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Capítulo 5 - A solas

Gray POV

Ya habían pasado dos semanas desde que hicimos la misión en la que Lucy salió herida por un despiste mío. Ya había salido de la enfermería pero todavía no se había recuperado del todo y como debía permanecer en reposo, pasaba muy poco tiempo en el gremio así que decidí ir a su casa para ver si se encontraba bien o necesitaba algo. Me quedaba poco para llegar cuando la visualicé apoyada en un árbol agarrándose el costado con la mano, su expresión era de dolor.

- ¿Te encuentras bien? —pregunté preocupado tras acercarme a ella.

- Sí...

- Deberías estar en casa descansando —la regañé con cariño.

- Pero necesitaba comprar unas cosas.

- ¿Por qué no me pediste que te las comprara?

- No quería molestarte.

- Sabes que no es molestia —dije cogiendo la bolsa que había dejado en el suelo— ¿Puedes caminar?

- Sí —tras eso nos dirigimos hacia su casa a paso lento.

Una vez en ella, dejé la bolsa en la cocina mientras que ella se sentó en el sofá. Tenía mala cara, estaba muy pálida además sus enormes ojeras me decían que no debía estar pasando unas buenas noches.

- ¿Estás alimentándote bien? —pregunté.

- Claro —parecía cansada.

- Déjame ver la herida —dije tras sentarme a su lado.

- ¿Para qué?

- Quiero ver cómo está —se subió un poco la camiseta para mostrármela.

- Está mejorando, no hace falta que te preocupes tanto por mí. Ni si quiera tienes que sentirte culpable, fui yo quien decidió recibir el golpe por ti y no me arrepiento, si no te hubiera empujado, te habría matado.

- ¿Has comido ya? —dije cambiando de tema.

- No.

- Voy a prepararte algo.

- No es necesario, de verdad Gray. Aprecio mucho todo lo que estás haciendo por mí pero no quiero que descuides a Juvia por mi culpa.

- Juvia se fue hace unas horas de misión y no volverá hasta mañana así que pasaré la tarde contigo, además, yo tampoco he comido todavía.

- Ah... —suspiró resignada— Está bien.

Me dirigí hacia la cocina para preparar la comida. Lucy se levantó del sofá dispuesta a ayudarme pero no la dejé, debía guardar reposo, ni si quiera tenía por qué esforzarse tanto. Tras comer, decidí limpiar la cocina y la cubertería que habíamos utilizado mientras que Lucy leía tumbada en el sofá. Cuando terminé de lavar todo, me acerqué a Lucy para darme cuenta de que se había quedado dormida en el sofá. Quería llevarla a la cama pero me daba miedo despertarla así que opté por acomodarla un poco más en el sofá y arroparla con una manta. Mientras tanto, decidí leer uno de sus muchos libros para entretenerme. A las dos horas aproximadamente, se despertó.

- Gray... —dijo con expresión seria, seguía en el sofá, arropada, tumbada boca arriba mirando al techo.

- ¿Sí?

- Hace mucho que no hablamos... ¿Cómo te va con Juvia? —dijo sin cambiar de posición. No entendía por qué preguntaba eso de manera tan repentina y nada más despertar.

- Bien...

- Pronto haréis un año saliendo juntos...

- Sí... Es increíble lo rápido que pasa el tiempo...

- Hay... —de repente se calló, parecía dubitativa— Hay un chico que me busca sin descanso, quiere que tenga una cita con él... —cualquiera pensaría que es un acosador pero por la linda sonrisa de Lucy, no creo que le incomode ese chico.

- ¿Y vas a darle una oportunidad?

- Aún no lo sé...

- ¿Por qué no? —en ese momento por fin decidió mirarme.

- Porque... —de nuevo se quedó dubitativa— Hay cosas en mi interior que debo resolver primero...

- ¿Qué cosas?

- Además, no lo conozco mucho... —dijo ignorando mi pregunta.

- Pues queda con él, las personas se conocen en las citas.

- ¿Entonces crees que debo darle una oportunidad...?

- Claro —en realidad me preocupaba mucho, Lucy es maravillosa, no estoy dispuesto a dársela a cualquiera.

- Gray —dije de manera repentina extremadamente seria.

- ¿Sí?

- Compremos alcohol —dijo dejándome muy sorprendido.

- ¿Qué...?

- Juvia no está, es una buena ocasión para intentar lo que hablamos.

- Pero...

- Además, estoy herida. Es una buena excusa para rechazarnos aunque estemos borrachos, ¿no crees?

- Supongo —dije no muy convencido.

- ¿Entonces?

- Ah... —suspiré mientras me rascaba la cabeza intentando tomar una decisión— Está bien.

Dejé el libro en su sitio y me marché del apartamento de Lucy para comprar alcohol. Media hora después, regresé con varias botellas de tequila y vodka las cuales coloqué en la mesa junto con varios vasos antes de sentarme al lado de Lucy en el sofá. Como idiotas, mirábamos las botellas fijamente en silencio, lo cierto era que nos intimidaban... Luego nos miramos a los ojos, intentando averiguar si realmente estábamos dispuestos a hacerlo. Ambos sabíamos cómo y dónde acabaríamos si nuestro plan fallaba pero también sabíamos que debíamos arreglar nuestro comportamiento y lo mejor era enfrentarnos bebidos.

- ¿Estás segura de esto? —me atreví a preguntar por fin.

- Yo lo tengo claro, la cuestión es si tú también —de nuevo nos miramos en silencio hasta que abrí una botella, llené los vasos y me bebí uno de golpe.

- ¿Cómo crees que acabara esta noche? —pregunté divertido.

- ¿Sinceramente? —dijo tras beber ella un vaso de una sola vez.

- Sí.

- Pues creo que terminará contigo en mi cama.

- ¿Tan segura estás? —bebí otro, quería emborracharme cuanto antes.

- Bueno... La noche es larga... —bebió otro— Pueden pasar muchas cosas...

Una hora después, ambos teníamos una borrachera de ésas que terminan siendo legendarias, creo que no bebíamos así desde aquella noche en la que Laxus y Mirajane se comprometieron, o lo que es lo mismo, desde la primera vez que Lucy y yo tuvimos sexo. Apenas éramos conscientes de nuestras acciones, incluso estábamos llorando de risa y ni si quiera recordaba el motivo por el que reíamos tanto. Lo que sí sabía era que tenía unas ganas increíbles de besarla pero debía controlarme, de lo contrario no serviría de nada lo que estábamos haciendo.

- ¡Gray! ¿Me estás escuchando?

- Pues claro.

- ¿Qué te he dicho? —dijo molesta.

- Eh... —me quedé pensativo— No me acuerdo...

- ¿Ves? No me estás haciendo caso...

- No es eso, es que estoy muy borracho —dije dejándome caer en el sofá para acomodarme.

- ¿Cuántos dedos ves? —dijo colocando algunos de sus dedos delante de mí.

- ¿Cinco?

- Joder —dijo riendo— Estás mucho peor que yo.

- Pues eso no es justo —dije inclinándome hacia ella tras coger una botella— Bebe.

- Es mejor así —dijo apartando la botella— No sé si lo recuerdas, pero todas las veces he empezado yo... Si sigo bebiendo, terminaré abalanzándome sobre ti.

- Eso no es cierto.

- Sabes que sí... Bueno, la primera vez no me acuerdo... Pero la segunda fui yo quien insistió en que entraras en mi casa, y fui yo quien se colocó sobre ti intentando seducirte. Y mejor no hablemos de la tercera... Estuve provocándote toda la noche, no paré hasta conseguirte.

- ¿Por qué me buscas tanto Lucy...? —dije en un tono seductor tras acercarme a su rostro, enseguida noté su nerviosismo.

- No lo sé...

- ¿No lo sabes o no quieres decírmelo? —volví a decir en el mismo tono.

- Gray...

- ¿Qué es lo que realmente quieres de mí...? —la interrumpí.

Nuestros labios estaban muy cerca, podía ver en su mirada lo mucho que deseaba besarme algo que yo esperaba impaciente que hiciera pero entonces se alejó de mí, cogió la botella que antes había apartado, se llenó el vaso y se lo bebió de una sola vez, volvió a repetir la acción.

- ¿No decías que no ibas a beber más?

- He cambiado de idea.

- Lucy —dije serio tras un pequeño silencio— Recházame.

- ¿Qué? —preguntó confusa.

