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ʚ🌺ɞ Epílogo.





Se miraba al espejo una y otra vez. Su pancita de seis meses sobresalía preciosa y con orgullo. Había tenido que mandar a confeccionar su traje completo cuando de un mes a otro su barriga había querido crecer de manera drástica.

Cosa que no le había molestado en ningún momento, solo era su bebé creciendo dentro.

La cosa aquí era que habían querido casarse antes de su bebé naciera, para así poder descansar debidamente después del parto, y no les apetecía mucho aplazar la boda más tiempo.

Cuando Ta le pidió matrimonio a Barcode, fue un día para nada planeado. Solo habían peleado porque a Barcode se le había antojado comer tacos que había probado en su viaje a México, y quería unos exactamente iguales. Ta le dijo que era casi imposible encontrar unos así en Londres. Así que esa noche Ta recibió mil cosas, que sabía que Barcode no las sentía realmente, cosas como "Eres un mal alfa", "Cualquier alfa haría lo imposible por consentir a su omega". Mientras Barcode le decía mil cosas más, Ta fue a su habitación y sacó el anillo, se arrodilló y le pidió matrimonio. El rizado dejó de gritar y rompió en llanto, para después llamarse mal omega por decirle esas cosas a su alfa, pero terminó aceptando.

Y ahora aquí estaba.

Dos toques en la puerta rompieron el silencio en el que Barcode se había sumergido.

-¡Adelante!

Apo, su padre, entró a la habitación luciendo un traje azul.

-Te ves precioso- Le dijo, con los ojos cristalizados.

-Gracias. También te ves bien papá

Le sonrió.

-¿Qué tal está hoy la personita de aquí? -le pregunto acercándose a su estómago abultado.

-Esta personita está bien.

Solían llamarle así o "bebé", ya que ni Ta, ni Barcode habían querido saber el sexo del bebé. Querían saberlo hasta que naciera y ya tenían nombres por si era niño o niña.

Ethan si era niño, Alice si era niña.

-Todos te están esperando ya, amor — Le dijo su padre

Barcode suspiró y asintió. Un último vistazo al espejo, checando que todo su traje color blanco estuviera correcto.

Comenzó a salir de aquella habitación junto a su padre. A solo unos cuantos pasos de salir hacia el montón de gente a la que habían invitado, su papá Mile lo esperaba para llevarlo al altar.

Las puertas se abrieron y la muy conocida canción de bodas empezó a sonar. Su Ta se veía precioso en ese traje negro, con su cabello perfectamente arreglado, sonriéndole de oreja a oreja, mostrando las arruguitas a los costados de sus ojos.

Vio a Nunew y Zee, a Dew junto a su asistente, últimamente los  habían notado a los dos más juntos de lo normal. Estaban las hermanas de Ta y los hermanos de Barcode Algunos amigos de ambos de la universidad, y compañeros de trabajo.

Aunque habían querido hacer algo pequeño, terminó siendo cualquier cosa menos pequeña. Pues querían compartir este momento con todos sus amigos, y bueno, terminó siendo una gran cantidad de amigos y familiares.

-Te amo, cachorrito- le susurró su padre antes de dejarlo frente a Ta- Te estoy entregando unos de mis más grandes tesoros, espero sepas cuidarlo y valorarlo.

Ta asintió, llevando su mirada hasta su prometido. El cual lucía precioso, con sus pestañas luciendo preciosas, sus mejillas estaban rojas y había un poco de brillo en sus párpados.

-Me he vuelto a enamorar.

-Me pasa seguido contigo- Le  respondió Barcode.

El padre dió inicio a la ceremonía. Dijo todo eso que no era de mucho interés para Ta, aunque para Barcode sí. Después de unos quince minutos. Finalmente llegó la parte que ambos ansiaban.

-Barcode Isarapongporn, aceptas a Ta Pakapatpornpob, como tu esposo, alfa y la persona que pasará el resto de tu vida junto a ti.

-Lo acepto- Barcode sentía su cara entumecida de tanto sonreír.

-Ta Pakapatpornpob, aceptas a Barcode Isarapongporn como tu esposo, tu omega y a la persona que pasará el resto de tu vida junto a ti.

-Acepto- Los ojos de Ta eran de un color tan intenso, que Barcode dudaba que fueran reales.

-Yo los declaro, unidos en matrimonio, alfa y omega. Les deseo lo mejor, señores Pakapatpornpob. Pueden besarse.

Una ola de aplausos llenaron el lugar. Se escuchan gritos de Zee y Dew. Su familia se encontraba llorando y aplaudiendo.

-Soy señor Pakapatpornpob ahora -Dijo alegre Barcode

-Oh, si, lo eres. Suena muy bien.

Ta tomó por los muslos a Barcode, causando en este un chillido de asombro. Lo cargó al estilo nupcial y comenzó a caminar con él por el largo pasillo por el que Barcode había caminado momentos antes. Siendo recibidos pétalos de flores que aventaban los invitados.

La fiesta se llevó a cabo en el mismo lugar. Todos se encontraban ya un poco ebrios, en especial Ta, Barcode quien no podía beber debido al embarazo, era probablemente el único sobrio ahí. Se encontraban bailando Locked out of heaven de Bruno Mars en el centro de la pista. Siendo aplaudidos por todos.

Más tarde, cuando Barcode decidió que era hora de retirarse, después de que Ta estuviera bastante tiempo besando y olisqueando su cuello, tomó a Ta y comenzó a despedirse de todos y agradeciéndoles por haber estado presentes.

-Quiero marcarte- Le dijo muy bajo
Ta

-Ya lo has hecho.

-Pero quiero volver a...a hacerlo -Su voz sonaba lenta debido a las copas en su sistema.

Llegaron hasta su habitación, una bastante alejada de todo. Apenas se lograba escuchar el bullicio de la música allá afuera.

Ta comenzó a besarlo por el cuello, especialmente donde estaba su marca, mordiendo pero sin demasiada fuerza. Apretando las caderas de Barcode y su trasero. Lo despojó poco a poco de su ropa, deleitándose con la figura de su omega.

Beso su pancita y le susurro varias cosas a su bebé. Recostó con cuidado a Barcode en la cama, y tomándose un tiempo para admirar su figura, comenzó repartir besos desde el rostro de Barcode, siguiendo por su cuello y clavículas, por todo su pecho y su panza abultada, dió unos tentadores besos en la zona más sensible de su omega, ocasionando que la piel del rizado se erizará. Beso sus gruesos y pálidos muslos, dejando unas cuantas marcas en ellos. Siguió besando hasta sus pies.

Esa noche, Ta le enseñó a Barcode el amor de mil maneras. Le enseño todo aquello que hace tiempo a Barcode le habían enseñado a odiar. Le mostró lo que es sentirse débil pero valiente al mismo tiempo con la misma persona. Le prometió amor y seguridad por el resto de su vida.

Disfrutando de aquel vaivén entre sus cuerpos, que los permitía sentirse, que de alguna manera, los hacía sentir más cerca.

Barcode recordó aquella primera vez que tuvo un encuentro con Ta, aún cuando era un completo extraño, la manera en la que Ta se tomó el tiempo para tratarlo de manera correcta. Aun cuando pudo pensar solo en él, como muchos alfas habrían hecho, se tomó el tiempo de averiguar y asegurarse de que Barcode también lo estaba disfrutando.

Barcode recordó lo seguro que se sintió con Ta, lo seguro que se seguía sintiendo. La forma en la que se tomaba el tiempo para hacerlo sentir bien. En como ponía su comodidad y placer por encima del suyo.

Ta logró reemplazar todos aquellos toques que Barcode creyó jamás desaparecerían de su cuerpo, que más de una vez, hace mucho tiempo, fue mancillado y utilizado se la forma más cruel y menos pura.

Le enseño la fina línea que había entre el amor y el placer.

Miro directo a los ojos avellana de su alfa, que aún cuando estaban sumergidos en la oscuridad, siendo solo alumbrados por la tenue luz de la luna, pudo apreciar ese color que tanto amaba. Arqueo su espalda con cuidado y contrajo sus piernas, dejándose ir. Jadeo cuando su marca volvió a ser reabierta. Sintiendo una vez más, ese agradable calor que se instalaba en su pecho cada que Ta volvía a morderlo.

Se durmieron entre suaves caricias a sus cuerpos sudados y cansados.

Barcode durmió tranquilo, finalmente haciendo las paces con su alma, mente y con su yo de dieciséis años. Durmió sintiendo los latidos de Ta como en su propio pecho, sintiendo la respiración de su alfa en su nuca, tranquila y relajada.

Esa noche, pasó la página, decidido a cerrar aquel capítulo de su vida. Esa noche, se permitió curar cualquier herida de su pasado. Se permitió finalmente sentirse digno de recibir amor, del bueno, del sano.

Porque siempre tuvo esa pequeña fe en que todo cambiaría, tuvo fe. Todos deberían tenerla.

Fe en ese futuro.














FIN

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