Capítulo 4: Motivación
Volaron por un par de minutos hacia un sitio alejado de la ciudad, esto debido a que el líder de los conductores había caído inconsciente tras el choque de Hancock con en su estómago. Sin embargo, el conductor despertó de repente. Hancock no pensó que Delsin Rowe despertaría en medio del vuelo, desconociendo por completo que los conductores tienen cierta rapidez para curarse.
Golpeó a Hancock con un fuerte impacto de humo que hizo que ambos cayeran en picada. Cayeron en una carretera que iba camino a Seattle, cercana a un pequeño pueblo. El superhombre de New York se alzó con humo alrededor de su cuerpo chamuscado, sin ninguna herida visible pero algo aturdido dado al gran ruido que sobrecogio sus tímpanos. Antes de que pudiera reincorporarse por completo, el bioterrorista lanzó una fuerte de humo en su cara.
-¡¡Ahg!!*coff, coff*- tosió con fuerza, para luego sentir un impacto fuerte de concreto en su rostro.
Cayó al suelo, nuevamente intacto, pero con un malestar en su rostro y fosas nasales.
-¿quién rayos eres?¿Cómo diantres sigues vivo?- preguntó el conductor, acercándose al superhombre.
- Me pregunto eso a veces- respondió de mala gana, poniéndose de pie- Ahg, prefiero que me golpes con...eso otro. El humo me hace arder la garganta-
- ¿Estás bromeando conmigo?- se abalanzó sobre él, pero Hancock está vez respondió por igual. Dio un potente puñetazo en su rostro, que dirigió al conductor contra un pueblo.
-¡¡Mierda!!- gritó el superhombre, volando rápido para evitar un desastre mayor. No obstante, ya era tarde para evitarlo. Delsin entró en una casa donde había varias televisiones, absorbió el poder de algunas antes de salir por la pared destrozada. Delsin tenía varias posibilidades para absorber. Podía absorber el concreto, el video, el humo, y por parte de su novia, el neón. Salió con una gran espada virtual que usó contra Hancock. La espada no provocó ningún corte, pero ciertamente se sintió como un arañazo fuerte. Hizo varios tajos con esa espada, aparte de invocar una especie de "Demonio" para que dispare energía.
Hancock por su parte no aguantó mucho esos ataques, y respondió golpeando otra vez al conductor. Esta vez el golpe fue hacia el cielo, donde el conductor llegó hasta lo más alto. Su rostro estaba casi disfigurandose, la potencia de esos puñetazos lo habrían matado de ser normal, por suerte la regeneración de un conductor le permitía aguantar.
-¿¡Qué rayos eres!?- preguntó enojado, volando en picada mientras formaba varias espadas a su alrededor.
Descendía al suelo como si fuera un demonio alado volviendo al infierno. Las espadas virtuales se incrustaron en el Moreno haciendo que grite un poco. No era porque se introdujeran en su cuerpo atravesando la carne, sino porque sentía como mínimo unas fuertes punzadas en su cuerpo. Hancock voló para agarrar a Delsin de la ropa y hacer que choque contra el suelo, agrietando las calles de aquel pequeño pueblo. Iba a volver a golpear su rostro, cuando vio a su alrededor. Las personas de aquel sitio estaban mirando asustadas afuera, era de noche, y casi parecía que dos demonios peleasen en la oscuridad de la tierra.
-"No, no debo volver a destruir un sitio así, no debo, no..."-
El conductor aprovechó el momento de duda para absorber el humo de un coche que empezaba a sacar humo por el motor. Así, salió volando con potencia hacia arriba, para caer hacia abajo y arrasar aquella cuadra.
Hancock no pudo hacer nada, cuando se levantó estaba aturdido, con sus tímpanos nuevamente nublados. A su alrededor había fuego, y gritos. El lugar había sido destrozado sin ninguna pizca de compasión, provocando heridos y muertos.
Delsin absorbió una fuente de Neón cercana, para luego mirar a su entorno y escuchar las consecuencias de todo el daño que hizo, las personas heridas, los niños llorando de miedo, los gritos de socorro...y apesar de que la acción fue divertida, ahora que veía el resultado de la misma, algo le carcomia por dentro. Le hacía recordar un horrible momento.
-"¿Qué me ocurre?"- apretó los puños-"Tuve que hacerlo para protegerme, de todas formas estas personas no importan. Tengo que volver con los demás, tengo que..."-
Hancock se estrelló en su costado, rompiendo algunas de sus costillas antes de sacarlo lejos de aquel pueblo. Ambos cayeron estrepitosamente en un prado, donde no había nadie más que ellos dos. Tanto el uno como el otro respiraban agitados, más Delsin quien le dolía las costillas.
-Ahora me acuerdo de ti....- dijo Delsin poniéndose de pie difícilmente, usando sus brazos para alzarse y reincorporarse- escuché de ti en las noticias, el odiado Hancock de New York- Delsin empezó a cubrir su brazo de un centello morado y brillante como una cartelera de las Vegas- ¿por qué no te unes a mí?-
- ¿qué?- la propuesta le extraño completamente, dando unos pasos hacia atrás ante el disgusto.
- Eres odiado por tu ciudad, intentaste ayudarlos por tantos años, pero te siguen despreciando. Eres como los conductores- extendió su manos izquierda- yo una vez intenté ser bueno, enserio que lo hice, pero mientras más avanzaba, más me di cuenta que ser "bueno" no era la solución a todo. Únete a mí, mi grupo te aceptará-
-De ningún modo, mocoso- dijo firmemente Hancock, mientras se preparaba para abalazarse.
-¿¡Por qué los defiendes!?¡¡Somos mejores que ellos!!-
- Nadie es mejor que nadie, hablas como un niño engreído- dijo casi rechinando los dientes- Tal vez aún no lo entiendas, pero tus actos empezarán a poco a poco a ahogarte cuando te des cuenta de que lo que causas, está mal- saltó al terminar de hablar, dispuesta a embestirlo. No obstante, Delsin aventó una bomba de neón en su rostro que le hizo cerrar los ojos por el brillo, para luego golpearle con su puño rodeado de energía tirandolo al suelo.
-¡¡Cállate!!- le gritó- ¡¡Tú no eres quién para decirme cómo seré o si hago bien!! Eres un idiota que se la pasa volando borracho mientras bebe como un cerdo- volvió a pegarle, pero esta vez Hancock agarró su mano
- Y tú eres un puto asesino...- Hancock le rompió el brazo, haciendo que grite fuerte- Hablando sobre "pertenecer" a un puto grupo terrorista de cuarta, montones de millenials que no tienen nada mejor que hacer que influir terror y miedo en personas desamparadas. ¿¡sabes cuántas personas han muerto por ustedes!?¡¡personas con familias que no les habían hecho nada!!- le pegó un puñetazo que le sacó varios de sus dientes, aparte de haberle roto la nariz- ¿Sabes cuántos han muerto?...?- repitió-¿Sabes cuántos han...?- por un instante, se vio desanimado. El líder del grupo bioterrorista no entendió el porqué de su decaída, pero no iba a ser una oportunidad desaprovechada para poder zafarse.
Lanzó un disparo directo a su rostro, para luego intentar huir corriendo por el enorme prado. Pero Hancock no permitió que diese un solo paso, voló detrás de él, alcanzando al sujeto en poco tiempo. Cayó sobre él, y tan pronto estuvo encima, le rompió ambas piernas.
-¡¡¡AHHHH!!!- lanzó un alarido, en el que casi llora por el dolor. Incluso los disparos en sus piernas dolían menos.
- No te importan la vida de los demás, salvó la tuya, maldigo egoísta- dijo, mirando al conductor retorcerse en el suelo- Maldito...egoista...- repitió otra vez, pero esta vez en voz baja, como si se lo dijese a sí mismo.
Por su parte, el Conductor empezaba a perder el conocimiento por el dolor. Ni Angustine le había hecho sufrir de tal manera hasta ahora. Intentó usar sus brazos para moverse, pero Hancock llegó antes para agarrarlo de la chaqueta. No entendió qué quería hacer, pero no podría evitarlo dado el inmenso dolor que le socorria. El superhombre le llevó delante del pueblo que él mismo destruyó, y le dijo en el oído:"contempla lo que hiciste".
El humo, los gritos, el llanto...resonaron otra vez en sus oídos como cánticos de demonios perversos. Le torturaban, le amenazaban, y en su mente empezaba a recordar al ritmo del escenario una palpable escena, un lugar que consideró hogar incendiándose hasta los cimientos. No quería verlo, no quería recordarlo...pero ese recuerdo se expandía en su mente como el fuego, se propagaba hasta llegar a sus ojos, y antes de siquiera poder agitar la cabeza en negación, empezó a llorar un poco.
- Y-yo lo hago...yo lo hago por los conductores...-
-¿Los conductores? Ellos nunca te habían dicho antes que matarás inocentes. Fuiste tú quien propagó un puto mensaje de odio antes de buscar ayudar a tus amigos. No eres mejor que yo, ni igual, eres peor que escoria-
-¡¡¡No, no, no, no!!! Yo...yo...no es mi culpa ser así, la gente...me rechaza por ser un conductor...todos me rechazan por ser un conductor, no importa cuánto luché por ellos, ellos me rechazan por ser diferente-
-La gente no te rechaza solo por ser un conductor...la gente te rechaza por ser un asesino-
Esas palabras se clavaron en su corazón con mucha fuerza, y como si una cortina se abriese, empezó a llorar un poco más. No importa cuantas veces se excuse en su cabeza del porqué mató a su familia, a su tribu...su muerte fue por puro egoísmo, el odio de esta por su puro egoísmo y rabia.
Hancock miró al hombre echar pequeñas lágrimas mientra iba cerrando los ojos poco a poco por el dolor. Entonces bajó lentamente hasta abajo, para dejarlo en el suelo del prado. Por un momento, miró la caótica destrucción del pueblo bastante arrepentido, otro sitio era destruido por su culpa, y simplemente no tenía excusa. Podría haber reducido a este sujeto mejor si se hubiera fijado mejor en su alrededor, si hubiera sabido dónde golpear, si hubiera sabido como no actuar incorrectamente. En su lugar, había hecho mal al pelear en medio del poblado. Se había dado cuenta tarde cuando el daño ya estaba hecho.
- Soy un desastre- dijo Hancock para sí, agarrándose del mentón. La verdad, es que aunque a veces no tenía la respuesta concreta de "¿por qué ayudaba a la gente?". La verdad era que conocía bien dicha respuesta. Lo hacía para que lo acepten, para que vean que al igual que ellos él era un humano, pero eso era solo un método egoísta para que se cambié su opinión, y muy mal empleado. Podría ser mejor, como decía el viejo del bar siempre que llegaba. No solo por su forma de actuar, sino por sus deseos mayoritariamente egoístas. Hay muchas personas buenas en el mundo, personas como él rechazadas y sin recursos para vivir dignamente, que no tienen la misma protección con la cual gozaba por naturaleza. Ver a las personas en la prisión le habían abierto la mente de la mañana a la noche.
Se puso de pie, el conductor está vez seguramente tardaría horas en despertar, había cumplido con su cuota de capturar a Delsin Rowe. Una cuota por su libertad...pero no cumplió ninguna cuota con las personas que necesitan su ayuda de verdad. Salió volando entonces hacia el pueblo, para intentar ayudar todo lo que pudiese, apagando todo el humo del pueblo sin importar si su ropa se quemase por las abrasadoras del fuego, ayudando a gente atrapada en el concreto de los edificios, y ayudando a trasladar a heridos. Así, hasta que amaneció un nuevo día.
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