus labios se estiraron en una sonrisa mientras negaba; bebió de su café en silencio, notando que Taehyung volvía a jugar con su cámara de forma ansiosa. Las ojeras bajo sus ojos cada día se hacían más profundas, aunque siempre decía que se había desvelado en el trabajo. No importaba cuánto preguntara: nunca recibía una respuesta honesta.
—Taehyungie —llamó con cuidado, sintiendo su corazón doler un poco. Podía recordar cuando el castaño recién llegó a la ciudad y se le veía tan entusiasmado que le contaba incluso cómo había estado la bebida que eligió esa mañana; no había notado el abismo que había entre ellos, una brecha de confianza que la desatención había provocado.
—¿Sí?
—Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, ¿verdad?
Taehyung ladeó la cabeza con una sonrisa. No entendía el repentino sentimentalismo de Jimin, aunque se hacía una idea.
—Sí —mintió, porque por supuesto, lo que en el momento lo atormentaba sería catalogado por su amigo como una locura o una barbaridad.
¿Cómo podía decirle que pasaba las noches enteras en vela pensando en el hombre que lo hacía gritar su nombre como una prostituta barata una y otra vez? ¿Cómo podía decirle que ese hombre jamás iba a mirarlo con algo que no fuera más allá que simple deseo y lujuria? ¿Cómo decirle, entre todas las cosas... que estaba irremediablemente enamorado del esposo de su hermana?
—Oh —Los ojos de Jimin se iluminaron cuando la campanita del negocio sonó; pronto sus ojos se encontraron con los de Hana y no dudó en levantarse mientras movía la mano con euforia para indicarle su ubicación—. ¡Hana, Jungkook-ssi!
La respiración de Taehyung quedó atascada en su garganta unos segundos con solo verlo.
La mirada de Jeon Jungkook era algo aterradora, pero también fascinante. Cuando él miraba a sus ojos, podía ver la superficie del agua brillando al fondo de un oscuro y hondo pozo; era tan profunda que parecía llegar a los lugares más recónditos de su alma, capaz de desenterrar cosas que eran mejor mantener bajo llave.
Lo atravesaba, lo volvía una gelatina transparente; metafóricamente hablando, lo desnudaba. No debía ser posible que su cuerpo reaccionara igual al de un adolescente cada vez que sus ojos se cruzaban con los de Jungkook, pero lo cierto era que sí; era lo que ese idiota causaba en él.
Bufó frustrado mientras cruzaba los brazos. La mesa que habían elegido estaba convenientemente alejada de la multitud, en una esquina cálida y refugiada de las miradas curiosas; Jungkook se acercaba de la mano de la —ni tan— hermanita de Jimin, ambos sonriendo como jodidos modelos para una portada. Chasqueó la lengua antes de desviar la mirada, sintiéndose ya lo suficientemente mal. No sabía por qué había aceptado la invitación si sabía de antemano que eso iba a pasar.
—Perdón por el retraso —se disculpó Hana con una pequeña sonrisa y reverencia. Jungkook la imitó antes de tomar su cintura y depositar un corto beso en su cabeza, algo risueño por algún chiste secreto que solo ellos compartían.
Bien, Jeon, te quedaste follando con ella y por eso tardaste, no tienes que ser tan obvio.
—Apenas llegamos —dijo Taehyung con ironía. El café a la mitad y las migajas del muffin dejaban claro que no era así, pero esperaba que eso y su sonrisa fueran suficientes para reprocharles la tardanza.
Hana tomó asiento al lado de su hermano y, por consecuente, Jungkook junto al castaño. El pelinegro se situó excesivamente cerca de Taehyung, casi rozando sus cuerpos.
—Espero que haya valido la pena tanta demora —bufó Jimin con una ceja arqueada, utilizando doble sentido en la oración. Hana se sonrojó un poco y Jungkook rio.
—Bueno, para serte sincero ni siquiera planeaba venir —musitó con brutal honestidad—. Pero no podía perderme este encuentro con mi cuñado, por nada del mundo. Necesito ganarme su estima de una u otra manera.
Taehyung cerró los ojos con un suspiro, viéndose superado por la situación.
Pese a todo el malestar que le producía, tenía que admitir que Park Hana y Jeon Jungkook se veían exactamente como el prototipo de pareja perfecta que Hollywood había creado para el entretenimiento de los conformistas; él, un exitoso empresario en ascenso y ella la linda y afortunada modelo que había logrado conquistar aquel frío corazón.
Al menos eso era lo que presumía la prensa.
De igual modo, sabía que la mitad de lo que decía la farándula se reducía a las exageradas mentiras de algún entusiasta redactor que iba en pos de las historias de amor cliché. Jeon Jungkook no era el honorable hombre del que hablaban todos los medios de comunicación, el entregado Romeo que daría la vida por su amada; él era un ser cruel y despiadado, incapaz de ver más allá de sus intereses y ambiciones. Una segunda faceta de la que —al parecer— solo Taehyung tenía conocimiento.
Si lo entendía, si estaba al tanto de lo que pasaba, ¿por qué se sentía tan mal?
Se sentía enfermo. El solo ver las manos de Jungkook tocar a Hana, las mismas que tantas veces le habían hecho tocar las estrellas, que lo habían acariciado noches enteras y en las que incontables ocasiones encontró consuelo y apoyo, lo hacía querer cavar su propia tumba y acabar con la envidia que lo estaba matando.
Porque de verdad sentía que estaba muriéndose... Saber que Jungkook jamás le miraría con el mismo cariño, que lo suyo no pasaba de una mera atracción sexual, lo hacía sentirse entre patético y molesto consigo mismo. No podría ocupar nunca el primer lugar... y aun así no deseaba dejar el segundo.
—Iré al baño —avisó mientras se levantaba torpemente. Los presentes en la mesa le miraron con extrañeza, en especial Jimin, pero ninguno hizo el verdadero intento por detenerlo.
Cuando llegó a la habitación antes mencionada apoyó las manos en el lavado mientras respiraba de forma temblorosa. El dolor en su pecho se hacía insoportable con el paso de los segundos y casi deseó que de verdad fuera algún problema de salud; no su jodido amor no correspondido. La risa no tardó en salir, un sonido casi forzado: se sentía como un inútil por sufrir de lo que tanto se burló en su adolescencia.
—Maldito Jeon... ¿Cuál es la necesidad de restregarme tu bello matrimonio en la cara? —murmuró dolido. Porque así parecía; Jungkook era experto en recordarle que jamás sería el primero en su vida.
Brincó del susto al escuchar la puerta cerrarse; sus manos aferraron con más fuerza el lavado al darse cuenta de que era Jungkook su nueva compañía. Compartieron una mirada por el reflejo antes de que el pelinegro se acercara por detrás, rodeando su cintura con posesividad. Taehyung gimió cuando besó su cuello.
—No lo hagas... —pidió en un susurro, pero ladeó la cabeza para darle mayor acceso de todas formas. Casi por inercia.
Era algo triste la manera en la que tan rápido cedía ante él; su cuerpo reaccionaba con demasiada rapidez, entregándose a la familiaridad de su tacto y sucumbiendo entre jadeos y vergonzosos gemidos.
—P-Para, por favor —rogó con la voz cortada—. No aquí, no ahora...
Hana está... Dios, no... Respétala, como mujer y como esposa. Por favor.
Detuvo la mano de Jungkook, que se colaba ávidamente bajo su camisa, cerrando los dedos alrededor de la muñeca. El pelinegro le miró sorprendido por el espejo y trató de forcejear con él, pero Taehyung lanzó el codo hacia atrás tan fuerte que impactó con dureza en su abdomen.
Lo vio doblarse por la mitad con un quejido de dolor; Taehyung de verdad agradeció eso, porque entonces no sería capaz de las lágrimas que resbalaban por su rostro. Lágrimas de tristeza, de frustración y de impotencia por no poder terminar con aquello, por no poder cortar su enfermiza relación por lo sano.
—D-Dile a los demás que... Me surgió un problema y tuve que irme —balbuceó apresurado, limpiando la humedad en sus mejillas mientras veía a Jungkook boquear. Salió del baño tan rápido como sus piernas le permitieron, ignorando las miradas curiosas de quienes alcanzaron a verle.
Lloraba porque sabía que merecía más que unos cuantos revolcones, pero aun así no quería alejarse de Jungkook. Amaba a ese hombre de una forma egoísta: de él y solo para él; tener que compartirlo de la manera más deshonesta le hacía querer vomitar, pero también era incapaz de dejar eso tan retorcido que tenían. Su amor por él no tenía otra descripción; era algo... dañino. Tanto para Taehyung como para terceros.
Adivinen quién está enferma, queriendo dejar su vida y con ganas de matar a todo el mundo.... ¡Yo! 😁
Pero tenía que subir esto sí o sí. Soy mala para los primeros capítulos 😅Si confían en mí, después se pone mejor. Esto es como un complemento del 00, para ponerlas en contexto :'')
Sí, Jeon es malvado y las hará gritar de varias maneras (7u7).
D&W 😎😍
¡Sonrían! 🤗💓
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