El Trofeo Tras la Guerra (4)
Notas del cap:
La neta, la neta, la neta XD ok ya. La verdad, quería comenzar este capítulo con el lemon entre Nazi y Urss pero... llevo un chingo sin escribir y quería escribir lemon, así que se me ocurrió mejor saltarme por ahora ese lemon y poner esta idea que, dios mío... todos vamos a gritar ¬u¬ ya saben ganas son ganas y esta vez, pinche México nos va a hacer gritar a todos XD
¡A leer!
Y no, no se me había olvidado esta historia ni la petición del Urss pasivo XD
El Trofeo Tras la Guerra (4)
Había pasado un mes y medio desde la última vez que México había desafiado a Imperio. Luego de haberse peleado en territorios de Alemania y finalmente, siendo Imperio quien, luego de tremendo sexo, llevara a México inconsciente de regreso a su territorio (del nipón) había pasado un mes y medio
Mismo tiempo que había mantenido castigado Imperio a México negándole a salir de sus territorios. Si bien, ayudado el latino de que Imperio ahora tenía mucho papeleo que atender al haber conquistado a más countrys y haber absorbido sus tierras, aun quedaban los propios asuntos que tenía que hacer México como país conquistado
Algo había quedado claro para estas alturas. Imperio Japonés solo quería al countryhumans. El territorio, aun cuando estaba a su nombre, no lo había absorbido, por tanto, la situación de México era similar a la de Australia con Uk... Australia aun le pertenecía a Uk pero tenía cierta libertad. Sería lo mismo para con el latino y el nipón, eso ya era bastante
Además de eso, Imperio le había permitido dialogar con Canadá para la distribución de los territorios sin dueño del que alguna vez fue USA. Si bien, se sintió desagradable saber que Canadá había tenido que ir a territorios nipones pues Imperio se negó a que el latino saliera de sus tierras, al menos, entre ambos pudieron consolarse debido a la situación que ambos pasaban. Si bien, es cierto que Canadá no había sufrido problemas por haber ayudado a ambos bandos, el canadiense aun sentía la pena por la muerte de prácticamente toda su familia. Asesinaron a Francia, a Uk, y a su hermano USA. Solo quedaba él y al único al que podía correr para tratar de sentirse mejor, estaba atrapado por Imperio
México había demostrado estar bien pese a que era prisionero de guerra, pero Canadá noto las marcas de chupetones y mordidas, muy ajenas a las marcas que podría dejar la guerra en una piel guerrera. Aun así, sabiendo que no podía hacer nada por su amigo, decide seguir con lo suyo, deseándole ánimos al latino para soportar su nueva vida. México le despide y cada uno continúa con sus ahora nuevas vidas
Llegados al tercer mes de que México había visto a Polonia luego de la guerra, Imperio se vio obligado a asistir de nuevo a territorios alemanes, como siempre, arrastrando con él al mexicano que sabía, apenas tuviera la oportunidad, buscaría como escapar de sus redes, después de todo, es verdad que la razón por la que la piel del tricolor siguiera marcada con las marcas de Imperio es precisamente por los constantes "castigos" que impone el nipón al latino luego de enterarse que ha tratado de escapar de su territorio (situaciones que no fueron solo una o dos)
—¡Polonia! —grita México en cuanto van llegando a territorios de Alemania y el latino ve a lo lejos a Polonia medio ido sentado en una esquina donde todo el mundo pasa pero nadie le tiende la mano. Imperio Japonés se muestra molesto, pero, aun cuando da la orden a México de que no se acerque al country de dos colores, su orden pasa de México quien toma entre sus brazos a un casi inconsciente polaco— resiste Polonia, resiste, aquí estoy, soy México —llama nervioso al country que de a poco parece volver en sí— Imperio, te veo cuando salgas, necesito encontrar un medico —habla tan rápido el latino, olvidado la situación en la que se encuentra. Solo carga con Polonia de modo nupcial y mira al japonés antes de dar media vuelta y correr por las instalaciones con desesperación buscando un medico
Imperio se queda ahí, estático, confundido... México había olvidado otra vez cual era su situación en todo esto, pero aun cuando esto hace enfadar al japonés, no puede negar que es uno de los encantos del latino. Ese instinto por querer proteger a todos los que ve que necesitan ser protegidos, ese deseo guerrero que se transforma en protección y que le hace olvidar lo demás, que obliga al cuerpo y alma del latino a dedicarse en cuerpo y mente en el country que tiene toda su atención... lástima. Imperio no necesita ser protegido, pero no niega que le gustaría que toda la atención de México fuera para el
—No importa cuánto lo mire —escucha a sus espaldas la voz de Italia observando curioso la escena que ha dejado el latino y el nipón— ese country me resulta todo un enigma —continua
—Así es el —suspira Imperio, entrando a la sala de juntas donde muy seguramente Nazi ya los estaría esperando a ambos countrys
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—¿Cómo se encuentra doc? —pregunta México al médico que examina el estado de un casi inconsciente Polonia
—Esta... bien... dentro de lo que puedo decir —trata de explicarse sin saber realmente como debía de hacerlo— la estructura country es diferente a la de los humanos, así que me es difícil poder decir cuál es su situación exacta —continua hablando— físicamente, sus heridas se están curando de un modo lento, algunas no están curando correctamente pero no es algo que pueda poner en peligro su vida —explica mientras pasa sus manos sobre el cuerpo del Polaco observando sus gestos y reacciones— lo que puede que sea importante es que parece ser que no se ha alimentado correctamente desde hace tiempo, esta anémico
—Eso se puede resolver si se le alimenta correctamente ¿Verdad doc? —pregunta México preocupado por la salud del country, al menos, para alivio de México, el humano asiente, aunque su gesto preocupado le dice otra cosa
No era un secreto que ahora que la guerra había acabado, Nazi no estaba prestando del todo una correcta atención al resto de los países conquistados y, sabiendo todo por lo que tuvo que pasar Polonia, lo más seguro es que es el más herido físicamente y en sus territorios además de que puede que sea el que menos cuidados está teniendo del resto de los países pues, a fin de cuentas, del resto de los países conquistados, solo Polonia y Urss son los únicos que han conservado a sus respectivos countryhumans y no precisamente de un buen modo... México se preocupa. Si Polonia esta así de mal, no quiere ni imaginar como es que estará Urss...
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Volvía lento de regreso a donde debía de esperar por Imperio, con la mirada al suelo, pensando que hacer para ayudar al polaco que era claro, estaba muriendo. Apenas gira por la esquina alcanza a ver a lo lejos la puerta ser abierta y de ella, salir los countrys que estaban en junta. La mirada tanto de Imperio como de México colinda, era claro en la mirada seria del nipón que no estaba nada contento con la reacción del mexicano luego de haberse ido cuando la orden había sido negatoria, pero aun así, el tricolor no tenía ganas de pelear en estos momentos con su acompañante, solo desvió la mirada y se posiciono cercas del country de blanco a la espera de su orden
No hubieron palabras de por medio por parte de ninguno, México avanzo en un extraño silencio a ojos del nipón, pero, prefirió que siguiera así, si salía con algún comentario con respecto a Polonia, Imperio sabía que iba a perder la cordura y tomaría ahí mismo a México otra vez
Que por cierto, Nazi le regaño por la ultima vez, si bien, es verdad que Imperio al menos busco un lugar discreto y apartado para cogerse al latino (palabras de Nazi) o controlaba al tricolor mejor o mejor se iban a su territorios porque bastante gente escuchó el espectáculo que hicieron esos dos... Imperio no dijo nada al respecto, pero era claro que no intentaría hacerlo a menos que su enfado y sus celos ganaran la pelea contra su parte consciente
... ... ...
Fuera como fuera, ahora que se encontraban ambos volviendo al hogar del nipón, Imperio observa a México quien continua con un gesto decaído y silencioso, muy diferente al country parlante que no paraba de hablar en todo momento, aun cuando se sabía prisionero de parte de Japón, seguía hablando en todo momento, al menos, intentando ayudar a Imperio y así mismo, debido a su situación de prisionero, ayudando (tal vez un poquito contra su voluntad) al nipón
—Imperio —llamo el country en cuanto ambos llegaron a la habitación del nipón. Dado a que Imperio negaba a México a tener una habitación propia, el latino vivía en la misma habitación que Imperio Japonés (misma razón por la que también, el japonés podía seguir disfrutando del cuerpo del tricolor)
—¿Qué sucede? —pregunta sin mucho interés mientras cambia sus ropas para comenzar con su trabajo dentro de su país
—Polonia —susurra el latino, haciendo a las acciones del nipón detenerse y mirar con cierto enfado al tricolor que no nota la mirad molesta del country— se que no puedo hacer nada por él en mi condición —susurra con un claro gesto de enfado e impotencia— pero... —susurra, subiendo su mirada para ver fijamente al nipón que le observa en silencio— quiero por lo menos ayudar al countryhumans
—¿Y quieres que yo haga algo? —pregunta con claro descontento por la idea, en especial sabiendo que en la situación en la que se encuentra el country latino, el único que podría ayudar a Polonia es el nipón y, sabiendo lo celoso que se pone tratándose de México, era obvia una respuesta negativa al country
—Solo quiero que dejen a Polonia a mi cuidado —masculle algo avergonzado el latino, desviando la mirada a un costado mientras sus mejillas se tiñen suavemente en un discreto rosa
—¿Y por qué piensas que yo haría algo así? —Responde Imperio cruzándose de brazos— no me interesa lo que pueda pasarle a ese futuro cadáver
—Lo sé —jadea molesto el latino, apretando sus puños y mordiendo suavemente su labio inferior— ¡Pero! —habla de pronto con fuerza, elevando su mirada para ver a Imperio con determinación, la misma determinación que siempre muestra el latino cuando había algo en su cabeza y no iba a aceptar un no por respuesta— si lo haces... —susurra, creando sin desearlo un momento de silencio tenso entre ambos— yo... yo te entregare lo que deseas de mi —susurra, si bien, con fuerza, era claro que aun tenía su dudas
—¿Lo que quiero de ti? —pregunta Imperio no terminando de comprender sus gestos o como el latino coloca su mano en su pecho. Aun así, México cerró sus ojos y mordió un momento su labio inferior, apretando sus puños con fuerza y tratando de que su voz sonara con la misma determinación que no tenía para aceptar lo que iba a hacer a continuación
—Yo... —susurra carraspeando cada tanto su garganta para que no sonara con un hilo de voz— si aceptas ayudar a Polonia y permitirme cuidar de su salud —intenta darse a si mismo valor, recordando la razón por la que iba a aceptar lo que estaba a punto de hacer; continua, mirando fijamente a Imperio a los ojos, para demostrar que lo que estaba diciendo iba muy en serio— aceptare que te pertenezco
Los ojos se Imperio se abrieron un segundo, aun cuando había regresado a mostrar un gesto serio y calmo, era cierto que aun a ojos del latino, la promesa de México había sido una sorpresa para el country japonés que deja todo lo que hace y avanza a pasos decididos para acortar distancia entre ambos, viéndose fijamente a los ojos con determinación y tal vez, un gesto molesto
—Déjame ver si entiendo —susurra con un toque de enfado claro en su voz— ¿Estás diciendo que renunciaras a tu propia libertad —gruñe— con tal de salvarle la vida a un country sin país? —pregunta realmente enfadado el latino que, pese al sonrojo que se crea en sus mejillas al tener tan peligrosamente cercas a su carcelero, trata de mantenerse determinado y soportar la mirada del contrario
—Si —responde determinado el tricolor
Imperio Japonés guarda silencio, observando los gestos y acciones de México y como, pese a todo, se mantiene ahí, en pie, aguantando la mirada del contrario. Imperio se aleja un momento, intentando respirar y mantener la calma, observa molesto al latino y vuelve a suspirar mientras le permite tener distancia entre ambos
—Muy bien México —gruñe Imperio observándolo fijamente— ¿Quieres ayudar a ese muerto? —Suspira molesto— demuéstralo
El tenue sonrojo del latino se convierte en un sonrojo más fuerte al saber a lo que Imperio se refería... México baja la mirada. Aun se pregunta a sí mismo si podrá hacer lo que ha dicho, pero es hombre de palabra, no puede echarse para atrás ahora que tiene una oportunidad de salvar la vida de un country en su situación... maldición... ¿Por qué Imperio quería algo así de el?
Cerrando un momento sus ojos, sintiendo el vuelco violento de su corazón golpeando contra su pecho y un cosquilleo en su vientre, el latino avanza en dirección de Imperio quien, observando fijamente sus acciones, solo se mantiene en silencio, observando cómo, así, con esa extraña y peculiar determinación, el latino acorta la distancia que había regalado Imperio al latino
No hubo palabras después de eso, por parte de ninguno. Solo Imperio observando las acciones del tricolor que, con un gesto serio llega hasta estar a un paso del nipón y, ante la sorprendida mirada del country del sol naciente, observar al aguerrido tricolor arrodillarse con lentitud, aun las heridas seguían presentes (en especial las de las caderas) y, arrodillado como estaba estirar sus manos para alcanzar la entrepierna del nipón
La sorpresa es grande para Imperio al observar como con tranquilidad y un sonrojo bastante claro en el rostro tricolor, el mexicano lucha para abrir el pantalón de Imperio y, bajando las telas, pasar a su ropa interior para hacerse paso entre ellas y por fin, liberar el miembro dormido del nipón
Imperio no dice nada, solo observa sus acciones, como, con ese mismo silencio, el latino toma con cuidado entre sus manos el miembro del contrario y, entre suaves y tímidas caricias avergonzadas, el country se acerca y da un pequeño beso en la punta, abriendo su boca, saca su lengua y despacio, comienza a lamer desde la punta todo el tronco del nipón que, entre suspiros discretos, comienza a sentir la excitación de observar al country hacer por voluntad propia, una felación
La excitación gana a Imperio, su miembro se pone duro antes de que pueda intentar contenerlo, el latino continua humedeciendo todo el trinco, llegando a la base, lame despacio los testículos del nipón y, subiendo su mirada para encontrar la mirada del ajeno, tenuemente sonrojada, hace al tricolor a meter a su boca uno de sus testículos y chuparlo suavemente sin apartar la mirada del contrario
La mano de Imperio acaricia los cabellos del tricolor, enreda sus dedos entre las hebras del latino y, jalando suavemente con él, lo mueve, lo pasea sobre su miembro erecto para que use su boca no solo en sus testículos sino en el resto de su falo. Obliga al latino a volver a la punta que chupa despacio antes de engullirlo todo por orden del movimiento del nipón. México no lucha, solo obedece
Sus mejillas se contraen en una succión al miembro que penetra su boca, sus manos se aferran de las piernas del nipón para tratar de encontrar algo de equilibrio y abre sus piernas sacando levemente el trasero sin darse cuenta. Ahora, con sus ojos cerrados, comienza a mover su cabeza de delante hacia atrás con velocidad entre sus succiones, la mano de Imperio solo aferra los cabellos, el ritmo que lleva el latino es suficiente para satisfacer al country que, mordiendo su labio inferior, degusta lo que siente y la vista que tiene de un sonrojado country guerrero por fin, cediendo a su deseo
La imagen, por demás, erótica convierte la poca concentración de Imperio en un deseo implacable por tomar a México de nuevo. Toma al latino desde sus cabellos, lo aleja antes de que pueda tener su primera corrida y, inclinándose un momento, une sus labios hambrientos con los del tricolor que jadea tratando de recuperar el aliento. Ni bien termina el beso, Imperio jala a México desde sus brazos para lanzarlo a la cama
Sube encima suyo, besando sus labios, acariciando su piel sobre las ropas, buscando arrancarlas pronto de su piel tricolor, el latino también hace lo que puede, no solo correspondiendo esa necesidad y obsesión de Imperio para con sus labios, también intentando desnudar a Imperio de la parte de arriba de sus ropas
Aun cuando fue imperio quien le dio la orden de demostrar que estaba aceptando ser suyo, es el mismo nipón quien mueve al latino, arranca sus ropas y al dejarlo desnudo, comienza a marcar su piel. Lo besa, lo lame, lo mordisquea dejando marcas de propiedad. Aunque la gran diferencia es que en esta ocasión México no se está negando, aun cuando puede sentirlo tímido y dócil, no esta tratando de quitarlo como en las ocasiones anteriores, solo está ahí, suspirando de placer, moviendo su cuerpo según el deseo de Imperio antes de seguir soltando suspiros de placer
Ambos giran en la cama, México acaba encima de Imperio, ambos se miran; Imperio jala con el cuerpo del mexicano para volver a fundirse en un beso. Cuando este termina, México se aleja un momento de los labios exigentes del country, ahora, es turno del latino para besar y lamer la piel del nipón
Si, es verdad que no quería hacerlo, es verdad que aun tenía esa barrera mental que le decía que ese a quien estaba tocando era a su gran amigo, es verdad que había pasado ya meses desde que había sido tomado por el country japonés. Pero el latino aun no podía evitar pensar en el country como su amigo. Si, es verdad que Imperio le había follado el culo con tanta intensidad que hubieron días que tuvo que quedarse en cama adolorido, pero, era como si por momento, el country albino actuara con dos personalidades. A veces, actuando con ese deseo insaciable por su piel y sus gemidos y en otro momento, actuando cual amigo que eran antes de la guerra
México lame su piel entre los besos, llega a sus propios pezones y da pequeñas succiones, Imperio acaricia su cabeza dando suaves palmada en felicitación, las caderas del latino se restriegan suavemente contra la erección dura y goteante del country de blanco. Imperio jala de nuevo con el rostro del latino para que se besen, mientras tanto, sus manos inquietas bajan hasta abrir el pantalón y bajarlo junto a la ropa interior, esta vez, siendo ayudado por el latino
El latino soltó un suave gemido entre el beso cuando un dedo se empujo sobre su entrada comenzando a prepararlo. México no hizo nada, solo se mantuvo ahí, estático, recibiendo las atenciones de su cuerpo. Un dedo se volvió dos, dos se hicieron tres y, cuando Imperio intento sentarse en la cama para comenzar a moverlo, el latino coloco sus manos sobre los hombros del nipón frenándolo
—Espera —jadeo luego del beso— lo hare yo —respondió bajito sobre los labios del country que se mantuvo callado, a la espera de lo que iba a hacer el tricolor
México se enderezo, moviendo sus caderas hacia atrás, sintiendo como el miembro de Imperio se restregaba contra el trasero del mexicano, ambos sienten escalofríos agradables, México se endereza, eleva sus caderas y con cuidado, guía el miembro de Imperio sobre su entrada pero, aun antes de comenzar a bajar sobre esta, el latino, que no ha perdido en ningún momento el contacto visual con Imperio, susurra lo que su corazón no quería decir, pero que accede con tal de salvar a alguien que lo necesitaba y a quien sabia, si podía salvar
—Japón —jadea, con sus piernas temblando, con su propio miembro goteante y duro que parece dar saltitos cada que percibe el movimiento del miembro ajeno cercas de su recto— yo... —titubea en hablar— yo... te, te pertenezco
Fueron sus últimas palabras antes de dejarse caer sobre aquella erección, penetrándose el mismo y soltando junto con Imperio un gemido de placer con fuerza. El latino se ha sentado totalmente sobre la erección del nipón y, aun cuando trata de controlar el dolor de aquella invasión a su interior, las manos de Imperio toman su cadera y, aun antes de que pueda pedir por qué no se mueva, las caderas de Imperio comienzan a moverse con fuerza, embistiendo el cuerpo ajeno
México cierra sus ojos, sus manos pasan al pecho del albino y, aun contra la agonía que aquel acto representa, Imperio encuentra pronto aquel punto en el interior del latino que convierte sus gemidos de dolor en puros y dulces gemidos de placer, los ojos del latino se llenan de lagrimas, sus caderas comienzan a moverse a un compas diferente de el del nipón y entonces, es Imperio quien mordiendo su labio inferior golpea con desesperación el interior del latino que solo gime
Imperio jadea y gruñe por lo bajo, intentando soportar parte del placer que siente, puede observar como el latino acaba dejando caer su pecho sobre el de Imperio y desde ahí, ambos, viéndose con deseo, fundirse en un beso húmedo y lujurioso que es exigente de parte del nipón. México solo trata de moverse, trata de dar saltos mientras sus manos, torpes y tímidas, acarician la piel del albino
—Dilo otra vez —ordena Imperio alejándose del beso, observando cómo entre lagrimas, México lo observa como si no hubiera entendido lo que pedía el nipón, solo bajando para aferrarse al pecho de Imperio, besando, lamiendo, acariciando su piel suavemente— México —pide Imperio, tomando la barbilla del tricolor para que se miren a los ojos siendo Imperio quien robe un pequeño beso del latino— di que eres mío otra vez
—S-Soy... tuyo —jadeo el mexicano, sintiendo como tanto su cuerpo como el de Imperio son movidos. Imperio se sienta en la cama, México se tiene que aferrar de la espalda del nipón mientras la fuerza y velocidad de las embestidas aumenta, México ahoga gemidos, mordiendo suavemente el hombro del nipón mientras que este, entre besos y mordidas a su piel, crea marcas de propiedad más fuertes que las anteriores
—México —jadea Imperio, cargando con las caderas del tricolor, moviéndose con más fuerza y velocidad, los gemidos del latino se vuelven gritos nerviosos y desesperados, el latino se aferra a la espalda del albino y entierra su rostro en el hombro del country
—Japón —suplica— más lento... me... vas a... romper —suplica de nuevo, siendo ignorado por el japonés que solo continua golpeando las caderas del tricolor con fuerza— por dios... Japón... más... lento —jadea
—Di que eres mío México —ordena de nuevo, dejando el cuerpo del latino sobre la cama y ahora, ser Imperio quien tome las caderas del latino para continuar empujándose contra el tricolor— di que me perteneces
—Ma-Maldición Imperio —jadea avergonzado el tricolor. Imperio baja las piernas del latino y lo deja acostado de lado, desde ahí, enterrando sus manso en una de las piernas del latino y su trasero, Imperio espera a las palabras del tricolor— ¿Cuántas veces más me harás decirlo? —se queja totalmente avergonzado y rojo, aferrándose a una almohada y a las sabanas arrugadas. Cierra sus ojos y trata de negarse
Ya no quería aceptarlo, ya no quería seguir diciéndolo. Porque aunque en principio sabe que lo dijo con toda la intención de salvar la vida de Polonia, si seguía diciéndolo mientras Imperio continuaba empujando su cordura de este modo tan delirante, en algún momento de este acto desenfrenado, México acabaría de verdad, rindiéndose al nipón y entonces sus propios deseos por escapar del nipón acabarían por el deseo de pertenecerle de verdad. No, México no quería pertenecerle a nadie, no quería acabar así, deseando las caricias de Imperio, sus besos, su libido, su placer... el latino se niega, no quería aceptarlo, no quería volverse suyo, solo eran mentiras que decía para salvar a alguien, no podía dejarse llevar por la cabeza de abajo y aceptarlo solo porque si
—México —escuchó de nuevo la voz de Imperio mientras una mano tomaba suavemente su mejilla y le miraba. Ambo se quedaron ahí, en silencio, aun cuando las pieles de ambos chocaban en un chapoteo húmedo y lujurioso que hace a ambos countrys sentir el desborde de pasiones
—Maldición —jadea de nuevo. Imperio no espero que México se levantara con fuerza de la cama tirando al nipón de regreso a la cama. Aun con la sorpresa del acto, México sube encima de Imperio y vuelve a sentarse sobre la erección del albino, soltando jadeos con fuerza, ahora, ayudado de sus manos sobre las rodillas de Imperio, la imagen del latino dando saltos erráticos y veloces mantiene en un limbo a Imperio que observa la sensualidad del tricolor que gime con placer
—México —suspira Imperio, estirando su mano para tomar la mejilla del latino, haciendo a ambos que se miren de nuevo, México siente el tacto, observando sus gestos. Sus ojos se cierran un momento, sus caderas se han cansado de dar saltos y ahora se mueven de delante hacia atrás con desesperación, el latino maldice en su mente— dilo México —pide Imperio, ya no como una orden, sino como una petición
México quiere soltar mas maldiciones a su captor y carcelero, pero, aun cuando desea insultarlo por lo que le está pidiendo, una de sus manos se posiciona sobre la mano de Imperio, ahora, el rostro del tricolor se recarga sobre la mano del nipón y, viéndose con deseo, entre jadeos y el chapotear húmedo de las carnes, México observa a Imperio, sintiendo como el pulgar de este acaricia sus labios
—Soy tuyo Imperio —jadeo suavemente, con deseo— te pertenezco solo a ti
Lo siguiente que sabe México es que esta otra vez acostado en la cama, con Imperio abrazándolo, uniéndose en un beso húmedo y lujurioso mientras las caderas del nipón golpean con violencia al country haciendo a ambos soltar alaridos de placer y desesperación, los pechos de ambos se restriegan, el miembro de México se restriega contra el vientre y estomago de Imperio y, con las estimulaciones que recibe por todos lados, entre jadeos nerviosos, el latino acaba por correrse y, al apretar sus paredes, hace a Imperio correrse también, no soportando demasiado la imagen del latino y sus palabras
Ambos sueltan un alarido de placer sin poder abocar palabra o nombres, jadean, agotados ante semejante orgasmo que ambos experimentaron, Imperio aun aferra el cuerpo de México contra su pecho y el latino, solo estira sus brazos para abrazar la espalda del nipón, sus ojos colindan, un hilo de saliva los une y, entre sus jadeos, es Imperio quien vuelve a besar al latino que corresponde con torpeza permitiéndose dominar por el japonés
Las caderas de Japón se mueven, otra vez embistiendo lentamente al cuerpo latino que solo se deja hacer... Imperio no estaría saciado pronto y, honestamente, aun sabiéndose atrapado por el nipón, México no podía evitar disfrutar del acto adictivo que estaba "condenado" a hacer con su captor
Notas finales:
Ay no mames pinche México XD ahora sí, no podrá ponerse en pie luego de darle a Imperio lo que había querido desde el primer capítulo XD
Lógicamente, después de esto, seguro que Imperio acepta la petición del latino, digo ¿Quién no lo haría? XD piche México, no mas no domina al mundo porque esta pendejo XD ok ya, juro que me calmo
No creo que haya necesidad de datos extra para este lemon, pero ya saben, si tienen dudas yo respondo con gusto XD pongan chongitos para que pueda acabar el siguiente lemon pronto. Tengo la intención de que el siguiente sea por fin el de Nazi x Urss asi que, de verdad, pongan chongos porque estoy buscando inspiración y no encuentro algo que me ayude a darme una idea de pinche Urss sumiso XD en fin
¿Les ha gustado?
Que tengan lindo día
¡Comenten!
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