17
Últimamente todo lo que hacía Jungkook era suspirar en miseria mientras se imaginaba la actualidad con diferentes decisiones, reparando en la afirmación imposible de refutar de que era completamente su culpa lo ocurrido. Le resultaba difícil volver a retomar la rutina que había echado por el inodoro y jalado la cadena dos veces para que se fuera bien hondo en el séptico, claramente con la intención de deshacerse de esas mañas porque ya tenía con quien quedar para ser feliz.
Aquel hecho bailando en su cabeza acompañado del rostro de quien lograba despertar sus sentimientos más íntimos era todo lo que necesitaba para asegurar que había acabado con todo, que se quedaría a abrazar aquel sentimiento que no tenía un nombre en específico, pero que lo hacía sentir rebosante de felicidad, querido y perteneciente.
El deseo latente de volver a esos momentos le hacía imposible su intención de no querer basar sus días en lamentarse, porque la sensación de extrañar a alguien era tan insistente y decidida que no había forma de que olvidara lo que en realidad quería ni a quien de verdad quería. Sin embargo, no tenía forma ni cara para ir detrás ello, y eso era lo peor que se podría estar en su situación.
No tuvo que pasar mucho tiempo para que Jungkook se diera cuenta de que lo que lo estaba matando era la forma dolorosa en la que extrañaba a Taehyung. Y claramente, también se daba cuenta de lo evidente que estaba siendo Namjoon al intentar forzar temas entre ellos para evitar preguntarle sobre su estado, sabiendo que aquella cara larga y ojos apagados se debía a cuanto queria a su hermano, sin embargo, no era suficiente para hacer que cediera a estar de acuerdo en aquella relación que Jungkook aseguraba que podria sostener.
Estaba siendo todo lo complaciente posible con Namjoon para no arruinar las cosas con él, pero estaba a punto de perder la cabeza por no encontrar una excusa para acercarse a Taehyung. La última vez que lo había visto había sido el día anterior, y las cosas no fueron como deseaba que fueran. Sentía que había pasado bastante tiempo después de eso, pero el sentimiento de rechazo seguía tibio y reciente dentro de él.
No iba a estar bien hasta que no esté bien con Taehyung, eso era la único que tenía seguro. Y aquel pensamiento fue el que lo llevó a fingir ir a buscar a Namjoon antes de la universidad, con la intención de cruzarse a Taehyung aunque tuviera que conformarse solo con verlo.
No iba a hacer un gran escándalo si seguía indispuesto a verlo o a escucharlo porque al final estaba consciente de que cada quien necesitaba su tiempo para asimilar ciertas cosas, y aquel palabrerío vacío y vergonzosamente intencionado que le había dicho, arrastraba una falsa afirmación que podría haberle destrozado el corazón, si no es que fue lo que ya ocurrió.
Ni siquiera tuvo que tocar el timbre porque cuando llegó la mamá de Taehyung, misma que deseaba llamar como suegra, estaba regando las plantas mientras charlaba con su esposo que se estaba tomando una taza de café. Los saludó, recibiendo una reacción cálida que no podía excluir un abrazo, invitándole a desayunar con los chicos que ya deberían estar en la cocina.
Estando dentro de la casa, se dirigió a la cocina como quien no quiere la cosa, tratando de actuar con normalidad. Su corazón se tomó una pausa que le hizo retroceder cuando vio a Namjoon subiendo las escaleras en pijama, con un pan tostado en la mano y viendo algo en su teléfono. Aquello le limpió el camino hacia Taehyung, mismo que pudo ver sentado en la isla, terminando de desayunar. Y en toda la semana, aquella fue probablemente la única cosa que le había empezado bien.
Se quedó observándolo sin saber si perturbar su tranquilidad, porque estaba seguro que su presencia terminaría agitando las cosas. Lo miró con todo el amor que le tenía, fijándose en cada pequeño movimiento y la forma en que su sola presencia hacía que su corazón siguiera un ritmo acelerado continuo, seguro de que estaba brincando por aquel chico capaz de alborotarle hasta los más profundos sentimientos.
— Buen día — saludó cuando concluyó con su observación y se sintió listo para enfrentarlo. Taehyung lo miró de inmediato, carraspeando y enderezándose en el taburete, saludando con un movimiento de cabeza. Claramente aquello le molestó, pero lo que realmente le hirvió la sangre y le hizo sentir pésimo a partes iguales fue la forma tan desesperada en que recogió sus platos y se levantó para irse —. ¿Terminaste?
Se acercó con lentitud, tanteando la receptividad de Taehyung a su presencia a su alrededor, no queriendo que saliera huyendo al más mínimo acercamiento, aunque en realidad, era justo lo que estaba haciendo. Y parecía que lo mejor que se le daba últimamente era huir y a Jungkook rogar.
— Ajá — respondió en su camino, una respuesta seca y pesada. Era estúpidamente evidente lo negado que estaba a hacerle frente a una conversación con él, sin importar el tipo, que hacía a Jungkook entristecerse de forma inmediata.
— Espera — dijo cuando el mayor empezaba a caminar a la entrada de la cocina sin siquiera verlo.
— Namjoon subió a cambiarse, ya baja.
— Vine a verte a ti — respondió, haciéndolo detenerse. —. Sé que no me quieres ver...
Taehyung lo interrumpió al mismo tiempo en que se giró, viéndolo fijamente con una expresión de rechazo intentando cubrir el dolor que podría transmitir su mirada, porque Jungkook no se merecía saber que estaba dolido ni que seguía igual de afectado que el primer momento en que lo hirió
— Pues pareces querer fastidiarme porque aquí estás.
El tono gélido del mayor podría congelar un país, y quien sufrió aquella solidificación fue Jungkook, el objetivo y causante de aquel desinterés.
— Es que necesitaba hablar contigo — confesó. Se colaba una pizca de nervios en su voz, pero todavía se escuchaba firme y decidida.
— ¿Qué quieres?
— Saber cómo estás.
— Mejoraré cuando estés fuera de mi vista — respondió de inmediato, sin tener que pensarlo demasiado —. Te agradezco la preocupación, pero si eso es todo, puedes irte.
Volvió a darse la vuelta con la intención de retomar el camino que se le había interrumpido, queriendo salir de la
vista de Jungkook a toda velocidad.
— ¿Así es cómo serás ahora? — soltó una risa nasal, incrédulo ante la actitud de Taehyung. Claramente no merecía un trato mejor, pero
todavía no podía asimilar la forma en la que se estaba comportando con él cuando nunca antes lo había tratado de esa manera —. Estoy realmente arrepentido, lo sabes, ¿verdad?
Y probablemente, saber más de lo que Jungkook había dicho era la peor parte de todo el asunto. Volvió a darse la vuelta, volviendo a hacerle frente al pelinegro.
— El arrepentimiento es solo eso, no arregla nada. Y si es lo que pretendes, entonces vete porque aquí no hay algo que yo quiera arreglar.
— ¿Ni aunque esté dispuesto a hacer las cosas a tu manera? — inquirió. Aquello era algo que Taehyung hubiera deseado escuchar en otro momento, no en ese en el que las cosas estaban tan rotas que parecía imposible armarlas de nuevo.
— ¿Sabes como son las cosas a mi manera? — preguntó, obteniendo la mirada fija de Jungkook a la espera de una buena respuesta —. Sin ti, dónde no estés tú.
Fue imposible ignorar lo tanto que le dolió aquello a Jungkook, porque Taehyung parecía tan decidido que lo hacía pensar en dejar de buscarse más rechazos y aceptar aquella decisión que surgió de sus propios errores, sin embargo, aquella no era una opción cuando estaba tan involucrado con él que cada negativo proveniente de él le partían el corazón un poquito más.
— Taehyung... — le llamó, el dolor colándose en su voz, arrastando las palabras. Sus pisadas rápidas resonaron en la cocina cuando intentó detenerlo en medio de su huida, tomándolo de la muñeca y haciéndolo darse la vuelta por tercera vez.
— ¡Suéltame! — gritó, sin embargo, Jungkook no lo dejó ir.
— No grites, por favor — le pidió, tapándole la boca con su palma, sus rostros quedando repentinamente cerca, sus ojos conectados y aquella calidez de sus cuerpos tan cerca siendo perceptible para ambos. Jungkook retiró su mano cuando Taehyung se alejó, carraspeando ante el nerviosismo que lo embargó —. Namjoon no me quiere cerca de ti, lo sabe todo.
Aquella confesión le hizo abrir los ojos en sorpresa, atónito ante el hecho de que Namjoon conociera aquella información que se había asegurado de guardar tan bien.
— Yo no le dije nada — respondió de inmediato, buscando aclarar que no fue el delator. Le quiso preguntar cómo se sentía al respecto, pero sabía que si lo
hacía, entonces abundaría más de lo que debería y se preocuparía a montones, y aquella no era una buena idea.
— Yo le dije todo — respondió —. Le dije que me gustas, que te quiero, que me haces bien y eres lo único a lo que me quiero aferrar por siempre.
Se soltó con fuerza al escuchar aquello, sabiendo que Jungkook buscaba engatusarlo y él estaba demasiado negado ante aquella idea. No podía caer, no iba a caer de nuevo en una inevitable ruptura de corazón.
— Jungkook, organiza tus ideas. Ni si siquiera sabes qué es lo que quieres — le dijo con enojo, queriendo que se notara de sobra lo mucho que lo estaba despreciando, aún sin querer hacerlo, para que dejara de lado la idea de arreglar las cosas entre ellos. Estar separados era lo mejor, no había dudas.
— Te quiero a ti.
Taehyung se rio con falsedad, pareciendo aquella declaración un chiste que ni siquiera le
daba risa, en su camino a escupirle palabras a la cara en un tono que era todo lo contrario a amable.
— Yo a ti no te vuelvo a creer una palabra nunca en la vida.
— ¿Tan malo fui? — preguntó con una tristeza que se notó en sus ojos, haciéndo a Taehyung sentirse horrible de inmediato.
— Fuiste una experiencia de lo falsa que puede llegar a ser a la gente para conseguir lo que quiere, y eso es todo lo que representas para mi. Eres tan egocéntrico que ni siquiera permites que tus propias verdades te afecten, y yo no quiero ni ver a alguien que esté dispuesto a lastimarme porque no quiere ser el único en sentir dolor. Si eso no es ser malo para ti, entonces tus definiciones están alteradas.
Pero Jungkook también fue una experiencia de lo gigante que se podía sentir un toque minúsculo y lo increíblemente parlanchinas que podrían ser las miradas, y eso representó para Taehyung una etapa bonita que se basaba en dejarse querer. Jungkook era ruidoso cuando demostraba aunque silencioso la mayor parte del tiempo, pero el podía entenderlo y darse cuenta hasta de aquello que era incapaz de decirle en palabras exactas. Y si aquello no era querer para él, entonces sus propias definiciones estaban alteradas.
— ¿Es necesario que te vayas? — preguntó el menor con la esperanza de que hubiera cambiado de opinión.
— Yo no voy a estar donde estés tú.
— Ya, ahora me evitas — soltó un resoplido gigante que demostraba su decepción.
— Sinceramente, debí hacerlo desde el principio.
— Pero no lo hiciste, algo debiste-
Volvió a ser interrumpido.
— Lo sé, mi error — y con eso finalmente pudo deshacerse de la insistencia de Jungkook que se arrepentía de rechazar, pero que definitivamente era lo mejor.
El menor se quedó sin palabras, aunque de saber qué decir, tampoco podría abrir la
boca para hacerlo. Sus pies parecieron pegarse al suelo impidiéndole el impulso de ir detrás de Taehyung, o probablemente lo que se lo impedía era la vergüenza que le provocaba ser así de detestable. Anteriormente su mayor miedo era que descubrieran sus gustos y lo odiaran por eso, sin embargo, consiguió el odio de la última persona con la querría estar mal por intentar evitarlo.
Le vio subir las escaleras a toda velocidad sin siquiera girarse a revisar si él lo seguía, cosa que pretendía hacer hasta que vio a Namjoon bajar las escaleras de prisa, chocando con Taehyung sin querer.
— ¿Qué le pasa? — le preguntó a Jungkook con un tono acusatorio, sabiendo que algo tenía él que ver con eso. Cuando estuvo frente al menor, todavía sin obtener una respuesta, le hizo quitar su vista de las escaleras y mirarlo a él —. ¿Qué pasó?
Pero Jungkook se quedó callado.
Salió de aquel adormecimiento y corrió por donde lo hizo Taehyung, dispuesto a seguirle e intentar de nuevo con aquella verdad bajo llaves. Tocó su puerta cuando estuve al frente, misma que fue abierta unos segundos después por un Taehyung que fingía estar relajado para que no se notara su mal sentir, entonces cuando vio a Jungkook allí, retomó su expresión insufrible.
— Soy gay. Siempre lo he sido — confesó.
No dio pistas que anticiparan aquella enorme afirmación que hizo el corazón de Taehyung saltar a toda velocidad, él simplemente lo dijo como si no fuera la gran cosa aún sabiendo que era muchísimo, mirándole con aquella mirada llena de un brillo esperanzador que más que alegrar al mayor, le hacía entristecerse.
Él simplemente le cerró la puerta en la cara tan pronto como Jungkook terminó de hablar, sin pensar en cómo se sentiría al respecto o considerar el esfuerzo que hizo para hacer aquella importante confesión. El seguro fue lo próximo que escuchó Jungkook antes de sentirse caer en un agujero negro que pretendía dejarlo descender indefinidamente a través de aquella oscuridad creada a partir de los errores propios que lo habían llevado hasta allí.
Aquella noticia era tan grande como sorprendente, aunque Taehyung ya se esperaba algo de esa índole en algún momento. Se deslizó por aquella puerta cerrada hasta sentarse en el suelo, asimilando aquello como si fuera todo lo que estuvo esperando para que su, de repente desastrosa vida, volviera a tener sentido. Y aquello fue todo en lo que pensó durante el resto del día, también esa semana completa y en aquellos huequitos de tiempo que encontraba entre clases y ocupaciones varias.
De alguna forma, aquello le traía felicidad que se difuminaba con la tristeza de no querer retroceder por más doloroso que fuera. Pero lo que más le entristecía era el hecho de que Jungkook no se había disculpado ni una vez, ni siquiera indirectamente.
Luchó con el impulso de irlo a buscar, y fue una batalla difícil que al final logró ganar, pero todavía seguía deseando un final diferente para los dos.
Probablemente aquel pensamiento era el más urgente en la mente de ambos, y probablemente la mayoría de sus pensamientos no podrían contrarrestar porque eran demasiado similares, aunque aquella similitud era la último que suponían. Y en el transcurso de todo aquel mes que les pasaba por encima sin esperar a que se recuperasen del día anterior, Jungkook se sintió más vacío que nunca.
El descanso del trimestre le impedía tener la cabeza ocupada con algo, la sensación de no tener nada que cargar con él había desaparecido por completo porque no tenía nada que esconder, y el haber confesado el único secreto que ocultó con especial dedicación y al final no haber cambiado nada con eso, le hizo pensar cuán importante era y el motivo porque el que pensó que lo era.
Era como si no tuviera nada que sostener, no más que un asunto sin solución que le mataba todo el ánimo. Y si se fijaba bien, entonces lo único que le quedaba era dejarlo ir porque hacía tiempo había perdido las oportunidades y con ello la esperanza, entonces resignarse era la mejor manera de continuar.
Sin embargo, eso era algo que definitivamente Jungkook no haría.
— ¿Ya fuiste a seleccionar? — habló Namjoon, sacando a Jungkook de su burbuja de lamentos. Aquella pretendía ser una tarde relajada en esas de las que hablas de todo con tu amigo, sin embargo, había pasado a ser una tarde donde el silencio se intercalaba con los sorbos de cerveza. El menor miró al otro, viéndolo mirar algo en su teléfono, recostado en la cama mientras aquella película que se suponía era su favorita, estaba muteada y siendo ignorada.
— ¿Qué hay que seleccionar? — inquirió, confundido.
— Te tomaste en serio eso de olvidar la universidad durante el descanso — soltó una risa, mirándole con los ojos entrecerrados. Aquella expresión de Jungkook no pasaría desapercibida jamás, incluso cuando había sido la única que había tenido durante el último mes —. Tienes que seleccionar las materias del trimestre.
— Ah, eso — le restó importancia —. Todavía tengo tiempo.
— Tres días.
— Voy después, la universidad no va a echar patas.
Namjoon hizo como que no notó el suspiro que arrastraba un mal momento de Jungkook, girándose a cualquier lado y haciendo cualquier cosa para actuar como que no se daba cuenta de nada. Tenía todas las respuestas aún sin tener que preguntar, y no iba a meterse en un terreno en dónde tendría que hacerlo sentir bien mientras escuchaba lo mucho que extrañaba a su hermano, porque definitivamente no le daría la razón ni lo alentaría a ir detrás de él. Prefería hacerse el ciego incluso cuando aquello le haría parecer un insensible desinteresado.
— Bueno, pero los cursos son limitados — recordó después de carraspear —. Es tu último trimestre antes de entrar a carrera, deberías de esforzarte en no atrasarlo más.
— No tengo cabeza para eso ahora, sinceramente — se quejó, tomando un sorbo de la cerveza —. Ya después veo.
Y allí se quedó aquella conversación.
Entonces, cuando un día antes de empezar las clases Jungkook fue a seleccionar materias y pagar, la brillante noticia de que uno de los cursos necesarios para poder entrar a carrera ya no estaba disponible, le golpeó la cabeza. Aquello, claramente, le hizo querer enterrarse vivo porque era únicamente producto de su proscrastinación, no de alguna urgencia mayor que le había impedido ser más atento con sus responsabilidades.
Aquello lo único que significaba era atrasarse, porque de no tomar aquella materia, no había forma de que empezara oficialmente la carrera.
— ¿Hay algo que pueda hacer? — inquirió, desesperado por encontrar una solución.
— No es una materia que se pueda tomar en línea porque se necesita hacer prácticas — explicó la chica encargada —. Tienes la opción de esperar hasta que el laboratorio esté completamente remodelado, o puedes optar por hacer este trimestre en otro recinto. La sede es una buena opción, allí hay más maestros especializados y los laboratorios son más modernos.
Jungkook suspiró, de repente estresado por aquello.
— No puedo irme a estudiar a otro recinto tan de repente — se negó, pensando en alguna solución —. ¿Puedo tomar la materia después de entrar a carrera?
— ¿En qué te vas a especializar?
— Medicina.
— Entonces no — le dio una sonrisa que pretendía transmitirle ánimo —. Esa materia ya no va a estar disponible porque es parte de tu plan de estudio inicial, necesitas esa base porque la carrera lo requiere — explicó, viéndolo lamentarse en silencio —. Mira, si no haces el esfuerzo vas a entrar a carrera atrasado. Puedes inscribirte en el plan de movilidad estudiantil y aprovechar para terminar tu trimestre con éxito, es una buena forma de destacar.
— Yo no quiero destacar, yo solo quiero terminar de estudiar.
— Pues mientras más lo atrases, más tiempo tardas en terminar — señaló —. Los recintos de Daegu, Daejeon e Incheon tienen cupos, podrías transferirte por este trismestre. Y si decides entrar al plan de movilidad estudiantil, podrías ir a la sede, ¿sabes lo mucho que te aporta estudiar en una universidad destacada de Seúl?
— ¿Seúl?
Entonces, Jungkook había encontrado su excusa.
:)
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