3.3. Prometido
Nota: En México ayer 9Marzo hubo un Paro Nacional para protestar por la violencia de género que vive nuestro país. Y aunque actualmente no estoy por ahí me abstuve de tocar las redes sociales y por eso no actualice ayer, pero aquí esta.
[...]
Título Alternativo: Muy bien, Denki, saluda a tu prometido.
[...]
Sin detenerse a escuchar una respuesta, Denki se lanzó en un monologo simple que pretendía confirmar su intención.
<Aizawa es un aliado del Protagonista. Estoy seguro de que mantenerlo con vida sería infinitamente bueno para él. Y ya que estás intentando facilitar la vida de Izuku, ¿por qué no aceptas salvar a una de las figuras que lo han acompañado durante gran parte de su vida? Eso haría al Protagonista feliz. Además, creo que su muerte es la razón final de que estalle la guerra, ¿no es así? Si lo evitamos, el Protagonista solo tendrá que lidiar con el conflicto en la frontera en lugar de involucrarse en una guerra total>
Estaba seguro de que el Sistema iba a negarse, estaba seguro de que iba a ponerse a discutir como lo había hecho con Shinsou, por eso fue una sorpresa cuando dijo.
<En la novela original> murmuró el Sistema con su voz burbujeante <se aclara que la muerte de Aizawa es producto de sus intentos por ayudar al Protagonista a limpiar su nombre pues ambos son ignorantes del traidor que vive en el palacio, pero gracias a tu participación en la trama, Aizawa es consciente del peligro desde antes del ataque a los embajadores por lo que tal vez sea posible evitar su muerte. Sin embargo, al involucrarte en la subtrama que le corresponde arriesgas el destino que está escrito para ti>
<¿El destino del Tercer Príncipe?>
<Tus objetivos tienen la finalidad de garantizar que tu existencia no afecte al Protagonista y te conduzcan a cumplir el papel que el autor pensó para ti: Acceder a un matrimonio arreglado sin ventajas de ningún tipo, renunciar a tu título y abandonar el palacio. El tuyo será un matrimonio sin amor bajo un acuerdo militar que beneficie al imperio Taiyou. Vivirás cómodamente bajo el techo de tu esposo y aunque corres el riesgo de sufrir bajo su mano, es gracias a tu relevancia, popularidad, y a los contactos que has hecho hasta el momento, que cuentas con la opción de conseguir que tu matrimonio no sea otra prisión, sino la posibilidad de existir fuera de este lugar. Sabiendo esto, ¿estarías dispuesto a arriesgar una vida cómoda para cambiar el destino de Eraser?>
<De todos modos si fallo en cumplir con mis objetivos arriesgaré el bienestar del imperio, la prolongación de la guerra y no sé que más. Tú misma lo dijiste>
<Es diferente. Al involucrarte en la subtrama del Clan Sombra estarás aceptando participar en Su juego. Y de fracasar no será la muerte lo que te espere sino una vida entre cuatro paredes, sin amigos ni aliados, atado a la voluntad del que será tu carcelero>
<¿El Emperador?>
<Pese al riesgo, ¿aún sigues interesado en cambiar el destino de Eraser?
Denki tomó aire, estaba listo para insistir cuando Hakamata irrumpió las conversaciones del salón anunciando que tras el desayuno de esa mañana habría un evento de cacería en las afueras del Palacio y todos estaban invitados.
—Vamos —murmuró el Emperador y Denki alcanzó a apartar su plato casi vacío antes de seguirlo con Neito caminando junto a él. Fueron de los primeros en abandonar el comedor y, pese a su deseo de marcharse a buscar su cascabel, Denki esperó con paciencia a que su padre lo despidiera.
Para su sorpresa eso no sucedió, el Emperador dejo que se quedara junto a ellos mientras avanzaban hacia la entrada principal y después lo ignoró mientras charlaba con Hakamata sobre los detalles del evento matutino. Cuando Neito se alejó para enfrascarse en una conversación apresurada con un completo desconocido, Denki permaneció quieto con el rostro serio decidido a no causar problemas. Espero frotándose los dedos bajo sus mangas amplias intentando recrear en su mente el trayecto de su habitación hasta el comedor luchando por averiguar dónde se había quedado el cascabel.
Eventualmente Hakamata se apartó y su lugar fue ocupado por un hombre mayor tan grande como su padre, pero a diferencia de la constitución bonachona de éste el extraño parecía un tabique con su cuello grueso, sus manos inmensas y sus hombros anchos. Pese a su dura apariencia y su rostro viejo, el hombre se movía con muchísima suavidad como si se deslizara sobre el suelo, su sonrisa era un gesto educado y al hablar su voz parecía un susurro quedo. Vestía una túnica de color castaño sin adorno alguno aunque de buen corte, lo que evidenciaba un gusto por lo practico en lugar de lo llamativo.
Los ojos de Denki ascendieron por el cuerpo del extraño tomando nota de todos esos detalles hasta que alcanzaron el rostro del viejo, y como si sintiera su mirada el hombre giro el rostro hacia él sin dejar de charlar con su padre.
Denki regresó su atención al piso con las manos hechas puños y el corazón en la garganta; no le había gustado lo que había visto en esa cara pues sus ojos se parecían a los de Noche: Fríos y evaluadores como si fueran capaces de leer en su corazón. Tuvo que sacudirse el miedo al oír su nombre.
—El Tercer Príncipe los acompañará —dijo el Emperador con expresión neutra—. Será un placer para él atender a nuestros invitados.
Denki alzó la cara, miró a su padre, parpadeó y ante los ojos fríos su respuesta fue un murmullo bajísimo.
—Por supuesto —era la única respuesta que podía dar, dada la expresión fulminante y dura que veía en el rostro del Emperador.
Su padre se apartó de ellos y cruzó la puerta principal donde abordó el carruaje que esperaba por él, no sin antes asegurarse que Denki subiera al carro que iba detrás de ellos. Una vez arriba, mientras el resto de los invitados se organizaban para salir, Denki fingía que no se daba cuenta de la mirada que el extraño le daba. Recordaba perfectamente las prohibiciones de su padre y el hecho de que le dejara salir solo podía significar una cosa. La idea cubrió su cuerpo de un sudor helado.
—¡ah, por fin! —dijo el extraño de pronto—. Mi hijo está aquí. Date prisa y sube, Tomura.
Denki espió por la ventana y alcanzo a ver un rostro enfadado de ojos cobrizos. El hombre era mayor que él con una expresión de hastío en su rostro llamativo, llevaba el pelo de un azul deslavado en un moño alto dejando la frente al descubierto mostrando claramente sus cicatrices, una que le cruzaba la boca delgada y otra la ceja izquierda. Cuando el hombre lo miró su cara se torció en un gesto de evidente fastidio, entonces emitió un chasquido de hartazgo antes de dirigirse a su padre.
—Viajaré al frente —anunció antes de marcharse hacia la sección del conductor dejándolos solos.
—¡Ah! mi hijo —dijo el viejo mientras el carruaje se movía—; deberá disculparlo, Alteza, pero es que la voluntad de mi muchacho es incontenible. Una cualidad asombrosa a mi juicio, aunque otros opinarán diferente.
Denki alisó su túnica, cruzó las manos en el regazo y por fin se animó a mirar al extraño.
—Nuestra voluntad es la que nos permite avanzar y en ocasiones nuestra decisión de ejercerla puede parecerle a alguien más una obstinación.
Eso hizo que la sonrisa del anciano se ampliara, su expresión era la viva imagen del deleite.
—¿Es usted obstinado, Alteza?
La pregunta lo hizo pensar en su lucha por salvar a Shinsou o en su deseo de cambiar el destino de Aizawa. Se acordó de todas las veces que había intentado desafiar a Noche pese a que sabía que llevaba las de perder. No obstante, cuando respondió lo hizo con el mismo gesto suave que utilizaba frente al Emperador.
—Sé honrar a mi padre —dijo.
—Un detalle importante, Denki. Ese es tu nombre, ¿cierto?
—Así es, venerable, y debo disculparme pues me temo que no nos han presentado.
—Mi nombre es Kotaro Shigaraki. Mi hijo mayor se llama Tomura. Y somos señores de las tierras que se encuentran al otro lado del mar.
—¿En el Reino de Ka?
—No, Alteza. La isla en la que vivimos se divide en dos regiones gracias a una cadena montañosa que recorre toda la zona. El Reino de Ka se encuentra al noreste de la isla y nosotros en la sección suroeste. De hecho, nos encontramos a pocas millas del Palacio de Jade.
Eso hizo que Denki recordara los libros de geografía que había hojeado durante sus largas horas de estudio. Sabía que la región que estaba cerca de la Montaña del Cielo pertenecía a la familia Bakugou, pero había otra zona independiente al otro lado de las montañas gobernada por líderes sin títulos nobiliarios a quienes se les consideraba Señores de Guerra pues se dedicaban a la fabricación de armas y más. Y si los libros de historia eran ciertos ellos habían sido los invasores del Este, aquellos que habían desatado la última guerra del imperio.
—Por el silencio de Su Alteza debo suponer que ahora sabe quienes somos.
—Me disculpo por mi reacción —dijo Denki recordando lo que Neito había dicho sobre el disgusto que los invitados de su padre habían causado entre los nobles de la corte—, si mi padre ha decidido darles la bienvenida no seré yo quien desafíe su voluntad. Así que me disculpo en nombre de cualquiera que se haya atrevido a ofender a nuestros invitados.
—Supongo que te disculparas entonces en nombre de tu hermano.
—El Segundo Príncipe es un hombre de honor proclive a los juicios rápidos. Le aseguro, venerable, que su intención no ha sido, ni será, ofender a su casa.
<¡Felicitaciones! Atributo Especial Desbloqueado: Cortesía. Ahora puedo ofrecerte detalles sobre uno de tus objetivos personales>
—Tu cortesía es admirable, sé que mi hijo sabrá apreciarla. Es una lástima que él decidiera no acompañarme al desayuno de esta mañana, tal vez oír tu risa lo habría convencido de sentarse con nosotros, ¿no lo crees?
—Su amabilidad es excesiva —respondió Denki bajando la vista hasta posarla sobre sus dedos.
—Cuando me conozcas entenderás que yo no pierdo tiempo con amabilidades.
—Lo recordaré... Tengo curiosidad, ¿cómo ha sido el viaje hasta aquí?
Eso hizo que el anciano se entretuviera en una explicación detallada sobre su larga travesía cruzando el imperio mientras que Denki se apresuraba a tocar al Sistema.
<¿Cuáles son los detalles?>
<Objetivo Personal Activo: Neutralizar al Prometido. Detalles Específicos: Si no consigues ganarte el favor de su padre, pasarás el resto de tu vida a merced de su hijo.>
<¿El favor? ¿Cómo hago eso?>
<Has conseguido llamar su atención: "Admiración". Has conseguido despertar su interés: "Cortesía". Necesitas desbloquear tres atributos más para conseguirlo, los cuales son: Demostrarle que no causaras problemas "Servilismo", que hay valor en ti "Orgullo", y que no eres un estúpido "Agudeza".>
—Eso me recuerda —dijo Shigaraki repentinamente—, ¿dónde está el guerrero sombra que se supone te acompaña a todas partes?
—Está ocupado en cuestiones fuera del palacio.
—Vaya, había creído que su trabajo era seguir a la familia imperial a todas partes.
—Y así se supone que es, esta ha sido una ocasión extraordinaria.
—Muy oportuna.
—¿Es cierto que su hijo no siente aprecio por el Clan Sombra?
—Somos enemigos naturales, me temo, resultado de la guerra que nos enfrentó en el pasado. Mi hijo solamente es precavido pues son muchos los rumores que se cuentan del clan negro que sirve al Imperio.
—Por supuesto —respondió Denki con su cara impasible pese a las dudas que revoloteaban en su mente—. Tal vez quiera contarme alguna de esas historias.
<Sistema, si consigo que su hijo me acepte y me gano el favor de su padre, ¿podrá Shinsou venir conmigo?>
<El objetivo garantiza que Fantasma siga con vida. Nada más.>
Denki asintió distraído ante el relato de Shigaraki sin oírlo en realidad. Por primera vez era plenamente consciente de que iba a casarse, de que había un matrimonio en puerta del que no podía escapar. Y no solo era que estaba obligado a ello, también debía coaccionar a su prometido de aceptarlo y convencer a su suegro de que valía la pena cuidarlo. Todo eso y no había garantía de que lo dejaran llevarse a Shinsou, una esperanza que nunca había verbalizado en voz alta pero que para él era tan absoluta como el cielo sobre su cabeza.
Pensó en su vida durante los últimos días, solo, con ropa esplendorosa, comida abundante en su mesa, y muchos libros para leer. Sí, era una vida cómoda, más de lo que había tenido antes de morir, pero habría cambiado todo eso por tener a Hitoshi con él.
Fue un gesto instintivo el de estirar la mano para tomar el cascabel y al no encontrarlo recordó que lo había perdido. El nudo dentro de él se apretó hasta casi asfixiarlo.
—¿Qué pasa, Alteza? —preguntó Shigaraki devolviéndolo a la realidad.
Miró al hombre frente a él pensando en todo lo que quería decirle entonces se acordó de la expresión furiosa en el rostro de su padre, en la mirada afilada de Noche, y en los objetivos del Sistema, así que se aclaró la garganta para deshacer el nudo en ella y se forzó a sonreír.
—Me disculpo, venerable, parece que el calor de la mañana ha empezado a afectarme, pero supongo que este clima no es nada para ustedes. ¿Es cierto que en la región más cercana a la Montaña del Cielo las temperaturas son más altas?
Denki se obligó a prestar atención pese a la marejada de emociones que lo inundaban, en su mente había una cosa muy clara: Su prioridad, la razón de todo su esfuerzo, era mantener a Hitoshi con vida. Se lo había prometido a sí mismo.
[...]
NA/Y ya sabemos quién es el prometido.
No negaré que en un principio había pensado en Katsuki para ocupar ese papel. El chico no sabe de su matrimonio hasta que vuelve a casa y su madre le dice 'vámonos, que es hora de que conozcas a tu futuro esposo', de hecho, mientras iba perfilando la situación pensé "¿y si se casan?" y así nació la idea de "A Run of Bad Luck" cuya trama puede resumirse así: Dos padres deciden casar a sus hijos sin decirles. Pero eventualmente descarte el asunto y me quede con este, aunque admito que en el camino estuve tentada de hacer cambios en la trama y poner a Shouto como tal porque he visto fanarts en twitter y me llamaron la atención, pero ya había dicho por ahí que era un primogénito y tenía la cosa medio planeada así que no se pudo.
Con esto creo que ya sabemos quiénes son las comadrejas. A todo esto, puedo garantizarles que cuando la gente se entere habrá quien ponga el grito en el cielo (léase Neito) así que, aunque el compromiso es inminente, tal vez haya oportunidad para cambiar las cosas, ¿no? Si hay algo que hemos visto a Denki hacer una y otra vez es tratar de cambiar el destino de todos. El suyo incluido.
Tal vez el asunto con Aizawa sea la respuesta que busca aunque como bien ha dicho el Sistema, si decide meter su cuchara ahí la muerte no será lo peor que puede pasar y todos sabemos a qué se refiere, ¿verdad?
En fin, nos veremos en el que sigue.
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