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6.3 Plan

Título Alternativo: El conocimiento te dará poder, pero el carácter te dará respeto –Anónimo.

[...]

En su intempestiva decisión de salir a enterrar al ave de su padre, Denki no había considerado siquiera cambiarse de ropa. Bajo el abrigo grueso y grande de color caoba –propiedad de Neito– solo llevaba su ropa de cama razón por la cual no pudo evitar estremecerse cuando una brisa particularmente helada se coló por entre los pliegues de su túnica. O tal vez el estremecimiento fuera causado por la revelación que Noche acababa de compartir con él.

<¿Está el Príncipe listo para oír los detalles>

Ignoró al sistema una vez más demasiado ocupado en mirar al guardia casi con esperanza de verlo reírse y negar la broma, pero eso no sucedió. En cambio, volvió a estremecerse cuando pensó en el rostro furibundo del Emperador amenazando con asesinarlo. Su corazón empezó a latir con violencia, como si intentara escapar del recuerdo.

—No lo dices en serio —expresó en voz alta sin poder contenerse. Otro soplo de aire helado le acarició el cuello, agitando los mechones sueltos de su coleta baja.

"Asesinar a Eraser"

—Es un plan estúpido —añadió y para sorpresa suya la crudeza de su expresión hizo reír a Noche.

—Nadie ha dicho que no lo sea —respondió él.

—Pero no tiene sentido. ¿Qué espera? Matar a Eraser y después... qué. Eraser es tan solo un título, y si uno muere habrá otro para reemplazarlo —el resto de su frase murió al recordar que el Emperador tenía interés en el ejército de Shigaraki. Un ejército, pensó, no necesitas un ejército para matar a una persona—, quiere matar a Eraser y... ¿deshacerse del Clan? ¿Tomar control sobre él? —Noche no dijo nada—, no puede hacer nada de eso.

La sonrisa de Noche se mantuvo aun mientras apartaba los ojos de él para mirar las nubes oscuras que cubrían el cielo.

—Los niños sueñan con la grandeza —dijo tras un momento volviendo los ojos hacia él—, y como tu padre ha gobernado desde que era un niño se ha convencido de que puede hacer lo que le plazca.

—Pero el Clan mantiene la ciudad a salvo.

—¿Y crees que alguien como él lo entiende?

—El Clan-

—El Clan perpetua su autoridad, lo defiende, lo protege, y castiga a cualquiera que se opone a él.

—Es lo que digo, el Clan está de su parte.

—Eso no importa, tu padre odia a Eraser y lo quiere muerto.

—¿Por qué?

—Porque hay rencores insignificantes que crecen hasta devorar al mundo.

—¿Qué se supone que significa eso?

—Significa que no importan las razones, tu padre se ha convencido de que Eraser es la piedra en su vida. Quiere verlo desaparecer.

—Junto a todo el Clan.

—Lo que solo demuestra su ignorancia hacia el escudo que lo protege y los cimientos sobre los que se erige su imperio.

—Sin el Clan–

No pudo continuar, la idea era peligrosa y terrible –catastrófica– y resultaba imposible de creer. Noche pareció leer el horror en su rostro porque asintió con calma sin perder su sonrisa.

—He contestado tus preguntas, pajarito mío, y ahora es tu turno para satisfacer mi curiosidad. Dime, ¿cuál es tu plan? ¿cómo pretendes escapar de tu jaula?

Denki abrió la boca, ansioso por insistir en el tema del Clan y la potencial amenaza en contra de Eraser, pero al instante supo que Noche no respondería nada hasta no recibir la respuesta a sus interrogantes. Con esa certeza se frotó las sienes intentando centrarse.

En ese momento resultaba difícil convencerse de que su plan podía tener éxito tras descubrir las ambiciones de su padre. Sin embargo, había pasado días pensando en opciones y al final esa era la única alternativa que le quedaba. Convencido –y aterrado– del futuro que se avecinaba, Denki cuadró los hombros, alzó la mirada y miró a Noche con una expresión firme.

—Usaré usar tu plan.

Noche esbozó una sonrisa encantada.

—¿Dejaremos que los Shigaraki lo destruyan todo?

—No me refería a ese plan —respondió él con seguridad—, sino al otro.

La sonrisa en el rostro del guardia se congeló. Había cierta satisfacción en conseguir que alguien tan compuesto y ecuánime como era Noche se quedara sin palabras.

—¿Sabes de lo que hablo? —insistió Denki

—¿Tomarás el trono y te convertirás en el sucesor de tu padre?

—No —respondió Denki sacudiendo las manos en lo alto para reafirmar su negativa—, ese honor le corresponde a mis hermanos y no planeo entrometerme.

—Te dije que matar al Emperador es una sentencia de muerte.

—No mataremos a nadie.

—¿Entiendes que enjuiciar a la bestia es inútil?

—Ahora lo sé, no es el plan que tenía en mente.

—Pajarito-

—¿Has olvidado lo que me dijiste una vez?

