Capítulo 2 - ¿Otra vez?
AVISO IMPORTANTE: Suelo poner estas cosas al final del capítulo pero esta vez he decidido ponerlo al principio para asegurarme de que todos lo leéis. El día 18 de septiembre, me mudaré. ¿Por qué os lo cuento? Pues veréis, ese día, domingo, me iré a vivir a otra ciudad y no tendré internet por lo que NO PODRÉ ACTUALIZAR NINGUNA DE MIS HISTORIAS. Con suerte espero que solo sea una semana como mucho pero no os puedo asegurar nada. Los domingos actualizo mi historia NaLu "Loving Flames" pero debido a esto, la actualizaré mañana, sábado. Dicho esto, espero que os guste el capítulo y no os preocupéis, mi ausencia será por poco tiempo ^^ Solo tened un poco de paciencia, os quiero <33
Lucy POV
- Pues muy mal Lucy... —dijo en ese tono tan irresistible antes de agarrarme y tumbarme en el sofá, él se colocó sobre mí y agarró mis muñecas sosteniéndolas sobre mi cabeza— Has bebido tanto como yo... ¿Y si soy yo quien se aprovecha de ti...?
Antes de que pudiera responder comenzó a depositar algunos besos por mi cuello, soltó mis muñecas y coló una de sus manos por debajo de mi vestido, acariciando suavemente mi muslo. Mi respiración comenzó a agitarse, mi cuerpo se sentía excitado y ansioso, no pude evitar dejar salir algunos suspiros... Gray me pone mucho... Si supiera todas las veces que me he masturbado imaginando que es él quien me toca... De repente sentí algunos mordiscos antes de que Gray atrapara la tira de mi vestido con sus dientes y la bajara por mi hombro a la vez que bajaba la otra con su mano, su cabeza comenzó a descender lentamente acariciando mi piel con su nariz hasta llegar a mis pechos donde bajó un poco el vestido para dejarlos al descubierto, no llevaba sostén por lo que quedaron desnudos. En cuanto sentí su lengua en mi pezón, dejé salir un pequeño gemido haciendo sonreír a Gray.
- ¿Qué debería hacerte...? —dijo antes de mordisquear mi oreja.
- Lo que quieras —dije excitada en un tono provocativo.
- Qué sumisa... —susurró en ese tono tan seductor pero yo no pude contenerme más por lo que agarré su rostro para besarlo.
Él correspondió mi beso de inmediato, nuestras lenguas se entrelazaban ansiosas llenas de deseo, intentando aliviar un poco la increíble excitación sexual que nuestros cuerpos retenían en ese momento. Mientras nos besábamos noté que Gray dejó de estar sobre mí y se colocó a mi lado inclinado sobre mi cuerpo, entonces noté una de sus manos acariciando mi clítoris por lo que no pude evitar gemir.
- ¡Agh...! —dije como pude pues su boca dominaba la mía, nuestras lenguas seguían danzando con intensidad dentro de mi boca— ¡mmm...! —gemí con más fuerza cuando él aumentó la velocidad allí abajo.
Segundos después decidió separarse de mis labios y volvió a descender lentamente por mi cuerpo hasta llegar a mis pechos donde enseguida comenzó a lamer mi pezón sin dejar de estimular mi clítoris pero entonces paró e introdujo un dedo en mí haciéndome gemir.
- ¡Ah...! —comenzó a mover el dedo allí dentro, se sentía muy bien pero no era suficiente— Más... —pedí. Gray alzó su rostro para mirarme aunque siguió jugando con mi pezón, le daba unos golpecitos con el dedo que me gustaban mucho.
- ¿Más qué? —preguntó travieso con una sonrisa— ¿Qué es lo que quieres?
- M-mete otro dedo... —dije excitada pero entonces él me quitó las bragas para tener un mejor acceso antes de cumplir mi petición.
Tras varias embestidas con ambos dedos, sentí su dedo pulgar en mi clítoris el cual comenzó a estimular sin dejar de penetrarme con sus dedos, su cabeza seguía entre mis pechos jugando con ellos, su lengua juguetona no paraba de golpear mi pezón. Poco a poco fue aumentando la intensidad allí abajo impidiéndome parar de gemir.
- Joder... —dije, se sentía increíble— ¿Cómo eres tan bueno en esto...? Y encima con una sola mano... ¿Eres un experto en el orgasmo femenino o algo así...? Realmente sabes dónde y cómo tocar... —dije con la respiración agitada retorciéndome un poco pues comencé a tener algunas contracciones. Él alzó su rostro de nuevo, me miraba con una sonrisa, parecía impaciente.
- Córrete —fue lo único que dijo consiguiendo que tuviera mi orgasmo tras varias embestidas más.
- ¡Ah...! ¡Sí...! ¡Ahh...! —gemí con intensidad mientras sentía todo ese placer desatado.
Al acabar, Gray sacó sus dedos de mí, estaban chorreando... Los observó antes de mirarme con una sonrisa pícara y satisfecha, los lamió y agarró mis piernas para tirar de mí dejándome completamente tumbada en el sofá, esta vez se acomodó entre mis piernas.
- Te tengo muy mojada... —susurró muy seductor en mi oído antes de mordisquear mi oreja.
- Sí... —dije ansiosa, quería sentir a Gray de una vez.
Él se quitó la camiseta y bajó sus pantalones y bóxer dejando libre a su gran y duro amigo... En cuanto lo sentí sobre mí de nuevo, mi impaciencia se multiplicó, en cualquier momento me penetraría... Pero los segundos pasaban y no lo hacía, ¿estaba jugando conmigo...? Él dejó salir una pequeña risa tras ver mi cara de frustración.
- Vamos Gray... Entra en mí... —pedí en mi tono más irresistible pero justo en ese segundo, él me penetró de una sola vez haciéndome gemir pero no se movió, solo se mantuvo dentro.
- ¿Esto es lo que quieres...? —susurró en mi oído— ¿Tenerme dentro de ti...? —me dio una fuerte embestida, solo una, haciéndome gemir una vez más.
- Sí... Dame más... —volvió a dar una fuerte embestida, de nuevo, solo una— Gray por favor... Deja de jugar conmigo... —supliqué haciéndole sonreír.
- Qué ansiosa... Aunque me gusta verte tan impaciente por mí —dijo travieso antes de volver a darme una gran embestida.
- Gray... Por favor... No pares... —dejó salir una traviesa y linda risita antes de comenzar a moverse.
- ¿Cómo quieres que te lo haga...? —dijo comenzando a moverse, sus movimientos eran lentos y suaves.
- Fuerte... —dije entre algunos suspiros— Rápido... Quiero que me des con rudeza e intensidad...
- ¿Quieres que te folle duro? —dijo excitado agarrando mis muñecas y sujetándolas sobre mi cabeza antes de comenzar a aumentar el ritmo.
- Sí... Ah... Más... —comenzó a penetrarme con la intensidad que yo deseaba, sus embestidas eran fuertes, rápidas, rudas... Sí... Así es como me gusta... Ya no podía parar de gemir— ¡Ah...! ¡Sí...! ¡Así...! ¡Dame más...! ¡mmm...! ¡Gray...!
- Eso es... Gime para mí...
Enredé mis piernas en su cintura, él soltó mis muñecas permitiéndome aferrarme a él, mis manos recorrían su espalda mientras él mordisqueaba mi cuello aunque sus labios no tardaron en buscar los míos para besarme, nuestras lenguas jugaban sin parar hasta que él decidió separarse.
- Ah... —gimió— No aguanto más... Voy a correrme...
- Hazlo... —dije excitada. Tras varias embestidas más, noté como Gray me llenaba, sentía ese espeso y cálido líquido recorriendo mi interior intentando salir de mí.
Sacó su miembro y se sentó en el sofá, yo lo imité y me senté a su lado pero entonces me miró con una sonrisa lujuriosa, se acercó a mí y me quitó el vestido el cual aún seguía enrollado en mi cintura. Tras eso, se quitó el pantalón y el bóxer quedándose completamente desnudo. Se acomodó en el sofá y volvió a mirarme, hizo un gesto para que me sentara sobre él.
- ¿No creerías que esto había acabado verdad? Aún no estoy satisfecho y sé que tú tampoco.
- Te ves muy confiado —dije con una sonrisa sentándome sobre él— ¿Crees que podrás satisfacerme...?
- Por supuesto —dijo con una sonrisa arrogante.
- Ya lo veremos —agarré su miembro y lo introduje en mí haciéndole gemir.
- Ah... —gimió.
Yo comencé a moverme lentamente de arriba a abajo, él cerró los ojos y posó su cabeza en el respaldo del sofá dejándose hacer. Poco después, empecé a mover mi cadera, de atrás hacia adelante y en círculos.
- Uff... —volvió a gemir— Te mueves demasiado bien... —dijo con la respiración agitada.
Minutos después aumenté el ritmo, me movía con mayor intensidad haciendo que abriera sus ojos los cuales se clavaron en mis pechos, supongo que le gusta ver cómo saltan... De repente, los agarró con sus manos y los masajeó un poco antes de acercar su cabeza a ellos y comenzar a lamer y mordisquear mi pezón, con su dedo le daba pequeños toques muy excitantes al otro.
- mmm... —gemí— Más...
Pero tras mi petición, Gray dejó mis pechos y agarró mi cadera con una sonrisa lujuriosa para ayudarme con el movimiento, las embestidas eran más rápidas e intensas... Haciéndome gemir de nuevo.
- Ah... mmm...
Al parecer, seguía sin ser suficiente para Gray pues se sentó en el borde del sofá dejando de estar recostado y agarró mis glúteos para ayudarme a subir y bajar haciendo incluso más fácil que antes las embestidas las cuales se volvieron mucho más fuertes y profundas. Se sentía demasiado bien por lo que no pude evitar aferrarme a Gray, rodeé su cuello con mis brazos y me pegué a él por completo.
- ¡Ah...! ¡Sí...! ¡Gray...! ¡Así...! ¡No pares...!
- ¿Vas a correrte...? —preguntó con la respiración agitada.
- Sí...
- Yo también... —dijo entre jadeos. Yo no podía parar de gemir, en cualquier momento tendría mi orgasmo pero entonces él me calló con su lengua la cual introdujo en mi boca sin previo aviso.
- ¡Agh...! ¡mmm...!
Gemía como podía mientras nuestras lenguas seguían entrelazadas en mi boca hasta que ambos llegamos al clímax a la vez, de nuevo sentía como su semen llenaba mi interior. Gray se recostó en el sofá intentando recuperar el aliento, mi respiración estaba muy agitada y mi cuerpo un poco tembloroso por lo que me recosté sobre su pecho sin salirme de él quien inesperadamente me rodeó con uno de sus brazos.
- Esto aún no ha acabado —dijo con una sonrisa lasciva.
- Lo sé... Solo... Descansemos unos minutos...
- Está bien.
Minutos después, me salí de él y nos levantamos del sofá. Gray se dirigió a la cocina a por algo frío de beber. Tras eso, se dirigió directo a mí y me pegó a él, sus manos bajaron desde mi cintura hasta mi trasero el cual comenzó a manosear a la vez que volvía a besar mi cuello.
- Gray... Vayamos a mi cama... —dije excitada— Es más cómodo que el sofá...
- Claro, vamos —dijo girándome y dándome un azote en mi nalga derecha.
Así, nos dirigimos hacia mi cama donde continuamos haciéndolo hasta que nos quedamos dormidos. A la mañana siguiente, me despertó la claridad que entraba por la ventana, debía de ser tarde si incluso me molestaba. Me giré hacia el lado opuesto pero entonces, sentí una respiración en mi cara. Abrí los ojos de inmediato para encontrarme con el lindo rostro dormido de Gray. Me incliné en la cama de inmediato percatándome del terrible dolor de cabeza que tenía, odio la resaca...
- Otra vez no...
- mmm... —Gray se movió y se colocó boca arriba.
En ese instante, me di cuenta de que me encontraba totalmente desnuda y tras mirar debajo de las sábanas, comprobé que Gray también... No pude evitar la tentación por lo que volví a mirar... Uff... Qué bueno está joder... Pero no es momento de pensar eso, ¿qué coño nos pasa? ¿Cómo hemos podido terminar en la cama otra vez? Soy muy mala persona... Gray ha engañado a Juvia por mi culpa, no debí proponerle ir a beber... Ella no se merece esto... ¿Cómo se supone que seguiré hablando con ella? No podré ni mirarla a la cara... Además esta vez... Esta vez sí que lo recuerdo... Aunque muy vagamente y solo algunos fragmentos sueltos... Pero suficiente para sentirme incluso peor que antes.
- Gray... —decidí despertarlo pero de nuevo la tentación me pudo...
Solo una vez más... Así mis fantasías serán más realistas... Volví a levantar un poco la sábana y fui observando minuciosamente su cuerpo, ese torso bien tonificado con esas abdominales bien definidas... Y su... Uff... Está bien dotado... Y bien duro... Esta vez sí que recuerdo algo y recuerdo que me hizo sentir mucho placer... Tal y como pensaba, Gray es muy bueno en la cama... Tragué saliva intentando tranquilizarme pues comenzaba a excitarme un poco a la vez que me sentía realmente culpable. Bajé la sábana y lo miré dispuesta a despertarlo pero entonces me percaté de que ya estaba despierto, mirándome, me dio tanta vergüenza que creo que mis mejillas podrían compararse con tomates.
- ¿Qué haces...? —dijo con una sonrisa divertida.
- ¿E-eh...? —dije nerviosa tapándome con la sábana— Nada...
- Mentirosa, estabas mirándome... ¿Querías dejar bien grabada la imagen de mi cuerpo desnudo en tu mente? —preguntó travieso.
- Pero qué tonterías dices... —él rio— Ni si quiera sé cómo puedes bromear, esto es serio, ya es la segunda vez que engañas a tu novia conmigo, ¿pero qué nos pasa? Puedo entender el concepto de una noche tonta... ¿Pero dos? Está claro que no podemos beber alcohol...
- ¿De verdad no entiendes lo que pasa? —preguntó serio.
- No...
- Lucy... Tú eres mi mejor amiga y te aprecio mucho, no quiero perderte, mi amistad contigo es muy importante para mí pero tampoco quiero perder a Juvia, es mi novia, la chica de la que estoy enamorado —no me gustaba la dirección en la que iban sus palabras.
- Lo entiendo, ella es más importante para ti que yo —no debí decir eso... Parece que estoy celosa aunque ¿no es así? De hecho, esas palabras me duelen mucho— Está claro que soy un gran problema en vuestra relación así que entiendo que te alejes de mí para no perderla a ella... No pasa nada... —si pasaba... Lo entendía pero no era lo que quería, solo de pensarlo me entraban ganas de llorar pero permanecería fuerte delante de él.
- ... —me miraba en silencio, parecía pensativo aunque nunca se me dio bien descifrar la mente de Gray, si tan solo fuera alguien tan simple como Natsu, todo sería más fácil— Yo no he dicho eso Lucy... Solo digo que tú eres una amiga, nada más, y sé que tú me ves igual... Pero para qué mentir... Estás muy buena, me atraes mucho físicamente desde la primera vez que te vi, y aunque somos amigos, entre nosotros hay una gran tensión sexual... No te atrevas a negármelo...
- Tienes razón... —para qué mentir.
- Una tensión que siempre mantenemos bajo control pero que al parecer sale y nos domina cuando bebemos... Así que mientras no nos emborrachemos... Todo estará bien... ¿No? Todo seguirá igual que siempre entre nosotros...
- ¿Tú crees? —pregunté poco convencida— Porque saber que ya son dos las veces que hemos tenido sexo no me ayuda a mantener la normalidad, especialmente ahora ya que recuerdo algunos fragmentos de anoche.
- ¿Lo recuerdas? —preguntó incrédulo.
- Sí... Aunque vagamente...
- Entonces dime —sonrió travieso— ¿Pude satisfacerte?
- ¿Recuerdas eso...?
- Sí —sonrió travieso esperando que entrara en su juego, como siempre, pero en ese instante alguien llamó a la puerta.
- ¡Lu-chan!
- Joder... No puede verte aquí a estas horas... ¡Salta por la ventana! —dije nerviosa.
- ¿Huh? ¿Quién crees que soy?
- Natsu lo hacía...
- Pero yo no soy Natsu —dijo molesto saliendo de la cama— Además, estoy desnudo.
- Ya lo veo...
Miré para otro lado aunque me encantaría seguir contemplando su espléndida figura pero claro, no quiero que piense que soy una pervertida... Me levanté tapándome con la sábana y me coloqué una bata mientras Gray miraba para otro lado, pocas veces me he sentido tan incómoda con él.
- ¡Lu-chan! ¿Estás en casa?
- Quédate aquí y no hagas ruido —dije cerrando la puerta de la habitación.
- ¿Te he despertado? —preguntó.
- Sí... —dije, necesitaba una excusa por mi tardanza.
- ¿Te acostaste tarde anoche? —preguntó entrando en el apartamento.
- Pues un poco... —en ese momento me miró de arriba a abajo dándose cuenta de que solo llevaba la bata, ni si quiera me había puesto ropa interior...
- Ya veo... —me mostró una sonrisa pícara— ¿Hay un hombre en tu cama no es así?
- ¿E-eh? —pregunté nerviosa— ¿Por qué dices eso...?
- No eres buena mintiendo Lu-chan —sonrió, se acercó al sofá y cogió algo— Además, su ropa está aquí... Con la tuya.
- Pues sí... Hay un chico en mi habitación...
- ¿Y quién es ese chico? ¿Lo conozco? ¿Es del gremio?
- No, lo conocí en un bar anoche y ya está. No te montes películas, solo fue sexo.
- Qué poco romántica eres...
- Bueno... ¿Y para qué viniste?
- Me enteré de que habías regresado y quería charlar un poco contigo —dijo sonriente— Han pasado muchas cosas en el tiempo que estuviste fuera.
- Ya veo —sonreí— ¿Por qué no me esperas en el gremio? Aún tengo que desayunar, ducharme y vestirme.
- Vale, nos vemos luego entonces —nos dirigimos a la puerta la cual cerré tras marcharse.
- Ya puedes salir —dije entrando a la habitación donde Gray se encontraba sentado en la cama desnudo— Toma —le di su ropa para que se vistiera. Ambos nos dimos la espalda y comenzamos a vestirnos.
- Lucy —dijo sin girarse— No se lo digas a Juvia...
- No se lo diré a nadie —respondí— Pero espero que esto no vuelva a pasar...
- ¿No te gustó? —preguntó travieso.
- Sabes que sí —respondí sincera— Pero no puedes seguir engañando a tu novia. Al menos para mí, la culpa es demasiado pesada y no sé si podré cargar con ella así que mientras más pequeña sea, mejor.
- No te preocupes —dijo tras abrazarme desde mi espalda, sorprendiéndome mucho— Te aprecio mucho Lucy, no quiero estropear nuestra amistad, mucho menos mi relación con Juvia, así que tranquila, esto no volverá a ocurrir —me dio un beso en la mejilla antes de alejarse de mí.
- ... —no sabía qué decir, nunca se había comportado así conmigo.
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