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Jeon JungKook

Aún seguía absorto en pensamientos demasiado irreales, ridículos sin saber cómo sentirme o siquiera reaccionar. Ni siquiera sé cómo llegué a casa entero luego de la noticia.

Iba ser padre de nuevo. Gia me daría un bebé. Una niña.

Me detuve delante de la puerta de caoba de mi apartamento con una enorme sonrisa plasmada en mi rostro, que se desvaneció lentamente al caer en cuenta de la situación en la que nos encontrábamos. Sintiendo una rabia e irá inundarme por habérmelo escondido.

¿En qué diablos estaba pensando esta mujer?

-¿Qué hubieras hecho si te lo decía el mismo día de la firma del divorcio?

-No los hubiera firmado, eso es seguro.

-Te hubieras quedado conmigo solo por el bebé.

Entiendo su punto de vista, pero aún así tenia todo el derecho de saber, ¡Maldita sea! tenía derecho después de todo yo soy el padre. Suspiré tecleando el código de acceso al departamento, entré y me quité los zapatos, habían apenas un par de luces encendidas, me dejé caer al sillón de tres cuerpos frente al enorme ventanal que me dejaba ver las luces de la ciudad en medio de un cielo oscuro.

Sentí unos pasos a mis espaldas, un aroma dulce particular en el aire, unas copas de vino aparecieron en mi campo de visión sostenida por las manos de ella, susurró algo en mi oído que no alcance a escuchar. Al minuto, tenía a la pelinegra delante de mí enfundada en un juego de lencería de encaje completamente negro.

Me tendió una de las copas en mi mano al cual le di un sorbo mientras dejaba el suyo en la mesa de café de cristal, acto seguido tomó asiento sobre mis muslos rodeando mi cuello con sus brazos, sonreía pícaramente, su labial rojo hacía más carnosos sus labios, quitó de mis manos la copa para colocarlo junto al de ella volviendo a su posición en mis piernas, para variar sonreí ante sus muestras de cariño.

-Hola mi conejito lindo, ¿qué tal si hoy me dejas hacerte un desfile privado? -susurraba seductora sobre mis labios acariciando los cabellos de mi nuca, bajó sus manos con uñas de un impecable rojo lento por mi pecho- prometo ser muy atenta con todo.

Nuestros labios se unieron en un beso lento que al instante paso a ser pasional, ella se acomodó a horcajadas sobre mí, mis manos se metieron entre la tela del encaje de esa enteriza que dejaba poco a la imaginación, ella comenzó a moverse lento sobre mi pelvis, una risita traviesa saliendo de sus labios.

Y el recuerdo de las veces que la hice mía a mi ex esposa me atacaban de forma brusca, cada palabra, cada momento, cada sentimiento, cada toque, cada beso, cada abrazo, embargándome y alejando de forma repentina a la mujer que tenía sobre mí.

¡Dios! ¿Qué era este sentimiento? Desde que vi a Gia con su pancita abultada, la forma tan vulnerable en la que se encontraba, la ternura inundándome al tocarla y tomar sus manos cuando sentimos juntos las pataditas del bebé. Se sentía como las primeras veces, lo mucho que debió haber sufrido escondiendo esto y su forma tan fría de tratarme al despedirse.

Sin contar las veces que la buscaba en cada visita para ver a nuestro hijo, mis dudas y debates mentales por saber que estaba haciendo en su vida o siquiera quien era parte de ella, si había conocido a alguien, siquiera si pensaba en mi...

No quiero pensar que...

Sentí las manos de SongYoo sobre mi rostro levantando para que la mirara, parecía preocupada. Ella ha sido tan cariñosa conmigo, ha sido atenta, divertida, me hacía sentir bien, pero no era Gia.

-¿Qué ocurre, cariño?

Definitivamente no era Gia, ella siempre me llamaba "cariño", era nuestra palabra clave para llamarnos, o como solamente yo solía llamarla cuando estaba conquistándola, Gigi, mi Gigi.

-Gia está embarazada -solté serio mirándola a los ojos, ella se me quedó mirando confundida- está de siete meses.

Suspiré cansado dejándome caer al respaldo del sillón.

-¿Y? -expresó de brazos cruzados sin entender. Arquee una ceja.

-Ese bebé es mío, Yoo -proclamé y ella se carcajeo como si hubiera contado un buen chiste- ¿Qué es lo gracioso?

-Ay amor, por Dios, en serio le vas a creer -se levantó del sillón aún cruzada de brazos- ese bebé ni siquiera debe ser tuyo, ve tú a saber con quién se metió.

No sabía si la rabia e irá que estaba sintiendo en esos momentos seguía siendo por como me enteré lo del embarazo de mi ex esposa o la forma tan estúpida en la que SongYoo sugirió aquello. Estaba muy seguro que yo era el padre de ese bebé en camino.

-¿Qué?

-Amor, piensa las cosas -dijo sentándose en mis piernas de nuevo- cuando tú y ella estaban mal tal vez estuvo con alguien más.

-SongYoo.

-Nosotros tuvimos que esperar hasta que te divorciaras. Y por como me la has descrito, es una mujer de carácter. Seguro ya tiene alguien y solo lo hace por molestarnos.

Definitivamente no es la mujer que yo creí y comienzo a sentir que he cometido un grave error. Con cuidado la saqué de mi regazo para pararme, la paciencia no era mi más grande aliado y ella lo sabía. No pensé que tendría una percepción tan burda de Gia cuando yo creo que es una mujer con todas las letras, una perfecta y hermosa mujer.

-Deja de decir estupideces SongYoo, que acaso no te das cuenta de que ese bebé es mío, el mismo día que firmamos los papeles ella lo supo -soltó una risita sarcástica.

-Tal vez se embarazo porque quería retenerte -le dió un sorbo a su copa de vino recostándose en el sofá- no pudo soportar que nos comprometeremos y yo ocuparé el lugar que ella no supo cuidar.

Aquello me enfureció mucho más.

-¿Crees que porque accedí a comprometerme contigo tú ocuparás un lugar que te queda demasiado grande? -murmuré tan serio que hasta a mí me sorprendió, francamente me daba igual- acuérdate que todo empezó como un desliz. Tal vez solo eso seas, un maldito desliz.

Su cara era todo un poema tensando su cuerpo, creo que tomándole por sorpresa mis palabras, aunque lejos de ser verdad no estaban. En un movimiento rápido me lanzó la copa en un intento agresivo estampándose contra la pared manchándolo, el cristal se hizo pedazos, lo esquivé con éxito cuando ella se me lanzó a querer golpearme y la detuve sosteniéndole las muñecas.

-¡Eres un maldito idiota! ¡A mí no me tratas de cualquiera! -se soltó entre el forcejeo dando un par de pasos atrás- yo si siento algo por ti, yo si te quiero, pero no voy a tolerar que me faltes el respeto.

-¡Entonces no digas idioteces! -grité más que enfurecido, se notaban lágrimas en sus ojos- yo conozco muy bien a mi ex mujer y ese bebé es mío, yo me la follaba inclusive cuando nos veíamos cuando me encapriche contigo. No te atrevas a faltarle el respeto a ella.

-¿Ah si? -sonreía con maldad- pues eso no te impidió follarme la noche anterior y la misma mañana de la firma del divorcio, es más, recuerdo cómo querías más.

Me dejó sin palabras sintiendo un nudo enorme como una pesada piedra en la garganta cuando quise pasar saliva. Siento asco de mi mismo.

-Decide JungKook, es ella o soy yo.

Me le quedé mirando por un rato, pensar que cuando la conocí se veía tan delicada y femenina. Fue parte del staff de modelos que desfilaron para la marca Louis Vuitton el cual Bangtan éramos embajadores. Nos presentaron y la química y atracción fueron instantáneas tanto que nos quedamos hablando toda la noche en una fiesta post desfile.

Luego de eso, cada uno siguió su camino, pero el destino nos reencontró en otros eventos y de a poco nos fuimos acercando. Sin darme cuenta, de por medio hubo besos, toques, miradas y más. Aún seguía con Gia, no es necesario mencionarlo. Aunque yo sentía que ya nada era igual, todo me era aburrido y cada vez prefería estar en el estudio trabajando o saliendo a tomar algo con SongYoo y amigos.

Muchos me lo han advertido, mis hyung's me han reclamado muchas veces mis actitudes, he tenido fuertes discusiones con JiMin hyung y Yoongi hyung por Gia, ellos eran cercanos a ella la consideraban una hermana, la peor y decisiva fue la que tuve con TaeHyung e Ina, quienes me exigieron explicaciones cuando me encontraron en una salida escondida con SongYoo.

Tiempo después le pedí el divorcio a Gia, le conté todo, lo que sentía, lo de la morena, todo, al fin y al cabo no solo era mi esposa también fue mi amiga. No hace falta decir que no me demostró mucho, solamente me dejó en claro, sutilmente y con elegancia lo mierda de persona que era, que accedería a firmar cualquier papel mientras desaparezca para siempre de su vida.

Me dolió, no lo negare, pero ni siquiera podía decir algo quien la había cagado fui yo. Que mal hice.

Tampoco hace falta decir la decisión que acabo de tomar. Estaba más que claro. Con pasos lentos me dirigí a la salida, me calce con lentitud volteando a mirar el rostro desencajado de la morena quien me miró con sus manos hecha puños; una vez la puerta es cerrada detrás de mi escucho el estruendo de algo estamparse contra esta.

Sé que no tengo derecho a nada. Pero estoy arrepentido. Realmente arrepentido de haber caído en un estúpido capricho cuando siempre he tenido todo al alcance de la mano. Perdí a mi familia por un impulso. Y ahora lo iba pagar con creces, estoy sintiendo que sufriré.

🖤🖤🖤


Para mí buena o mala suerte, no lo sé, todos mis hyung's y sus respectivas familias vivían en los mismos complejos de edificios donde también vivía Gia. Dónde hemos construido nuestra familia, dónde los abandone pensando que estarían mejor allí sin mi.

Toqué el timbre esperando. El rostro serio de María noona fue quien me recibió, tanto ella como NamJoon eran personas tan cultas y serías que las admiraba, pero ella daba miedo a veces.

En silencio me hizo pasar, me descalce con tranquilidad dejando mis zapatos a un lado.

-Nam está con SeokJin en la cocina -hablo sin mirarme. Le dediqué una reverencia con la cabeza y suspiré avanzando a pasos rápidos.

-Siéntate Jeon -pidió de brazos cruzados Jin hyung. Accedí obediente sentándome entre medio de ambos.

Ya me esperaba una botella de Soju y un tazón con ramen sobre la mesa, le había pedido a NamJoon conversar, respondió que me esperaba para comer juntos con Jin. Apenas podía probar bocado, pero lo hice mientras hablábamos de otras cosas hasta el momento en que me descargué.

-Ya se que voy a ser padre por segunda vez, que es niña, sé que todos lo saben -mis manos temblaban, mantenía mis ojos en ellas- se lo conté a SongYoo y no lo tomó muy bien que digamos.

-¿Qué dijo? -preguntó NamJoon hyung, sorbí por la nariz sin levantar la vista.

-Sugirió... que tal vez... ese bebé no era mío -sentí como Jin bufó fastidiado, Nam solo siguió en silencio.

-Jamás me cayó bien esa mujer -comentó Jin con fastidio de brazos cruzados- te lo dijimos y no quisiste escucharnos, te lo he dicho hasta el cansancio, mocoso. Ese apodo que Yoongi tanto te ha dicho te queda ahora.

Levanté la cabeza mirando ahora a NamJoon, me miraba serio, como analizándome, sus manos entrelazadas.

-¿No me dirás nada, hyung?

-Nada de lo que diga va poder ayudarte a aliviar todo lo que sientes, eso solo tú lo sabes, tú tienes la respuesta de lo que harás de ahora en adelante, si la sigues cagando o intentas arreglar las cosas. Pero ten en cuenta que ahora no solo importa tú matrimonio, ni tú, ni Gia, ahora tienen en camino a otro niño, uno más, que debe recibir amor y tranquilidad y en el estado en que Gia se encuentra lo dudo.

Sentí mis ojos escocer por las lágrimas que querían salir, dejé caer mi cabeza entre mis manos, mis dedos enterrándose en las hebras de mis cabellos despeinándome en mi acción. Sentí las manos de ambos en mis hombros.

-JungKook-ah, ten fé de que todo saldrá bien.

-Gia me odia y me trata indiferente, fría, Ina quiere asesinarme, JeongSan no cabe de la felicidad y alguno de ustedes están incómodos entre medio de nosotros dos. Me siento impotente por haberla cagado de esta manera, ¿en qué estaba pensando?

-Con la cabeza de arriba no lo hacías -manifestó Jin con cierto sarcasmo. Lo miramos con cierto recelo, él solo se encogió de hombros.

-Será mejor que descanses, mañana será otro día, uno donde podrás pensar y analizar mejor las cosas. Vienen tiempos difíciles y como el hombre maduro y buen padre que eres lograrás encontrar respuestas.

Lo miré fijamente.

-Alguna vez te dije lo mucho que te amo, Rapmon hyung.

Los dos mayores me miraron pasmados para luego reírse un poco destensando el momento.

-Si, me lo has dicho, lo has dejado plasmado hasta en video y audio. Yo siento lo mismo por ti, mocoso, has sido mi pequeño y admirable dongsaeng.

-¡Yah!, dejen su momento romántico, ya me voy, Serena y los chicos me regañaran sino llegó para ayudarlos a dormir -estaba levantándose de su asiento cuando lo detengo y lo abrazo por la espalda- ¡Yah, mocoso! Suéltame.

-No hasta que lo diga, hyung.

Resopló, noté que rodó los ojos, volteó conmigo aún abrazándolo hasta tener a Nam frente a nosotros.

-También los amo par de locos.

La vida me había dado no solo compañeros, sino amigos entrañables, hermanos increíbles, una familia de seis locos de los cuales he aprendido todo, quien soy es gracias a ellos y sin ellos no sé quién sería ni quiero saberlo.

Capítulo contado por nuestro querido maknae. Espero les haya gustado, la perspectiva diferente, creo que hacía falta saber su versión.
No olviden votar y comentar, me sirve mucho.
Besos 💜

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