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Capítulo 4 - Herida

Gray POV

Agarré la mano de Lucy y tiré de ella para subirla a mi habitación. En cuanto cerré la puerta, se abalanzó sobre mí para besarme, correspondí todos y cada uno de sus sabrosos besos mientras nos íbamos acercando a la cama donde me sentó, ella se sentó sobre mis piernas al instante con sus rodillas apoyadas en la cama. Comenzó a besarme el cuello y a darme pequeños lametones mientras desabrochaba mi camisa, enseguida empezó a recorrer mi abdomen con suaves caricias. En ese momento me empujó hasta tumbarme en la cama donde comenzó a mordisquear mi cuello sin dejar de acariciar mi abdomen, no pude evitar soltar algunos suspiros, simplemente me dejé hacer. Tras varios mordiscos bajó hasta mi pecho, fue besando mi torso desnudo mientras acariciaba mi miembro por encima del pantalón

- L-Lucy... —gemí cuando noté su mano allí.

Me sentía ansioso algo que ella captó enseguida pues no tardó ni un minuto en bajarme los pantalones junto a mi bóxer, me los quitó al instante dejándome solo con la camisa puesta aunque desabrochada. Lentamente fue bajando su boca por todo mi pecho dejando suaves besos y algún que otro mordisco por el camino, desde mi cuello... Pecho... Mi abdomen... Hasta que finalmente su boca llegó hasta allí abajo.

- Uff... —fue lo único que me salió en cuanto sentí aquellas pequeñas y lentas lamidas de arriba a abajo.

- ¿Todo bien? —dijo con una sonrisa pícara tras alejar su boca de allí y agarrar mi miembro con su mano, la movía de arriba a abajo haciéndome suspirar.

- Perfecto —dije travieso inclinándome un poco para ver sus movimientos.

Poco después, volvió a bajar su boca y comenzó a jugar en la punta, la lamía en círculos y con mucha lentitud consiguiendo que mis suspiros se volvieran más evidentes pero cuando finalmente se lo introdujo en la boca, no pude evitar soltar un gemido.

- Ah... L-Lucy... —dije excitado mientras me mordía el labio inferior.

Siguió jugando con mi miembro un buen rato, después con él dentro de su boca, comenzó a aumentar el ritmo hasta que finalmente no podía más, estaba a punto de correrme.

- Ah... Qué bien se te da esto... —gemí con la respiración un poco agitada de la excitación. Apoyé mi mano en su cabeza y comencé a moverla a mi gusto— Uff... Sí... Así Lucy... Voy a correrme... —gemí totalmente excitado.

Aceleré un poco el ritmo de su cabeza y a los pocos segundos me corrí en su boca. Me sorprendió que se lo tragara todo pero también me excitó muchísimo que lo hiciera. Se limpió los restos de su barbilla y se lamió los dedos haciéndome tragar saliva. Se acercó a mí y comenzó a depositar algunos besos por mi rostro y cuello.

- ¿Tienes algún preservativo? —preguntó.

La verdad es que las otras dos veces creo que no llegamos a usarlo... Y luego nos preocupamos mucho... Menos mal que esta vez nos hemos acordado.

- Sí, en el bolsillo de mi pantalón —sonrió y lo sacó. Me sorprendió ver que nada más cogerlo de mi bolsillo, abriera el envoltorio— ¿Hoy no quieres que juegue contigo?

- No quiero más juegos... —dijo en un tono de voz irresistible mientras me ponía el condón— Quiero sentirte dentro de mí ahora mismo...

En cuanto terminó esas palabras, introdujo mi miembro dentro de ella de una sola vez consiguiendo que ambos soltáramos un gemido. Comenzó a moverse enseguida, primero de arriba a abajo y luego en círculos con mucha lentitud, era bastante placentero, me tenía totalmente a su merced.

- Joder...

- ¿Qué ocurre? —preguntó traviesa.

- Que te mueves demasiado bien... —dije con la respiración agitada, ella sonrió y comenzó a moverse con mayor intensidad.

Poco después me cansé de no intervenir así que me incliné, me senté sobre la cama con ella sentada sobre mí, rodeó mi cuello con sus brazos y enredó sus piernas alrededor de mí de inmediato. La besé al instante pues deseaba como nunca sus labios, colé mi lengua en su boca donde se entrelazaba una y otra vez con la suya mientras mis manos recorrían su espalda por debajo de su vestido el cual no se había ni quitado, ni si quiera sé cuándo se quitó el tanga... Pero estaba a un lado en la cama. Me separé un poco de ella para quitarle el vestido, quería ver su perfecto cuerpo desnudo. Sus pechos son increíbles... No pude resistir la tentación por lo que lamí un poco sus pezones hasta que escuché una queja.

- Gray... Vamos... Penétrame...

- Está bien —sonreí pero esa postura no me apetecía así que la tiré a la cama boca arriba donde enseguida me coloqué sobre ella.

En cuánto terminé de hablar la penetré de una sola vez con fuerza a la vez que la besaba con rudeza haciéndola gemir con intensidad. No tardé en bajar hasta su cuello donde sin dejar de penetrarla comencé a besar y mordisquear su cuidada piel, me encanta jugar pero hoy está demasiado ansiosa aunque eso me excita bastante.

- ¡Ah...! ¡G-Gray...! ¡mmm...! ¡Sí...! —sonreí.

- Me encantan tus gemidos —susurré en su oído en un tono muy seductor antes de que mi lengua jugara con él— Sobre todo cuando gritas mi nombre de esa manera... Me pones a mil...

- G-Gray... —dijo con la respiración agitada— Bésame... —sonreí y cumplí su petición con gusto.

Cansado de esa postura, me salí de ella y le di la vuelta tumbándola boca abajo, subí un poco su cadera y la penetré de una sola vez haciéndola gemir con intensidad. Estaba muy excitado por lo que la embestía con rudeza aunque a ella parecía gustarle, se aferraba a las sábanas mientras no paraba de gritar. No tardé en sentir sus contracciones, estaba a punto de tener un orgasmo.

- ¡Ah...! ¡Sí...! ¡Gray...! ¡Así...! ¡No pares...!

- Vamos preciosa, córrete para mí —susurré en su oído antes de mordisquear su oreja— Yo estoy a punto de llenarte...

Tras varias embestidas ambos alcanzamos el clímax a la vez. Caí rendido en la cama, yo también había tenido una semana un poco dura así que estaba cansado. Me encontraba tumbado boca arriba en la cama mientras que Lucy se encontraba a mi lado boca abajo, giré mi cabeza para contemplarla, ella sonrió al instante y depositó un tierno beso sobre mis labios antes de levantarse de la cama y coger su ropa.

- ¿A dónde vas? —pregunté extrañado inclinándome en la cama.

- A mi habitación —dijo ella con obviedad.

- De eso nada —la agarré por la cintura desde la cama y la caí sobre ella, a mi lado— Dormirás conmigo.

- Está bien —dijo con una sonrisa antes de acomodarse para dormir.

A la mañana siguiente, alguien nos despertó llamando a la puerta. Lucy levantó la cabeza confundida, se llevó una mano a la cabeza, supongo que tiene resaca... Al percatarse de que se encontraba en mi cama, abrió los ojos como platos haciéndome sonreír. Se veía muy graciosa con esa expresión, el pelo todo alborotado y los ojos de panda, obviamente anoche no se quitó el maquillaje, pero a la vez se veía muy linda.

- Escóndete en el baño —dije.

Ella se levantó de la cama en silencio y se dirigió hasta él a paso rápido, ni si quiera se tapó por lo que me dejó una increíble vista. En cuanto cerró la puerta del baño, yo abrí la de la habitación.

- ¿Qué pasa flamas? ¿Por qué me molestas tan temprano? —pregunté irritado.

- No encontramos a Lucy, no se encuentra en su habitación y Levy cree que ni si quiera durmió en ella —dijo preocupado— ¿Tú sabes algo?

- Quizás se levantó temprano y salió a pasear —pero entonces me fije en que Natsu miraba algo dentro de mi habitación muy sorprendido.

- Ese es el vestido que llevaba anoche —dijo intentando entrar en mi habitación pero le corté el paso en la puerta— Su olor está por toda tu habitación... No me digas qué...

- Creo que eso no es asunto tuyo.

- La madre que os parió... —dijo alucinando— Joder Gray, que tienes novia... Como Juvia se entere de esto, la va a matar.

- Pero no se va a enterar, ¿verdad? —dije un poco intimidante— No se te ocurra contarle esto a nadie, ni si quiera a Happy o Lisanna, ¿entendido?

- Como bien has dicho, no es asunto mío así que no he visto nada... Les diré a todos una excusa, están preocupados por Lucy. Solo una pregunta... ¿Ha sido cosa de una sola noche o Lucy es... Bueno... Tu amante...?

- ¿A caso eso importa?

- Mucho. No es lo mismo una noche tonta que estar con dos chicas a la vez.

- Ah... —suspiré— Ni lo uno ni lo otro... Han sido tres noches tontas por culpa del alcohol...

- El alcohol eh... No soy quien para decir esto pero me parece que sois mayorcitos para tener que excusar vuestras acciones... En cualquier caso, que sepas que no apruebo lo que estáis haciendo. Si de verdad no significa nada, entonces deja de acostarte con Lucy antes de que Juvia se entere, por el contrario, si es Lucy la que te gusta, entonces rompe con Juvia.

- No he pedido tu opinión.

- Ah... —suspiró— Eres de lo que no hay hielo andante. En fin, hemos quedado en la entrada en una hora, hasta luego.

Cuando por fin se marchó, me dirigí nervioso hacia la puerta del baño para que Lucy saliera, se había puesto una toalla. Lo cierto era que no sabía qué decir esta vez así que opté por decirle la razón por la que me encontraba tan inquieto.

- Lucy —rompí el incómodo silencio consiguiendo que me mirara— Natsu nos ha pillado.

- ¿Qué...? —preguntó impactada.

- Ha reconocido tu vestido por no hablar de que ha captado tu olor. Espero que de verdad no diga nada tal y como me ha dicho.

- Ah... —dio un profundo suspiro mientras se dejaba caer en la cama. Se tumbó boca arriba y se tapó los ojos con el brazo, aún seguía en toalla— Gray... No podemos seguir así...

- ¿Por qué bebiste?

- ¿Por qué bebiste tú? —respondió un poco molesta sin mirarme.

- Ah... —esta vez suspiré yo— Tienes razón, no podemos seguir así... ¿Pero cómo lo arreglamos?

- ¿Qué tal si intentamos una terapia de choque?

- Explícate —dije.

- Cuando no esté Juvia, quedamos en mi casa y compramos mucho alcohol.

- ¿Esa es tu solución? ¿Quedarnos a solas y emborracharnos? Pero si ese es precisamente el problema...

- Por eso mismo —se inclinó en la cama— Tenemos que superar el problema, no evitarlo. Hasta ahora hemos evitado el alcohol pero lo que tenemos que hacer es beber y enfrentarnos, aprender a no caer en la tentación, a controlar nuestra libido* cuando estemos borrachos.

- No sé...

- Sé que es arriesgado, demasiado... Sinceramente, no creo que funcione con intentarlo una sola vez... Y todas las veces que falle ya sabemos muy bien como acabaremos... Pero es lo único que se me ocurre.

- De perdidos al río... —dije— Está bien, intentémoslo.

Ella solo asintió antes de comenzar a vestirse.

- Lucy... ¿Recuerdas algo de anoche? —pregunté.

- Sí —estaba muy seria y eso no me gustaba. Normalmente Lucy es como un libro abierto para mí pero hoy no consigo saber qué pasa por su cabeza— No estaba tan borracha, lo recuerdo casi todo —dijo igual de seria sin mirarme.

¿No estaba tan borracha...? Pero se abalanzó sobre mí, fue ella quien me buscó una y otra vez hasta que me consiguió, ¿qué significa eso? ¿Qué era plenamente consciente de lo que estaba haciendo? Pero eso no puede ser... Aunque yo también era más consciente que otras veces de mis actos...

- Sé que tú tampoco estabas tan borracho —dijo poniéndose los pendientes.

- ¿Y eso te preocupa? —ella me miró de inmediato, por fin. Acababa de descifrar su mente, ya sabía por qué estaba tan seria esta mañana.

- Sí —respondió— Cada vez necesitamos menos alcohol para acabar en la cama del otro y eso es un problema muy grave.

- Tienes razón, debemos corregirlo cuanto antes.

Tras vestirse, Lucy se marchó hacia su habitación para ducharse y cambiarse de ropa. Una hora más tarde, todos nos encontrábamos en la puerta de la mansión donde enseguida marcharíamos hacia el lugar donde se encontraba ese gremio oscuro que no paraba de atormentar a las personas que vivían en esa ciudad. Caminábamos por un espeso bosque cuando de repente, Lucy y Erza rompieron el silencio.

- ¡Ábrete, puerta del León, Loke! —dijo posando la llave en su pecho para utilizar su Star Dress.

- ¡Re-equipar!

- ¿Qué ocurre? —pregunté extrañado pero ambas salieron corriendo sin responder.

Al alzar mi rostro, vi que más adelante había varios hombres los cuales comenzaron a atacarlas. Llevaban la marca de ese gremio. Joder... Tengo que concentrarme más, ¿cómo se han podido dar cuenta ellas dos tan rápido? Todos los demás aún no hemos reaccionado. Enseguida comenzó una gran batalla entre todos nosotros y ese gremio, suelo ser bastante optimista pero... Eran demasiados, no estaba convencido de que pudiéramos derrotarlos a todos... Aunque entre nosotros se encuentran verdaderos monstruos...

- ¡Gray!

Escuché la voz de Lucy por lo que me giré para darme cuenta de que estaba a punto de recibir un ataque que no me daría tiempo a esquivar. Joder, de nuevo me distraje. Pero entonces mis ojos se abrieron como platos al ver que Lucy lo recibía por mí, había conseguido llegar a tiempo, empujarme y colocarse delante de mí, le dio justo en el costado.

- ¿Pero qué haces? —dije nervioso agarrándola pues iba a caer al suelo— Joder... Estás sangrando mucho —la tumbé en el suelo, me quité la camiseta, hice una bola con ella y la coloqué en su herida, presioné para que no perdiera tanta sangre.

- Ouch... —se quejó.

- ¡Wendy! —la llamé nervioso mientras los demás nos cubrían. La herida era muy profunda, tanto que si no se trataba a tiempo, podría ser mortal— ¿Por qué has hecho eso? No tenías por qué protegerme de esa manera.

- Iba a darte en el corazón —dijo directa— Habría acabado contigo en el acto.

- ¿Y si te hubiese dado a ti? —dije aún más nervioso que antes, menos mal que al final le dio en el costado.

- Pues habría muerto feliz sabiendo que conseguí salvarte... —dijo casi sin voz, sus ojos estaban casi cerrados.

- Hey, Lucy, no te duermas —la moví un poco pero nada, no reaccionaba, mierda— ¡Wendy! —volví a llamarla.

Pocos segundos después por fin apareció frente a nosotros, rompió la camiseta de Lucy para ver la herida y comenzó a usar su magia. La expresión de preocupación que reflejaba su rostro, me inquietaba muchísimo. Los demás derrotaron a los magos restantes y nos rodearon preocupados por el estado de Lucy.

- Vamos Luce... —dijo Natsu preocupado.

- Lu-chan... No puedes dejarnos... —dijo Levy con algunas lágrimas.

- No te preocupes —dijo Gajeel acariciando la cabeza de Levy— La coneja es fuerte, saldrá de ésta.

- Exacto, Lucy no se rinde tan fácilmente —dijo Erza.

- No, no, vamos —dijo Wendy de repente alarmándonos a todos.

- ¿Qué ocurre? —pregunté nervioso.

- La estoy perdiendo —dijo intentando contener las lágrimas.

- Tsk —fue lo único que dejé salir. Era realmente frustrante no poder hacer nada para salvarla, además, había recibido ese golpe por mi culpa— Lucy por favor, no me hagas esto... —dije llevándome las manos al rostro muy afligido.

Todo se quedó en silencio durante varios minutos hasta que vimos que Wendy se alejaba de Lucy con expresión seria. ¿Va a decirnos lo peor...? Sentíamos tanto miedo que ninguno se atrevía a preguntarle.

- He conseguido estabilizarla pero aún no he acabado con ella. Necesito mis cosas las cuales se encuentran en la mansión del cliente.

- Volvamos cuanto antes —dije cargando a Lucy, todos asintieron y comenzaron a caminar a paso ligero hacia la ciudad.

Una vez allí, Wendy limpió su herida, le puso un ungüento y la vendó. Todos se fueron a descansar pero yo decidí quedarme un poco más con Lucy, dormía profundamente en la cama. Vaya susto me ha dado... Aún sigo muy impactado... ¿De verdad estaba dispuesta a dar su vida para salvarme...? Aunque bueno... Yo la daría por ella sin dudarlo. Ah... Esto comienza a complicarse...

- Mmm... —Lucy se movió un poco con expresión de dolor.

- Debería ser yo quien estuviera ahí y no tú... —dije acariciando su rostro.

- Tú has recibido muchos golpes por mí... —dijo casi sin voz con los ojos entreabiertos.

- Y no me arrepiento —dejó salir una leve sonrisa, entonces yo agarré su mano, deposité un dulce beso en ella y la sostuve entre las mías— Me has dado un buen susto ¿sabes...?

- Esto no es nada... —dijo de la misma manera que antes sin borrar esa sutil sonrisa haciéndome sonreír a mí también.

- Te dejo descansar ¿vale? —le di un beso en la cabeza y me fui.

Quiero mucho a Lucy, o mejor dicho, la adoro. Es tan... Perfecta... Linda, alegre, razonable, inteligente, divertida, fuerte... Me encanta estar con ella. Físicamente es... Uff... Una diosa griega... Desde el momento en el que la vi me sentí atraído por ella. No negaré que durante algún tiempo Lucy fue mucho más para mí que una simple amiga, ella realmente me gustaba pero sabía que no me veía con los mismos ojos que yo a ella. Entonces Juvia apareció en mi vida, colándose de alguna manera entre Lucy y yo, haciendo que al final terminara enamorado de ella, consiguiendo que esos sentimientos sin desarrollar que alguna vez tuve por Lucy, desaparecieran. Pero ahora todo se ha complicado, he engañado a Juvia en tres ocasiones con Lucy y al igual que a ella, me preocupa el hecho de que cada vez necesitemos menos alcohol para buscarnos de esa manera... Surgiéndome la siguiente pregunta: Si Lucy me buscara sin estar ebria, y yo también estuviera sobrio, ¿qué pasaría? ¿Sería capaz de rechazarla...?


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