Tres semanas antes.

Su celular no dejaba de sonar. Tenía llamadas y mensajes perdidos de Ta, pero no tenía ánimos de contestarle. Aunque, sabía que tenía que hacerlo, le debía una gran explicación, pero simplemente no hallaba las fuerzas para hacerlo.

Tomó su celular y lo apagó. Suspiro cuando dejó de sonar.

Dos semanas antes.

Tenía la carta de Ta entre sus manos. La había dejado la semana pasada pero no había querido leerla. Tenía tanto miedo de lo que pudiera encontrar ahí, que no quiso saber de ella. La guardo al fondo de un cajón y la dejo ahí.

Al menos, hasta ahora. La sacó de entre su ropa porque decidió que había estúpido no leerla, tal vez Ta no siquiera estaba enojado con él. Tal vez no le dirían que terminaran todo como había pensado, así que la saco.

Disculpame. Ta se estaba disculpando por algo que ni siquiera era su culpa. Tomó su celular, estaba decidido a hacerlo, le llamaría y le diría que él no era el problema, pero antes de hacerlo, a su mente vino otra vez Nunew.

Nunew, a él sí que lo había decepcionado seguramente. Aventó su celular, no le importó donde cayera. Se sentía triste, su omega no había dejado de estar depresivo.

Actualidad.

Hoy no había tenido las suficientes ganas como para pararse de la cama. Estaba sentado encima de ella, con una taza de café entre sus manos, mientras veía a un punto ciego en la habitación.

No sabía qué le sucedía. Se sentía sin... ¿Alma? Eso sonaba tan dramático... sin embargo, así es como se sentía, esa era la palabra para explicar el horrible vacío que sentía en su pecho.

Estaba harto. Constantemente tenía crisis, cosa que no le pasaba hace años. Cuando llegaba de la empresa solo lloraba y se acostaba en su cama hasta que los temblores dejarán de sacudir su cuerpo. Muchas veces se quedaba por horas pensando una y otra vez qué es lo que debería hacer. De hecho, tenía una lista de los pros y contras en la situación.

Si vuelvo con Ta, Nunew estará furioso.

Si no hablo con Ta creerá que hizo algo mal.

Perdería mi amistad con Nunew.

Perdería todo con Ta...ya lo perdí ¿Ya lo perdí?

Los pensamientos solían llenar su mente a diario, a cualquier hora del día, sin importar que.

Nunew seguro me odia.

Ta seguro que me odia también.

Yo me odio.

Necesitaba parar, ahora mismo, eso estaba haciendo. Pensar, pensar, pensar.

Barcode se la había pasado pensando en todo lo que los demás podrían estar sintiendo, que ni siquiera pensó en lo que sentía él. No se preocupó por lo que él quería, pero en la mente de Barcode, parecía no existir su propio bien, si no, el de los demás.

Se sobresaltó en su sitio cuando toques algo fuertes en su puerta resonaron por todo el apartamento, un poco de café se derramó en la colcha.

-Mierda...-hizo un puchero. Que rápidamente dejó de hacer, no iba a llorar por eso, no.

Dejó la taza en su mesita de noche y se paró lentamente de la cama, mareandose en el acto. Mientras caminaba despacio por el pasillo que llevaba a la sala de estar, los toques volvieron a escucharse. Suspiro, ni siquiera tenía idea de quién podía ser, eran casi las diez de la noche.

Observó por la mirilla que había en la puerta. Era Nunew. Se quedó unos minutos ahí parado, Nunew volvió a tocar, entonces ahí sí abrió.

El castaño alzó las cejas al notar el estado en que se encontraba su amigo.

-¿Q-qué... estás haciendo aquí? —preguntó en voz baja el rizado.

-¿Qué qué estoy haciendo aquí? Vengo a salvarte de la gran depresión en la que estás sumergido- Entró al departamento haciendo a un lado al rizado.

Su nariz se arrugó cuando detectó que todo el lugar olía a tristeza, a depresión, ansiedad, nervios, miedo... un nudo se formó en su garganta.

-No necesitaba que vinieras...

-Aja, me di cuenta- Fue sarcástico.

-¿Qué quieres?

-Quiero que... dios, Barcode...de verdad estás mal- Le dió una mirada  analizándolo.

Su cabello estaba enredado y apuntaba a distintas direcciones, estaba delgado, tenía ojeras, y se veía bastante pálido.

-Estoy bien- Se encogió de hombros Barcode.

-Definitivamente no lo estás.

Barcode caminó hasta su habitación, siendo seguido por Nunew.

-Lo siento ¿Bien? No lo volví a ver, ni
volveré a verlo, da igual, todo está bien.

-Barcode... no estás bien.

El rizado quiso contestar, pero el nudo en su garganta se lo impedía. Si bueno, no estaba bien.

-No quería arruinar las cosas entre nosotros, no por un alfa, estoy bien, perdóname, ya está.

-¿Ya está? Barcode ¿De verdad estás seguro que estás bien?

-Si

No

Nunew negó lentamente- Jamás te dije que te alejaras de él.

-Pero...

-¿Sabes lo mal que lo ha estado pasando Ta?

La cosa era que, Nunew antes de ir a donde Barcode había ido a hacerle una rápida visita a Ta. No se había sorprendido tanto al notar el estado en que se encontraba, estaba casi igual que Barcode. Igual de miserable.

-No... yo simplemente no quería que Ta fuera un problema entre nosotros, así que lo aleje, lo siento.

-Mierda

Se quedaron sin decir nada. Barcode con su mirada gacha, aguantando las ganas de llorar. Por su culpa Ta estaba mal, dios mío, nada puedo hacer bien.

-Te das cuenta que... que la has cagado ¿No?

-Lo sé, intentó remediar todo- Nunew lo interrumpió.

-¿Alejando a tu alfa, semejante estúpido? Te das una idea de lo que es hacer eso, una vez que lo encontraste no puedes alejarte de él como si nada. Por la luna, Ta está igual de miserable que tú.

-No era esa mi intención -Negó lentamente con la cabeza.

-¿Y cuál era entonces? -murmuró.

—¡Yo solo quería que no te alejaras de mí! Eres lo único que tengo y no quería perder eso, yo solo...no pensé en ¡Nada! ¡Lo siento, la he cagado en grande! ¡Ta seguramente está tan mal como yo y yo no estoy bien! Solo quería que no estuvieras enojado, si eso significaba dejar de ver a Ta ¡Bien! Simplemente no creí que fuera a afectar así.

-Nunca te pedí que dejaras de verlo — Apuntó Nunew.

-¡Pero te fuiste! Ni siquiera dejaste que te explicará bien, solo me dejaste ahí, creí que era lo que querías.

-¿Qué más daba lo que yo quería? Además, estaba dolido, dolido, Barcode, no me lo contaste.

-¡Te lo iba a contar! Lo juro, ese mismo día hablaríamos Ta y yo para contártelo, ni siquiera sé cómo supiste.

-Eso no importa ya... Eres un idiota, uno grande. Barcode, por la luna, Ta está destruido, realmente le pegó duro lo que hiciste, merecía una explicación al menos - Nunew se acercó hasta Barcode para abrazarlo.

El rizado comenzó a llorar- Lo sé, ahora me odiara.

-No creo. Eres su omega- Puntualizó Nunew

Barcode negó— Ya no me querrá.

-Necesitas verlo para resolver esa duda.

-Ya sé...pero no tengo la cara para hacerlo. Ni siquiera entiendo porque le hice todo esto, pude haberle dicho todo, pudimos... solucionarlo, yo que se...

-Pudiste hacer muchas cosas sí... pero que nos pongamos a pensar en eso ya no nos sirve así que...

-Necesito ir con Ta - Se paró de la cama, busco sus pantuflas y comenzó a caminar hacia la puerta.

-Claro que no irás ahora, ni así...

-¿Qué hay de malo con ir 'así'?- frunció el ceño.

-Estas vuelto un caos y sin bañar...

-Ya me ha visto así- Se encogió de hombros.

Nunew negó riendo, lo convenció de volver a la cama, y que era mejor idea ir mañana. Barcode aceptó a regañadientes, pero sabía que el castaño tenía razón, ahora mismo tenía su cabeza hecha un revuelo, no sabía con exactitud qué diría.

-Nu...

Nunew se estaba quedando dormido cuando escuchó a Barcode hablarle- ¿Mhm?

-Yo de verdad lo siento... no se que me pasó. Tenía miedo, pero no sé de qué...Y se que herí tus sentimientos, lo siento, debí decirte, pero tenía miedo... Yo solo, no sé ¿Okay? Creo que la definición de todo sería miedo y que fui un cobarde por no querer afrontar todo lo que sabía que vendría ―Se acercó hasta Nunew para que esté lo abrazara mejor.

-Duerme, Barcode, se que no lo has hecho correctamente en un buen tiempo - Lo abrazo más fuerte

-Lo siento- Volvió a murmurar

Nunew suspiró, cerrando los ojos.

-Duerme.

-Necesito que me perdones.

-No tengo nada que perdonarte, solo prometeme que me tendrás la confianza suficiente la próxima vez.

Barcode tenía muy en claro que Nunew tenía muchas cosas por las que perdonarle, pero como siempre, Nunew era un ángel.

-Lo prometo, perdón.

-Ya, deja de disculparte. Duerme, Code —Le dió un beso en la frente.

Se acomodaron mejor en la cama, se cobijaron y se dispusieron a dormir. Barcode se durmió pegado al cuello de Nunew, embriagándose del olor a avellana y leche, como un bebé, se quedó dormido al instante. Relajado, como no lo había hecho por casi un mes.

No culpo a quien quiera darle una
reiniciada de Windows a Barquito jajaj