XXXIII
— ¿De que hablas Jimin? — Preguntó Haneul un poco nerviosa por sus palabras. El mencionado soltó una risa totalmente falsa y remojó sus labios antes de abrir su boca para hablar.
— Te conocía desde mucho antes que hicieras presencia en aquella discoteca. Ante la sociedad soy una persona muy ejemplar, humilde, de negocios legales. Por obvias razones, me invitaban a reuniones y fiestas que organizan este tipo de personas. Deja te refresco la memoria, Haneul — Lanzó los papeles al tocador que se encontraba a un lado de ellos, camino a pasos lentos hasta tomarla por detrás, pasando sus brazos por su pequeña cintura — Fiesta de negocios hecha por tu padre, vestido negro con ciertas decoraciones en dorado, acompañada de tu ex novio. ¿Lo recuerdas? O ¿prefieres que te muestre las pruebas?
— Si, lo recuerdo. La fiesta se llevó acabo hace dos años — Susurró al mismo tiempo que cerraba sus ojos con fuerza cuando sintió los besos de Park en su mejilla. Lo quería lejos de ella y su cuerpo.
— Bien, esa fue la primera vez que te vi. Tan hermosa como siempre, sabía que en ese entonces eras menor de edad pero me daba igual Haneul — La soltó y retrocedió un paso colocando las manos en su cintura. Haneul aprovechó para tomar asiento en la esquina de la cama con mucho cuidado de no lastimarse. Sentía un dolor punzante y horrible en su cabeza, ademas, seguía con rastros del líquido espeso y rojizo.
— ¿Quieres decir que me tuviste vigilada todo ese tiempo? — Susurró con su mirada fija en algún punto de la gigantesca habitación, Jimin soltó un sonido con su garganta y la miró. Era preciosa ante sus ojos, por alguna razón no podía deshacerse de ella.
— Las cosas fueron de esta manera: Tú padre me debía mucho dinero porque sus empresas estaban a nada de caer en bancarrota, lo ayude en ello, te preguntarás...¿él pagó por ello? Porque al parecer no te enteraste, seguías disfrutando de los lujos y derrochando dinero por todas las tiendas de prestigio. Me causaba gracia verte agarrada de la mano con ese chico — Negó con la cabeza, al mismo tiempo que los músculos de sus labios se ensancharon. Volvió a tomar los papeles y se los extendió a Haneul quien rápidamente los tomó para empezar a leer.
La chica empezó a soltar lágrimas, una por una, sintiendo el dolor en su corazón. Su padre la había vendido como si se tratara de una simple mercancía de cualquier material, era un contrato de hace dos años. Ella en ese entonces tenía dieciocho años, aún era menor de edad. Y su padre ya había hecho un trato con un hombre que ni siquiera conocía.
— Tú padre colocó esa condición, Haneul. Yo le entregaba el dinero y a cambio me daba a su hija cuando esta cumpliera la mayoría de edad. Me tarde un poco por ciertos problemas pero lo hice, preciosa...debiste poner más atención en los amigos que tienes. Porque esto no lo hice solo, estas vigilada, si. Pero debía tener a alguien que me ayudara — Jimin presionó el botón que funcionaba para las amas de casa y estas fueran rápidamente a las habitaciones o cualquier parte de la casa.
— Una triste realidad que ahora no esté en el mundo — Hablo Haneul duramente, lloraba por coraje. Una gran furia saber que la persona que tanto admiraba en cierto momento, en realidad, la estaba traicionando de la peor manera posible. ¿Como pudo hacerle aquello? ¡Era su hija! La había vendido desde hace dos años con Park Jimin y a ella ni siquiera le pasaba por la cabeza que algo así sucedería en su vida.
— Si, bueno. No lo creo — Park pasó su lengua por el interior de la mejilla, la miraba sin ninguna otra expresión más en su rostro. Haneul dejó a un lado los papeles y se levantó para dar tan sólo cinco pasos y llegar a él. Frente a frente, sin despegar la mirada de los bonitos ojos de Jimin y a la vez algo pequeños.
