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3.6. Juego

Título Alternativo: Denki hace un pacto con el diablo.

[...]

Tengo que aprender que con el Sistema las cosas nunca son como parecen ser, piensa Denki de mal humor mirando hacia donde Kirishima y Bakugou discuten sobre el camino más rápido para volver con el resto. Aún de cuclillas se asegura de darles la espalda mientras vuelve a lo suyo.

<Muy bien, Sistema, siento que me has tendido una trampa. Es como si me hubieras guiado hasta la puerta, la hubieras abierto, me hubieras dicho que tenía la opción para entrar, y al entrar descubro que me has traído como corderito al matadero>

<Tenías la opción de entrar>

<Sí, pero tú intención desde el principio fue guiarme hasta este momento. Tú quieres que intente salvar a Aizawa>

<Queremos que controles los cambios que tu presencia ha generado en los personajes que te rodean. Recuerda que te hiciste responsable por cualquier evento inesperado creado a partir de tus decisiones, esa fue la condición que te permitió crear la oportunidad para salvar a Fantasma>

<¿Y qué habría pasado si decido no salvar a Aizawa?>

<Pero lo has hecho>

Denki rechino los dientes. <Está bien, no discutamos más este asunto, dime lo que tengo que hacer>

<Tus objetivos han sido actualizados>

Denki se apresuró a cerrar sus ojos y de inmediato vio la pantalla con una nueva lista.



Bueno, pensó Denki leyendo la lista con atención, al menos ahora tengo una noción más clara de lo que tengo que hacer. Parecía que las subtramas le permitían enfocarse en una actividad simple para conseguir los objetivos generales.

<¿Qué pasa si consigo los puntos extra?>

<Te lo diré cuando lo hagas>

<Bien, ¿puedes darme una pista de cómo asegurar el compromiso del Tercer Príncipe?, porque ese tipo parece que se ha tragado un limón y no quiere casarse>

<Lo siento, no puedo ayudarte en eso>

<Muy bien, ya me dijiste cómo conseguir los tres atributos que me faltan así que lo único que me faltaría es preguntar, ¿qué diablos es el Juego de la Corte?>

Su pregunta generó un tintineo como el de un cascabel y otra pantalla ocupo el espacio de la primera. En ella había un tablero con muchas fichas en color oscuro, había dos que mostraban la imagen de un dragón y una lechuza.

<La Corte es un ambiente estructurado donde solo un puñado ostenta el poder. Es un mundo donde sus habitantes se relacionan mediante matrimonios arreglados, negocios mercantiles, y contratos lucrativos, dentro de este grupo existen chacales que se ceban con los restos de aquellos que no logran prosperar.>

<¿Quiénes son los animales?>

<Los participantes en el juego. El Clan Sombra cuenta con poder, pero tiene demasiados enemigos que aprovecharían la caída de su líder para obtener beneficios propios. Durante los últimos años el Enemigo del Clan ha ido acumulando aliados, piezas en este tablero que le ayudarán a cumplir su voluntad. Ahora que has unido tu destino al de Eraser, si él cae también lo harás tú y tu destino no será la muerte, así que tu misión es ofrecerle respaldo cuando llegue el momento y de esta forma evitar su caída>

<¿No debería convencer a Neito de que lo ayude?>

<El Enemigo del Clan se ha preparado para neutralizar al Segundo Príncipe de ser necesario.>

<¿Y cómo voy a conseguir que la gente apoye a Eraser? No tengo dinero propio, no tengo aliados, no soy un guerrero y ciertamente no conozco a nadie>

<Tu poder radica en quién eres: El Tercer Príncipe de Taiyou, el Príncipe recluido y desconocido. La mayoría ha oído hablar de ti, especialmente desde el Festival, pero ninguno de ellos ofrecería nada en tu nombre así que tu misión es utilizar su visita para relacionarte con ellos y convencerlos de que eres una pieza por la que vale la pena apostar. Usa tu belleza para atraer su atención. Usa tu carisma para ganarte su favor>

<¿Eso es todo?, ¿conseguir que la gente me aprecie?>

<El aprecio no basta: Amor, deseo, amistad o lealtad. Emociones poderosas que garanticen el apoyo para Eraser>

<Entonces voy, hablo con la gente y de alguna forma consigo que sean mis amigos, ¿cuándo sabré que he ganado?>

<Cuando los aliados del Enemigo sean superados> y al decir eso más fichas tomaron forma. Junto a la ficha de la lechuza aparecieron otras dos, una con una serpiente y la otra con un zorro. En el centro del tablero apareció la ficha de un canario y a su alrededor decenas de fichas algunas en blanco y otras con la imagen de un animal. Muchas de ellas estaban iluminadas en color rojo.

<Lo siento, Sistema, pero me da la impresión de que me estás hablando en otro idioma. ¿Por qué no me pones los rostros de las personas que están participando en esto?>

<Porque eso te revelaría detalles de la Trama, recuerda que ya no cuentas con la ventaja de saber lo que sucederá>

<Bien> gruñó Denki <pero las metáforas hacen que me duela la cabeza. Dime la verdad, ¿cuál es la trampa en todo esto?>

<Este es Su Juego y él quiere que lo juegues>

<¿El juego de quién? ¿Y por qué voy a jugar?>

<Porque cuando en el cielo brilla el Serín, nadie mira a la serpiente que se desliza por el suelo.>

<¿Qué?>

<Pero ahí donde él pretende vencer se encuentra tu única oportunidad para cambiar el destino. Salva al líder y las lechuzas mataran al intruso. Falla, y el zorro se quedará con el ave>

Denki vio que conforme las oía, las palabras iban grabándose en la parte inferior de su pantalla.



Tras contemplar el tablero Denki pronunció la única cosa que le quedaba clarísima. <No entiendo>

—¿Estás bien?

La pregunta lo sobresaltó y cuando abrió los ojos vio a Kirishima inclinado junto a él mirándolo con cara de preocupación.

—Por supuesto —respondió antes de levantarse—. Solo descansaba los ojos.

Se frotó el puente de la nariz para aliviar la tensión que amenazaba con convertirse en otro dolor de cabeza. Solo entonces tomo consciencia del cansancio que se abatía sobre él, como si la pausa hubiera servido para que su cuerpo registrara de pronto la energía que había usado en la charla y la caminata. De hecho, la frescura del día había terminado por metérsele en los huesos porque empezaba a tener frío. Este es el problema de pasarme tanto tiempo entre cuatro paredes. Quiso frotarse las rodillas que sentía tensas pero no quería atraer la atención de Bakugou que sin duda se burlaría de su pésima condición así que decidió dar una vuelta con la intención de sacudirse la modorra y tal vez interrogar una vez más al Sistema.

—¿A dónde vas? —pregunto el Príncipe Katsuki apenas Denki se apartó del animal caído.

—En ese tono no me dan ganas de contestarte —respondió él dirigiéndole un mirada avinagrada—. Y que yo sepa no eres mi padre para que tenga que darte un registro de mis actividades.

—El Príncipe quiere decir que nos hemos alejado demasiado de la zona de bienvenida —intervino Kirishima con ese tono conciliador que Denki empezaba a identificar—, es peligroso internarse en estos bosques desconocidos sin la debida precaución. De acuerdo con las instrucciones, después de disparar la flecha con la señal roja debíamos esperar a los encargados del concurso pues vendrían para llevarse la pieza de caza y marcar la victoria del Príncipe. Tenemos que quedarnos juntos y después podremos volver

Denki tomó aire y se removió en su lugar; en un intento por sacudirse el cansancio se giró hacia Katsuki.

—¿Por qué te cae mal Sho?

—¿Cómo sabes que me cae mal?

Denki sonrió. —Izuku es hijo de mi padre y ha tenido la amabilidad de contarme de su estadía en la Academia; así que, ¿por qué te cae mal Sho?

—Porque es un engreído.

—¿Y qué? Es como mirarse en un espejo, ¿no?

—Yo tengo razones para serlo.

—¡ah!, entonces admites que lo eres. Engreído quiero decir.

—¡Cállate!

—De acuerdo.

Y sin añadir nada más se sujetó las manos, le dio la espalda, y cerró los ojos. Lo cierto es que era una excusa para tomar un descanso, su encierro tras el Festival lo había privado incluso de sus caminatas vespertinas, en el Palacio su ejercicio había consistido en recorrer los pasillos vacíos y en levantar cajas de libros, era la primera vez que ponía a prueba su resistencia y empezaba a ver que el largo encierro había dejado huella. Iba a necesitar de toda su energía para hacer el viaje de regreso, que empezaba a sospechar se sentiría larguísimo.

¿Se verá mal si me siento en el pasto?,

—Alteza, debe disculpar al Príncipe-

—No te disculpes en su nombre, eso no ayuda a nadie.

Kirishima no dijo más y al ver su cara apenada Denki se sacudió el cansancio e intento borrar la incomodidad que se había instalado sobre ellos.

—Izuku me contó de la vez que hizo equipo contigo pero no tuvo tiempo de contarme los detalles, ¿qué paso?

Se forzó a prestar atención al relato de Kirishima pese a sus ganas de sentarse en el suelo a dormitar. Durante el intercambio, el Príncipe Katsuki se mantuvo al margen sin dejar de rechinar los dientes al oír la historia. Denki sabía por qué, en esa prueba le había tocado hacer equipo con Shouto y sus desacuerdos los habían llevado al desastre, había sido el capítulo que había cimentado su antipatía mutua pues Katsuki quería tomar el mando y Sho no se lo permitía.

Mientras oía el relato, Denki recordó porque había decidido aceptar las subtramas. La excursión de esa mañana le había permitido entender que podía relacionarse perfectamente con los conocidos del Protagonista pues contaba con la ventaja de conocer su carácter y sus manías por todo lo que había leído de ellos, si tenía cuidado era posible cumplir con las demanda del Sistema y en caso de fracasar era un alivio saber que eso no significaba el desastre pues podía intentarlo de nuevo. Lo único preocupante era el Juego de la Corte.

—Izuku es genial —dijo Kirishima al final—, pero no sabía que tenía hermanos. Él nunca habló de ellos.

—Me temo que Izuku no se lleva bien con los hijos del Emperador.

—Pero te cuenta cosas a ti —dijo el Príncipe Katsuki

—Porque es generoso y me soporta cuando le hago preguntas —respondió Denki encogiéndose de hombros.

—¿Dónde está ahora? —pregunto Kirishima

—Fuera, me temo, pero si vuelve pronto estoy seguro de que se tomará un momento para venir a verte.

Eso hizo que Kirishima sonriera. El tema de Izuku los mantuvo entretenidos hasta que finalmente detectaron movimiento entre los árboles, el grupo que se acercaba se componía de cinco hombres y una carreta, a la cabeza iba Hakamata, cuya sorpresa fue palpable cuando vio a Denki de pie junto al animal caído.

—Alteza —dijo acercándose a toda velocidad—, ¿qué está haciendo aquí?

—Paseando —respondió Denki con una sonrisa—. Es la primera vez que veo a un elaphus, son impresionantes. ¿Es cierto que la familia Hado los trajo aquí?

—Alteza, su padre está preocupado —y en voz baja mientras los demás interrogaban al Príncipe sobre su captura, Hakamata añadió—: El joven Shigaraki volvió hace horas.

Toda la burbujeante calma y el deleite de haber pasado una mañana tranquila se convirtieron en una bola de hierro. Una frase y Denki supo que su padre iba a estar furioso.

—Lo mejor será volver. Nos adelantaremos —dijo dirigiéndose al grupo.

—Nosotros también vamos de vuelta —respondió Katsuki dejando al animal en manos del grupo de hombres cuya tarea era limpiar a la bestia y transportar la carne al palacio.

Hakamata no se atrevió a discutirle, asintió y encabezó la marcha, fue él quien impuso el ritmo de avance, un paso rápido que Denki empezó a resentir casi de inmediato. Bastaba con ver la expresión del hombre para saber que su urgencia no era simplemente por devolver a Denki con su padre.

—¿Qué paso? —preguntó Denki en voz baja.

Hakamata pareció dudar sobre si debía responder, le dirigió un vistazo breve a los acompañantes que iban detrás y después le respondió en tono bajo.

—Uno de los muchachos de la Casa Torikin tuvo un enfrentamiento con el joven Shigaraki, la situación no paso de una nariz rota, pero ha sido un desafortunado incidente que ha puesto a todos nuestros invitados tensos. El humor de tu padre no ha mejorado al oír que no te encontraban por ninguna parte, los guardias de Noche han salido a buscarte.

Del susto Denki se tropezó. Hakamata alcanzó a sujetarlo antes de que terminara en el suelo.

—Lo siento —dijo Denki ofreciéndole una sonrisa de disculpa.

—No camines tan rápido —dijo Katsuki de pronto con su tono afilado— o terminarás con la cara en el suelo.

Hakamata se tensó, sin duda sorprendido por la repentina intromisión o tal vez por el tono familiar. Denki se tragó la réplica gruñona que unas cuantas horas antes habría utilizado para responderle y en cambio le ofreció una reverencia respetuosa y servil.

—Agradezco su consejo, Príncipe —dijo pensando a la vez, por favor, por favor no digas nada.

Y aunque los ojos de Katsuki se entrecerraron y su boca se torció en una mueca enfadada, pareció entender la súplica porque no añadió nada más. Cuando retomaron la marcha a un paso más mesurado, Denki intentó concentrarse en lo que el Sistema había dicho sobre el Juego de la Corte, necesitaba analizarlo con calma y estudiar sus posibilidades reales de ganar, pero no podía dejar de pensar en su padre. Iba a estar furioso y Denki no podía permitirse que lo castigaran, no ahora que aparentemente tenía que ganarse la atención del mundo.

Creo que estoy metido en un lío.

[...]

NA/ ¡Hola de nuevo!

Hace mucho que quería poner una imagen con los detalles del Sistema, pero no había tenido tiempo aunque por fin conseguí hacer una con el tablero. Era eso o describirlo y creo que no habría quedado tan claro. 

El altercado con Shigaraki, ¿pondrá fin a las aventuras de Denki en el bosque? Ya veremos.

En otras noticias debemos reconocer que nuestro muchacho es un coqueto de primera que no se da cuenta porque ha pasado mucho tiempo aislado y se le olvida el protocolo con frecuencia. Cuando se acuerda se pone en modalidad soldadito, pero ahora va a tener que ganarse la atención del resto. Por ahora dejemos quese camele a esos chicos guapos que necesitan un poquito de frescura en su vida. 

Entonces, nos vemos la siguiente semana. 

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