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2.8 Recuperación

Título Alternativo: Denki necesita meterse bajo las cobijas.

[...]

El traqueteo del palanquín empeoró su dolor de cabeza, el latido se había extendido hacia la parte posterior como un gorro que ejercía presión contra su cráneo. Denki se frotó los ojos, la frente, el puente de la nariz y las mejillas.

En este momento mataría por un Advil.

Cuando finalmente se detuvieron Denki aceptó la ayuda de Shinsou para bajar y después despidió a los dos soldados que se marcharon cargando con el palanquín hasta la parte trasera de la casa. Era costumbre que después de entregarlo volvieran a las barracas a continuar con sus labores.

—¿Qué sucede, Alteza? —pregunto Shinsou, de pie junto a él con su expresión solícita.

—Busca a Toka. Dile que quiero hablar con ella.

Shinsou obedeció y Denki se quedó de pie en la entrada de la casa intentando no vomitar; y era extraño porque no había comido en todo el día, era imposible que tuviera algo en el estómago intentando escapar. Tenía que ser el estrés que había convertido su cabeza en un corazón punzante.

Entró y se quitá los zapatos; estaba considerando seriamente en irse a la cama cuando Saya se apareció en el pasillo.

—¡Alteza! Bienvenido de vuelta, tiene visitas.

—¿Visitas?

—Están en el salón pequeño.

Oh, por favor que no sea una de mis vecinas.

Pero no era. Quienes estaban ahí eran Aizawa, Izuku y, sorprendentemente, Neito, cuya guardia sombra permanecía en una esquina tan inmóvil como una estatua. Era imposible adivinar quien había llegado primero, pero a Denki le basto dos segundos de conversación para entender que si Neito estaba compartiendo mesa con Izuku y se mostraba civilizado era únicamente porque la otra persona en la sala era Aizawa.

—Es un generosa invitación, Alteza —decía Aizawa—, pero no asisto a eventos sociales.

—Una decisión comprensible, pero lo cierto es que necesitas salir y conocer a la corte que proteges. Muchos nobles quieren tener una palabra contigo.

—Lo siento, Alteza, mis responsabilidades son varias y me resulta imposible encontrar tiempo para actividades recreativas.

—Bueno, siempre podemos tomar el té.

—¡Hola, Denki! —saludo Izuku al reparar en su presencia— ¿Dónde está Fantasma?

—Fue a buscar a Toka —respondió Denki componiendo la mejor sonrisa que pudo mientras cruzaba la habitación para arrodillarse junto a la mesa. Saya no perdió tiempo y se marchó con el servicio de té vacío, seguramente con intención de traer más—. No sabía que vendrían hoy, lamento haberlos hecho esperar.

—Nada de eso —respondió Izuku—, había olvidado por completo tu almuerzo en el palacio y vine sin avisar. Pero tu mayordomo fue extremadamente cortés al dejarme entrar.

—Mizushima sabe que me visitas con regularidad y te conoce, no tiene razón para echarte —especialmente si utilizas ese encanto que tienes—. Espero que no te aburrieras estando solo.

—Oh, para nada, esta ha sido una oportunidad para conocerlo a él y a Saya, que tuvo la amabilidad de servirme té.

Mira nada más, ¿has ocupado tu mañana en interrogatorios inofensivos, Protagonista?

—Me complace oír que mis sirvientes te atendieron adecuadamente, Izuku. He de suponer que Aizawa llego después de ti.

—Así fue, Alteza.

—Y yo llegue al último —añadió Neito con expresión imperturbable—, hace tan solo un momento. Fue sorprendente enterarme que has tenido la suerte de contar con excelente compañía y que nunca me has invitado para charlar.

—Lo siento, Neito —pero no voy a discutir contigo—, supuse que estabas ocupado con la fiesta de bienvenida y todo lo demás.

—Siempre puedo disponer de tiempo para mi pequeño hermano.

Aja.

—Muy generoso de tu parte, pero cuéntame, ¿cómo van los preparativos?

La pregunta estaba destinada a conseguir que Neito se lanzara en un monologo ininterrumpido que le permitía a Denki no tener que pensar ni fingir. Se quedó ahí sin oír la conversación y con los ojos fijos en la mesa mientras su cabeza no dejaba de latir. Era un dolor denso que parecía expandirse a lo largo de todo su cuero cabelludo, se imaginaba tocando su nuca para masajearla pero inevitablemente terminaba pensando en el pequeño cráneo emplumado que había tocado con la punta de su dedo.

Alguien le tocó el codo y su reacción instintiva fue saltar, encogerse, apretar las manos contra su regazo y mirar con expresión de pánico hacia su costado. Saya lucía tan espantada como él.

—Lo siento, Alteza —dijo ella—, no era mi intención... no quise... dejare la tetera aquí.

Denki no encontró palabras para consolarla, cerró los ojos e intentó calmar el latido desenfrenado de su corazón. El nudo en su pecho parecía haberse agrandado y lo sentía en la garganta.

—Alteza

Reconoció la voz de Shinsou y cuando abrió los ojos vio que su guardia lo observaba con una expresión inquieta, aparentemente había vuelto justo a tiempo de verlo perder la compostura. Y no era el único, su sobresalto no había pasado desapercibido y todas las personas de la mesa lo miraban.

—¿Qué pasó? —preguntó Aizawa con voz calmada.

—Nada —respondió Denki forzando una sonrisa— ¿En qué estábamos?

—Denki —dijo Izuku— ¿Qué sucede?

Denki se frotó la nariz con la intención de tomarse un momento para pensar. ¿Qué podía decirles? Obviamente contarles de su mañana estaba fuera de discusión pues no estaba listo para tomar una decisión. Eso descartaba el asunto de: 'Noche mató un pájaro y me hizo sentir como un chiquillo aterrado'. Tampoco podía decirles 'Voy a casarme con un tipo que no conozco y que probablemente me considere como un mueble en su casa' porque además del Sistema, el Emperador le había prohibido hablar de ello.

Y hablar del veneno era imposible con Neito presente; aun en su ausencia tampoco podía sincerarse con ellos sobre: 'Me preocupa que Shinsou se muera así que no quiero que se acerque al laboratorio del doctor Yakumo', en primera porque era una creencia infundada para alguien que no conocía el futuro –como Denki– y porque con seguridad haría que Shinsou tratara de aliviar su preocupación metiéndose en problemas.

De sus inquietudes reales no quedaba nada que pudiera contarles y como no quería mentirles Denki buscó en lo más profundo de su corazón hasta encontrar una verdad que pudiera compartir con ellos. Abrió los ojos, miro la mesa y fue completamente honesto cuando dijo:

—Creo que mi padre no me quiere.

Nadie tuvo una respuesta para eso; Denki no la esperaba y pese a ello el silencio solo agrandó el nudo dentro de él.

<¡Felicidades! Atributo especial desbloqueado: Compasión>

La notificación solo lo hizo sentir peor. Se obligó a tomar aire y cuando alzó los ojos les ofreció una sonrisa cansada y carente de alegría.

—Me temo que en este momento soy la peor persona para tener de compañía. Tendremos que posponer esta reunión para un mejor momento —y de inmediato se giró hacia Shinsou— ¿Dónde está Toka?

—No está en la casa, Alteza.

—¿Salió? No es su día libre.

—Mizushima dice que solicito permiso para ir al pueblo, aparentemente recibió una carta y quiso ir a ver a su hermana. No ha vuelto.

—¿A qué hora se fue?

—Poco después del desayuno.

—Bueno, envíalo a buscarla. Si la familia de Toka se encuentra en problemas que Mizushima me notifique de inmediato, veamos si podemos ayudar en algo.

—Muy bien, Alteza.

Denki emitió un suspiro largo y se frotó la frente con vigor.

—Entonces, ¿posponemos nuestra charla para otro día?

Vio que Aizawa e Izuku intercambiaban miradas y supo que ellos querían encontrar una excusa para quedarse. Neito tampoco parecía tener intenciones de marcharse porque seguía bebiendo su té como si nada.

No puedo con ustedes ahora, por favor, por favor...

¿Te sientes mal, Denki? —pregunto Izuku

—Me duele la cabeza, es todo.

—¿Has comido algo fuera de lo ordinario?

—No he comido nada en todo el día.

—¿No fuiste a almorzar con nuestro padre? —intervino Neito

Denki abrió la boca para decirle que el Emperador no había querido almorzar, pero se acordó de la restricción del Sistema y en su lugar tomó aire.

—Necesito un momento —dijo e inmediatamente se puso de pie y se marchó con dirección a su habitación pues era el único lugar a dónde podía huir.

Sin desnudarse se metió bajo las cobijas y cerró los ojos; solo quería un momento para lidiar con su dolor de cabeza, un momento para controlarse y devolver un poquito de sentido a su entorno. Se había acostumbrado a tener el control de su pequeño universo y había olvidado que existía una persona que tenía el control de su vida. Tampoco conseguía digerir la idea de que en el futuro sería su esposo la persona que tomaría las decisiones por él.

Voy a cambiar una prisión por otra.

La idea pareció convertirse en otra placa de presión sobre su cabeza.

No pienses en eso, Denki, no pienses en nada. Uno dos tres. Uno dos tres cuatro cinco seis. Uno dos tres cuatro cinco seis siete ocho nueve...

Y aunque no tenía intención de dormirse lo que siguiente que Denki supo fue que estaba encogido abrazado a su almohada y que alguien había despejado las cobijas cerca de su cabeza para asegurarle aire fresco. Supuso que la misma persona le había quitado su pasador porque tenía el pelo suelto y cuando enderezó la cabeza vio el broche en el borde del mueblecito junto a su cama.

—Alteza.

—Hola, Hitoshi —respondió Denki dejando caer la cabeza y el pelo revuelto contra las sábanas tibias— ¿Qué hora es?

—Media tarde.

Denki sacó una mano de su capullo de cobijas y Hitoshi obedeció la orden. Se arrodilló a un costado de la cama y murmuró en voz baja.

—¿Aún le duele la cabeza, Alteza?

—No, ya no —respondió Denki apartándose el pelo de la cara—, pero tengo hambre.

—Me encargaré de eso.

—No planeaba dormir.

—Está bien, Alteza, lo necesitaba.

—¿Mizushima ha vuelto?

—No, pero aún es temprano.

—¿Y mis invitados?

—Aizawa tuvo que marcharse, pero prometió volver más tarde si no recibía noticias suyas. El Príncipe Izuku se entretiene intercambiando sugerencias culinarias con las sirvientas.

—¿Las interroga?

—Muy sutilmente.

—¿Y Neito?

—El Segundo Príncipe se encuentra en el estudio, leyendo.

—Supongo que tengo que ir a verlos.

—Solo si lo desea, Alteza.

—Creo que primero comeré —respondió Denki tras meditarlo cuidadosamente, lo dijo apartándose el pelo de la cara, el cual insistía en volver a cubrirle los ojos. Hitoshi asintió, y antes de marcharse lo miró una vez más.

—Lamento que la reunión con su padre no cumpliera con sus expectativas.

—Fue tan obvio, ¿eh?

—¿Hay algo que pueda hacer para ayudar?

Denki no tuvo que pensarlo mucho.

—No dejes que te pierda de vista.

La sonrisa de Hitoshi fue diminuta, un gesto cálido que hizo crecer su corazón. Cuando el pelo volvió a su cara fue Hitoshi quien lo apartó con mucho cuidado, Denki lo miro a los ojos maravillándose una vez más del asombroso color de sus ojos.

<¡Felicidades! Atributo especial desbloqueado: Ternura>

—Traeré su comida, Alteza.

Con eso Hitoshi se apartó de la cama y se marchó; Denki enterró la cara entre las sábanas, respiró hondo y sonrió. Deleitándose con la sensación que en ese momento lo inundaba, Denki disfruto de un momento de paz antes de recordar lo acontecido esa mañana. Ahora que se sentía a salvo, descansado y sin pánico, estaba listo para volver al mundo. Sin perder tiempo abandonó el lecho y se dio a la tarea de cambiarse y peinarse.

Reconocía que el asunto con Noche lo había tomado con la guardia baja, y la tensión de tener que lidiar con el humor explosivo del Emperador había terminado por derribar el resto de sus defensas. Iba a tener que mejorar en su juego si quería lidiar con esos dos, pero antes de pensar en cómo enfrentarlos tenía que tomar una decisión. Y no quería apresurarse porque había aprendido que el Sistema tenía la mala costumbre de guardarse cosas que no consideraba relevantes, como el sacrificio de Fantasma.

<Sistema, dijiste que al mes tengo quince preguntas, ¿tengo que usarlas todas al mismo tiempo o puedo reservarlas?>

<Puedes usarlas como mejor te parezca, pero una vez que el mes inicie se perderán aquellas que no hayas usado>

<De acuerdo. El Sistema anterior me dijo que el color de mis ojos no iba a ser un problema, ¿mintió?>

<No>

<¿Y por qué hay gente hablando de eso?>

<Porque ahora forma parte de tu historia, en la nueva Trama se sugiere que tu nana mintió sobre el color de tus ojos y cualquier persona que los haya visto antes pensará que se equivocó>

<¿Es importante?>

<Es parte de la trama del Príncipe>

<Y sobre la decisión que tengo que tomar, ¿hay alguna diferencia entre ambas opciones?>

<Esta respuesta contiene spoilers de la trama>

Denki chasqueó la lengua, <¿cuál es la consecuencia inmediata de cada una?>

<Esta respuesta contiene spoilers de la trama>

Irritado, terminó de cepillarse el pelo justo a tiempo para recibir a Hitoshi, que volvía con su bandeja de comida. Mientras devoraba el arroz y las verduras cocidas, Denki se entretuvo pensando en la decisión que le pedía el Sistema.

No hablar de lo que ocurrió en esa habitación.

Dos eventos habían sucedido entonces, la conversación con el Emperador incluía su mal genio, el compromiso y la mudanza al palacio. Iba a ser inevitable hablar de la mudanza, y el compromiso se sabría eventualmente, le sorprendía la prohibición cuando en la novela el Tercer Príncipe se la pasa hablando de él.

Aunque solo se lo mencionaba a Izuku..., de hecho, Izuku no mostraba mucho interés por el prometido.

A diferencia de Neito, quien había reaccionado muy violentamente ante la idea.

<Sistema, ¿quién más sabe del Prometido?>

<Esta respuesta contiene spoilers de la trama>

<No me puedes decir nombres, bien, en la versión original ¿cuántas personas dentro de los límites del palacio sabían sobre el Prometido?>

<Cinco personas incluyendo al Príncipe>

Si no es un tema de conocimiento general tiene sentido que no quieran darlo a conocer... mmm... pero volviendo a nuestro asunto, la conversación con el Emperador no contiene eventos que sean problemáticos. Al menos no a primera vista. Así que todo se reduce a decidir si quiero delatar a Noche. Lo cuál sería un sí absoluto sino fuera porque su actitud no tiene sentido. ¿Por qué fue a buscarme? ¿por qué hablar de mi madre? ¿por qué matar al pájaro?

No se había esperado un acto tan cruel de alguien que en la novela apenas si se mencionaba. El hombre era descrito como el leal guardia del Emperador y aunque sus apariciones no eran llamativas o memorables siempre parecía tener una sugerencia pertinente o una respuesta calmada. Izuku nunca interactuaba a solas con él así que era imposible saber si este comportamiento era normal.

Me llamo pajarito justo después de matar a uno. ¿Es su manera de decirme que también me puede matar? ¿está intentando decirme que él está detrás del envenenamiento? Pero él no sabe que yo sé sobre el veneno, ¿verdad? ¿o lo sabe y está intentando ponerme a prueba? ¿quiere intimidarme? ¿y si es así por qué?, ¿por qué ahora? Por qué por qué por qué.

—¿Cuál es el problema?

Denki alzó los ojos y se encontró con que Hitoshi lo observaba desde su lugar al otro lado de la mesa.

—¿Eh?

—Tiene el ceño fruncido, Alteza.

Denki se tocó automáticamente la frente y después suspiró.

—Dime, Hitoshi, si tuvieras que tomar una decisión cuyas consecuencias desconoces, ¿cómo harías para escoger la mejor?

—Mejor en qué sentido.

Denki parpadeó. —¿Y si no sé qué es mejor?

—Bueno, es imposible conocer todas las consecuencias que una decisión genera, decides en base al problema en sí: La decisión que genere menos conflicto, la que sea menos dolorosa, la que te lleve por el camino más rápido, o la que te permita aprender independientemente de las dificultades.

—¿Y si tampoco lo sé?

—¿Por qué no lo sabría, Alteza? Son sus decisiones, solo usted puede conocer las ventajas y desventajas de cada una.

¿Lo son?

—Gracias, Hitoshi. Creo que estoy listo para salir, pero antes ¿te importaría ir a buscar a Ina?

—Por supuesto, Alteza.

Hitoshi tiene razón, si fueran mis decisiones yo sabría la diferencia entre ambas, pero no lo son. Son las decisiones que el Sistema escogió para mí. El Sistema cuya misión principal es asegurar el bienestar del Protagonista.

<Sistema, ¿alguna de estas decisiones afecta de manera negativa a Izuku?>

<Si>

<¿No deberíamos escoger entonces la que no lo hace?>

<No>

<¿Por qué?>

<Porque si bien una de esas decisiones le hace daño a cambio recibe un nuevo propósito y desbloquea otro objetivo personal. Lo ayuda a crecer, forma parte de su viaje.>

<¿Puedes decirme qué decisión es la que le hace daño?>

<No. Tus decisiones deben pertenecerte, solo así construirás tu relación con este mundo>

Una excusa muy conveniente. Veamos, si el Sistema dice daño... mmmm <¿Es Noche peligroso para Izuku?>

<Noche no es un enemigo natural del Protagonista>

<¿Y entonces cuál es el daño que recibe Izuku?>

<La pérdida de un aliado>

Oh, dios mío, <Sistema, ¿mi decisión arriesga la vida Fantasma?>

<No>

<¿Y entonces de quién?>

<Lo siento, has alcanzado el máximo de tus preguntas mensuales>

<¿Qué? ¡No!>

<Quedo en espera de tu decisión y mientras tanto te recuerdo que no puedes hablar de lo acontecido en el Palacio>

<No diré nada sobre Noche>

<Tampoco puedes mencionar la mudanza>

<Pero tengo que mudarme mañana, ¿cómo-? ¿Sistema? ¡Dijiste que tenía dos días! ¡¿Sistema?!>

¡Mierda!

[...]

n/a

Y ahí están las letras chiquitas del contrato.

¡Ah! Es la segunda vez que Denki se mete a su cama tras una visita con el Emperador, a este paso la gente va a empezar a poner excusas para no vaya a verlo. ¡Excelente inicio de semana para todos, nos leemos!

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