- No puedo contenerme más, estoy a punto de perder el control —dije llevándome las manos a la cara.

- Tienes que ser fuerte Gray, no puedes dejarme a mí decidir, ambos tenemos que evitarlo.

- Lucy —dije acercándome a ella, enseguida noté que se ponía nerviosa— ¿Cómo quieres que me controle si no dejas de provocarme...?

- Yo no...

- ¿Sabes lo hermosa que eres? —pregunté interrumpiéndola— ¿Sabes lo sexy que te ves con la tiranta de la camiseta caída? Con esa minifalda que apenas te tapa y con esa camiseta escotada que te realza el pecho... Ni si quiera llevas sujetador...

- ...

Vi cómo tragaba saliva nerviosa lo que por alguna razón, me excitó más todavía por lo que me acerqué aún más a ella. A medida que yo me acercaba a ella en el sofá, ella se alejaba hasta quedar en la punta.

- No lo hagas Gray...

- Recházame.

- Sabes que no podré... —eso me hizo sonreír.

- Necesito besarte Lucy —dije posando mi mano en su nuca para atraerla a mi rostro.

Nuestros labios se encontraban a escasos centímetros y nuestras miradas estaban conectadas. Segundos más tardes, nuestros labios estaban totalmente unidos y nuestras lenguas se entrelazaban una y otra vez en el interior de nuestras bocas de forma lenta, saboreando como nunca el beso.

- Gray, por favor... —dijo apartándome, no negaré que me sorprendió que pudiera rechazarme— Si no paramos ahora, todo esto habrá sido inútil... Si te resulta tan difícil controlarte, entonces piensa en Juvia.

- ... —me dejó congelado sin saber qué decir, no esperaba esto para nada. Ella volvió a llenarse el vaso, de nuevo se lo bebió de una sola vez.

- Gray, tenemos que soportar la tentación y no caer en ella.

- Lucy... No voy a poder con esto... —dije llevándome las manos al rostro— Creo que este intento es mejor que termine aquí, de lo contrario te aseguro que esta vez seré yo quien no parara hasta llevarte a tu cama.

- No Gray, lo estamos consiguiendo, no te rindas. Piensa en Juvia, además estoy herida...

- Lucy, siempre eres tú la razonable pero ahora mismo no lo estás siendo —justo en ese momento, se sentó sobre mí— ¿Qué haces...? Vuelve al sofá...

- No —dijo antes de volver a coger la botella.

Esta vez comenzó a beber de ella directamente pero parte del líquido se derramó sobre ella... Sobre su cuello... Y pechos... Consiguiendo que sus pezones quedaran bien marcados.

- Lucy, por favor, bájate... —dije agarrándola por la cintura para apartarla de mí pero ella se resistió por lo que al final, la dejé sobre mis piernas.

- Gray, no eres el único que está deseando que esto termine en mi cama... Estoy tan excitada como tú —sonreí con picardía.

- Me tienes a mil... —dije acariciando su piel con dos dedos de manera lenta.

Desde su cuello, bajando por la clavícula, pasando por su canalillo hasta detenerme en sus pechos de los cuales tenía una buena vista pues Lucy se encontraba inclinada, sin sujetador y con las tirantas de su camiseta bajadas haciendo que sus pechos quedaran más descubiertos que antes.

- Lo sé... —dijo en tono seductor moviéndose un poco, refregándose contra mi entrepierna— Tengo muy duro a tu amigo...

- No puedo Lucy...

- Sí puedes.

- Pero si no dejas de provocarme...

- Esa es la idea, tentarte. Debes encontrar la suficiente fuerza de voluntad para rechazarme.

- Ah... —suspiré— Lucy, ni si quiera Juvia puede hacer que te rechace en este momento —dije atrayéndola hacia mí, la tenía bien sujeta entre mis brazos, atrapé sus brazos entre los míos para que ni si quiera pudiera alejarme, no iba a permitirle escapar de mí.

- Estoy herida... —dijo nerviosa, sabía que ya no iba a poder pararme pero estaba igual de ansiosa que yo, en el fondo, ella también quería esto.

- Me da igual... Eres tan preciosa... —dije hundiendo mi rostro en su cuello el cual comencé a lamer, aún estaba mojado por el alcohol derramado...

- Gray... Por favor... No podemos seguir con esto... No está bien...

- Lo sé —dije subiendo mi rostro para contemplarla, comencé a acariciar su rostro y cabeza— Pero no puedo parar... No quiero parar... Necesito sentirte, estar contigo, fundirme en tu calor... Te necesito, y lo quiero todo de ti.

- ... —me miraba muy sorprendida sin saber qué decir cuando volví a sellar nuestros labios en un ardiente beso que ella correspondió de inmediato— Gray... Mañana nos arrepentiremos de esto...

- Pues disfrutémoslo ahora —volví a besarla, esta vez de forma más ruda.

En cuanto sintió mi lengua en sus labios abrió su boca para dejarla entrar entrelazándose con la suya, nuestra saliva no paraba de mezclarse, nuestras lenguas se buscaban en el interior de nuestras bocas con mucha desesperación y deseo. Nos besamos una y otra vez, los besos cada vez se iban volviendo más intensos, más apasionados. Colé una de mis manos por debajo de su minifalda para acariciar su muslo mientras que ella no paraba de recorrer mi espalda con sus manos por debajo de mi camiseta. Como aún seguía sentada sobre mí, decidí levantarme con ella, en cuanto sintió que me ponía de pie, me atrapó con sus piernas y rodeó mi cuello con sus brazos, yo la sostenía por el trasero.

- ¿Vas a llevarme a la cama? —preguntó con una sonrisa traviesa.

- Sí —dije con la misma sonrisa antes de volver a besarla.

La llevé hasta su habitación donde la tumbé en la cama con cuidado, no quería hacerle daño en la herida. Me quité la camiseta y los pantalones, estaba muy ansioso por lo que le quité la camiseta y la minifalda, como no llevaba sostén, sus pechos quedaron al descubierto. No pude resistirme por lo que bajé mi cabeza hasta ellos y comencé a lamer y mordisquear sus pezones haciéndola soltar algunos gemidos muy sutiles. Mientras utilizaba mi lengua para jugar con uno de sus pezones, utilizaba los dedos para jugar con el otro haciéndola gemir cada vez más, rodeaba su pezón con la lengua y le daba pequeños lametones mientras que al otro le daba pequeños golpecitos con el dedo que ella parecía disfrutar.

- mmm... Gray...

Sin dejar de jugar con sus pechos, bajé mi mano libre hasta su entrepierna mojada... Y comencé a acariciar su clítoris por encima de su ropa interior haciéndola gemir con mayor intensidad. Poco después, decidí bajar hasta allí, agarré sus braguitas con los dientes y comencé a descender para quitárselas. Volví a subir y tras contemplarla durante unos segundos totalmente desnuda, comencé a darle lametones a su clítoris, sentí como se estremecía en la cama. Mientras jugaba con mi lengua allí, decidí introducir un dedo en ella.

- ¡Ah...! —gimió. Seguí jugando con ella hasta que minutos después, ya no aguantaba más.

- Lo siento Lucy pero no puedo más —dije quitándome el bóxer— Pero no te preocupes, tendrás tu orgasmo.

- Más te vale —dijo con una sonrisa traviesa.

- Por casualidad, ¿tienes preservativos? —sonrió y se inclinó hacia la mesita de noche, abrió un cajón y sacó una caja.

- Elige —me impactó un poco... Había de diferentes tipos y tamaños...

Tras escoger uno adecuado para mí, me quedé observándola un momento, debía decidir con cuidado la postura pues no quería hacerle daño en la herida del costado, así que decidí colocarla de lado, obviamente el lado que apoyaba en la cama no era el de la herida.

- Lucy —dije tras acomodarme a su espalda.

- ¿Sí?

- Tenías razón.

- ¿Sobre qué?

- Al final, esta noche acabará conmigo en tu cama —dije entrando en ella, pillándola por sorpresa.

- ¡mmm...! —gimió alto.

- Me gusta esta postura... —susurré seductor en su oído.

- ¿Por qué?

- Porque en esta postura tengo mis manos totalmente libres para jugar contigo... —comencé con el movimiento de vaivén justo en ese momento.

- ¡Ah...! —gimió.

Comencé lento, disfrutando cada roce en su interior, aunque no tardé en ir aumentando el ritmo poco a poco. Al tener mis manos libres, comencé a masajear uno de sus pechos con una de mis manos mientras que la otra la bajé para acariciar su clítoris.

- ¡Ah...! ¡Gray...! ¡Sí...! —gemía sin parar.

- ¿Se siente bien? —pregunté seductor en su oído.

- Sí, mucho —dijo con la respiración agitada.

Yo comencé a besar y mordisquear su cuello sin dejar de jugar con su pezón y clítoris, me ponía a mil cada vez que gemía mi nombre.

- ¡Gray...! ¡Ah...! ¡mmm...! ¡Sí...! ¡Ahh...!

- Eso es preciosa, córrete —dije tras notar sus contracciones. Aumenté el ritmo de las embestidas pues yo estaba a punto de correrme también.

- ¡G-Gray...! —gritó mi nombre con la voz entrecortada, estaba tan excitado que decidí girar su cabeza y meterle la lengua hasta la garganta mientras ambos llegábamos al clímax— ¡mmm...! ¡Agh...! —gemía como podía mientras nuestras lenguas se entrelazaban con lujuria en el interior de nuestras bocas.

- Ah... —gemí— Joder... —dije tras salirme de ella, ese orgasmo me había dejado atontado...

Me quité el condón lleno de mi semen, le hice un nudo y lo dejé en el suelo. Tras eso, cogí otro de la caja mientras que Lucy no dejaba de observarme en silencio, me miraba ansiosa con una sonrisa pícara.

- ¿Preparada para la segunda ronda? —dije mientras me lo ponía.

- Por supuesto —la agarré y la senté sobre mí en el centro de la cama.

Ella colocó sus piernas alrededor de mí y rodeó mi cuello con sus brazos. Yo posé mis manos sobre su cadera y tras mirarnos durante unos segundos a los ojos, Lucy me besó. Obviamente yo correspondí su beso de inmediato, deje que colara su lengua en mi boca donde enseguida se encontró con la mía pero para mi gran sorpresa, los movimientos de su lengua no eran nada ansiosos y rudos, eran lentos, suaves y delicados, me estaba besando de una manera en la que ella nunca me había besado, con cariño. Tras el beso, levanté un poco a Lucy para introducirme en ella, lo hice de manera lenta, cuando la penetré del todo, agarré su cadera con cuidado de no hacerle daño en la herida y la ayudé a moverse.

- ¡mmm...! —dejó salir un gemido realmente lindo aunque no me sorprende, el ritmo era lento pero muy placentero.

- Lucy —dije haciendo que ella me mirara pues había apoyado su cabeza en mi hombro.

- ¿Sí? —dijo con la respiración agitada.

- Me encantas —ella dejó salir una sonrisa preciosa antes de acercarse a mis labios para volver a besarme, lo hizo igual que antes, con mucho cariño.

Pocos minutos después, a pesar de lo lento y dulce que lo estábamos haciendo, sentí que iba a correrme, después de todo se sentía muy bien... Dejé de agarrar a Lucy por la cadera para abrazarla, ella mantenía sus brazos alrededor de mi cuello.

- Gray... —dijo con la respiración agitada— Ah... mmm...

- ¿Vas a llegar? —pregunté tras comprobar que no terminaba la frase.

- Sí...

Tras varios movimientos más, ambos tuvimos nuestro orgasmo. Aún permanecíamos abrazados cuando Lucy apoyó su cabeza en mi hombro una vez más y comenzó a hablar.

- Estoy muy cansada... —me hubiera gustado seguir así con ella un poco más pero decidí apartarla de mí con delicadeza y acomodarla en la cama.

- Necesitas dormir —dije tras levantarme de la cama— No te preocupes por nada, yo recogeré todo antes de irme.

- Pero no quiero que te vayas... —ese comentario me sorprendió, tanto que no pude evitar mirarla extrañado— ¿No vas a dormir conmigo...?

- Lucy...

- Lo sé... —me interrumpió— Sé que está mal que duermas con una chica que no es tu novia... Pero después de lo que hemos hecho... ¿Qué más da?

Tenía razón... Además quería dormir con ella... Así que tras quitarme el condón y ponerme la ropa interior, me acomodé a su lado en la cama donde ambos nos quedamos dormidos enseguida.


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