Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

2.7. Compromiso

Título Alternativo: Las obligaciones del Príncipe alcanzan a Denki

[...]

Denki se apartó de ahí y puso rumbo a la puerta. O mejor dicho echo a correr hacia la puerta sin detenerse a mirar atrás.

—¿A dónde vas? —preguntó el Emperador cuando Denki salió al pasillo evitando por centímetros estrellarse contra él.

La expresión enfadada de su padre lo saco de su trance, su presencia lo ayudó a empujar las palabras que se habían quedado atoradas dentro de él. Levantando un dedo acusador, Denki señaló hacia atrás, hacia donde Noche emergía tras el biombo.

—¡Mató al pájaro! —dijo y su voz se alzó estridente— ¡Lo sujetó y lo mató!

Los ojos del Emperador fueron de Denki a Noche y de vuelta, después se giró hacia el sirviente que lo acompañaba.

—Vete —ordenó y el sirviente se apresuró a obedecer; después miro a Denki—. Entra.

—¡Mató-!

El resto de la oración murió cuando la mano del Emperador se alzó contra su mejilla. Pese a ser un golpe sin fuerza, Denki notó el ardor en su piel y eso consiguió sacudirlo lo suficiente para ayudarlo a controlar su pánico.

—¡No se grita en mi presencia! —dijo el Emperador mirándolo con expresión iracunda— Y tampoco se señala. ¿No te han enseñado modales?

Denki bajó los ojos y entrelazó las manos frente a su estómago en un intento por controlar el temblor de éstas; cuando habló de nuevo se aseguró de modular su tono hasta convertirlo en un susurro quedo.

—Lo siento, padre. Me disculpo por mi comportamiento, pero Noche ha matado a uno de tus pájaros.

—¿Qué pájaros?

—Los pájaros que eran de mi madre. Las aves de plumaje dorado que tienes guardadas aquí.

No podía verle la cara así que no supo cuál era la expresión del Emperador al oír su afirmación, y cuando su padre habló de nuevo su voz tampoco dejaba transmitir su estado de ánimo.

—¿Qué dices a eso, Noche?

—Me temo que el Tercer Príncipe posee un corazón susceptible al escándalo.

—¡ERES-! —dijo Denki con ira, alzó los ojos a tiempo de ver como la cabeza del Emperador giraba hacia él con la misma expresión iracunda y su respuesta instintiva fue retroceder y atenuar su tono—. Fue un acto cruel.

—La muerte sin duda es cruel —respondió Noche.

Denki lo miró con el ceño fruncido.

—Tú lo mataste —dijo

—Solo seguía sus instrucciones, Alteza. Tal vez haya olvidado que fue usted quien quería sacarlo de la jaula.

—Eso no-

—Si el Príncipe no es capaz de responsabilizarse por sus decisiones tal vez no debería tener derecho a tenerlas.

—¡Y tú-!

—¡Basta!, los dos. Noche, ¿qué pasó con el pájaro?

—Me temo que está muerto.

—¿Qué Pasó?

—Son aves frágiles, Majestad, fue un accidente.

—¿Un accidente?

—Así es, y me disculpo por ello, Majestad. Intenté complacer al Príncipe y las cosas no salieron como esperaba.

—Tú —añadió el Emperador mirando a Denki— ¿Querías sacar al pájaro?

—Lo dije, sí, pero no-

—Suficiente. Si fue tu idea debes tomar responsabilidad por ella, ¿está claro?

—¡No fue así! —respondió Denki con furia.

<Esta es una primera advertencia. No puedes antagonizar contra el Emperador>

—¿Querías o no sacar a los pájaros?

—No quería hacerles daño.

—Pero los querías fuera —insistió el Emperador.

Denki abrió la boca y los miró a ambos con la misma expresión incrédula. Podía sentir que la indignación se revolvía furiosa dentro de él pero también supo que en esa habitación, frente a esas dos personas, sería imposible defenderse. Entonces, pese al enfado y la ira, se mordió la lengua, bajo la cabeza y se pellizco las manos.

—Bien —suspiró el Emperador—. No quiero oír más sobre este asunto. Vete, Noche, hablaremos después.

—Como ordene, Majestad.

Denki se apartó de la entrada y retrocedió con el corazón latiéndole en la garganta mientras Noche salía. Lo último que vio antes de que la puerta se cerrara fue la sonrisa confiada en el rostro del guardia.

—Siéntate —ordeno el Emperador apenas se quedaron solos.

Aun temblando y con el estómago tenso, Denki se arrodillo frente a su padre. La comida en la mesa se había enfriado y ninguno de ellos parecía tener intenciones de comer. Denki mantuvo las manos en el regazo y dejo que el silencio gobernara la sala. Intentó olvidarse del crujido y el silencio. Intentó olvidar la imagen del ave muerta en el suelo.

Cuando la tensión se volvió insoportable, Denki luchó por recomponer sus pensamientos. Tomó aire y alzó los ojos.

—Yo-

—Vas a casarte.

La declaración tomó a Denki por sorpresa que no se esperaba ese tema.

—Ah...

—Los preparativos se han hecho y la propuesta está bajo consideración —dijo el Emperador sin mirarlo—. Debo aclarar que nadie más sabe de esto y tienes prohibido ¡prohibido! decírselo a nadie. ¿Lo entiendes?

No había otra respuesta más que un dócil: —Sí.

—Hizashi los ha convencido de venir a conocerte aunque ese no será el motivo oficial de su visita. Oficialmente vendrán para discutir un posible tratado mercantil.

Eso sacudió a Denki porque en la novela original no se mencionaba nada parecido, lo que significaba que ese era otro de los cambios de la Trama.

—Así que tu trabajo —continuó el Emperador— será asegurar este matrimonio.

—¿No está confirmado? —pregunto Denki sin poder evitarlo.

—Su familia lo ha aceptado, ellos ganan una alianza y un contrato comercial, pero la decisión final le corresponde a este primogénito, de ahí la visita. Deberás demostrarle que no causarás problemas y que no planeas ser un incordio. No quiero oír ninguna queja sobre ti, ¿está claro?

—Sí, señor.

—El matrimonio será una formalidad, mantendrás tu título pero renunciarás a tu derecho al trono. Te irás a vivir a su casa y él dispondrá de ti.

—¿Podré visitar-?

—Eso será decisión de tu esposo.

—Mis sirvientes-

—También es decisión suya.

Denki asintió.

—Escúchame bien —dijo el Emperador y Denki inclinó aún más la cabeza y enfocó su atención en un punto en la mesa—. Este matrimonio nos garantiza apoyo militar, un aliado poderoso y la apertura de nuevos mercados, bajo ningún motivo estoy dispuesto a perderlo. La mitad del trabajo está hecho y lo único que tienes que hacer es demostrar que sabes quedarte callado.

—Lo haré.

—Te hago responsable por cualquier fallo en el éxito de esta empresa. Quiero tu mejor comportamiento y nada de estupideces. Todos somos conscientes de tus limitaciones, y siendo que no eres una mujer que pueda proporcionar un heredero lo único que se te pide es mostrar una pizca de sentido común para asegurarle a tu esposo que serás un bonito mueble en su casa.

—Si él no me quiere-

—No te querrá, ha aceptado tomarte como concubino y eso quiere decir que no tendrás decisión ni opinión dentro de su casa. Para él y su familia este matrimonio es una transacción, tan simple como eso y lo único que desean es asegurarse que su compra no va a darles dolor de cabeza. Y tú no harás eso, ¿verdad?

—No, señor.

—Bien. Mientras estén aquí no quiero oír comentarios sobre tu mala salud o sobre tu pésima condición pues no necesitan saber de tus imperfecciones, en lo que a ti respecta cualquier rumor sobre tu enfermedad son exageraciones.

—Como ordene, señor.

—Siendo que oficialmente no vienen a verte a ti va a ser imposible que puedan visitarte en tu casa, por ende, tendrás que mudarte al palacio temporalmente —Denki se tensó—. He mandado a preparar una de las habitaciones en el segundo piso en el ala este y te quedarás ahí mientras tengamos visitas. Si alguien pregunta te limitaras a explicarle que ayudas a Neito con su fiesta.

—Dudo que Neito quiera mi ayuda.

—Entonces evitarás estorbarle.

—En cuanto a mi casa-

—Tu mayordomo se queda a cargo y el sirviente que te acompañe será instalado con el resto de la servidumbre.

—Fantasma-

—En mi palacio la seguridad está a cargo de Noche y mientras estés aquí tu Sombra se queda bajo sus órdenes, él decidirá dónde se requiere vigilancia. No debería tener que decirlo pero solo yo concedo los permisos para acceder a los pisos superiores, así que ninguno de tus sirvientes puede pasar más allá de las zonas comunes, asegúrate de aclarárselos.

Denki asintió, empezaba a dolerle la cabeza pero mantuvo su expresión impasible. Esperó un poco y cuando fue claro que el Emperador no tenía nada más que añadir se armó de valor.

—Sobre mi castigo.

—¿Qué pasa con él?

—¿Podré...? —se atragantó con la saliva y titubeó— ¿Podré salir del palacio?

—¿Para ir a dónde?

A dónde yo quiera pensó Denki con exasperación, pero no encontró el ánimo para expresarse en voz alta. En su lugar se retorció las manos y buscó las palabras apropiadas.

—Sería agradable salir a pasear.

—El doctor dice que tu estado vuelve a ser delicado.

—El doctor es optimista-

—Eso no fue lo que me dijo a mí. Y dudo que sea sensato arriesgar tu salud, no con la visita de tu prometido tan cerca. Tendrás permiso para salir a los jardines una hora toda las mañanas, el resto del tiempo te quedarás dentro del palacio.

—Pero... pero mi prometido encontrará raro que no tenga permiso para salir.

—¿Y quién se lo va a decir? ¿Tú?

—No, por supuesto que no, pero... él podría preguntarse por qué no salgo.

—Le dirás que no te gusta salir.

Denki no supo que decirle.

—Pero —gruñó el Emperador con fastidio— si a nuestro invitado le interesa salir y llevarte con él, tendrás permiso para acompañarlo. Solo con él.

—De acuerdo.

—Eso es todo. Haz venir a tu mayordomo y entrégale la lista de las cosas que debe traerte.

—¿Me voy a quedar desde hoy? —pregunto Denki repentinamente alarmado pues esperaba tener un par de días para hacerse a la idea. En su sorpresa se enderezó y se enfrentó a la expresión irritada de su padre.

El Emperador estudió su cara fijamente como si acabara de notar a la persona que estaba frente a él. Sus ojos recorrieron el rostro de Denki, desde la barbilla angosta hasta el borde de pelo y finalmente se detuvieron en sus ojos. Para Denki fue clarísimo el momento en que la irritación se transformó en abierta hostilidad y de un golpe el Emperador barrió con uno de los platos de la mesa que fue a estrellarse al suelo donde se hizo añicos regando su contenido por el suelo.

—Cuando nuestros invitados estén aquí —masculló el Emperador con furia— asegúrate de tragarte las preguntas estúpidas. Si no has entendido lo que tienes que hacer-

—Lo entendí, padre-

—¡Cállate! No quiero oír tus excusas. No quiero escucharte balbucear. Este compromiso es importante, ¿puedes o no puedes hacerlo?

—Puedo.

—En ese caso haz traer a tu mayordomo y asegúrate de preparar el vestuario apropiado para recibir a nuestros invitados.

Denki inclino la cabeza y apeló a su tono de mostrador, que era como llamaba a la voz que usaba cuando tenía que atender las quejas de los clientes cuando en su vida anterior trabaja en el restaurante.

—He entendido todas las indicaciones de Su Majestad, y lamento haber formulado mi pregunta de forma tan imprudente. Me disculpo. Debí haber comprendido que Su Majestad había hecho los preparativos para mi mudanza inmediata, fue mi error. Mi única intención era solicitarle permiso para volver a casa a preparar los baúles con mi ropa, quiero revisar las cosas que traigo conmigo. Si Su Majestad me lo permite volveré mañana a primera hora apenas termine de arreglar los detalles de mi traslado y de asegurar las ordenes necesarias para mis sirvientes. Lamento profundamente molestarlo con esta situación, y me someto enteramente a su benevolencia.

No alzó los ojos y no se movió aunque una parte de él quería voltear la mesa y salir corriendo.

—Te quiero instalado mañana a primera hora y con el menor alboroto posible.

Tras su orden el Emperador se marchó. Al oír que los pasos se alejaban, Denki apoyó los codos en la mesa, enterró la cara entre sus manos e intentó recomponerse. La conmoción que había sentido ante la muerte del pájaro se había convertido en un nudo de espinas que presionaba contra su corazón insistentemente. No había podido hacer nada. Se acordaba del crujido y del silencio y especialmente del plumaje tibio que la punta de su dedo había tocado justamente antes de que el pájaro se muriera.

Y no quería acordarse de nada de eso. No quería sentirse como un niño inútil cuando hablaba con su padre. No quería estar ahí, no quería mudarse ahí y ciertamente no quería tener que volver a ver a las dos personas que lo habían hecho sentir miserable con una simple conversación. En ese preciso momento lo único que quería era volver a su casa, meterse en su cama y dormir hasta olvidarse de todo.

Pero no podía. Tenía un papel que cumplir; así que tomó aire, se frotó el rostro con firmeza y observó con pena la comida que se había quedado en la mesa.

<¡Felicidades!> repiqueteó la voz del sistema <Has llegado a la segunda bifurcación de la Trama>

<¿Segunda?> repitió Denki con sorpresa <¿cuál fue la primera?>

<Cuando decidiste ofrecerle una misión al Protagonista; ahora es momento de volver a tomar una decisión>

<¿Por qué?>

<Para mantener el futuro invariante debemos evitar las ramificaciones incontroladas de ciertos eventos. Las decisiones generan restricciones u objetivos que ayudan a minimizar los cambios que crees en la historia>

<¿Y cuál es la decisión que debo tomar?>

<¿Hablaras con el Protagonista de lo ocurrido aquí o decidirás guardar silencio?>

<¿Hablar con Izuku de mi conversación con el Emperador?>

<De todo lo acontecido en esta sala>

Denki se acordó del pájaro muerto.

<Si decido no decirle a Izuku, ¿aún puedo decírselo a alguien más?>

<No>

<¿Aunque esa persona guarde silencio?>

<La respuesta sigue siendo no>

<No podré decirle a nadie sobre lo que sucedió aquí, ¿nunca?>

<Deberás guardar silencio hasta que la restricción desaparezca o el objetivo se cumpla>

<¿Y cómo sé cuál es la decisión correcta?>

<Ambas son igualmente válidas>

<¿Qué pasa si escojo la que arruina la vida de Izuku?>

<Nunca te presentaríamos una decisión capaz de cambiar el destino del Protagonista, estas decisiones están hechas para moldear los eventos que lo rodean>

La decisión parecía fácil, pero Denki no deseaba apresurarse, no cuando su cabeza no dejaba de punzarle.

<¿Tengo que decidirlo ahora?>

<Sería preferible, pero dadas las circunstancias tienes dos días para pensarlo. Si durante ese tiempo mencionas cualquier evento ocurrido en esta habitación, asumiremos que esa es tu respuesta y procederemos con ella, ¿está claro?>

Denki emitió un murmullo de conformidad, después abandonó la habitación dejando que fueran los sirvientes los encargados de recoger. Bajó por las escaleras hasta encontrar a Shinsou que lo esperaba en el mismo lugar donde lo había dejado.

—¿Alteza?

—Vámonos —respondió Denki pasando junto a él.

Y solamente cuando estuvo a salvo, oculto tras las cortinas del palanquín, fue consciente de lo mal que se sentía. Su dolor de cabeza se había convertido en un latido constante que sentía palpitar tras sus ojos, le dolía la mandíbula por el esfuerzo que había hecho de apretar los dientes y la irritación se había convertido en un burbujeo acido en la parte superior de su estómago.

Esto de callarme la boca va a ser más difícil de lo que había pensado, pensó Denki masajeándose el puente de la nariz. Era probable que su malestar estuviera escrito en toda su cara e iba a tener que mejorar si no quería que eso se convirtiera en otro motivo para enfadar a su padre.

[...]

n/a

Decisiones y decisiones:

Decirle a Izuku sobre el pájaro muerto va a requerir mucho tacto porque no puede mencionar el compromiso (órdenes del Emperador).

Y no decirle a Izuku sobre el pájaro muerto es mantener el extraño comportamiento de Noche fuera de la vista pública.

Así pues, ¿cuál escogerían?

Tal vez algunos consideren que es una decisión obvia. Y ahora que han decidido, les doy una pista extra: Una de estas decisiones conduce a la muerte de un personaje. ¿La decisión sigue siendo obvia?

Veamos como le va a Denki. ¡Nos leemos!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro