Quinto mes.
—Oye, y ¿tienes todo entonces?
—Si, no te preocupes unnie, Somin me está ayudando, es muy profesional.
—Ok, sabes que cualquier cosa que necesiten o no entiendan me llaman —acaricié la piel de mi vientre, recién había terminado de tomar un baño y me encontraba en ropa interior— en la agenda que le di están…
—Unnie, ya te dije que nos arreglaremos, tú no te preocupes, descansa —me regañó con tono infantil— debo dejarte, la sesión empezará en unos minutos, te mandaremos algunas fotos luego.
—Ok, hablamos más tarde.
—Te iré a ver en la noche, llevaré comida para cenar, Tae no irá, está ocupado con las filmaciones de la nueva serie.—asentí aunque no pudiera verme— cuídate, los amo.
—Nosotros a ti, ninita. —dejé el móvil sobre el mármol del lavabo, unté crema en mis manos para pasar por mi piel, aún cuando dije que la genética estaba a mi favor debía cuidarme en todo sentido, siempre he sido algo vanidosa.
Y ahora que tenía todo el tiempo del mundo, ya que mi hermanita delegó mi trabajo de manager a una amiga que tenemos en común. Según ella, porque debía estar descansando y no correr el riesgo de que alguien más se enteré del embarazo, ya eran muchos los que lo sabían, era una bomba de tiempo.
Y si, tenía que aguantarme estar encerrada, lo peor es que el verano se acercaba, los días lindos y yo no iba a poder disimular demasiado el bulto que estaba llevando, sobre todo porque ni bien pasaron días de que cumplí los cinco meses, mi vientre decidió crecer más. Así que debía comprar más ropa holgada. Los vestidos largos se habían convertido en mis más grandes aliados.
Hoy tendría tiempo de organizar algunas cosas mientras JeongSan tomaba su siesta. Era tiempo de empezar a comprar las cosas para el bebé, todavía no sabíamos el sexo, tenía fecha para la próxima semana. Sentía una enorme tristeza por JungKook ya que no estaría presente, apuesto a que hubiera estado todo emocionado que estaría saltando todo alegre como un lindo y tierno conejito. Tenía ganas de golpearlo, conejo malo.
Terminé de vestirme y peinarme, alistando detallitos banales cuando siento mi móvil vibrar y la pantalla cargarse de algunos mensajes.
Jeon
Buenos días Gia, ¿cómo estás?
Quería saber si hoy por la tarde podría pasar por JeongSan.
Vendrán a casa mi hyung y sobrinos, pasaremos un día en familia.
Gia
Hola, por mi no hay problema, ahora está con Noo-ri haciendo actividades, pero puedes pasar por él más tarde. Le avisaré que vienes así lo deja listo.
Jeon
La invitación también es para ti, pensaba que podrías venir con nosotros. JungHyun quiere verte también.
Leer el último mensaje me asombro, ¿otra vez pretendiendo jugar a la familia feliz? Estaba por escribirle preguntando sobre su noviecita, pero sonaría infantil e inmaduro y solo me estaba dejando llevar por los celos. ¡No! Quiero decir por la indignación. Nada más.
Gia
Lo siento, Jeon, hoy voy a estar muy ocupada, otro día puede ser, dile a JungHyun que lo llamare para arreglar verlo a él y su familia.
Gracias de todas maneras.
Con eso creo que es suficiente. Dejé el móvil en la mesita de luz una vez salí del baño, mientras comenzaba a alistar mi bolso, el aparato comenzó a vibrar con una llamada entrante, su nombre brillando en la pantalla.
—Dime.
—¿Esta todo bien? —fruncí el ceño ante su pregunta.
—No entiendo. —escuché un suspiro ahogado del otro lado de la línea.
—Tu forma tan fría de tratarme, se que no tengo derecho de reclamarte nada, pero por lo menos podríamos llevarnos bien por nuestro hijo.
Sentirme indignada en estos momentos ¿es normal? En estos momentos me imaginaba gritándole blasfemias, pero me contuve. Lo intento, en serio que lo hago, pero este hombre me la hace difícil.
—Yo no siento que te traté mal, JungKook, te trato con cordialidad y obvio quiero llevarme bien por JeongSan. No sé a que viene tu reproche.
—Tienes razón, lo siento —hablo lo más suave posible— me apena que no puedas venir a Jeong le hubiera gustado que estemos los tres juntos paseando, a tí te hubiera encantado también.
Me dejé caer en la cama sintiendo escocer mis ojos por las lágrimas. Sus palabras sonaban tan dulces.
—Si, sé que él se pondría feliz —su risita del otro lado de la línea me hizo sonreír, pero a los segundos sentí como me golpeaba con fuerza un baldazo de agua helada cuando escuché una voz femenina detrás llamarlo de forma tan melosa que me dio asco— avisa a Noo-ri la hora que vendrás, que tengan una linda tarde.
Corté sin siquiera esperar a su despedida, sentí un calor atosigante subir por mis extremidades, tanto que me tense, el teléfono en mi mano lo apreté con fuerza al igual que mis ojos que contenían las lágrimas. Estaba con ella y me reclamo la forma de tratarle. ¡Maldito Cínico! O sea, quería reírme, o llorar. La impotencia que sentía era demasiada.
Sentí un dolor punzante cerca de la boca del estómago y entendí que debía calmarme, sobe mi vientre pidiéndole perdón a mi bebé, intenté cantarle pensando que con este pequeño ataque de nervios e irá le hice daño. La última vez que había perdido los estribos fue mucho antes de conocer a Jeon y fue solamente para golpear a unas niñas que molestaban a Ina solo por ser linda.
Siempre he tenido un carácter algo fuerte. Jeon lo supo apaciguar hasta el punto de disolverlo, hasta ahora, gracias a su causa volvió la Gia gruñona y que pierde la calma en un santiamén.
🖤🖤🖤
La noche había llegado, estaba agotada, Effie y Mira me llevaron a recorrer por todo el centro comercial cada tienda de bebés o niños, tiendas donde podría comprar ropa maternal sin que se notará que era eso, maternal. Almorzamos en medio de una video llamada con el grupo de ‘bangtan females’ me reí toda la tarde, me tomé dos batidos de fresa, me abastecí de cerezas de la verdulería cuando volví a casa, había pasado un día hermoso, hasta había olvidado por completo la conversación incómoda de esta mañana con Jeon.
Cuando llegué Ina me estaba esperando, bailaba alrededor de la cocina mientras preparaba la mesa para nosotras dos con la cena. Tenía la suerte de que ella viviera a solo unos pisos de distancia, todos vivían en el mismo complejo, así que vernos y reencontrarnos se hacía un poco más fácil.
Se acercó a mi sonriente invitándome a bailar, beso mi vientre, ella siempre me hacía reír. Iba a cruzar la sala para ir a mi habitación y dejar las bolsas de compras cuando escuché el timbre, riendo por las ocurrencias de mi querida hermana fui a ver de quién se trataba, me atraganté con mi propia saliva cuando vi por la pantalla a JungKook con nuestro hijo dormido en sus brazos, todavía no los esperaba.
—¡Ina! ¡Ina! —grité en susurros, ella alarmada llegó a mi lado, le indique que se encencargará del asaunto en cuestión mientras tomaba rápidamente las bolsas y salía a pasos apresurados hasta mi habitación. Cerré la puerta apoyando el oído sobre la madera para escuchar, la habitación de mi bebé estaba frente a la mía, así que escucharía los movimientos.
Minutos después, escuché los murmullos cerca, parecían hablar muy animadamente, silencio durante unos segundos. Luego.
—¿En serio tu hermana no está? O ¿solo me evita?
—¿Y qué si lo hace? —aunque no podía verles, imaginaba a Ina cruzada de brazos con actitud burlona, escuché un bufido, era de él— no te importa Jeon, además como ella te dijo, tuvo que salir.
—¿Hasta estas horas? —se escuchaba algo ansioso.
—Apenas son las nueve de la noche y se iba a juntar con un amigo.
No sabía si matarla o felicitarla. Apreté otro poco mi oído a la madera al no escuchar más nada. Sentí pasos alejándose, creo que le molestó aquel último comentario. En el trascurso en que Jeon se iba entré al baño para refrescarme. Salí cuando Ina me avisó que todo estaba despejado. Entré a la habitación de mi bebé para darle un beso y arroparlo.
Encontré a Ina en silencio en la cocina, se veía como pensativa, preferí ayudarla a terminar de preparar la mesa con toda la comida, hasta se había tomado el tiempo de hacer jugo de naranja exprimido ya que no podía tomar Soju y según ella tomarla sola era deprimente. Comenzamos a comer en silencio una vez nos sentamos una frente a la otra.
—¿Qué te dijo, Jeon? —pregunté fingiendo desinterés.
—JeongSan se divirtió mucho, fueron a comer, al parque y torre Namsan, jugó hasta el cansancio con sus primos, se quedó dormido ni bien lo metió al auto —comentó sin mirarme llevando pequeños bocados a su boca. Bufó, una sonrisita burlona se asomaba por sus labios— el muy descarado pregunto por ti, reclamando que porque no lo atendías y que hacías a estas horas afuera.
Nos miramos e hice el ademan de mostrar mi vientre como algo obvio del porque lo evito, negamos divertidas.
—Nos escuchaste, ¿verdad? —asentí lento mientras masticaba la comida— ¿aún sientes algo por él? —susurró algo apenada. Me detuve del todo mirándola, inhale aire cansada, y asenti tranquila; a ella no puedo mentirle, chasqueo su lengua— que mal gusto tienes, unnie, mira que enamorarte de un conejo, que de lindo no tiene nada.
Reí recordando cierto momento.
—Eso no dijiste cuando lo viste por primera vez en el vídeo de “no more dream”, hasta recuerdo tu baba cayendo de tu boca —me burlé llevando arroz a mi boca. Nos miramos para reírnos. Siempre sabíamos cómo destensar los momentos.
Seguimos hablando de todo, cuando nos dimos cuenta Taehyung vino a buscar a Ina, se lo notaba cansado e irritado. Apenas saludó a mi hermana con un beso y eso que la mayoría del tiempo eran muy melosos entre los dos. Eran demasiada dulzura para mí.
—¿Cómo te sientes? —preguntó serio, terminé de poner las vajillas y vasos sucios dentro del lavaplatos para hacerlo funcionar y voltearme a verle.
—Bien —sonreí sobando mi barriga— ya estoy algo panzona.
—Te ves muy bonita. —sonrió destensando el ambiente— JK nos mando fotos al grupo de su paseo con JeongSan.
—Mmm, le comentó a Ina que la pasaron bien, supongo que después me pasará las fotos. Cayó rendido en su cama.
—¿Crees que el niño le dirá algo?
—No, se lo hemos prohibido, está ansioso, pero a la vez alegre de creer que será una sorpresa —exclamé con cierto sarcasmo.
Bufó mostrándome una sonrisa nada amable y mirándome con frialdad.
—¿Qué esperas, que se entere por otro lado, se enoje y haga un escándalo?
—No es tu asunto. —espete algo molesta por su actitud. No iba soportarlo más, comencé a caminar alejándome para encerrarme en mi cuarto.
—Esto es realmente absurdo, Gia —reclamó siguiéndome— te estoy hablando, tienes que decírselo tarde o temprano.
Me detuve en seco cuando mis ojos captaron en la pantalla de la televisión prendida la noticia que pasaban por uno de esos programas de chismes.
“El compromiso del Idol Jeon JungKook y la modelo Park SongYoo”
—Esta es una de las razones por las que no se lo diré, TaeHyung, él está muy feliz ahora. —mi voz salía estrangulada. Aparté la vista de allí mirándolo fijamente a él.
Su rostro era todo un poema, algo indescifrable, soltó unos insultos por lo bajo. Sin esperar más, me voltee para seguir mi camino, me deje caer sentada en mi cama, ya no salían más lágrimas, lo único que sentía en estos momentos era un extraño vacío.
Hola, espero les esté gustando la historia. Por favor, no olviden votar y comentar me gustaría saber qué tal les parece.
Besos 💜✌️
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