Noche guardó silencio y su expresión de asombro y duda era tan extraña e inusual que Denki no pudo evitar reír –un gorgojeo diminuto–, el delicado sonido de alguien que intenta no irrumpir el silencio. Eso arrancó a Noche de su parálisis, lo hizo enderezarse como si acabara de contemplar algo curioso.

—¿Te burlas de mí, pajarito?

—Absolutamente no —respondió Denki antes de retomar el paseo por el jardín pues la brisa fría había empezado a lastimarle las orejas. Caminar también lo ayudaba a pensar, a reafirmar su decisión.

Según el sistema había cuatro subtramas en las que él estaba involucrado: El Príncipe Heredero, que trataba sobre las convivencias y relaciones entre la Familia Imperial. Los Traidores, que lo instaba a conocer a la corte y a relacionarse con ellos. El Clan Sombra, que pretendía que conociera su historia y sus reglas. Y por último la subtrama que involucraba al Guardia del Emperador, gracias a la cual acababa de desbloquear otra llamada El Rencor del Emperador. Un rencor que al parecer estaba relacionado con Eraser.

Quiere asesinarlo, la idea resultaba absurda.

<Sistema, ¿he cambiado el destino de Eraser?>

<...>

Denki suspiró y comprendió entonces que no podía permitir que su padre se saliera con la suya. Supo que no tenía alternativa y que el plan de Noche era la única solución que evitaba la destrucción del Imperio si conseguía completarlo con éxito.

—Pajarito–

Y el mundo habrá comprendido por fin la clase de monstruo que es tu padre.

Apenas terminó de hablar se giró hacia el guardia que caminaba a su lado.

—¿Recuerdas cuando me dijiste eso?

Noche parpadeó, pero no dijo nada así que Denki continuó.

—Presionar a un hombre voluble es llamar a la tragedia, ¿recuerdas cuando dijiste eso?

—..., ¿recuerdas todo lo que te he dicho, pajarito?

—La mayoría de las cosas, sí, especialmente cuando no las entiendo. Y hay muchas cosas que no entiendo. Tienes la mala costumbre de hablarme en círculos.

Giraron en el laberinto mientras la nieve continuaba cayendo convirtiendo el suelo en un manto de un blanco impoluto. El frío era como un cuchillo que afinaba su filo contra los dedos de Denki, los cuales empezaban a ponerse rojos, pese a la incomodidad no se detuvo. Tenía que explicarle a Noche la verdad.

—Tu me escogiste como cebo.

—Eres un pajarito irresistible–

—Pero no me escogiste solo por eso. Me escogiste porque hago enfurecer a mi padre.

Noche no dijo nada.

—¿Qué fue lo que dijiste antes? ¿Qué debía salir y agitar las alas? ¿Qué mi padre nunca me dejará ir? ¿Qué mi padre preferiría verme muerto antes que libre?

Denki se detuvo, alzó los ojos y miró el cielo y pensó en todo lo que sabía.

—Tu sabías que Neito estaba en la habitación el día que mi padre estalló contra mí. Lo sabías y aún así no evitaste que mi padre entrara. Sabías que el Príncipe Katsuki investigaba el veneno y no enviste guardias por él... Y te decepcionó que Neito no dijera nada. Te decepcionó que Katsuki guardara silencio. Te decepcionó ver que nadie lo confrontaba.

Denki se giró hacia el guardia y añadió en voz baja:

—Ahora entiendo lo que dijiste entonces: Y el mundo habrá comprendido por fin la clase de monstruo que es tu padre —suspiró—. Tu plan al usarme como cebo, al sacarme de mi casa no solo tenía como objetivo conseguir el interés de los Shigaraki sino intentar desequilibrar a mi padre, ¿no es así?

Noche no dijo nada pero Denki no necesitaba confirmación alguna.

—Tu querías que mi padre se enfadara. Querías que cometiera errores. Querías que la gente viera lo que es en realidad. ¿No es así?

—Una de más ingenuas ideas, pajarito, ahora sé que cuando la bestia ruge hasta sus propios hijos cierran los ojos.

—Tal vez sea así, pero hasta la persona más ciega no puede ignorar el rugido de un animal furioso.

—¿Así que tu plan es enfrentar a tu padre?

—Hacerlo enfurecer.

—¿No huiste de él hace tan solo unas horas?

Denki resopló, un sonido tristísimo lleno de vergüenza y amargura. Había sido una reacción automática de su propio cuerpo al oír la voz del Emperador, aun recordaba la presión contra su cuerpo impidiéndole respirar, el odio en esos ojos claros y la amenaza clara en su contra. Al parecer era más fácil hablar de enfrentar a su padre que enfrentarlo en realidad.

—Es obvio que tu plan ha fracasado antes de empezar, pajarito.

Denki se apretó los dedos intentando calentarlos, el dolor en sus articulaciones le recordó la agonía que había sentido mientras yacía al final de las escaleras mientras el Emperador se erigía sobre él. El dolor también lo hizo recordar la ira que sintió entonces.

—No fracasaré —dijo finalmente—. Haré enfurecer a mi padre hasta el punto en que nadie más pueda disculparlo.

—Primero te matará.

—Me necesita —respondió Denki con firmeza—, me necesita para conseguir el apoyo de los Shigaraki. Me necesita para destruir a Eraser. Tendrá que soportarme hasta entonces.

Denki se rio al decirlo y sacudió la cabeza casi con incredulidad, pero al mismo tiempo supo que tenía razón. Su padre necesitaba que esa boda se llevará a cabo, necesitaba a los Shigaraki y había soportado todo con tal de conseguirla. Era una certeza que él pensaba aprovechar.

Estaba frotándose convulsivamente los nudillos helados cuando sintió un roce fantasmal junto a su oreja derecha que se deslizó por el contorno de su cara hasta desaparecer, al alzar el rostro vio a Noche envuelto en los ases dorados que proyectaba la lámpara que llevaba con él mientras que su uniforme se fundía en las sombras.

<Felicidades. Atributo Especial Desbloqueado: Fascinación Nivel Dos>

—¿Sacudirás tus alas rotas, pajarito? ¿Los obligarás a mirarte?

El susurro lo hizo estremecer; solo había una respuesta para él.

—Sí.

Noche sonrió, un gesto feroz, lleno de orgullo y un respeto tan palpable que el corazón de Denki se sacudió.

—Entonces haz que te miren, pajarito. Que te miren y se avergüencen de todas las veces en que han apartado los ojos.

Pese a que lo veía acercarse no se apartó, y estaba a tan solo un palmo de distancia cuando el guardia se detuvo enderezándose al mismo tiempo que la burbujeante voz del Sistema decía:

<Felicidades. Atributo Especial Desbloqueado: Emoción>

Al girarse Denki encontró la razón de la repentina rigidez en la postura de Noche. En el pasillo más cercano se encontraba Fantasma.

—Alteza —dijo Fantasma apartando los ojos de Noche para enfocarlos en él—, todos en el palacio lo están buscando.

Denki chasqueó la lengua y se apartó de Noche para dirigirse hacia su guardia.

—¿Mis hermanos?

—Y el Emperador, Alteza.

El estómago de Denki se encogió ante la idea, pero no había marcha atrás. Había tomado una decisión y era hora de ponerla en marcha, después de todo la boda estaba casi a la vuelta de la esquina. Cuando se giró para despedirse de Noche se dio cuenta de que el guardia se había ido.

—¿Ninguno de ustedes hace ruido al moverse? —preguntó Denki con un suspiro cansado.

—Somos sombras, Altezas —respondió Shinsou como si eso lo explicara todo.

El Tercer Príncipe sacudió la cabeza.

—Volvamos entonces.

Con Shinsou a la cabeza retomaron el camino hacia el palacio. Denki comenzó a prepararse para lo que suponía iba a ser un regaño terrible y tan enfrascado estaba imaginando distintos escenarios con su padre que le tomó un momento darse cuenta de la tensión que parecía rodear a su guardia.

—Fantasma, ¿pasa algo?

No hubo respuesta, pero Denki tuvo paciencia y apenas un momento después Fantasma se detuvo sin aviso alguno haciendo que Denki casi chocara con él.

—Soy su guardia–

—Por supuesto que sí —respondió Denki casi de forma automática en un tono tan desenvuelto y simple que Fantasma se giro para mirarlo como si la declaración fuera absolutamente inesperada—. Eres y siempre serás mi guardia, ¿no es así?

<Felicidades. Atributo Especial Desbloqueado: Confusión>

Denki parpadeó.

—¿Fantasma?

Pero el guardia sacudió la cabeza y retomó la marcha en silencio obligando a Denki a seguirlo. Desde su accidente en las escaleras Fantasma había asumido una actitud tensa cuando estaba a su alrededor y Denki no había tenido oportunidad de preguntarle por ella.

Muchas cosas habían cambiado desde el día en que Fantasma había abandonado la Ciudad Imperial persiguiendo la verdad sobre Toka, y Denki no soportaba pensar que el cambio podía ser permanente. En ocasiones sentía nostalgia por los días en los que su guardia era la única constante en su vida, y al mismo tiempo se avergonzaba de esa añoranza porque había tomado la decisión de permitir que Shinsou tuviera una vida más allá de sus obligaciones como Fantasma. Aun si esa vida no lo incluía a él.

Al final lo único que le quedaba era la certeza de que sin importar lo que ocurriera en el futuro, su misión era asegurarse de que las personas que le importaban no sufrían el mismo destino que él. Y si para ello debía soportar la furia de su padre, la soportaría.  

[...]


n/a

Siempre dije que Hitoshi necesitaba un empujoncito para darse cuenta que sí, siempre será el guardia del Príncipe pero que el Príncipe necesita algo más que eso. Veamos como le va.

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