𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟖- 𝐅𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚 𝐩𝐨𝐥í𝐭𝐢𝐜𝐚.
✶════════════════════════════════
El viaje a las islas del sur se volvió realidad, debido las peticiones Lars.
—¿Estas bien Hans? Te vez bastante incómodo— sin darse cuenta Lars colocó la mano sobre su hombro.
—Si, solo estoy algo preocupado. Odio los largos viajes.— Pensar en Elsa frente a su padre, Caleb y sus otros hermanos le desagradaba mucho. Ella era un mujer imponente pero a la vez tan ajena a sus tradiciones, que quizás podría no sentirse acogida.
Lars lo miró con cierta duda. —Te conozco. Incluso te considero al único de mis hermanos por quien debo ver— la voz de de su hermano lo hizo sobresaltarse, mas eso no significaba que le prestaría mucha atención. —Se de tu fama de mujeriego, jamás tomas nada enserio y siempre sueles meterte en líos de faldas—los ojos de Hans se entre cerraron, de cierto modo le molestaba mucho que Lars dijera todo aquello sobre el y su vida amorosa. Pero aun así decidió no contestar nada, ni siquiera tenía animo de pelear. —¿Te asusta lo que padre piense de la reina? O tal vez estas enojado por que deseas seguir jugando con el corazón de cada doncella que se cruza en tu camino. Seguir usándolas a tu conveniencia y después desecharlas. Elsa será solo tu esposa ¿Por qué te afliges tanto por esta mujer en particular? Vas a ser rey, podrás tener las concubinas que quieras, como Caleb.¿Por qué te pones tan mal?...
La paciencia del príncipe llegó a su límite, con furia tomó a Lars por la camisa y con gran fuerza lo atrajo hasta el. —¿Piensas que para mi es mas importante copular? No quiero que ninguno de esos idiotas ponga en riesgo mi relación con Elsa.— contestó tajante el príncipe. Las emociones repletas de furia cubrían todo el lugar.
—Veo que realmente estas tomando las cosas enserio— Hans apenas y comprendía lo que pasaba. La penetrante mirada de su hermano no lo abandonó en ningún momento y eso lo confundió. —Si alguno de esos idiotas incomoda a la reina, hermano ponlo en su lugar. Recuerdales que las cosas ya cambiaron.
Hans se llenó de dudas, Lars siempre le pedía alejarse de los problemas. Esos consejos estaban fuera de lugar. Tenía ganas de preguntar que sucedía y hubiera sido así de no ser por que se anunció que debían subir a bordo.
—¿Hans?— visualizo a la reina que se notaba bastante temerosa.
—Mi Lady— enseguida olvidó todo y corrió a tomarla de la mano. Gerda la abrazaba con mucho cariño y rogaba que se cuidara mucho.
—Cuide mucho a mi reina— rogó la mujer antes de soltarla y cambiar a abrazar a Kai.
—Claro que la cuidaré— sonrió el príncipe. (El ya estaba al tanto del trágico destino que los padres de Elsa habían sufrido).
Estaban a solo un paso de poder estar juntos. Era un sueño anhelado sin fin y con mil emociones que sin duda deseaban vivir. Hans se entregaría en cuerpo y alma. Podía ver a su amada igual o mas nerviosa que el. Seguramente esta era la prueba máxima de amor que ella alguna vez hubiera entregado, se estaba anteponiendo a uno de sus mas terribles miedo, todo por estar con el.
Elsa era la guerra y la calma. Con ternura se acercó a la chica y le ofreció su brazo para comenzar a avanzar.
Detrás de ellos Gerda, Kai y prácticamente todo Arendelle, se despedían con una sonrisa llena de amor y nostalgia.
Su nueva vida estaba justo enfrente.
. . . ⋆ ⋆ . . ⋆
⋆
⋆ . ⋆ . . ⋆
.
. ⋆ . ⋆ . ⋆ . ⋆ ⋆
. ⋆ . ⋆
. . ⋆ ⋆ . . .
⋆ . ⋆ . ⋆ .
⋆ .
. . ⋆ . ⋆ . . ⋆ . ⋆ ⋆ . . .
⋆ . ⋆ . ⋆ .
⋆ .
. . ⋆ . ⋆ . . ⋆
Tiempo después.
Estaban por llegar a Las Islas del Sur. El lugar que por años había sido su hogar, pero también su infierno. ¿Por qué? ¿Por qué tenían salir de Arendelle para volver a ese maldito lugar donde solo se habían encargado de volver su vida una miseria?...
«Elsa» pasó su mano por la revuelta cabellera de la joven, quien dormía tranquilamente a su lado. Si quería que todo saliera bien tendería que ser mucho mas cuidadoso de lo que había sido todo este tiempo.
—¿Estas bien?— había estado tan inmerso en sus pensamientos que no se había dado cuenta que ella estaba despierta. —Te vez bastante preocupado.
—No me gustan los viajes en barco.
—Oye Hans— de manera seria bajó la mirada.
—¿Que sucede?.
—No, nada en especial— sonrió radiante.
—Pues tu rostro me dice todo lo contrario— Se colocó frente a ella y con yema de los dedos acaricio su mejilla. —Vamos solo dímelo, ¿Quieres que juguemos un poco? Nos podrían oir, pero podemos arriesgarnos.
Elsa soltó una carcajada. —Te dije que lo mejor era que lo hagamos cuando estemos en casa— desvío la cara sonrojada. —No es correcto hacerlo sin estar casados.
—Bien, si eso desea mi lady.
—En realidad estoy muy nerviosa por conocer a tu hogar y a tu familia— se veía la preocupación en su rostro. —No convivo con muchas personas y tengo miedo de no agradarles. Además mis poderes...
—No te preocupes, es imposible no amarte y si no les agradas es el problema de ellos. Y respecto a tus poderes, te he visto y ahora tienes mas control sobre ellos. Ten mas confianza.
—Hans, yo quiero agradarle a los tuyos.
—Le agradas a Lars, y sinceramente solo su opinión me importa. Entiendo tu preocupación, pero no te esfuerces demasiado, Son personas horribles de todos modos, además nos iremos pronto— y con un dulce beso acabó con la molesta conversación.
o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇
Lo siguiente fue la llegada.
Casi en un parpadeo, ahora visualizaba como Lars le ayudaba a Elsa a subir
al mas bello y exclusivo carruaje que el reino tenía, y que por supuesto los llevaría hasta el palacio —¿Qué le parece el lugar reina Elsa?— pregunto Lars amablemente intentando volver menos pesado el ambiente.
—Es simplemente hermoso y mucho mas soleado que Arendelle— Sonrió ella gentilmente.
El rostro de Hans, se ponía mas tenso cada vez que se acercaban al palacio y al llegar, todo empeoró. —¿Esta lista alteza?— como un caballero Lars le ofreció, la mano a la señorita para bajar.
—¡Su majestad, bienvenido!— Saludó el hombre que había abierto las enormes puertas del palacio. —En hora buena príncipe Hans, su padre los espera ansioso.
Cada paso que Hans daba le advertía que algo malo pasaría y entonces llegaron hasta una enorme puerta, miró de reojo a Elsa y esta con preocupación tomó la mano que el amablemente le ofreció. Su hermano ya se había adelantado y con paciencia esperaba adentro...
Justo en ese momento la puerta se abrió dejando ver al fin que sucedía.
—¡SU MAJESTAD REY CALEB WESTERGAAD SOBERANO DE LAS ISLAS DE SUR!— ambos hicieron reverencia al oír mencionar al soberano. —¡ANTE USTED SU HERMANO MENOR EL PRINCIPE HANS Y ACOMPAÑANDOLO LA REINA ELSA SOBERANA ARENDELLE!...
Después del anuncio del anciano hombre las puertas tras ellos se cerraron dejándolos a solas con la familia real.
—¡Hermanito, bienvenido!— el primero en acercase fue Artrud, sonriendo con una descarada sonrisa, esa descarada e hipócrita sonrisa que lo caracterizaba del resto.
—Veo que no exageraron al describir su belleza reina Elsa— Un imponente hombre sostuvo la mano de Elsa para después mirarla como analizándola, ese era Jurgen.
Pero su cercanía duró muy poco pues Hans intervino colocándose frente a ellos. —¡Así es Jurgen ella es muy bella, igual que tu esposa.
De inmediato el príncipe vio como otro se sus hermanos se acercaba. —Dígame reina Elsa, ¿Que fue lo una mujer como usted vio en el pequeño Hansi?— al igual que Jurgen, Artrud. Franz se mostró impresionado con la presencia de la joven reina.
—¡Suficiente!, Esta no es manera de tratar a una reina— en tono de regaño Lars alzo la voz.
—Hermano, nosotros solo queremos conocerla mas de cerca— un hombre con pinta de rufián y sin un ojo hizo una reverencia a Elsa.
—Es cierto, no es nada raro ¿Verdad hermano?— los gemelos Rudi y Runo fueron los últimos en acercarse.
Pues eran ellos los únicos hermanos presentes que no lo habían hecho. Hans realmente se sorprendió mucho al verlos, ambos tenían toda la pinta de rufianes, llenos se cicatrices y tatuajes. Además ¿Por qué diablos a Rudi le faltaba un ojo?.
—¡Claro que mi cuñada es hermosa!— dijo Runo quien como una serpiente se movía alrededor de la bella mujer. —Que afortunado es Hansi— Escupió el corpulento príncipe mirando a su hermano con burla y odio, mientras Rudi le seguía el paso.
—Yo no lo llamaría fortuna príncipe Runo, la palabra correcta a esta perfecta unión es destino— discretamente Lars intentó alejar a sus molestos hermanos.
—¡Vamos, Lars! ¿destino? Hansi es un tipo de lo mas suertudo al unirse con una bella reina— se burló Rudi.
—Si, quizás solo deberíamos advertirle de la poca paciencia que tiene el pequeño Hansi— concluyó Runo con su voz áspera, mirando a Elsa atentamente.
—Mi poca paciencia aplica meramente para los asuntos desagradables, en mi futura esposa jamas, deja de comparar esos asuntos con ella— Molesto ante la respuesta de Hans, ambos hombres intentaron atacar a su hermano, pero como era de esperase Caleb, quien hasta entonces había permanecido sentado en su trono se puso de pie y de solo un golpe tiró a sus hermanos. (Nadie mostraba un comportamiento adecuado a su posición de poder)
—Rudi y Runo— les habló con firmeza. Caleb era el mas poderoso de los hermanos, el no le temía a nada, ni a nadie, al contrario era un hombre al que no le temblaba la mano a la hora de tomar una importante decisión y esa había sido la principal razón por la que su padre lo volvió el rey. —Ustedes sin vergüenzas, rufianes. Demuestren la educación que nuestros padres nos brindaron y respeten a la reina.
—Pero Caleb— se quejó Runo.
—Su lugar en este momento es mas bajo que el de un caballo. Así que por su bien hagan reverencia— los gemelos obedecieron sin poner mas objeción.
—bienvenida a las islas del sur reina Elsa. Es agradable ver a mi valiente hermano acompañado de una dama como usted— con poca confianza Hans se acercó a Caleb.
—Su majestad, hemos viajado de muy lejos, todo para obtener la bendición de nuestro padre para la boda— en ese momento su padre y su madre aparecieron en la sala.
—¡Hans!— Con mirada de superioridad el anciano hombre se puso frente a ellos y al igual que sus hijos hizo una educada reverencia ante la reina. —Entonces viajaron hasta aquí, solo por mi bendición.
—Si padre.
Complacido Magnus ll Westergaad sonrió.
—No le veo inconveniente con tu petición, hijo mío has logrado lo que tus hermanos no. Tu solo has conseguido una pareja digna que beneficiará la relación de las islas del sur con Arendelle— de la nada tomó a Hans por los hombros. —Tu valor y fuerza te ayudaron a salvar Arendelle. Lo lograste solo, a pesar de las burlas de tus hermanos quienes de verdad son una vergüenza para las familia Westergaad y las islas del Sur— con mucha molestia miró a sus hijos gemelos. —La única petición es que su boda se celebre aquí al igual que como ocurrió con tus hermanos.
—Querido, no le has tomado parecer a la Reina, ¿díganos que es lo opina usted majestad?— la madre de Hans se mostraba de lo mas comprensiva.
Con un sereno rostro Elsa al fin habló.
—Que nuestra unión se célebre aquí me parece una buena idea, en Arendelle no cuento con ningún familiar sanguíneo, así que celebrar junto a ustedes sería encantador.
Todo pintaba de lo mas perfecto para Hans. Por primera vez en su vida sus padres aprobaban algo hecho por el. Lars estaba orgulloso, Caleb lo reconocía y sus otros hermanos seguramente lo envidiaban. Pues todos ellos habían obtenido a sus esposas por elección de su padre, mientras el pequeño Hans había elegido el a su futura esposa, el mas pequeño de los príncipes se había servido con el cucharón grande...
Para celebrar la llegada del príncipe y la reina hicieron una gran baile. Habían muchas personas que los miraban sin disimular. La reina era divina, tan hermosa y educada como en un cuento. Tanto que pocos podían creer que ella fuera la misma reina de la nieves que se rumoraba poseía un peligroso poder. Tan impresionante era su presencia que su futuro suegro la presumía con todo el mundo y eso de cierto modo llenaba a Hans de satisfacción.
—Creo que realmente le agradas a mi padre, es un espeluznante— bromeo el joven cuando Elsa al fin pudo volver a su lado.
—Hans Westergaad— aguantó la risa cubriendo un poco su boca. —Que cruel es usted— un momento verdaderamente chistoso, pues de lejos Jasper reía mientras observaba a la feliz pareja.
—¿Una fiesta enorme solo para ti? ¡Cielos Hansi como ha cambiado las cosas!— Arne miraba con burla a su hermano menor.
—Arne— pronunció el chico con notable molestia y gran incomodidad.
—Majestad, es un verdadero placer— con educación hizo una reverencia a Elsa.
—Lo mismo digo principe Arne— El hombre frente a Elsa parecía tener solo unos años mas que Hans: ojos cafés rojizos y cabello castaño de un tono mas claro y corto, además despedía la misma arrogancia que los demás hermanos.
—Veo que los rumores eran ciertos y realmente te casarás con una bella mujer. Alguien hechizante— recalcó la ultima palabra en modo de burla, ya que se rumoraba que la reina era una hechicera. —Estos meses he estado lejos de casa y me alegró mucho la noticia de tu próxima boda.— A su lado estaba una joven mujer de cabello rubio y ojos grises, ella parecía realmente fina y muy educada.
—Es verdad, había olvidado a tu esposa— saludó el peli-rojo con naturalidad.
—¡Buenas noches duquesa Helsen! Por cierto ¿Arne sigue espiando a la servidumbre masculina por las noches?.
—¡Que estas diciendo!— contesto Arne molesto y haciendo un puchero.
—Gracias a dios ya solo lo hace los jueves — bromeo la joven de ojos grises. —Es un placer verlo sano y salvo principe Hans— saludó ella con una sonrisa en los labios.
—Hola Bet— contestó el joven muy a secas y sin dejar de mirar con rivalidad a Arne.
Beatriz Von Helsen era una joven dama con título de duquesa , una noble de las Islas de sur proveniente de una poderosa familia bastante ligada a la realeza y esa era la razón por la que durante años fue buena amiga de Hans, eso hasta que su padre arregló su boda con el príncipe número 11.
—Un día de estos deberíamos visitarlos en Arendelle.— sonrió Arne.
—¡Que no sea pronto por favor!— inevitablemente Beatriz soltó una risita que de inmediato ahogó con una tos bastante falsa.—Bueno— dijo Hans tomando con fuerza la mano de Elsa y acercándola hacía el de manera protectora. —Como sea, será un placer recibirte en Arendelle Bet, no importa que clase de invitados lleves.
—Gracias Hansi.
—Si nos disculpan, saludaremos a la tía Sofía.
Están a punto de retirarse cuando Arne soltó un comentario que término con poner las cosas todavía mas incomodas. Algo que Elsa no comprendió. —Espero y encuentres pronto al tío Monty, seguro se pondrá muy feliz al ver que desposaras a una mujer rubia y muy hermosa— sonrió con maldad. —Las rubias le agradan mucho mas. ¿Cierto querida?— la chica que lo acompañaba se cohibió un poco, mientras que con rapidez Elsa y Hans se alejaron por completo del principe y su acompañante.
Salieron al balcón por un momento.
—Siento eso Elsa. ¡Arne es un completo idiota!— se recargó del barandal del balcón. —El es una de las tantas razones por las que no quería venir.
—Beatriz, ella. Parece bastante cercana y...
No la dejo terminar, pues de la nada la jaló hacia el dejándolos frente a frente —Solía amarla cuando era niño , creo que la quise desde la primera vez que la vi y como no hacerlo, ella es una chica muy divertida. En ese entonces las ganas de protegerla eran tantas que incluso me dolía. Me dolía verla llorar por su matrimonio arreglado y por mucho tiempo deseaba solo crecer para poder casarme con ella. Debo admitir que de cierto modo Anna logró recordarme a Bet, tal vez por eso le propuse matrimonio tan apresuradamente. — las palabras de Hans pusieron un poco triste a la rubia que atenta lo escuchaba. —Y entonces apareciste tu Elsa. La mujer a la que llevaba esperando desde siempre, aunque no lo sabía. Nadie nunca me había tratado como tu. Nadie jamás me había hecho sentirse tan cálido y en paz, te volviste tan importante, tan necesaria. Comencé a sentir ganas de demoler todos los muros que habías levantado, de conocerte y descubrir que había dentro de tu corazón. Todo lo que secretamente había soñado encontrar en una mujer, lo encontré a lado tuyo. Sabía que era una total locura, que tal vez tu nunca corresponderías y entonces me arrojé a tus brazos como un intrépido idiota, no me importó que tan doloroso iba a ser el golpe, mujeres como tu pasan solo una vez por tu vida y sino te arriesgas, te arrepientes para siempre.
Elsa colocó la mano sobre el rostro de Hans. Y con delicadeza lo besó. No necesitaba saber mas. —Te amo.
—Te amo mas...
—Bueno basta de charlas, volvamos a la tonta fiesta y terminemos este tonto show para poder estar solos.
—Como su majestad me ordene.
o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇o〇
Esa noche en la fiesta Elsa se relajó mucho mas. Conversó con pocas personas pero si terminó compartiendo un momento agradable con Bet. La joven rubia le preguntaba muchas cosas a la reina y eso la ponía un poco nervios. —¿Es usted bonita?.
—¿Que?— muy sonrojada la rein desvío la mirada.—La única que puede juzgar eso es usted Beatriz.
Como una niña la muchacha daba vueltas alrededor de Elsa como buscando algo.
—Que injusto. No puedo, soy ciega.
Al instante Elsa se sintió avergonzada por haber dicho eso. Sin embargo Beatriz solo se burló —¿Porque te ríes? Lo siento.
—No se preocupe majestad, usted no lo sabía. ¡Ay, me encantaría poder ver su cara, debe ser tan bonita!— Por un momento Anna vino a su mente y eso la hizo sentir tranquilidad y con nostalgia.
—Veo que se llevan bien— dijo Hans al verlas sonreír. —Pero no te sobre pases con tus broma Bet.
—La reina Elsa es una dama encantadora.
—Eso parece— El buen momento terminó cuando al escucharse la voz del anciano que se metía a la conversación. —Pequeño Hansi.
—Tío Monty.
El tío Monty, era hermano de la madre de Hans: Era un hombre que pasaba los setenta años, había perdido una pierna y se apoyaba en un bastón, bastante gordo, calvo y con el rostro lleno de verrugas—Veo que al fin consiste a una chica.
De inmediato Arne se acercó a Beatriz como para protegerla. —Bueno nosotros nos retiramos— hizo una reverencia. — Un placer reina Elsa, hasta tío Monty.
—Nos vemos pronto majestad— dijo Beatriz y como si de eso dependiera su vida ambos se marcharon.
—Es usted una verdadera belleza— he intento tocar a Elsa pero él príncipe de inmediato lo impidió.
—Espero que solo te guste admirar y no tocar tío Monty. No creo que quieras faltarle al respeto a una reina.
—Por su puesto que no— soltó un macabra risa. —¿Que otra cosa podría hacer yo si solo soy un anciano?— dijo para después retirarse como si nada...
Sin embargo durante toda la fiesta no quito los ojos de la reina quien estaba muy incómoda...
Luego de eso la fiesta continuó igual o mas aburrida que al principio. Dos horas después término con el último bocado de tarta de frutos rojos, las 2 horas mas odiosas de su vida.
Así que como era adecuado y luego de una hora mas Els supo que había llegado la hora de dormir.La reina se despidió y al unísono el resto de los invitados también despidieron de manera educada.
Cuando la fiesta termino Hans la llevo a su habitación. Ambos jóvenes caminaron elegantemente y seguros de sí mismos y al llegar a lo que parecía un largo pasillo este se detuvo. Sus ojos no se apartaban de los de su prometida e inevitablemente esta se sonrojo. —son horribles, lo sé— agregó tomando a Elsa de la mano y guiándola por el gran pasillo de regreso. —pero al menos ya estamos solos— sus palabras aceleraron más el corazón de la reina y como ya era su costumbre la acorraló en la puerta.
—Hans, alguien podría vernos —dijo sonrojada.
—Lamento mucho todo. El Comportamiento de mis hermanos y tío. No dejaré que ese hombre se te acerque es un anciano molesto.
—Esta bien. No paso nada.
—Es que esta noche cuando te miró, pude ver en sus ojos el deseo y no me gustó esa sensación.
—Tranquilo, se como evadirlo.
—Es un viejo asustó.
—Y yo una reina con poderes de hielo— Elsa alzó una ceja y Hans sonrió complacido.
—Debería quedarme y acompañarte esta noche— y le beso los hombros. —nadie se daría cuenta.
—Prometiste que esperarías hasta la noche de bodas.
—como quieras estaré ansioso— con una sonrisa en los labios salió del cuarto dejando a Elsa una sensación muy extraña que no la dejaba de hacer suspirar...
CONTINUARÁ...
════════════════════════════════✶
Hola aquí un capítulo mas, esperando que les gusté mucho.
Ya viene lo bueno.
Bueno
Sin mas me despido. Gracias por leer y perdón por las faltas de ortografía, si les gustó no olviden votar o comentar, como siempre su opinión es importante. ❤❤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro