Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

2.9. Fraternidad

Título Alternativo: Los hermanos de Denki se preocupan por él.

[...]

Para cuando Ina se apareció en su habitación Denki había recuperado un poco de su compostura; por suerte venía sola así que no tenía que inventarse excusas extravagantes, se limitó a una orden simple.

—Necesito que prepares dos baúles con mi ropa, escoge únicamente túnicas para salir a la calle, nada de mis atuendos de casa. Y añade los accesorios necesarios y todo lo demás.

—¿Va a salir, Alteza?

Denki la miró e Ina comprendió su error.

—Empezaré de inmediato.

—Puedes pedirle ayuda a Saya si lo necesitas.

—No es necesario, Alteza.

Y sin decir más puso rumbo al armario y comenzó con su labor. Denki sabía que podía dejarla trabajar sola, después de Toka era Ina la que estaba familiarizada con la etiqueta de la corte y si bien siempre se la pasaba en la cocina no había duda de que de que estaba preparada para la tarea que tenía entre manos.

Denki salió del cuarto y mientras se dirigía hacia su despacho vio que Izuku y Hitoshi conversaban en voz baja en el pasillo.

—¿Qué sucede? —pregunto al acercarse

—Hola, Denki —respondió Izuku con expresión amable—, ¿te sientes mejor?

—Sí, gracias, lamento haber desaparecido.

—No te preocupes por eso.

—¿Y? ¿Cuál es el problema?

—Mizushima volvió —respondió Hitoshi—, no encontró a Toka en la casa de su hermana. Y tampoco a su hermana.

—¿A dónde fueron?

—Mizushima no se quedó a comprobarlo, sus ordenes eran ir y volver, pero dejo un mensaje con uno de los vecinos para informarle a los dueños de la casa de su visita cuando regresaran.

—Vaya, lo que sea que haya sucedido debió ser grave.

Izuku y Hitoshi intercambiaron miradas y Denki supo que había algo que no estaba considerando.

—¿Qué? —preguntó

—Es extraño —respondió Izuku eligiendo sus palabras cuidadosamente—, que la familia al completo se haya desvanecido sin avisar, especialmente después de que nuestras sospechas redujeran el cerco.

Denki entendió las implicaciones y sacudió la cabeza. Lo habría creído de todos menos de ella.

—No puede ser Toka, es la persona más amable y cariñosa-

—Tras una máscara todos podemos ser así —lo interrumpió Izuku y Denki se apretó los dedos.

—No podemos acusarla sin estar seguros, Izuku.

—Es cierto, tenemos que asegurarnos. Me gustaría que me permitieras enviar a Mizushima a buscarla al pueblo, que pregunte por ella en los negocios que visita cuando sale. Y de ser posible que busque si tiene algún novio o conocido fuera.

—Sí, claro, me parece una idea excelente, ¿qué harás tú?

—Iré a la casa de su hermana para interrogar a los vecinos.

—Necesitarás ayuda.

—Lo mejor es no llamar la atención.

—Aizawa puede enviar gente para ayudarte, sabe ser discreto.

—Sí, debemos hablar con Aizawa, pero dudo que sea sensato retrasar más mi partida —y tras decirlo miro a Hitoshi.

—No voy a dejar al Príncipe solo.

—No estoy solo —añadió Denki que entendió el problema—, Neito está aquí y Sombra está con él. Estaremos bien hasta que vuelvas. Ve y dile a Mizushima lo que tiene que hacer, después buscas a Aizawa.

Dio la impresión de que Hitoshi iba a protestar, apretó los labios y miró a Izuku como si lo culpara de la orden, pero terminó asintiendo y se marchó hacia las dependencias de los sirvientes.

—¿De verdad crees que sea ella? —pregunto Denki cuando se quedaron solos

—Es una posibilidad que no podemos descartar y por eso es de vital importancia que resolvamos nuestra duda lo antes posible.

—Tienes razón, ve, yo me quedaré aquí —no es como si pudiera ir a ningún lado.

Izuku asintió, dudó y finalmente se enderezó frente Denki.

—Él es así.

—¿hm?

—Lo que dijiste antes, sobre nuestro padre.

"Creo que mi padre no me quiere"

—ah, eso —repitió Denki al recordar—, no me hagas caso. Soy dramático por naturaleza.

—No, no lo eres. Y esa es la cuestión. Nuestro padre, el Emperador, posee un carácter voluble y es difícil de complacer. De todos sus hijos el único que consigue conmoverlo es su primogénito, el Príncipe Heredero, pero el resto de nosotros...

Izuku dejo la frase incompleta sin dejar de sacudir la cabeza. Denki sabía que la actitud del Emperador había hecho que el Protagonista se jurara nunca ser como él, lo había vuelto noble y gentil en un intento por distanciarse del hombre iracundo que no solía mostrar afecto por él, pero gracias a la novela también sabía que inconscientemente Izuku buscaba la aprobación de su padre y que le dolía recordar las largas tardes en el regazo de su madre donde ella le juraba que crecería para enorgullecerlo.

—Estoy seguro de que él está orgulloso de ti —dijo Denki en voz baja—. Mírate, te has hecho a ti mismo y has logrado algo que solo un puñado de personas consigue. Eres un guerrero de la Academia, el mayor honor que puede obtenerse. ¿Cuántos de ustedes se graduaron a tiempo?, ¿cuántos de ustedes sobrevivieron a todas sus pruebas? No cabe duda de que a nuestro padre le gustaría tenerte a su lado, si bien creo que él entiende que no vas a quedarte.

<¡Felicidades! Atributo especial desbloqueado: Amistad>

Izuku lo miraba con una expresión amable y abierta que delataba el efecto que sus palabras habían tenido sobre él.

—Gracias, Denki —respondió en un susurro—. No sabía que necesitaba oír eso.

—Me alegra haberlo dicho, quisiera hacer más por ti especialmente cuando tú has decidido ayudarme sin otra razón más que tu buen corazón.

—Eres mi hermano, si bien nunca tuvimos oportunidad para conocernos, así que no tienes nada que agradecerme. Encontraremos a la persona que está haciendo esto y mientras tanto no dejes que el dolor y la ira del Emperador te aplasten. Recuerda que no siempre fue así, mi madre... mi madre solía decir que el dolor lo hizo así. Ella lo recordaba con cariño.

—¿Y que lo hizo cambiar?

—La muerte de su Emperatriz —respondió Izuku mirándolo a la cara—. Yo solo tenía tres años cuando ella murió, pero mi madre solía mencionarla. Decía que era una mujer única con una belleza incomparable, todos decían que su pérdida causo un profundo dolor en su esposo.

Perder a alguien no justifica que seas un bastardo con tus hijos, Izuku.

—Te prometo que no me daré por vencido —el Protagonista asintió y se dio la vuelta, pero antes de que pudiera alejarse Denki tuvo una corazonada—. ¡Izuku! Espera. Te haré una pregunta que te parecerá rarísima pero por favor contéstame con honestidad. Si tuvieras que enlistar a tus tres aliados más importantes, ¿quiénes serían?

—¿Mis aliados?

—Sí. Los tres más significativos.

—¿En el mundo?

—¿ah?... hmmm, no, en el palacio. Aquí.

—Entonces creo que serían Hizashi, Aizawa y Hakamata, ¿por qué?

Denki parpadeó y entonces balbuceó la primera respuesta que se le ocurrió.

—Para saber a quién pedirle ayuda.

—En ese caso la respuesta es más fácil: Aizawa. Hizashi es nuestro tío pero suele pasar mucho tiempo fuera del Palacio y es difícil encontrarlo cuando se le necesita. Hakamata es confiable, pero requiere de la autorización del Emperador para tomar decisiones. En cambio, Eraser siempre está aquí, es uno de los pilares sobre el que se erige el trono del Emperador, no encontrarás a nadie con mejor posición para ofrecerte ayuda.

—Gracias, Izuku.

Con eso el Protagonista se marchó y Denki suspiró aliviado.

Bueno, la lista de Izuku tiene sentido. Hakamata estuvo a cargo de su educación y de que tuviera los maestros apropiados. Hizashi fue quien lo apoyó emocionalmente tras la muerte de su madre; de hecho, gracias a él Izuku se hizo amigo de Aizawa, quien eventualmente sugirió su nombre para tomar el examen de la Academia. Ellos eran los únicos que recibía noticias del Protagonista. Ninguno de ellos creyó en la acusación contra Izuku, pero terminaron cediendo ante las pruebas. ¿Será uno de ellos el aliado que pierde Izuku?, ¿pero perder en qué sentido? ¿traición o muerte?

—¿Has terminado con tu berrinche? —fue el recibimiento de Neito apenas Denki entro en el despacho y el tono afilado lo devolvió a la realidad.

—Hola a ti también, Neito. Me sorprende ver que sigues aquí —se giró hacia Sombra que permanecía absolutamente quieta, sentada en la posición de loto, cerca de la puerta—. Hola, Sombra. ¿Necesitas algo?

—No hables con ella sin mi permiso.

Denki lo ignoró.

—Tú no necesitas permiso para hablar conmigo, ¿de acuerdo, Sombra? Si necesitas algo me lo dices a mí o mis sirvientes, e intentaremos complacerte.

—Sombra —dijo Neito con expresión irritada— ve a dar una vuelta y déjanos solos.

La muchacha obedeció y se marchó ofreciéndole una breve reverencia a Denki.

—No les hables con familiaridad —añadió Neito.

—¿Por qué no?

—Porque eso los confunde. No están aquí para ser amigos tuyos, están aquí para protegerte.

—¿Y no pueden hacer las dos cosas a la vez?

—¿Cómo podrías ser su amigo sabiendo que algún día morirán por ti?

Denki evocó la tensión ante la idea de perder a Shinsou y entendió por fin porque su tío, Neito y el resto se mostraban tan reacios a su costumbre de tratar a Fantasma con demasiada familiaridad.

—El riesgo a morir existe independientemente de si somos sus amigos o no así que me gustaría conocer a la persona que pasa su vida cuidándome, y de ser posible ofrecerle mi amistad y confianza. Si ellos cuidan de mí me esforzaría por devolverles el favor y cuidar de ellos según mis posibilidades.

<¡Felicidades! Atributo especial desbloqueado: Fraternidad>

Denki se sobresaltó ante el anuncio e intentó adivinar qué parte de su discurso había provocado esa reacción en Neito cuando el muchacho emitió un suspiro cansado.

—Suenas como él.

—¿Cómo quién?

—Como el necio de nuestro hermano, él también trata a su sombra como familia en lugar de un guardia. Apenas lo tuvo con él se lo llevó a las barracas a entrenar, tomó la mala costumbre de sentarlo a su mesa, de pedirle su opinión en todo y en general de olvidarse quién era. Hizo que las comidas se volvieran insoportables porque nuestro padre no quería tenerlo en la mesa y el estúpido insistía en ello. Pero no te confundas, que él pueda salirse con la suya no significa que tú también puedas.

Denki asintió lentamente. En la novela el autor había tenido muchísimo cuidado de nunca nombrar al Príncipe Heredero, y como estaba escrita desde el punto de vista de Izuku todos se referían a él por su título dejando en claro el respeto y afecto que le tenían.

¿Será raro si me refiero a él por su título? Espero que Neito pueda decirme su nombre.

—¿Hace cuánto que no lo ves?

—Se largó hace ocho meses, si el asunto con los emisarios Ame sale bien volverá finalmente a casa, aunque si fuera su decisión se aseguraría de posponer su regreso.

—¿No le gusta vivir aquí?

—No quiere que nuestro padre comience a sugerirle fechas para la boda. Todos quieren verlo casado e instalado y con hijos tan pronto sea posible, pero como no hay prisa en que asuma el trono el tontaina tiene excusa para quedarse lejos. Y su ausencia ha provocado que los carroñeros ronden a nuestro padre esperando una oportunidad para lucirse.

—¿Carroñeros?

—Sí, has estado socializando con uno de ellos.

—¿Ah?... ¡ohhh! no le digas así, se llama Izuku y es tu hermano.

—No estamos seguros de ese parentesco.

—Es el hijo del Emperador.

—Ni siquiera se parece a él.

—Y el mundo lo agradece.

Neito no respondió a eso y Denki suspiró sospechando que la conversación había terminado. Para distraerse comenzó a husmear en la pila de libros que había en la mesa y se entretuvo con un glosario de animales.

—Sobre lo que dijiste —añadió Neito de pronto—, sobre nuestro padre, creo que eres injusto con él.

—¿Yo soy injusto? —respondió Denki sin alzar la vista.

—No se trata de que no te quiera, simplemente no estás acostumbrado a tratar con él.

—Siempre grita.

—Debe hacerlo para que la gente lo escuche.

—Y la forma en que te habla.

—Solo es duro cuando no cumples con sus expectativas, pero siempre lo hace en privado porque su intención no es humillarte. Quiere hacer de ti lo mejor.

Denki alzó el rostro. —¿Alguna vez te ha pegado?

—¿Esto es por el golpe que te dio en la cena de la otra vez?

—No me des una pregunta por otra pregunta, ¿lo ha hecho?

—Una vez, cuando tenía doce años, cometí el error de hacer el estúpido con él. Mi padre me abofeteó cuando empecé a quejarme de las confianzas que Hidashi se tomaba, pero Mirio se enfadó con él y se puso enfrente, discutieron durante horas y después de eso se cancelaron las comidas familiares. Ahora es raro cuando nos sentamos todos a comer.

Mirio, ¿eh? Bonito nombre.

—¿Solo te ha pegado una vez?

—Sí, igual que a ti.

No, estoy seguro de que en esa cena me tocó dos veces

—Tampoco me gusta cuando tira las cosas.

—¿Por qué? No le hace daño a nadie y es su manera de expresar su frustración.

Denki se frotó la barbilla y sintió un repentino ramalazo de pena por Neito que parecía haber crecido con la idea de que el comportamiento de su padre era perfectamente normal. Y de cierta forma tenía sentido pues Neito también había crecido sin una madre, tal vez de ahí venía su repudio por las concubinas de la corte. El único que parecía haber cuidado de él era su hermano mayor, un hermano que tampoco seguía la etiqueta y que tampoco apreciaba el carácter explosivo del Emperador.

—Además —añadió Neito—, es difícil.

—¿El qué?

—Mirarte.

—Ey, no soy feo.

—...es difícil mirarte porque te pareces a ella.

Tercera persona que me la menciona hoy, ¿qué es esto? ¿el día de las madres? Aunque admitiré que empiezo a tener curiosidad por esta mujer.

—¿Recuerdas a tu madre, Neito?

—Por supuesto que recuerdo a nuestra madre. Tenía dos años cuando ella murió, pero recuerdo que solía leerme todas las noches, que solíamos salir al jardín todas las mañanas incluso cuando su estómago no le permitía sentarse, y que se reía al sentir que te movías. Aparentemente te movías mucho.

Neito se quedó callado con la vista fija en el libro. Denki estuvo a punto de dejarlo en paz hasta que una lucecita se prendió en su cabeza.

—¿Te enfadarás si te pido que me hables de ella? —preguntó.

—Si quieres más detalles tendrás que hablar con el tontaina, tiene más memorias para compartir.

—Bueno, pero ya que él no está, ¿puedo preguntarte a ti?

Neito rodó los ojos, pero lo hizo mientras apartaba el libro que leía.

—¿Qué quieres saber?

Tras meditarlo concienzudamente, Denki le preguntó: —¿Es cierto que le gustaban los pájaros?

—¿Quién te dijo eso?

La respuesta de Denki fue sonreír.

[...]


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro