Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6.4. Tregua

Título Alternativo: No hagas tratos con la bestia, ella nunca los respeta.

[...]

Como era de esperarse la resolución de Denki –su intención de desenmascarar a su padre y de arreglar todo su desastre– se matizó visiblemente apenas vislumbró la entrada al palacio. Lo imaginaba gritando y pegando –razón por la cual había estado evitándolo desde el incidente en las escaleras–.

[Respira y agradece que te permito hacerlo porque un día tal vez decida que no vale la pena]

La amenaza se había grabado en su mente y no dejaba de revivirla.

—¿Pasa algo, Alteza?

La pregunta de su guardia lo devolvió a la realidad.

No realmente, pensó; pero tampoco podía explicarle cuál era el problema y como no quería mentirle se tomó un momento para respirar. Se sacudió la tensión en el cuerpo, abriendo y cerrando las manos intentando reunir valor para enfrentar a su pesadilla personal.

¿Qué le había dicho a Noche en ese día?

[Voy a levantarme y voy a salir y no volveré a dejar que me humillen. Voy a demostrarle que aun si me pisotea voy a levantarme siempre.]

Había sido una declaración nacida de la ira, y si bien había sido honesta, una vez que la adrenalina, el espanto y la indignación desaparecieron el deseo de justicia se había disuelto con ellas. Descubrió que le resultaba más fácil quedarse en cama comportándose como el hermano pequeño que no sabe nada que siendo el necio que desafiaba al Emperador.

Anhelaba creer que podía enfrentar a su padre, que podía provocarlo sin miedo siendo plenamente consciente de las consecuencias. Había sido más fácil cuando los golpes parecían inesperados y el maltrato eran tan solo el resultado de un hombre ebrio; hacerlo ahora requería una clase de entereza que no estaba seguro de poseer.

No estaba seguro de cómo sobreponerse al miedo.

"¿Miedo?" respondió Noche el día que le preguntó si no tenía miedo de que el Emperador descubriera sus planes y lo ejecutara por su traición. "La vida de un traidor no acepta familia ni hermanos, no permite ni miedo ni duda."

"Si enfrentar al Emperador no te aterra, ¿qué lo hace?"

En esa ocasión Noche lo había pensado largamente antes de responder.

"Tal vez a la posibilidad de vivir aceptando ciegamente la voluntad de un hombre miserable"

Denki podía comprender esa emoción.

—Fantasma —murmuró deteniéndose apenas llegaron a los pies de los escalones que conducían a la entrada.

—¿Qué sucede, Alteza?

—¿A que le tienes miedo?

—¿Cómo?

—¿A qué le tienes miedo? —repitió y al ver la confusión en el rostro del guardia—. ¿A morir? ¿Al dolor?

Tras lidiar con la sorpresa que suponía la pregunta, Fantasma se tomó su tiempo para contestarle.

—A fallar —respondió al final, e hizo una pausa antes de añadir—. Y a decepcionarlo.

En respuesta a su semblante serio, Denki le ofreció una sonrisa.

—No tengas miedo de eso último, nunca podrías hacerlo —al ver que Fantasma abría la boca para protestar, se vio obligado a insistir—. Nunca lo has hecho y sé que nunca lo harás porque eres noble y no está en tu naturaleza la crueldad o el engaño.

Fantasma lo miró sin decir nada y después asintió con lentitud como si no hubiera otra respuesta que ofrecer. Denki se dio por satisfecho, estaba listo para subir los escalones cuando se acordó:

—Una cosa más: Por favor olvida lo que has visto está noche. Me has encontrado en los jardines y nada más.

Su guardia se quedó quieto portando la misma expresión que solía usar cuando se ponía junto a la pared sin decir nada.

—¿Por...? —dijo, entonces vaciló y la pregunta se modificó de inmediato—. ¿Todo está bien, Alteza?

—Por supuesto que sí.

—Si... si el guardia del Emperador está-

—Noche es mi amigo.

—¿Amigo?

—Un amigo, sí. Uno honesto, una cualidad que me temo es cada vez más rara —murmuró la última frase para sí, entristecido al comprender la verdad tras su afirmación. Después, al ver la confusión en el rostro de Fantasma, añadió—: También te considero mi amigo, pero la amistad ocurre en dos direcciones y ahora soy consciente de que tal vez para ti es incómodo considerarme como tal a causa de tus responsabilidades.

La respuesta de Fantasma fue un parpadeo lentísimo mientras flotaba entre ellos el intercambio anterior.

"Soy su guardia"

"Por supuesto que sí"

Y como no había nada que añadir, Denki sacudió los hombros y miró el cielo encapotado, el cual tenía la misma tonalidad que su humor de esa tarde.

—Siento que fue hace años la última vez que salí a pasear bajo el sol de mediodía.

—Ha estado enfermo, Alteza.

—La misma excusa de siempre —Denki suspiró—, vamos, Fantasma. No posterguemos más ese regaño.

No que tenga deseos de ver a ese hombre, pero supongo que es momento de hacer lo que dije que haría.

Avanzando sin prisa, Denki hizo un resumen de lo que sabía. Aún si el Sistema le garantizaba una vida tranquila si aceptaba su vida y no hacía nada, él no había trabajado incansablemente asegurando el bienestar de las personas que le importaban para abandonarlas al final de todo a manos de la única persona que poseía impunidad absoluta en ese mundo.

Mirio y Neito estaban tan preocupados por enfadarlo, decepcionarlo, ofenderlo, o herirlo... que nunca habrían considerado desobedecer al Emperador. Incluso Izuku, el mismísimo Protagonista, había sido un chico que en el fondo anhelaba la aprobación de su padre y que aun si no se daba cuenta deseaba enorgullecerlo por lo que en el libro había estado ligeramente ciego a sus defectos. Hizashi tampoco mostraba intenciones de enfrentarse a él directamente. Eraser, Noche, Fantasma, y tantos otros sirvientes carecían de poder para imponerse. Ni las casas nobles ni el ejército, nadie de ellos levantaría la mano en contra del Emperador.

Shouto tampoco lo hizo, prefirió el dialogo y la respuesta de mi padre fue un intento de asesinato. Katsuki también sabía que no podíamos enfrentarlo, su sugerencia fue huir.

"Nadie puede ayudarte"

Era la verdad, cruel, sí, pero una verdad indiscutible. Pese a todo Denki se negaba a rendirse y tras hablar con Noche una pequeña esperanza había empezado a destellar frente a él: Su padre lo aborrecía a tal grado que había decidido por cuenta propia –y sin consultarlo con su guardia–asesinar al Médico Imperial a fin de controlar a su propio hijo utilizando a una asesina entrenada a la cual había dejado ir sin repercusión alguna. Ese era un error gigantesco. De los peores. Y eso tan solo significaba que, si lo hacía enfadar de nuevo, cometería otros errores igualmente reprobables, alguno de los cuales podía hacer que la gente pusiera en duda su juicio para gobernar.

No era un plan brillante o sorprendente, ni siquiera sonaba sensato, pero era lo único que tenía y Denki tenía intenciones de hacerlo funcionar. Aún si para eso tenía que estar cayéndose de las escaleras.

—Alteza, lo esperan en el salón contiguo al trono.

Denki agradeció la información con un asentimiento breve y cambió su rumbo sin decir nada. El ambiente en el interior del palacio lo hizo estremecer, fue plenamente consciente de sus mejillas y dedos fríos, junto con su piel helada. El cambio fue tan brusco que sintió su nariz humedecerse.

<Sistema, háblame de la nueva subtrama>

<Subtrama opcional disponible: "El Rencor del Emperador". ¿El Príncipe acepta desbloquear la subtrama?">

<Antes de que te responda, ¿cuál es el estatus de las subtramas actuales?>

Tras un tintineo el Sistema recitó sin respirar:

>>Subtrama: El Príncipe Heredero.

Objetivo Logrado: Convivir en familia.

Objetivo Logrado: Encontrar un punto en común

Objetivo Actual: Crear equilibrio.

>>Subtrama: Los Traidores

Objetivo Logrado: Conocer a la corte.

Objetivo Logrado: Establecer alianzas propias.

Objetivo Actual: Ser deseado.

>>Subtrama: El Clan Sombra

Objetivo Actual: Estudiar su historia.

>>Subtrama: El guardia del Emperador

Objetivo Logrado: Buscar la respuesta.

Objetivo Logrado: Ganar su respeto

Objetivo Actual: Ganar su lealtad

Denki asintió, ligeramente sorprendido y satisfecho por sus avances considerando que se había negado a prestar atención a los objetivos de las subtramas casi desde el principio. Si bien tenía que ponerle más atención al Clan Sombra, porque era la única subtrama que seguía sin tener modificaciones, en términos generales su avance era claro. Según lo entendía las subtramas eran la forma que tenía el Sistema para ofrecerle una oportunidad de vivir la vida que quería y eso significaba que también eran la solución para lidiar con el Emperador.

<Sistema, la nueva subtrama... ¿involucra al Emperador y a Eraser?>

<¿Acepta el Príncipe desbloquear la subtrama?>

Al escuchar la pregunta Denki quiso pegarle.

Que te cuesta confirmar mis sospechas.

Sabiendo que no podría forzar al Sistema, Denki considero sus opciones y decidió que la aceptaría. Si involucraba a Eraser, a quien su padre quería muerto, era posible que le permitiera encontrar alguna otra debilidad que pudiera utilizar a su favor.

<Acepto la subtrama. Y espero que el secreto sea que el Emperador quiere matar a Eraser>

<Subtrama: El Rencor del Emperador. Objetivo Logrado: Descubrir el Secreto. Objetivo Actual: Conocer el pasado>

<¿Cuál pasado?>

El Sistema no respondió y no importó cuantas veces Denki insistiera, no hubo forma de arrancarle más información, pero no importaba porque justo en ese momento Denki alcanzó las puertas que conducían al salón donde lo esperaba su padre. Antes de entrar se giró hacia Fantasma.

—Ve y busca a mis hermanos, diles dónde estoy y muy sutilmente les informas que no he cenado, que tengo frío y que estoy cansado.

—Alteza, si necesita-

—Estoy bien, pero tú asegúrate de decirles que deben venir a verme en este instante. Una vez que hagas eso envías un mensaje a la familia Torikin invitándolos a tomar el té conmigo mañana a mediodía. Y después me arreglas una cita con Eraser en las barracas a la hora que le sea más conveniente.

—Alteza-

—Ve.

Fantasma le ofreció una reverencia antes de desvanecerse con la agilidad que lo caracterizaba. Una vez solo, Denki tomó aire y se armó de valor, le había prometido a su madre vivir y al parecer eso incluía tocarle las narices a la bestia.

Tras inspirar con fuerza Denki cruzó las puertas y una vez en el interior localizó a la sirvienta que solía esperar en el interior por si al Emperador se le ofrecía algo.

—Trae té y bocadillos.

La mujer miró discretamente al Monarca y al ver que este no decía nada ofreció una reverencia y salió sin perder tiempo. Denki esperó hasta que la mujer desapareció tras la puerta para girarse hacia su padre; si la expresión severa que tenía en la cara era alguna indicación, la noche del Emperador no había sido en absoluto placentera.

—Buenas noches, padre.

—¿En dónde estabas?

—En el jardín, viendo la nieve caer.

Se estaba preparando para sortear un interrogatorio sobre sus permisos para salir cuando su padre decide cambiarle el tema.

—Así que no duermes en tus habitaciones.

Maldita sea el bocón que le ha dicho algo.

El miedo se sacudió en Denki haciéndolo estremecer. Se aferró las manos, enderezó la postura e intentó no mirar hacia donde Noche estaba.

—Según me has dicho —dijo con la boca seca y las manos húmedas—, no hay habitaciones aquí que pueda llamar mías.

—No te atrevas a hablarme en ese tono.

Me gustaría usar unas cuantas groserías, pero supongo que tampoco sería apropiado.

Se mordió la lengua y esperó. Era difícil medir la cantidad de alcohol ingerido por el Monarca, había bebido lo suficiente para que sus mejillas se sonrojaran, pero no tanto como para tropezarse con las palabras.

Esto va a ser divertido. Y cuando digo divertido me refiero a horripilante.

—Te prohíbo quedarte cerca de mis hijos.

—Considerando que son ellos quienes no me dejan ir, tal vez tengamos que discutir la cuestión en familia.

Denki no pudo evitar sobresaltarse cuando una copa salió disparada en su dirección aun cuando cayó a un metro de él destrozándose en el proceso.

No dormirás en la habitación de Neito —repitió el Emperador lentamente, mascullando cada palabra. La ira reverberaba en él en ondas negras, la misma ira que le había mostrado mientras se paraba encima de su espalda amenazando con matarlo.

Las uñas de Denki se enterraron en su piel mientras se obligaba a permanecer en su lugar.

—Según me has dicho —respondió él en voz alta pese a que sentía un nudo en la garganta—, me has regalado —y al decirlo enfatizo la palabra con fuerza— el derecho a salir. Y eso incluye ir a dónde me plazca siempre que esté en el palacio antes de que anochezca. Por azares del destino la habitación de Neito pertenece al palacio.

No pudo evitar retroceder cuando el Emperador se levantó del lugar en dónde estaba sentado a tal velocidad que se tambaleó sobre sus pies. Antes de que pudiera avanzar hacia él, Denki decidió arriesgarse.

—Si vuelvo a caerme ni Neito ni Mirio me dejaran salir de esa cama.

—Tal vez eso te enseñe a comportarte.

—Tal vez lo haga, o tal vez me enseñe nuevas formas de obligar a mis hermanos a quedarse conmigo.

—Nunca te atrevas a amenazarme.

Denki no pudo morderse la lengua a tiempo antes de que su cerebro lo traicionara.

—No amenazas, padre, solo promesas.

La ira había vuelto a él, y el miedo, ambos combinándose en una mezcla tan rara que lo hacía estremecerse. Estaba siendo estúpido, pero era uno de esos defectos que se habían quedado con él aun tras morirse y parecía imposible de corregir.

—Voy a tener visitas mañana —añadió Denki decidido a continuar con sus planes—, he invitado a la familia Torikin a un almuerzo tardío. Después tengo planeado entretenerme por mi cuenta todo el día y volver antes de que anochezca.

—¿Los Torikin? —preguntó el Emperador en un tono neutro, un tono que hizo a Denki parpadear porque era una reacción tan inusual que no pudo sino preguntarse si estaba pasando algo por alto. Quiso mirar hacia Noche para intentar adivinar a qué se debía la repentina pasividad del Emperador, pero como tenía los ojos de este encima prefirió no hacerlo.

—Si. Los he invitado y no planeo cancelar ahora.

—No lo hagas —respondió el Emperador y Denki supo que había raro—, entretente con tus invitados. Nadie te molestará.

—De acuerdo.

—Y viendo que retomaras tus actividades "sociales" —añadió el Emperador volviendo a sentarse—, te informo que los Shigaraki han sido invitados para pasar el invierno con nosotros. Espero que les muestres la misma cortesía que al resto siendo que te encargarás personalmente de su entretenimiento.

—¿Me obligas a pasar otra vez tiempo con ellos antes de anunciar nuestra boda?

—Agradece que ellos quieran una porque yo me habría conformado con entregarte en un saco cerrado.

—¿Mis hermanos saben que vienen?

—No —respondió su padre alzando los ojos para mirarlo—, pero cuando se enteren tu deber será convencerlos de que es una idea maravillosa.

—Supongo que tampoco hablaremos del compromiso hasta que no sea un hecho.

—Obviamente.

—Habrá rumores.

—Igual que antes, pero esta vez no permitiremos que un necio lo arruine todo.

La expresión del Emperador le decía que no estaba en sus planes dejar que Denki se metiera en la cama a morirse. Antes te mató, parecía decir.

—Muy bien —carraspeó Denki acordándose de las escaleras—, a cambio quiero permiso para salir de la Ciudad Imperial.

—Solo por invitación y tengo que aprobarlas.

Denki parpadeó, había esperado un poco más de discusión al respecto.

—De acuerdo —murmuró.

—Una cosa más —añadió el Emperador—, abandonarás las habitaciones de Neito esta misma noche. Sin discusión.

Había una amenaza tácita ahí que permaneció en el aire aun cuando la sirvienta entró llevando los bocadillos seguida casi de inmediato de Mirio, quien tenía el aspecto de alguien que se ha pasado corriendo de un lado a otro.

—¿Dónde has estado?

—En el jardín —respondió Denki con tranquilidad frotándose los dedos que aún sentía entumidos.

—Tienes una pésima cara.

Denki le pegó.

—¡Hey! La tuya tampoco está para suspirar.

—Preparen un baño para el Tercer Príncipe en su habitación —ladró el Emperador en voz alta y la sirvienta que había vuelto se apresuró a obedecer—. Ve y arréglate. Mirio, ven.

—Iré con Denki, padre, para asegurarme que no necesita nada y volveré en un momento.

Neito llegó en ese momento para evitar la protesta que en ese momento empezaba a brotar de los labios del Emperador.

—¡Denki! —exclamó extendiendo las manos para tocarle la cara—, ¡estás helado! ¿por qué te saliste? ¿dónde has estado? ¡te hemos buscado por todo el palacio!

—Estaba en el jardín. Quise ver la nieve.

La expresión de ambos príncipes dejaba en claro que consideraban la idea una estupidez.

—Necesitas un baño —declaró Neito con severidad—. Y no estar aquí parado perdiendo el tiempo —lo dijo mirando a Mirio, y su expresión era tal que el Príncipe Heredero saltó como si acabaran de pegarle.

—A eso vamos —aclaró Mirio—, pero estás en la puerta.

No empecemos, pensó Denki con hartazgo.

—Hijos, vengan. El Tercer Príncipe necesita cambiarse.

—En un momento, padre, no tardamos —respondió Mirio mientras empujaba a Denki por la puerta un instante antes de que él y Neito empezaran a discutir. Denki avanzó entre ellos con un incipiente dolor de cabeza, una sensación que tan solo se intensificó cuando oyó el tintineo del Sistema al mismo tiempo que la puerta se abría.

<¡Felicidades! Atributo Especial Desbloqueado: Odio>

Maravilloso, pensó. Mi padre, además de ser un hombre violento e irascible, es un mocoso envidioso y caprichoso.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro