Canadá y México x USA -3-
Notas del cap:
Y seguimos con más de esta idea incestuosa XD esta vez solo veremos un Acadia x Trece Colonias ¬w¬
¡A leer!
3 - En la tormenta de medianoche
Era una noche oscura, más oscura que de costumbre. Fuertes relámpagos sonaban desde hacía horas. Era temporada de tormentas y Trece Colonias apenas podía cerrar los ojos antes de que el miedo a los fuertes relámpagos le hiciera pegar un susto y volver a cubrirse con sus cobijas. Asustado y con deseos de llorar, la puerta es abierta; puede escuchar el rechinar de las bisagras a través de las telas que cubren su cuerpo y para su sorpresa, quien entra es Acadia
No lo ha visto, es solo que él, que aun se encuentra oculto en la seguridad de sus sabanas siente el peso liviano de alguien un tanto más alto que el. Con el tiempo, ha podido memorizar el peso que sume su cama cuando sus padres o su hermano aparecían en su habitación siendo de noche. Trece Colonias sabia reconocer que ese que estaba trepando por la cama queriendo llegar a él, era precisamente Acadia y, un extraño escalofrío le recorrió en ese momento
Sus ojos aun fuertemente cerrados le negaron ver que ocurría, pero sintió como Acadia entraba en su muro de protección, acostándose detrás de su espalda y pasando sus brazos alrededor de su cuerpo en un abrazo que le ayudo a abrir sus ojos y sentir un alivio por tener a alguien cercas en una noche tormentosa. Su respiración asustada y el temblar de su cuerpo se relajaron y entonces, sus ojos cerrados fuertemente pudieron abrirse lentamente descubriendo que su rostro daba hacia la gigantesca ventana abierta donde un fuerte trueno ilumino por un segundo la habitación obligando a Trece Colonias a volver a cerrar sus ojos con miedo
—Tranquilo —escucho por fin la voz de su hermano— estoy aquí Trece —susurro con calma, colocando su rostro sobre el cuello de Trece y dando una suave caricia entre ambas mejillas, tal y como siempre hacia cuando Trece tenía miedo a la noche
—Odio las tormentas —susurro intentando aguantar las ganas de llorar por el miedo. Aunque por desgracia, eso paso a ser algo que pronto dejaría de importar cuando Trece puede sentir la mano de Acadia que le abrazaba desde el pecho, bajando en suaves caricias inocentes hasta conseguir llegar a su entrepierna frotando sobre la ropa en pequeños círculos. Trece pego un brinco y una de sus manos asustada corrió hacia la mano que estaba acariciando su cuerpo de ese modo tan extraño— n-no —jadeo nervioso, pegando otro brinco al escuchar otro fuerte trueno y un relámpago iluminando de nuevo la habitación
—Shhh —callo Acadia— no hagas ruido —susurro sobre su oído dando un pequeño beso en su mejilla— nuestros padres están en la habitación contigua —Trece pego un brinco, no solo por sus palabras, no solo por el trueno, sino por la mano que acariciaba sobre su ropa, buscando atravesar las telas de su pantalón y llegar hasta su vientre desnudo, incluso, pasando de la ropa interior y atrapando en su mano el miembro dormido de Trece Colonias— no querrás despertarlos y que te encuentren en esta situación ¿Cierto? —pregunto con malicia oculta tras un tono inocente
Trece ahogo un jadeo nervioso, sus ojos se cerraron, sus manos trataron de negar a la mano de Acadia a moverse sobre su miembro que lentamente despierta por las caricias, Trece niega, no quería volver a sentir aquello pero, la voz, lenta, susurrante, incluso caliente chocando contra el oído de Trece, algo restregándose suavemente sobre su trasero y su mano acariciando su hombría hacen a Trece soltar un gemido más fuerte y hacer su cabeza hacia atrás chocando suavemente contrae el hombro de su hermano
—Por favor —jadeo— para Acadia —suplico, con sus ojos cerrados fuertemente, sintiendo como la mano de su hermano se movía con más velocidad, su miembro se pone duro, prontamente goteante mientras Acadia comienza a repartir besos sobre su hombro y mejilla, pasando por su cuello y dando una suave mordida sobre la ropa haciendo a Trece ahogar un quejido y golpear de nuevo su cabeza contra el hombro de Acadia. Niega, no quiere volver a sentirlo, pero Acadia no solo ya no le responde, sino que sus movimientos no se detienen
—No hagas tanto ruido o deberé ponerte una mordaza hermano —regaño suavemente, dando un beso sobre su mejilla. Aleja por fin sus manos, se pone encima de su hermano y lentamente, bajando entre las cobijas, cuidando no quitar las cobijas del cuerpo de Trece, baja hasta acostarse delante de la entrepierna de su hermano. Baja la ropa hasta las rodillas, consigue quitar el pantalón en una de sus piernas y ahora, haciéndose paso entre sus piernas, su boca engulle la entrepierna de Trece quien hace su rostro hacia atrás cubriendo su boca con ambas manos
Suaves gemidos apenas sobresalen de la tormenta que azota su hogar, Acadia puede sentir como el cuerpo de su hermano se retuerce, la sensación se vuelve excitante y erótica para el country mientras siente los espasmos de Trece y como, sus jadeos se vuelven más y más fuertes. Maldición, Acadia le dijo que se callara pero, por el placer que recibe, sabe que Trece no podrá mantenerse callado mucho tiempo y puede que, entre sus gritos, sus padres despierten
Se endereza. Buscando entre las ropas que tiene cercas, encuentra un pañuelo que suele portar Trece y luego de enredarlo como si fuera una soga, lo ata sobre los labios de su hermano. Ambos se miran, Trece quiere quitarse la mordaza creada por su hermano pero este solo aparta sus manos, viéndose a los ojos, Acadia niega
—Si te la quitas me enojare mucho contigo —regaña, Trece lo mira con lágrimas, temblando cuando un nuevo trueno aparece iluminando la oscuridad. Acadia vuelve a bajar entre besos, aparta el camisón dejando al descubierto su cuerpo lleno de moretones por el día de hoy y sus golpes recibidos; besa, lame, chupa con cuidado, pero se entretiene en sus pezones. Acadia descubre pronto lo sensibles que son los pezones de Trece a su lengua. Se queda ahí un ratito jugando, recorre con su lengua el botón rosado, lo presiona con su propia lengua y luego, con sus labios, lo succiona descubriendo maravillado lo fácil que se ponen duros y sobresalen de su blanca piel
Las manos de Trece se vuelven algo molesto pues tratan de detenerlo. Acadia tiene que tomar el pantalón de pijama de Trece y ayudado de una de sus piernas (del pantalón) amarrar las manos de Trece pero, entre los nervios y una pequeña lucha que ambos tienen, Trece consigue librarse del amarre mal hecho. Acadia luce molesto. Gira el cuerpo de su hermano dejando boca abajo y desde ahí, vuelve a amarrarlo, esta vez, teniendo la dificultad de que sus manos están atadas tras su espada, Trece Colonias no puede liberarse, Acadia toma la oportunidad para morder sus brazos y su espalda antes de regresarlo a la cama para que quede boca arriba luchando por liberarse
Ahora que se encuentra amordazado y amarrado, Acadia se toma un segundo para acariciar su cuerpo desde la oscuridad de la habitación, lo observa con trabajo pues la oscuridad no le permite apreciarlo bien, pero, sus manos, acarician su cuerpo, descubriendo sus curvas, sus músculos, ese suave sudor o la saliva que se combina a las marcas que el mismo ha ido dejando en su cuerpo. Trece Colonias niega, no quiere que esto continúe; pero sabe que Acadia no se detendrá pronto
El country carmesí consigue llegar hasta su cadera, lame despacio su entrepierna y, bajando entre lamidas, llega hasta su recto donde lame empujando su lengua en su entrada simulando penetraciones. Trece jadea, niega, lucha por liberarse pero no consigue nada, solo que, luego de que su hermano toque algún punto en su interior, este termine corriéndose con fuerza manchando su ropa y un poco de su propio rostro. Acadia se levanta para observarlo, perdido en un breve éxtasis de placer y el dolor en su propia entrepierna se vuelve algo que obliga a su cuerpo a moverse en un instinto más animal que racional
Baja su pijama dejando al descubierto su erección. Tomando las piernas de su hermano, jala con él hasta que la punta de su miembro se empuje suavemente con el recto de Trece. Ambos sienten un agradable escalofrío, Trece tiene un recuerdo algo lejano de la primera vez que fue tomado por su hermano y, suponiendo lo que este iba a hacer, comienza a negar y a luchar por liberarse. Sin embargo, nada consigue evitar que el falo de su hermano carmesí se haga paso en su interior abriéndose paso de forma lenta para que ambos puedan soportarlo
Sueltan gruñidos y jadeos de dolor y placer, la fuerte tormenta azota, Trece cree que ha escuchado el vidrio ser golpeado en repetidas veces no solo con la gotas de la fuere tormenta, sino tal vez por pequeños trocitos de granizo. Su mente se pone en blanco, su interior, que se abre de un modo casi desgarrador para darle cabida a Acadia se cierran al sentir que sale y que, posteriormente, con más velocidad, vuelve a hacerse paso en su interior golpeando aquel punto que le hizo sentir todo un blanco total y dejarlo perdido
Muerde la tela en su boca, sus manos se aprietan fuertemente contra la sabana de la cama y sus caderas comienzan a ser golpeadas con violencia por el cuerpo de su hermano. En su mirada perdida hacia el techo, el rostro de Acadia se hace presente y un escalofrío le recorre, su hermano se acerca, dando besos por su rostro y limpiando sus lagrimas con sus besos, Trece se pregunta en que momento comenzó a llorar pero, mientras su cuerpo y prontamente, la misma cama, comienzan a rechinar al compas de las embestidas de Acadia a Trece, la sensación de disfrute y vértigo se vuelve adictivo
Su cuerpo es recostado para que quede de lado, mirando hacia la puerta, Trece reacciona, Acadia le dijo que no hiciera ruido o si no, algún adulto podría encontrarlos y es verdad que no quería ser descubierto en una situación tan vergonzosa, así que, tratando de guardar silencio, vuelve a morder con todas sus fuerzas la tela en su boca cuando su hermano vuelve a empujarse contra su cuerpo. Su rostro gira, su hermano se encuentra atrapando una de sus piernas arriba de su hombro y la otra, entre las piernas de Acadia, como si fuera un perro queriendo orinar, llego la imagen mental antes de ver como las caderas de su hermano se empujaban nuevamente haciéndolo soltar otro gemido bajo de placer
El ruido de la tormenta ayudo a amortiguar los gemidos y, mientras Acadia observa a Trece fuertemente sonrojado, perlado en sudor, ambos, por fin, consiguen llegar a un éxtasis delirante donde es Acadia quien llena el interior de Trece con su propio semen y permite a Trece correrse entre las telas de la cama
La respiración es jadeante entre ambos, de pronto, Trece siente que el agarre sobre sus brazos se ha aflojado y por fin, en su propio agotamiento, consigue liberar sus manos. Su pierna elevada es bajada y Trece toma la oportunidad de recostarse boca abajo en la cama suspirando con alivio. Se siente agotado, sus ojos le pesan, de pronto ya no le interesa la tormenta que tanto miedo le daba. Sus ojos se sienten pesados, su consciencia se va perdiendo pero, su interior es abierto de nuevo. Un jadeo brota, sus ojos se abren con sorpresa y puede sentir que eso mismo grane y caliente que se había estado introduciendo en su interior, vuelve a hacer acto de presencia. Su rostro gira, Acadia se encuentra sujetándolo desde sus caderas mientras se empuja de nuevo, con un ritmo lento y tranquilo, pero mirándolo con una sonrisa divertida
—Yo aun no estoy satisfecho hermano —susurro Acadia antes de elevar el trasero de Trece para que, apoyado de sus rodillas, le permitiera a Acadia embestirlo con comodidad. Trece Colonias jadeo
No está seguro de lo que paso después de eso. Solo sabe, que despertó a la mañana siguiente, lleno de marcas pequeñas a forma de moretones mas allá de los ya recibidos, al menos, los nuevos no le dolían, tenia marcas de dientes de Acadia y en especial, le dolía la cadera y la espalda baja, sin mencionar que sus ropas estaban sucias
No está seguro si quiere saber en qué momento fue que consiguió saciar a Acadia de su lujurioso deseo por su cuerpo, solo sabe, que despertó desnudo con Acadia abrazándolo fuertemente y un brillante sol anunciando un nuevo día para los dos
Notas finales:
Hablando de chiquitos y locos XD este lemon me surgió luego del primero, y, en si, era la razón por la que quise contar esta versión donde ambos son colonias... aunque no se, si bien, me gusta... no termina de convencerme... en fin
¿Les ha gustado?
Que tengan lindo día
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