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Con pesadez Anna abrió los ojos, estaba exhausta, veía todo borroso y se sentía muy mareada, todo debido al parto. No sabía cuanto tiempo había pasado, sin embargo nada de eso le importó, se levantó desesperada con solo una cosa en la mente su hijo...

—¡Kristoff! ¡Kristoff! ¡Kristoff! —gritó desesperada el nombre de su esposo. Pero no obtuvo respuesta, asi que sin pensarlo mucho y sin abrigo, corrió hasta la puerta de la pequeña cabaña y con facilidad la abrió, el aire estaba increíblemente helado, pero aún asi comenzó a recorrer el lugar. Mirando a su alrededor dándose cuenta de que se encontraba en medio del frio bosque. Tras varias caídas llego hasta, un pequeño claro. —¡Kristoff! —Volvió a gritar con las pocas fuerzas que tenía. Cuando de la nada en la obscuridad del bosque apareció una luz, la cual la joven princesa no dudo en seguir. —¿Kristoff? ¿Cariño? —no obtuvo respuesta mas que un arrullador tararear. —Me asustaste, te has pasado con esta broma ¿no crees? Ahora ¿dime donde esta? —sin embargo en lugar de desparecer el miedo incrementaba. Algo no andaba bien, la poca luz de la fogata apenas y le dejó apreciar una figura. —¿Kristoff? —estaba apunto de tocarlo cuando una voz siniestra la detuvo.

"¡Oh Anna, si hubiera una persona aquí que te amara!"  la siniestra cara del príncipe la hizo gritar...

Agitada la princesa despertó, miró a su alrededor y aun estaba en la pequeña cabaña.

—Silencio, despertaras al bebé —Los ojos de la chica se abrieron de golpe al ver su pesadilla hecha realidad. Hans frente a ella cargando a su hijo recien nacido. —¿Que haces aqui? ¿Donde esta Kristoff? —En un torpe movimiento se levantó de la cama y trató de arrebatarle al bebé.
Pero todo fue inútil, Hans era mas fuerte.

—Es mejor que mantengas la calma —La voz llena de indiferencia puso aun mas furiosa a la princesa quien de inmediato se puso de pie para exigirle de nuevo que le diera al bebé.

—¡Detente! —Gritó con terror al ver como el rey lo sostenía y amenazaba con tirarlo al fuego de la chimenea.

—Es muy pequeño, hermoso y frágil, ¿Me pregunto cuanto tiempo duraría antes de desaparecer en el fuego? —Aterrorizada Anna intento correr sobre Hans pero Esteban se lo impidió. —Escucha bien, lo mejor es que te mantengas tranquila, a menos que quieras ver como el fuego debora a tu hijo —sin muchas opciones obedecío se quedo tranquila. —perfecto —Sonrió —Arrodillate ante tu rey —Sin pensarlo ni un segundo Anna lo hizo, la orgullosa princesa se arrodilló ante el Rey.

—Por favor, el es solo un bebé —Anna no paraba de llorar, Esteban apenado por el sufrimiento de la pobre mujer intentó hacer que Hans entrara en razón. Pero para su mala suerte con un solo gesto el rey le impidió avanzar mas.

—¿Quieres que lo deje? —sonrió maligno.
—Entonces convenceme. Vamos, suplica por su vida, arrastrate y pide que no lo deje caer al fuego.

Igual de aterrorizado Estaban soltó a la princesa quien en su vida, nunca habia experimentado una humillacion asi de horrible, mucho menos se había arrodillado  ante alguien tan miserable como lo era Hans, sin embargo en esos momentos su orgullo valia menos que nada, pues la vida de su bebé estaba en juego. Asi que no le quedó mas que acceder a todas las peticiones de Hans.

—¡Por favor! Se lo suplico su majestad, haga lo que quiera conmigo, torturame, azoteme, vuelveme ceniza, haga lo que usted quiera con los despojos de esta que solía ser una princesa, pero por favor, por favor, por lo mas sagrado del mundo no lastime a mi hijo, el sólo es un inocente Por favor. —complacido alejó al niño del peligro y se le entregó a su madre.

—¡Hijo! —lo sostuvo entre sus brazos y lo aferró a su pecho. El niño dormia tranquilo, ajeno al peligro que acababa de correr.

—Esteban, ayuda a la princesa a llegar a su lujosa cama —el conmocionado hombre obligo a la chica a ponerse de pie mientras Hans caminaba tras ellos. —Luces marchita Anna, seguro se debe a el parto —sonrió de manera sínica. —esperó y con el tiempo recuperes tu belleza —intentó tocarla, pero ella se resistio. —¿Que pasa? ¡Vamos no tengas miedo de mi, si apenas hace unos meses jurabas que me amabas.

—¿Que es lo que quieres? Largate de aqui ahora mismo —Exigió enojada.

—Quise conocer al bebé, el es mi sobrino ¿no? — y de nuevo se intentó acercar esta vez al niño.

—¡No te atrevas a ponerle un dedo encima maldit... — de una bofetada frenó el insultó que escupiría en su contra, entonces con todas sus fuerzas la princesa regresó el golpe. Enojado Hans la tomó bruscamente del brazo y susurro en su oido. "Te lo advierto no te comportes de esta manera tan vulgar, no te conviene" y tras la amenaza otra fuerte bofetada contra la chica.

—¡Hans! —Esteban no daba credito a lo que acababa de ver. El siempre recordaba a Hans como un hombre bueno, in capaz de herir a alguien y mucho menos violento con una dama.

—¡Sueltame! —lloró Anna tratando de luchar.

Pero en consecuencia Hans aplicó mucha mas violencia y le sujetó el brazo. —Pide perdón —Exigió enojado, pasando del brazo al cuello hasta casi dejarla sin oxigeno. Todo ante la ingenua mirada de Esteban. El guardia real sabía que aquellas acciones de Hans eran repugnantes, sin embargo la lealtad que sentía hacia  al joven príncipe que lo salvó de morir de hambre a el y a su familia era mas fuerte, incluso cuando en ese momento no pudo reconocerlo. «Hans» casi perdió el alimento y no puedo actuar con velocidad cuando Kristoff apareció derepente y utilizando su propia fuerza liberó a su mujer, haciendo a Hans caer. Pero poco sirvio pues en cuanto reaccionó Esteban lo detuvo y no permitió que el rubio pusiera una sola mano sobre el rey.

—Hombre Alce, me parece que llegas en un mal momento. Tu mujer y yo empezamos a divertirnos —Bromeo descaradamente.

Rápidamente Kristoff corrió hasta donde estaban su esposa y su hijo y los sostuve en sus brazos.—¿Que es lo que quieres aquí?

—Hablar con ambos por su puesto —Sonrió —Me parece que la última vez no fui del todo claro con ustedes y por eso no se fueron —Confiado miraba como con su filosa espada Esteban vigilaba a Kristoff. —Verán, ¿como lo explicó de manera sencilla para que lo comprendan de una vez? Para la gente en Arendelle Anna esta muerta, olvidada, ella es un pequeño recuerdo.

Impotente la chica empezó a llorar —Tu, miserable demonio te encargaste de contaminar su mente con mentiras —finalizó entre llantos.

—sea como sea, soy el hombre que regresó el verano a Arendelle.—dijo Hans con orgullo. —Su salvador, su amado rey.

—¡Tu no eres ningun rey! —Gritó molesta Anna.

—lo soy, aunque grites lo contrario —se burló con descaro.

la Chica deseaba patearlo pero fue detenida por Kristoff. —¡dejame! ¡Es un maldito monstruo
—lloraba la pobre chica que simplemente no podía dejar sentir dolor. —¡No te voy a permitir esto! —decidida dio un paso al frente.

Kristoff como el sereno hombre que siempre habia demostrado ser se mantuvo callado y de cierto modo pensativo, dándose cuenta del peligro que corrían al enfrentar a un hombre con tanto poder.
—Príncipe Hans —pronuncio el rubio de manera seria. —¿Que quieres de nosotros? ¿Que debo hacer para que Anna y yo podamos vivir junto a nuestro hijo en paz?

—parece que al fin comenzamos a hablar el mismo idioma, hombre alce.

—Yo, yo solo deseo una vida tranquila junto a Anna, no necesito nada mas, con ella a mi lado me siento tan feliz como nunca antes —Apretó la mano de la chica haciéndola retroceder, pensando en lo solos que el y Sven habían estado.

—¡Kristoff! —pronunció su nombre con reproche.

—¡Basta Anna! —Grito por primera vez —¿No te das cuenta? esto ya llegó demasiado lejos, mirame, Arendelle esta bien, al igual que tu hermana, no podemos luchar contra este hombre. ¡por favor por nuestro hijo, trata de olvidarlo. Trata de ser feliz.

—¿Estas loco? ¡Elsa es mi hermana! No puedo dejarla en manos de este miserable.

—¿Y nuestra vida? Nuestro hijo ¿Le cerraras las puertas de tu corazón? ¿Dejaras que lo lastimen?

—Basta —Desconsolada e invadida por la terrible impotencia, la princesa al fin se quebró.

—Elsa no te necesita, compren de una buena vez.  Ella me tiene a mi a su lado. Créeme esta mejor sin ti.

Kristoff la abrazaba tratando de consolarla sin tener exito. —A veces solo tienes que soltar lo que mas amas.

—Kristoff.

—No, nos verás de nuevo.

—tomaste la mejor decisión hombre alce —Con gran alegria el rey dejó caer una bolsa con monedas de oro en la cama. —Que no se diga que el rey es un miserable, este es un pequeño regalo para el recién nacido. No lo mal gasten

—Vas a pagarlo muy caro —Sollozos escaparon del pecho de Anna...

—No lo creo —y tras decir aquello salió de la casa sonriendo de manera triunfante en compañía de Esteban. —¡vamos a casa amigo! Elsa nos esta esperando —Hans acarició con gentileza a Sitron y al mismo tiempo se acomodó en el, mientras le ordenaba a Estaban seguirlo y darle todos los detalles de su misión. —Eres mi hombre de confianza y yo sabía que solo tu podrías ayudarme con esto —el rey lo miró con una sonrisa.

—En realidad no fue muy difícil dar con ellos, estaban cerca del pueblo. Los encontré vulnerables, ella acaba de entrar en labor de parto y al parecer su esposo no estaba, asi que tuve que asistirla, por eso estoy manchado de sangre
—explicó el joven guardia. Después cabalgaron por mas de 2 horas hasta llegar al palacio.

Llegaron a casa al amanecer, Hans le agradeció nuevamente a su querido amigo, luego sin remordimiento se dirigió hasta su habitación,
echó un vistazo a la cama encontrando a su esposa profundamente dormida. «Mi amada Elsa, al fin me deshice de ese cabo suelto» besó su mejilla.

—Hans —sonrió tras sentir su cálido contacto. —¿Estas bien? despertaste temprano hoy.

—Estoy mas que bien —sonrió feliz...

CONTINUARÁ...

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Capitulo 12 listo!!

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Espero y sigan leyendo.
Sin mas me despido

Gracias por leer y perdón por las faltas de ortografía. Si les gustó no olviden VOTAR.como siempre su opinión es importante❤❤