13
Finalmente Jungkook había liberado sus pensamientos, le había dado voces a aquellas verdades que vivían en silencio en su cabeza, torturándolo, pidiéndoles salir. Y en vez de sentirse liviano porque al menos ya no tenía nada que esconderle a Taehyung, o al menos no demasiado, sentía que aquella conversación había puesto unidades de plomo en sus hombros y que, contrario a lo que había supuesto, aquello no se sentía nada bien.
Estaba pasmado, estático, mirando a un punto fijo cuando ya no quedó más que el perfume de Taehyung en el aire, porque él ya había desaparecido por aquel camino oscuro y que parecía sin fin, como si se lo hubiera tragado la lejanía.
Le dolía tanto el pecho que quería llorar a ver si con aquello lograba disminuir su horrible sentir, y estaba seguro de que esa no era la solución absoluta, sin embargo, era lo único que le apetecía hacer en el momento, porque en la situación que se encontraba no había lugar para razonamientos ni arrebatos, simplemente le quedaba desprenderse de todo aquello que creyó tener seguro, empezando y terminando en Taehyung.
Aquella brisa fría de medianoche, el sonido de las olas siguiendo su curso y el latido de su corazón parecían estar dispuestos a crearle un ambiente miserable, porque así era como lo tomaba él, y así era como se sentía. Solo, dolorido sentimentalmente, sin esperanzas, con lágrimas como solución a todos sus cuestionamientos que mataban sus propias ganas de respuestas por culpa de lo que aceptar ciertas cosas traerían consigo.
Caminó en línea recta por toda la orilla, devolviéndose y retomando la caminata, mordiéndose los labios para evitar llorar, queriendo apaciguar el dolor del corazón con el dolor físico que podría causarse. Temió romperse el labio cuando se mordió tan fuerte que le quedarían marcas, tomando un puño de su propio pelo mientras se dejaba caer de rodillas, sin poder aguanta mucho más.
Saber que estaba afectado era probablemente lo peor de la situación, incluso cuando sabía desde antes lo mucho que le importaba lo que pasara entre ellos dos. Y el sentimiento horrible de saber que realmente tuvo el valor para decirle cosas que eran muchísimo más que feas a Taehyung volvió a él, intensificándose cuando reparó en que cada una estuvo cargada de verdad.
Quiso ir a buscarlo, con lágrimas en los ojos, derrotado y decepcionado de él mismo, pero dejó volar aquella idea cuando aceptó que no se merecía ni siquiera pedir disculpas. Porque era horrible, despreciable y lo peor que le pudo pasar a Taehyung en la vida.
Aún así, lo seguía queriendo.
Después de aquella caminata solitaria y bajo la oscuridad de la noche, lo último que quería Taehyung era estar solo. Y aquello no era el único motivo, sino que realmente necesitaba compañía, no quería sentirse abandonado, ni sin amor, tampoco descartado.
Todavía conservaba la chaqueta de Jungkook cuando llegó a su casa, aferrándose más a ella cuando recordó que estaba sobre sus hombros, intensificando su llanto al darse cuenta de que todavía seguiría enganchando a Jungkook y todo lo que tuviera que ver con él.
Subió las escaleras, llegando a su habitación y poniéndose el pijama antes de secarse las lágrimas, prefiriendo tragarse todo lo que seguía sintiendo porque ya había llorado demasiado. Aquellas declaraciones eran decisiones de quien las dijo, y él no debía estar tan dolido por aquello, la vida se trataba de eso, pero no podía simplemente dejarlas pasar cuando aquells verdades eran estacas directo a su corazón.
Con su rostro seco, una almohada en la mano y una expresión estoica, caminó hacía la habitación de Namjoon, entrando sin tocar. No le preguntó antes de subirse a la cama, abrazándolo por detrás, escondiendo su rostro en la nuca de su hermano.
— Voy a dormir aquí hoy — dijo, sin darle opciones a negarse a Namjoon. Él se giró, después de quitar los brazos de Taehyung de su cintura, mirándole a la cara.
Tenía los ojos cerrados, pero era evidente que antes habían lágrimas allí.
— ¿Por qué? — inquirió, recibió un encogimiento de hombros —. Estás frío, ¿saliste hoy?
— Sí.
— ¿Qué te pasó? — preguntó con interés y preocupación.
— Nada, ya se acabó la fiesta — su voz sonaba bajita y con pereza, abrazándose más a Namjoon mientras deseaba que no se le pregunte más nada.
— Hueles a Jungkook.
— Tal vez me metí con alguien que usa el mismo perfume — respondió, carraspeando, queriendo cerrar el tema —. ¿Me puedes abrazar?
— Claro.
Namjoon lo abrazó durante toda la noche, sin soltarlo ni por un solo segundo. Pretendió no darse cuenta de que Taehyung lloraba en su pecho, haciéndole creer que estaba dormido para que no se tragara el llanto que quería dejar salir y le ayudaría a liberarse por lo menos un poco del peso que sentía. Sabía que Taehyung no le diría nada a menos que le insistiera porque él siempre se guardaba sus dolores y las cosas importantes, pero no quería hacerle preguntas que él probablemente no quería responder.
Se durmió después de sentir a su hermano reapirar con lentitud, seguro de que dormía y había dejado de llorar. A la mañana siguiente, se despertaron en la misma posición.
Se levantó primero, arreglando la sabana que usaron para arroparse sobre el cuerpo de Taehyung. Cuando estuvo en la universidad, que se encontró con Jungkook, él cargaba una expresión de derrota, pensativo, como si estuviera arrepintiéndose de algo, y ni siquiera tuvo que atar cabos porque la respuesta llegaba sola. Actuaría como si no supiera nada porque no era su asunto, pero si debía tomar medidas, entonces lo haría.
— ¿Y esa cara larga? — le preguntó a Jungkook, tocándole el hombro para que saliera de sus pensamientos, mismos que parecían estarlo torturando.
— ¿Cuál? Estoy normal.
— Ya — respondió, recostándose a su lado en aquella pared —. Normalmente andas de risita, hoy no parece que tengas ganas ni de existir.
— Pues mentira no es — soltó un resoplido, estresado por lo horrible que se había vuelto todo, queriendo arreglarlo de inmediato aún cuando no tenía ni idea de cómo.
— ¿Qué te tiene así?
— Nada, no importa — le restó importancia, girándose hacia Namjoon antes de carraspear —. ¿Y tu hermano?
Namjoon le miró con los ojos entrecerrados, haciendo que Jungkook apartara la mirada.
— En casa.
— ¿Está bien? — su mirada de preocupación fue demasiado notoria como para que Namjoon la pasara por alto, mirándole de lado en consecuencia —. Bueno, que no tiene nada que ver conmigo, pero pregunta de rutina, ya sabes.
— ¿Qué eres? ¿policía? — Jungkook fingió que aquello le daba risa e intento sonreír por lo menos un poquito, queriendo no quedar en evidencia, pero lo único que logró fue una mueca —. ¿Por qué lo preguntas? Sabes algo que yo no, ¿verdad?
— ¡No! — negó con un grito que le sorprendió hasta a él, recuperando la compostura y carraspeando nuevamente antes de hablar —. Mira, no es que sepa algo, porque ni siquiera somos cercanos, te estaba preguntando para hacer conversación, pero no tienes que responder si no quieres.
— Él no está bien.
Y aquella respuesta le hizo doler el pecho de inmediato, porque aunque sabía que Taehyung no iba a estar contento después de la noche anterior, no esperaba que estuviera mal al punto de que su hermano lo reconociera. Era su culpa, y no había forma de que aquel sentimiento se minimizara.
Estaba desesperado por verlo, arrepentirse de sus palabras con una disculpa y abrazarlo hasta que se le olvidara aquello, pero había hecho demasiado y no estaba seguro de que eso fuera suficiente para borrar aquel mal momento.
— ¿No hiciste nada para hacerlo sentir mejor? — inquirió, queriendo saber más.
— No puedo ayudarle si no sé en qué le puedo ayudar — le respondió, haciendo a Jungkook morderse el labio, nervioso y preocupado —. Y sabes, curiosamente, cuando llegó anoche tenía tu olor encima.
Jungkook quedó de piedra, sin saber qué decir, sintiéndose descubierto. Cambió su posición de estar mirándole, a volver a recostar su espalda de la pared, mirando al frente.
— ¿Mío?
— Tuyo — afirmó —. Y no es que quiera insinuar nada, pero me estoy llenando la cabeza de ideas.
— ¿Cómo cuáles? — preguntó de inmediato y sin cautela, buscando saber si debería estar alerta.
— Te parecerían terribles, mejor me las guardo — negó con su cabeza, restándole importancia a aquello cuando Jungkook le miró con las cejas fruncidas —. Pero Taehyung no tiene nada que ver contigo, ¿verdad? Entonces no hay de qué preocuparse, que si me viera en la necesidad de romperle la cara a alguien no va a ser a ti.
— Sí, que alivio — fingió reirse, con el corazón acelerado, queriendo actuar casual cuando en realidad estaba cargando con demasiado en su conciencia —. Pero, ¿y si tuviera algo que ver con él?
— Bueno — pareció pensarlo, totalmente seguro de lo que estaba ocasionando con aquellas insinuaciones que quería hacer pasar como indefensas —. Eso sería cosa de él, yo no le puedo decir con quien no y con quien sí relacionarse. Soy su hermano, no su papá.
— Entonces, ¿si alguien lo lastima te quedas tranquilo?
Jungkook parecía más interesado de lo que quería mostrar en aquella conversación que le daría respuestas para comprobar cuan a salvo estaba su amistad con Namjoon, porque si bien aquel asunto no le rozaba ni un cabello, él no lo vería de esa forma si es su hermano quien sufre las cosas que ocasionaba él.
— Claro que no — le respondió con obviedad.
— Ya, aunque yo opino que no te deberías meter tanto en su vida, que si le pasa cualquier cosa el sabrá resolverlo.
— No lo dudo, pero tampoco me puedo quedar de brazos cruzados cuando lo veo tan mal — su respuesta hizo a Jungkook morderse los labios, sin saber qué responder para no quedar en evidencia —. ¿Qué es lo que hay entre ustedes? — preguntó. Parecía un amigo meramente interesado por lo que pasaba en su vida, y realmente lo era, pero también quería escuchar de su boca lo que se traían él y su hermano.
— Ahora mismo nada — respondió sin pensar, sumido en sus pensamientos.
— ¿Y antes?
— Solo... — se detuvo cuando estuvo a punto de meter la pata, viendo la mirada de Namjoon sobre él que de pronto se sentía amenazante —. No soy gay, Namjoon. ¿Qué te pasa?
— ¿A mi? — le miró con las cejas fruncidas, soltando una risita mientras notaba como se alteraba de repente al escuchar aquel tema —. Te hice una pregunta normal.
— Claro que no, quieres que te diga algo que piensas que sé o que supones que hago, ni siquiera estás siendo discreto al respecto — se acomodó su mochila en el hombro, mirándole molesto —. A mi no me metas en asuntos que no tienen que ver conmigo.
— Jungkook, relájate — le pidió, serio, girándose a mirarlo —. No dije que estuvieras revolcándote con él en las noches bajo el techo que compartimos — Jungkook volvió a mirarle, aterrado y con aquella molestia que era evidente en su rostro —. Esta bien si me quieres seguir viendo la cara de estúpido, no tienes que alterarte.
— ¿Qué mierda pretendes? — inquirió, en una queja que demostraba cuan cansado estaba del tema.
— Yo no pretendo nada.
— Entonces, ¿a qué viene eso?
Aún con el descontento que sentía, todavía se podía colar un poquito del miedo que le daba ser descubierto. Y él pensaba que no era fácil de notar.
— A que crees que me ocultas algo mientras me lo restriegas en la cara.
Jungkook soltó una risa nasal, mirandole con una gracia que fingía. Sabía que Namjoon estaba a nada de descubrir aquello, especialmente porque su hermano estaba pasándola mal con aquel asunto y probablemente le diría todo. Y él si tenía la culpa de eso, pero no de que Namjoon quisiera saber más de lo que debía de cosas que no tienen que ver con él.
Jungkook ni siquiera le escondía algo que tuviera que saber, él se escondía a él mismo, y aquello ya era su propio problema.
— Mira, somos amigos y te quiero, pero no tengo que decirte todo — respondió, aceptando que estaba bajo el ojo de Namjoon, y que aquellas sospechas pronto serían esclarecidas —. Tengo mis secretos, y sabes que te he confiado cada cosita que considero privada, pero también están las cosas de uno, las que no se dicen, y no puedes obligarme a que te las diga también.
— Ahora estoy más confundido, tú solo te exhibes. Ni siquiera te pedí que me digas esa cosita que dices tener, Jungkook.
El pelinegro ya se había estresado, soltando un resoplido pesado que pretendía tranquilizarlo, pero que no logró su propósito.
— ¿Qué quieres, entonces? — inquirió con seriedad, mirándole fijo, esperando que Namjoon le echara aquello en cara de inmediato.
— Yo no soy el que quiere algo de ti.
— ¿Qué coño le tengo que dar a quién? ¡Sé claro, Namjoon! — se despeinó el cabello con frustración, su queja buscando conseguir que el mayor hablara sin tanto rodeo, incluso cuando aquello era lo último que deseaba.
Namjoon ya podía notar que hablar de cosas que rozaran el tema que Jungkook no querría sacar a flote le estaba molestando demasiado, entonces lo dejaría. Cuando Jungkook quisiera hablarle del asunto, él lo escucharía, esperando que no sea de una forma que le obligue a distanciarse.
— No puedo ser más claro si no me das la confianza.
— Pues te la estoy dando, dímelo — replicó sin paciencia.
— Así no, Jungkook.
— ¿Qué más quieres?
— Ya déjalo, vamos a clase — le jaló por una de las asas de la mochila, encaminándose juntos a una de las aulas en la que tendrían su próxima clase.
Jungkook, con pasos pesados y de repente de mal humor, se encaminó al lado de Namjoon a la clase que estuvo a punto de empezar. Y quiso no darle vueltas al asunto ni tener que molestarse en buscar alternativas para arreglar lo que había estropeado, pero no era algo que pudiera evitar solo porque quisiera.
Estaba demasiado ansioso por conocer el estado de Taehyung, si estaba muy mal o si lo estaba llevando bien en la medida de lo posible, y aquello, aunque no se acercara a decirle cuanto lo sentía, le ayudaría a sentirse un poquito mejor. Ya ni siquiera le importaba lo que pudiera sentir él, eso ya estaba en segundo plano, su prioridad era Taehyung.
Cuando terminó su primera clase del día, decidió saltarse las otras sin siquiera pensárselo demasiado porque estaba demasiado abrumado para poder poner atención a una clases que no estaba formando parte de sus intereses, saliendo de la universidad directo hacia Taehyung, queriendo verlo antes de que Namjoon llegara a casa.
Era casi medio día, esperaba que estuviera despierto y en casa, y claramente dispuesto a perdonarlo, porque para ser sincero con él mismo, ni siquiera se veía con alguien que no fuera él, incluso aunque no podían estar juntos de la forma en que se debía.
Llegó a su destino, bajandose de inmediato de su moto y yendo directamente a la puerta, tocando el timbre. Lo intentó una, dos, tres veces y no hubo respuesta, entonces, en el quinto intento, Taehyung apareció, asomándose.
Tenía la cara y los ojos hinchados, y eso le alertaba a Jungkook de lo mucho que había llorado. Sus mejillas estaban infladas mientras parecía masticar algo, despeinado y en pijamada. Su expresión pasó de estar apagada a una de terror cuando vio a Jungkook allí, como si él era todo a lo que le huía, cerrando la puerta de inmediato.
Jungkook metió su pie, porque sabía que si le dejaba cerrar, entonces no iba a poder hablar con él. Empujó un poquito la puerta, abriéndola medianamente.
— Escúchame, por favor.
Sin embargo, Taehyung no quería ni tenía nada que escuchar viniendo de él porque la noche anterior le había dicho hasta lo que no debía, y en parte había resultado perfecto porque aunque todavía lo quería, ya no tenía esperanzas. Estar desilusionado era la mejor medicina para perder el interés, pensaba él.
— No quiero, vete — empujó otro poquito, luchando con Jungkook que seguía con el pie debajo del marco de la puerta y su brazo haciéndole fuerza.
— Perdóname, es lo único que quiero — le pidió, mirándole a la cara con una expresión de derrota que no pudo ocultar —. Soy lo peor que te pasó, ¿verdad? — soltó una risa nasal, llena de tristeza, olvidando la gracia que solía arrastrar con ello —. Lo siento mucho.
— Si lo sientes tanto, entonces déjame tranquilo, busca donde perderte, pero no vuelvas a aparecerte frente a mi.
Taehyung le hablaba con tanta seriedad que ni siquiera podía excusar aquellas palabras para su propio bien, haciendolas pasar como producto del dolor del momento y no como lo reales que podría ser. No quería tomarlas, no le iba a hacer caso de ninguna manera.
— ¿Cómo quieres que lo haga? — inquirió, su voz saliendo afectada —. Ya ni siquiera me imagino sin ti.
— No tienes que imaginarlo, Jungkook. Es la realidad — y volvió a empujar, rindiendose cuando Jungkook intentó entrar por el espacio abierto, dejándole pasar —. Mira, si te quieres sentir mejor contigo mismo, entonces te perdono, pero no tienes derecho a venir a querer arreglar algo que está demasiado roto. Tú tienes tu postura y yo tengo la mía, y ninguna se parece a la otra, así que vete de aquí.
— No me estás haciendo un favor al decir que me perdonas con ese desprecio — dijo, cerrando la puerta a su espalda cuando estuvo dentro, quedandose pegado a esta.
— No te desprecio, solo no te quiero cerca.
— ¿Y la diferencia? — inquirió, soltando una risa amarga —. No es demasiado tarde, Taehyung, podemos arreglar esto, voy a ser mejor, lo prometo.
Pero en aquel punto Taehyung no le creería ninguna palabra, y aún si lo hiciera, no iba a retroceder porque ya sabía de sobra lo que aquello implicaba.
— Que no quiero intentar cambiarte, Jungkook. Esto es lo que eres. Si estás feliz viviendo de esa manera, yo no soy quién para intentar cambiar tu estilo de vida solo para adaptarlo al mío, cada quien decide como quiere vivir y nuestras formas no coinciden. ¿No crees que significa que ya debemos dejarlo ir? — que estuviera siendo recto al manejar aquel asunto no significaba que no le dolía rechazarlo ni decir todo aquello, porque aunque era lo mejor que podía hacer, era una decisión dolorosa, tanto como volver al punto en el que estaban.
— No, me niego — se acercó, queriendo tocarlo, pero el mayor retrocedió la misma cantidad de pasos que Jungkook se acercó.
— El daño que tanto evité al final llegó, y quise quererte aún cuando todo apuntaba a eso — sonrió, triste, una sonrisita tan chiquita que tuvo la fuerza de destrozarle el corazón a Jungkook y hacer sentir a Taehyung miserable —. Lograste que te quisiera y al final me volviste mierda, no creo que pueda volver a una relación que se base en probabilidades de cuan mal todo podría salir.
El menor vio una lágrima deslizarse por la mejilla contraria, entonces quiso acercarse a limpiarla. Besarlo, hacerlo reir, pero era tan tarde que el propio pensamiento parecía fuera de lugar. Estaba tan arrepentido de llevar las cosas hasta allí que sus lamentos resonaban en su propia cabeza incluso cuando no los emitía en voz alta.
— Es que te centras en lo malo, te estoy diciendo que puedo cambiar por ti — recalcó, viendo lejana otra oportunidad, pero decidido a intentarlo.
— Cambia por ti mismo, a mi ya déjame fuera — su voz salió con más fuerza, decidida, limpiándose sus lágrimas con violencia —. Vete.
— No me quiero ir — negó efusivamente, acercándose más a Taehyung que siempre, desde ese momento, retrocedería cada vez que Jungkook intentara acercarse —. No me voy a ir hasta que no estemos bien.
— Mira, Jungkook, no hay forma de que estemos bien, nunca lo estuvimos. ¡Y quédate quieto ahí! — gritó, ocasionando que más lágrimas salieran, queriendo detener a Jungkook que pretendía acercarse cada vez más. Jungkook obedeció, entonces Taehyung siguió —. Me cansé tanto, de verdad, tanto que incluso aunque me duela el alma por terminar así contigo, también me siento más libre.
— No digas cosas que no quieres decir, piénsalo bien.
— Es que no necesito pensarlo más porque yo sé lo que no quiero, y no me quiero seguir amoldando a lo tuyo si tengo que cortar un pedazo mío para hacerlo, tampoco quiero vivir escondido, porque por más que te quiera, también quiero vivir mi propia vida.
— ¿Estás seguro de que me quieres? — soltó una risa amarga, sintiendo un nudo en la garganta y sus ojos aguarse, esforzándose por no derramar ni una lágrima —. Porque si estuvieras siendo serio al respecto no me harías esto.
— Yo sí te quiero, pero no conmigo — soltó un suspiro pesado, encogiéndose de hombros cuando Jungkook le dio esa mirada que no supo como tomar, parecía sorprendido de Taehyung, como si nunca se hubiera esperado aquella actitud —. Yo voy a ser feliz por mi lado, tú se feliz por el tuyo, como quieras, a tu manera.
Jungkook se mordió los labios con fuerza, apretándose el puente de la nariz con una mano mientras su cara permanecía erguida, calmándose, ocultando sus verdaderos sentimientos. Entonces, cuando pareció estar tranquilo, miró a Taehyung con una sonrisa y una expresión indiferente. Aquella mirada se deslizó de los ojos contrarios hacia el suelo cuando supo que no podría seguir viéndolo así porque de lo contrario iba a ser imposible hacer pasar como real lo que estaba a punto de decir.
— Si es lo que quieres, está bien. Sinceramente, solo venía por un poco de sexo, ya sabes, para la despedida, porque después de eso no planeaba volver a buscarte nunca más — habló, pareciendo seguro y tranquilo, como si no le diera vergüenza hablar de aquella forma —. Tú ya sabes lo que pienso al respecto, simplemente estabamos dando asco. Te me adelantaste, y te lo agradezco porque es una carga menos — abrió la puerta, girándose con una sonrisa que ni siquiera pretendía llegar a sus ojos, falsa, forzada —. Vuelvo a lo mío, fue un gusto usarte para darme cuenta de que no soy del tipo pasivo. Porque esto se basaba en usarnos, ¿cierto? — se atrevió a mirarle a los ojos, y aquello fue un acto de destrucción a él mismo, porque el rostro húmedo y derrotado de Taehyung no pretendía lograr otra cosa en él —. Pero hey, contrólate, no me vayas a extrañar mucho.
Y se fue, eliminando cualquier rastro de burla de su rostro, sintiéndose la peor persona del mundo.
Si el taekook fuera de mi barrio el tayun le hubiera respondido al junko "Pero te la metí y eso no se quita, del fuiche no vuelves a ser virgen sin importar cuantas mujeres te des"
Ojalá y se muden por acá. 🤪
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