— ¿Que me tratas de decir? ¿Ese hombre sigue con vida? — Alzó ambas cejas, Jimin le sonrió tan grande que sus ojos desaparecieron. Pero no, no le causaba ternura o algo parecido, él no tenía ni una pizca de aquello. ¿Como un hombre lleno de tatuajes le daría ternura? Es decir, claro, podría pasar en ciertos casos. Pero en Jimin no, él resaltaba el temor a donde quiera que vaya.
— Mmm...si, tal vez. Puede ser. Averígualo — Se encogió de hombros, Haneul colocó los ojos en blanco y cuando estuvo a punto de abrir su boca para hablar, la señora que tenía como puesto "ama de llaves" hizo presencia a la habitación.
— ¿Necesita algo señor Park? — Preguntó con amabilidad, el emocionado asintió y giró su cabeza para mirarla. La señora miraba un poco asustada y desconcertada a Haneul por su aspecto.
— Si, encárgate de ella. Llévala al hospital o que se yo — La señaló con su cabeza, Haneul resopló y con ayuda de la mujer salieron de la habitación. Jimin aceleró su paso, bajando las escaleras trotando. Hablo con alguno de sus hombres y salieron de casa, ese hombre siempre se encontraba muy ocupado y más ahora. Debía atender un asunto importante después de enterarse que Haneul tendrá un bebé.
La chica sentía su cuerpo desfallecer, cada segundo era más débil. La señora se encargó de transportarla rápidamente al hospital las cercano, en su mente se preguntaba cómo Park podría tratarla de tal manera y dejarla en esas condiciones como si nada pasara. Era grave, un golpe en la cabeza lo era demasiado y Haneul lo había tenido. La sangre seca resaltaba en su piel pálida, ella tan solo se preocupaba por el bebé que empezaba a florecer. De verdad que lo quería tener y Jimin no la detendría, así hiciera lo que sea. Tenía en claro que Park no quería un bebé en su vida por los peligros y riesgos por los problemas que generaba día con día, mas enemigos que amigos. Pero la chica lo cuidaría demasiado, se encargaría de que nadie fuera de casa se enterara.
Eso pensaba, porque Park Jimin estaba a punto de darlo a conocer frente a toda la sociedad. Sería un total caos dentro de poco.
— ¿Usted es su hermana o algo así? — La señora le preguntó a la chica con toda la amabilidad del mundo, Haneul frunció el entre cejo y negó con lentitud.
— No, ¿usted acaba de entrar a trabajar?
—Si, así es. Y una disculpa, pensé que usted era su hermana — Le sonrió tímida.
— Es mi esposo — La señora, llamada Minhee, realizó una pequeña mueca. Haneul se percató de ello y preguntó: — ¿Sucede algo?
— No quisiera entrometerme en la vida personal del señor Park pero...pensaba aquello porque lo vi con otra mujer en el centro comercial, parecían esposos, ademas él la besaba muy constante. Lo siento, señorita — Inclinó su cabeza, Haneul soltó una risa falsa y asintió, imaginándose la situación de verlo de esa manera con otra mujer que no era ella.
— No te preocupes, lo arregláremos después.
Dicho eso, permaneció callada hasta el hospital. Sentía su cabeza reventar aunque no lo diera a conocer, bajo del auto con mucho cuidado llevando las manos a su estómago. Minhee la sostuvo con fuerza adentrándose al lugar lleno de paredes blancas y azules. Haneul bajo la mirada por unos segundos observando sus pies, sentía su mundo moverse demasiado.
— Con mucho cuidado, por favor — Dijo el doctor, con voz gruesa. La mente de Haneul se reactivó al escucharla, sus manos empezaron a temblar demasiado y lágrimas empezaron a acumularse en sus ojos. Alzó su mirada con delicadeza y lentitud para mirarlo.
Ahí estaba él. De pie frente a ella con una bata de doctor, su cabello seguía rizado y negro y en su rostro una expresión pacífica. Haneul soltó un sollozo al verlo de pie.
— ¿Taehyung? — Susurró la chica con voz entrecortada.
Dirán, ¿María porque tienes tantas historias? Lo siento es que tengo mucho en mente, así que, por favor podrían pasarse por "Insta Manquant" es de suspenso/misterio con Taehyung. No tendrá protagonista. Se los agradecería muchísimo
Las quiero, no se olviden de votar y tampoco se olviden del cubrebocas al salir de casa 💗
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