3.27. Control
Título Alternativo: La corrección y el castigo son las herramientas más obvias de aquellos que buscan el control.
[...]
Denki se esperaba el silencio –estaba listo para él–, también estaba listo para las expresiones de perplejidad y sorpresa de parte de ambos príncipes así que procuro mantener una expresión calmada y compuesta a fin de permitirles digerir la situación. Por supuesto también estaba listo para las preguntas que sabía llegarían. Y llegaron, una tras otra, sin pausa ni duda.
Katsuki quería que le repitiera la conversación que había oído palabra por palabra –aparentemente indignado de que Denki no se hubiera tomado la molestia de informar antes de semejante descubrimiento–. Denki lo complació. Shouto quería detalles de la mujer así que le dijo todo lo que sabía de ella. Sorprendentemente ambos parecían tomarse el asunto con una seriedad abrumadora.
—Siendo la cocinera debería haber sido la primera sospechosa —dijo Katsuki—, ¿cómo es que no sospecharon de ella?
—Sospecharon, pero en realidad la comida no estaba envenenada, ¿cierto? Era el té. Y cuando empezaron a investigar mi guardia solía tomar la preocupación de estar presente durante su preparación. Sin mencionar que ella ha trabajado para la familia desde hace años, desde que yo me instalara en mi casa, y nunca hubo ninguna queja sobre ella.
—¿Estás seguro de que fue su voz la que oíste?
—Al principio no. De hecho, no sospeche de ella hasta después, por esa razón fui a mi casa porque me acorde del incidente.
—¿Y la otra voz?
—Me es familiar, pero no podría estar seguro de con quien estaba hablando.
Katsuki miró a Shouto y comenzó a interrogarlo, intentando averiguar más detalles sobre la mujer que los atendía. Discutieron sin parar mientras Denki intentaba seguirles el ritmo.
—Existe la posibilidad de que su asignación haya sido al azar —concluyó Katsuki al final—, pero también es posible que esté ahí por una razón. Si consideramos lo que has dicho de no ser un objetivo valioso —añadió mirando a Denki—, entonces cabe la posibilidad de que hayan probado la droga contigo antes de perfeccionarla.
—¿Crees que nosotros somos el blanco? —pregunto Shouto cruzándose de brazos.
—Es una posibilidad.
—Una muy estrecha, especialmente si consideras a las personas que componen mi grupo.
—Estás tú —intervino Denki de inmediato, ante lo cual Shouto sacudió la cabeza.
—Nadie más sabe de mí.
—¿Estás seguro?
—Sí; aún si Keigo es excesivamente familiar con los sirvientes siempre procura mantener la mentira frente a ellos. Nunca habla de sus planes cuando alguien más está cerca, excepto... —guardó silencio y frunció el entrecejo mientras pensaba—. En ocasiones ha hecho planes frente a Ina, especialmente cuando la sondeó muy sutilmente sobre la familia imperial. También fue ella quien le dijo dónde y cuándo podía hablar con el administrador y el hermano del Emperador, pero no, aún así ella no sabe de mí.
—¿Qué es lo que tiene que saber? —pregunto Katsuki entonces con evidente enfado—. ¿Qué es este secreto?
Denki miró a Shouto alzando las cejas, un gesto que claramente decía: Díselo. Shouto apretó la mandíbula, se debatió consigo mismo y finalmente suspiró.
—Mi nombre es Shouto Todoroki, cuarto hijo del rey.
—Es decir —añadió Denki—, es el Cuarto Príncipe del Reino de Ame.
Katsuki parpadeó, los miró de uno a otro esperando que alguien añadiera algo más y cuando nadie lo hizo su ceño se frunció peligrosamente.
—¿Tú? ¿Nishiki? ¿Un príncipe?
Shouto se negó a responderle.
—¿Nishiki el Príncipe? ¿qué clase de broma es esta? Nishiki no puede ser un príncipe.
—Nishiki. Nishiki. Siempre el mismo nombre, ¿qué carajos significa? —dijo Shouto de mal humor.
—Que tiene dos colores —respondió Denki como si nada. Su respuesta hizo que los otros dos se giraran hacia él con idénticas expresiones llenas de suspicacia.
—¿Cómo lo sabes? —preguntaron ambos y al oírse hablar en sincronía volvieron a mirarse.
—Bueno —añadió Denki listo para cambiar el tema—. Suponiendo que no sepan de ti, lo cual es una posibilidad que no podemos ignorar, la otra persona en riesgo es Keigo Takami, el amante del rey. Si lo que dices es cierto y él es la única persona dispuesta a sentarse a parlamentar la paz, ¿qué hará tu padre si él llega a morir?
El ceño de Shouto volvió a fruncirse.
—Es absurdo suponer que un envenenador de este tipo va a centrar sus esfuerzos en el amante de un rey —dijo Katsuki de inmediato.
—Tal vez no sea su primera opción —respondió Denki de inmediato—, pero no podemos descartar que sea una posibilidad.
Katsuki no estaba convencido, pero como Denki tenía especial interés en defender su hipótesis de que el oficial Takami estaba en peligro se aseguró de discutirle cada afirmación que hacía. El único que no intervino fue Shouto que se había sumido en un pesado silencio mientras meditaba.
—No tiene sentido —insistió Katsuki al final sin poder evitar un gruñido de desesperación.
—Bienvenido a mi mundo —respondió Denki con irritación—, donde nada tiene sentido. Lo importante aquí es tratar de averiguar quién es la persona que hablaba con Ina.
—Eso puede hacerse si encontramos a la persona que preparó el veneno —rebatió Katsuki y Denki se encogió cuando lo oyó añadir—, para eso necesitamos las notas de tu médico.
No.
—El médico está muerto pero Ina está viva, tal vez sea mejor quedarnos con alguien que puede contestar nuestras preguntas.
—Necesitamos conocer a este veneno, síntomas, tiempo de acción, y especialmente verificar que existe la posibilidad de un antídoto, de lo contrario podríamos tener una pila de muertos sin saber que lo ha ocasionado.
¡No!
—Necesitas capturar al envenenador.
—Necesitamos información sobre el veneno —murmuró Shouto de pronto y Denki se tragó el suspiro de frustración que estuvo a punto de soltar—. Aunque tal vez no debamos llamarlo así.
—¿Por qué? —preguntó Denki
—Porque no te ha matado —respondió Katsuki con tal firmeza que Denki comprendió que esa era una cuestión que él también había pensado—. Los venenos matan, pero tu lo has tomado sin saberlo y sin mostrar síntomas. O al menos ningún síntoma que te resulte extraño.
—Si no soy yo el objetivo final tiene lógica que el veneno no me haya afectado, por eso tenemos que capturar a la persona que está detrás de todo esto.
—¿Y lo acusamos de qué? —preguntó Katsuki
—Técnicamente nadie se ha muerto por esta cosa —añadió Shouto.
—Así que esperamos a que alguien muera, ¿es eso? —dijo Denki con sarcasmo, pero ni eso consiguió que Katsuki o Shouto abandonaran su expresión de sabelotodo insufrible.
—Si los Asesinos Negros están involucrados el veneno te habría matado instantáneamente —dijo Katsuki—. Lo sé. Lo he visto.
—Tal vez éste es un nuevo veneno.
—¿Y por qué probarlo contigo? —añadió Shouto— ¿Por qué tú, cuando podrían haberlo probarlo con cualquier blanco más fácil y accesible?
—Tal vez porque estoy enfermo y es más fácil ocultar los síntomas reales.
—El veneno es una respuesta en sí mismo —dijo Katsuki—. Saber más sobre él nos dirá más sobre las intenciones de nuestro envenenador.
Al ver que ambos príncipes se miraban y asentían, en lo que sin duda era un tregua momentánea a su antipatía, Denki se sorprendió al darse cuenta de que en lugar de la emoción por su éxito lo que sentía era irritación.
Cabezotas.
Al mirarlos supo que no habría argumento alguno que los hiciera cambiar de opinión así que no perdió tiempo con ello. En su lugar tomó una rápida decisión.
—Muy bien, tienen razón, saber más del veneno es importante pero también lo es investigar a Ina. Y esa es una tarea que Shouto no puede hacer solo porque si empieza a cambiar su actitud hacia ella es posible que la mujer termine sospechando así que Katsuki tendrá que ayudar con eso.
—Los registros-
—Lo sé, lo sé —dijo Denki interrumpiendo a Katsuki—. Mis notas médicas. De esas me encargaré yo. No estoy seguro de que el despacho del doctor Yakumo siga intacto, es posible que mi nuevo médico haya tomado mis registros o se haya instalado ahí, lo investigaré y de ser posible me apropiaré de ellos.
—¿Cuánto tiempo crees que vaya a tomarte?
Hasta que el Protagonista vuelva.
—No lo sé, pero te mantendré informado, mientras tanto ustedes se aseguran de que Ina no envenene a nadie más.
Tras eso no había mucho más que decir, tanto Shouto como Katsuki se despidieron y desaparecieron por la ventana uno tras otro mientras Denki se encaminaba hasta su cama donde terminó desplomándose como un saco lleno. Tenía tanto sueño que se durmió sin dejar de bostezar, y despertó apenas minutos después –o al menos así se sintió– ante los golpes continuos en la puerta de su habitación. Se levantó, cansado y adormilado, para quitar la silla que atrancaba la puerta y tardó un momento en reconocer a Saeko.
—¿Qué? —preguntó incapaz de contener otro bostezo.
—Alteza —dijo ella con evidente apuro—, es hora del almuerzo.
—¿Y? —preguntó él—. Puedes traerlo.
—No, Alteza. El almuerzo con su padre. Me han enviado para ayudarlo a arreglarse.
Denki parpadeó y el espanto volvió a él en cuestión de segundos. Se había olvidado por completo de su cita en las dependencias del Emperador.
—Necesito arreglarme.
Saeko lo ayudó a escoger una túnica sencilla sin adornos ni bordados en un color miel suave, una rápida cepillada a su pelo y un lavado de cara lo dejo listo si bien sentía las pestañas pesadas y las irresistibles ganas de ponerse a bostezar. Hicieron el camino hasta las dependencias de su padre, Saeko, el guardia de su puerta y él; ahí el sirviente lo condujo a la misma pequeña habitación de la vez anterior solo que en esa ocasión la mesa tenía bocadillos y un servicio de té. Lo cual era de agradecerse porque Denki se moría de hambre.
Sabiendo que su padre no iba a reunirse con él, Denki examinó con mucho cuidado la tetera caliente, se sirvió una taza y dudó. Examinó la habitación para buscar alguna planta o vasija en la que vaciar su taza de té, pero seguía sin encontrar nada cuando la puerta se abrió y su persona menos favorita en el mundo entró.
—Buenos días, pajarito —saludó Noche arrodillándose justo frente a él.
—Si mi padre está ocupado puedo volver después —dijo Denki en voz alta mirando a la puerta que conectaba con las habitaciones de su padre.
—Tu padre aún duerme —respondió Noche con calma y la misma sonrisa de siempre.
—Entonces no quiero molestarlo, deberíamos dejar esto para más tarde. O, si tanto le molesta almorzar conmigo, podemos omitir los almuerzos por completo. Si alguien pregunta le contaré del maravilloso momento que hemos tenido.
—No vienes para almorzar con tu padre, pajarito —respondió Noche sirviéndose de las bandejas de comida. Le sirvió un tazón de sopa a Denki junto con una porción de bollitos humeantes.
—No tengo hambre.
Noche no le respondió así que Denki mantuvo la mirada en la mesa sin tocar absolutamente nada, casi esperaba que el guardia insistiera pero no fue así. Lo único que deseaba era que su estomago no lo traicionara en voz alta porque en el silencio de la habitación habría sido imposible perdérselo. Tan solo quería terminar con ese almuerzo y perder a Noche de vista, lo cual ocurrió eventualmente.
El guardia se limpió las manos con la servilleta de tela que había en la mesa y comenzó a beberse la taza de té que se había servido. Lo hizo con muchísima calma y aunque Denki seguía con la mirada en la mesa podía sentir los ojos de Noche sobre él –la misma vulnerabilidad de antes, la confusión de no saber lo que el guardia buscaba, la sensación de que eso no era ni siquiera el principio–
Estaba preparándose mentalmente para rehusarse a beber el té y protestar ante cualquier cosa que Noche fuera a decir cuando el guardia devolvió la taza vacía a la mesa.
—Vamos —dijo y Denki no esperó a oír la orden de nuevo antes de seguirlo. Fue un gesto automático que no se detuvo a analizar, lo único que quería era salir y dar una vuelta para estirar las piernas. Y cuando fue obvio que el guardia los estaba guiando de vuelta a su habitación Denki no pudo evitar mirarlo.
—¿Y el jardín?
Eso hizo que Noche se detuviera y lo mirara. Sonreía, pero no la misma sonrisa del almuerzo, esta era una sonrisa victoriosa y satisfecha.
—¿Qué has hecho para merecer una vuelta al jardín?
La pregunta lo tomó por sorpresa y mientras estaba ahí completamente pasmado por ella, Noche lo tomó del codo y lo hizo avanzar.
—Tal vez mañana, si sabes comportarte —añadió Noche con burla.
—Quiero-
Y el resto de la frase murió cuando sintió la presión de los dedos de Noche sobre su codo, no hacían daño, pero eran una advertencia muda. Denki guardó silencio y se dejo llevar de vuelta a su cuarto, hambriento y confuso. Al llegar se encontraron con el guardia que custodiaba la puerta.
—El estómago del Príncipe amaneció delicado —dijo Noche apenas se detuvieron frente a él—, solo beberá té a fin de calmarlo.
Denki abrió la boca para protestar pero los dedos volvieron a enterarse en su codo y Noche se apresuró a interrumpirlo.
—El Príncipe también recibirá visitas hoy en la tarde, así que nada de interrupciones para él hasta ese momento.
Tras eso empujó a Denki hasta su habitación y le sonrió mientras cerraba la puerta.
—Hasta mañana, pajarito.
El estómago de Denki rugió en respuesta.
[...]
NA/
NOTA: Cosas que detesto de WP, que no me envíe notificaciones y que junte palabras en los parrafos. He visto la grosería que hizo en el último parrafo del capítulo anterior y me frusta que cuando lo corrija dejaran de aparecer los comentarios que estaban asociados a ese parrafo. Siguen ahí, pero ya no se ven. AHG
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