2.5 Tríada
Título Alternativo: Hasta que alguien menciona el azúcar.
[...]
—No entiendo —dijo Denki tras guardar silencio— ¿Esté grupo me quiere muerto o no?
—Es más complicado que eso, Alteza —respondió Aizawa
—Pues quiero que me lo expliques porque esto no tiene sentido. Creí que había un asesino, tal vez uno de mis sirvientes descontento, tal vez alguno de mis vecinos, o incluso alguien en la corte que desea el título de Tercer Príncipe para su hijo, pero no me esperaba un grupo de asesinos al por mayor.
—Es posible que exista un único asesino, pero en ocasiones los Asesinos Negros trabajan en pares si la situación lo requiere.
—¿O sea que podría haber más de uno?
—Es un riesgo que estamos evaluando.
—Pero sigue sin quedarme claro, ¿qué son los Asesinos Negros?
—Es difícil describir a su grupo —dijo Izuku— es una organización que se mueve en las sombras y cuyos nuevos reclutas son escogidos directamente por sus integrantes con el fin de evitar que su secreto se dé a conocer. No son un grupo que debamos tomar a la ligera.
—¿Y estamos seguros de que este grupo es el responsable del veneno?
—Le escribí a Momo, mi compañera en la Academia, preguntándole sobre cualquier veneno que sea capaz de dejar un rastro rojo. Yo sabía que ellos eran una opción, pero quería asegurarme que no hubiera otro registro conocido.
—¿Y no lo hubo?
—No, los únicos que tienen acceso a ese veneno son los miembros de dicha organización.
—Bueno, ¿y por qué estos asesinos me quieren muerto?
—Si ellos lo quisieran muerto-
—Ya te oí, Aizawa, pero es que no tiene sentido que haya un grupo de asesinos profesionales intentando matarme. En primera porque sigo vivo, eso no habla muy bien de ellos, y en segunda porque no se me ocurre ninguna razón para que haya alguien detrás de mí.
Los tres se miraron y Denki supo que ellos habían tenido la misma discusión.
—¿Qué dijimos de no guardar secretos? —dijo— A ver, hablen. Cuáles son las conclusiones.
—Hay varias —respondió Izuku
—Hasta el momento todas siguen siendo suposiciones —rebatió Aizawa
—Alguna de ellas tiene que ser cierta.
—Basta, no peleen, solo díganme.
—Hay tres teorías —respondió Izuku—. La primera de ellas es que realmente estén detrás de ti. La segunda ya te la había dicho: Tú no eres el objetivo y simplemente hubo un error que ahora están tratando de eliminar.
—¿Cuál es la tercera?
—Que el objetivo final no seas tú.
—Entonces qué, ¿soy el primer paso?
—Precisamente. Eres una prueba. Debemos considerar que este veneno no te ha matado, lo que resulta una contradicción absoluta con la naturaleza de este grupo. Tal vez este "veneno" sea una versión diferente o nueva con un tiempo de acción retardado.
—¿Y por qué probarlo conmigo?
—Porque eres el más vulnerable.
—Y porque a diferencia de sus hermanos —añadió Aizawa—, resulta más fácil controlarlo.
Denki asintió en silencio y no por primera vez lamentó no haber leído el resto de las novelas, no sabía si alguien más moría víctima de una enfermedad parecida y estaba dispuesto a intercambiar todo su guardarropa por cinco minutos en alguno de los foros con spoilers y teorías de la saga.
—Entonces —dijo tras una breve pausa—, ¿la intención final es atacar a la familia real?
—Lo cierto es que desconocemos las intenciones del grupo, Alteza —respondió Aizawa—. Si esto es obra de los Asesinos Negros, y aun no estamos completamente seguros de que lo sea, es probable que no estén trabajando solos, que existe alguien que paga por sus servicios pues ellos solamente trabajan por contrato. No obstante, solo los involucrados conocen los detalles de su objetivo y dentro de su código esta no delatar a su empleador. Eso complica nuestro trabajo.
—¿Por qué?
—Porque aun cuando detengamos a la persona que lo esté envenenando eso no significa que podamos señalar a la persona que pagó por sus servicios.
—Pero habremos detenido al asesino, ¿no?
—A uno de ellos, Alteza. Tenemos que detener a la cabeza de este complot o de lo contrario podría intentarlo de nuevo.
—¿Eso significa que ya saben quién me está envenenando?
—Debe ser uno de los sirvientes, Alteza —dijo Shinsou
—¿Quién?
—No parece haber un culpable inmediato —intervino Aizawa—. He enviado a mis hombres para investigar en el pasado y la vida de cada uno de ellos, pero debemos ser cautelosos. Es posible que este grupo este prevenido y si alguien se aparece preguntando por los antecedentes del asesino, inmediatamente inicien los preparativos para la retirada.
—¿Retirada?, ¿es decir que se irán?
—Después de matarte —respondió Izuku
O de matar a Shinsou.
—¿Y por este grupo es la urgencia por entrar en el laboratorio del doctor Yakumo?
—Si el doctor Yakumo trabajaba para el grupo de los Asesinos Negros es probable que haya pistas que podamos utilizar.
—Pero si trabajaba para ellos, ¿por qué matarlo?
—Porque dejaste de tomar tu medicina. La persona que te vigila debió darse cuenta, debió haber informado. Si lo hizo, el doctor Yakumo se convirtió en un eslabón débil que había que eliminar.
—Bien, pero entonces él trabajaba con la persona que está suministrando el veneno.
—Sí, es probable que el doctor fuera el punto de contacto entre el envenenador y el traidor.
—¿Traidor? —repitió Denki
—Sí, Alteza —dijo Aizawa—. Nuestro traidor es alguien poderoso y es probable que sirva en la corte del Emperador.
Madre mía, pensó Denki, pero no porque el traidor fuera un personaje secreto que tuviera suficiente dinero para poner a un clan de asesinos en su contra sino porque acaba de comprender que el traidor y el envenenador eran individuos distintos. Personas distintas, objetivos distintos. Joder.
"¿Por qué tengo tres objetivos con la misma persona?" le había preguntado al Sistema, y este se había negado a responder su pregunta porque la respuesta era una revelación en sí misma. Y eso solo podía significar que también había un asesino completamente diferente a los otros dos. Tres personas. Tres objetivos. Tres peligros.
—No se preocupe, Alteza —dijo Shinsou cuando Denki se quedó callado, víctima de la sorpresa y el asombro—. Antes de proceder con la captura de nuestro envenenador, nos aseguraremos de ponerlo a salvo.
Denki tomó aire. No podía decirles que había una persona extra que no estaban considerando, pues esa era información prohibida, pero debía existir alguna forma de sugerirlo.
Para hacer tiempo miró a Aizawa: —¿Has hablado con el Emperador?
—No, Alteza.
—¿Por qué?
—Porque si realmente nos enfrentamos al grupo de los Asesinos Negros, lo primero que debo hacer es asegurarme que acudir con el Emperador no resultará en una catástrofe.
—Y por eso no podemos esperar más tiempo —dijo Izuku—. Entrar en el laboratorio del doctor es una prioridad que no debe posponerse.
—Tenemos que esperar a la fiesta —insistió Denki que pese a todo no planeaba arriesgarse.
—Para entonces podría ser demasiado tarde.
—Solo si se trata del grupo ese, lo cual sigue estando en duda.
—Es Aizawa quien conserva la duda, yo no.
Maldita sea, Protagonista.
—No debemos precipitar nuestras conclusiones —dijo Aizawa
—Tampoco podemos esperar —discutió Shinsou y eso provoco que los tres se enfrascaran en una discusión sobre las evidencias y sus sospechas.
Denki los ignoró. Era obvio que el asunto con los Asesinos Negros había provocado que todos se tomaran el asunto con extrema urgencia, lo cual se agradecía, pero ponía en riesgo la trama.
Tenemos a un traidor, un asesino, y un envenenador. Y además estaba el doctor Yakumo. Maldita sea, son muchas personas solo para tratar conmigo. Esto no tiene sentido porque el Tercer Príncipe ni siquiera era importante así que no hay razón para que alguien intente matarlo.
La única teoría que tenía sentido era que estuvieran utilizando al Tercer Príncipe como conejillo de indias, y Denki seguía sin poder creérselo.
—Pero de dónde viene —dijo en voz alta y su voz consiguió detener la discusión en la mesa.
—¿Dónde viene qué, Alteza?
—El veneno —respondió Denki—, de dónde viene el veneno, Aizawa. Si el doctor Yakumo ya no está debe haber alguien más que sepa prepararlo, ¿no?
—Por eso necesitamos entrar a su oficina —dijo Izuku—, solo así podremos averiguar cómo lo administran.
—Creí que al ser un veneno era lógico que estuviera en la comida.
—Así es, tiene que ser algo que solo tú consumas porque entre más personas estén en contacto con el veneno es más probable que alguno pueda detectar el origen. Ellos no pueden arriesgarse a dejarlo al alcance de otros, por eso todos nos hemos dado a la tarea de acompañarte en cada comida. Sin embargo, he comido y bebido lo mismo que tú sin presentar síntoma alguno. Fantasma ha hecho lo mismo y Aizawa también.
Denki lo pensó cuidadosamente.
—No todo —dijo—, a mí me gusta beber mi té con azúcar.
—¿No crees que lo hemos comprobado? Fue la primera sugerencia de Fantasma; de hecho, se aseguró de cambiar la azucarera que te traían.
—¿De verdad? —preguntó Denki con sorpresa porque ni siquiera se había dado cuenta de eso.
—Así es, Alteza. Guardo un frasco de reserva para hacer el cambio durante las comidas y la compruebo con regularidad para evitar que alguien intente alterarla.
—Nuestro envenenador es una persona inteligente —aseguró Aizawa—, es capaz de suministrar el veneno de manera indetectable y con el Príncipe siendo el único afectado. ¿Cómo lo hace?
—Siendo que esta persona pertenece al grupo de Asesinos Negros —respondió Izuku— debemos suponer que tienen un método especial para suministrar el veneno. Bebemos el té de la misma tetera y nuestra comida proviene de la misma fuente, pero ninguna de ellas ha resultado dañina para nosotros. Si está en la comida, ¿cómo garantizan que sea Denki quien la consume?
—Tal vez el Príncipe sea vulnerable al veneno —dijo Shinsou—, aun si nosotros no presentamos síntomas tras ingerirlo una vez, no podemos descartar que en realidad esté en alguno de los platillos que consume.
—No hay pruebas —insistió Izuku
—No todos los venenos dejan rastro —añadió Aizawa
—He hecho la prueba de la pasta, no hubo rastro rojo en mí. No he estado en contacto con el veneno, y estoy seguro de que ustedes tampoco.
—Tal vez es la cantidad como dice Shinsou, si está en el azúcar-
Pero al ver que Izuku sacudía la cabeza en negación, Denki dejo morir la sugerencia.
—La cantidad no importa —dijo Izuku— es imposible ocultar por completo un rastro.
Y para confirmar sus palabras se sirvió más té, le pidió a Fantasma la azucarera que las sirvientas habían llevado y añadió exactamente las mismas cucharadas que Denki.
—Esto es demasiado dulce para mí —dijo Izuku tras beberse la mitad de un trago, hizo una cara y se bebió el resto.
—¿Dulce? —dijo Denki, sorprendido.
Pero Izuku no le prestó atención porque en ese momento saco otro paquetito de pasta, tomó la mitad y procedió a metérselo a la boca. Masticó con calma sin alterar su expresión, lo cual sorprendió a Denki que recordaba su sabor asqueroso. Al final se distrajo cuando la puerta se abrió repentinamente y Toka saludó con la misma formalidad de siempre.
—Alteza, ha llegado un mensaje para usted.
—¿De quién?
—De Su Majestad, el Emperador.
Y ese qué quiere ahora.
Toka obedeció cuando Denki le pidió que se acercara y después de entregarle el pequeño sobre sellado permaneció ahí esperando una orden.
—¿Han vuelto Ina o Saya? —preguntó Denki mientras jugueteaba con el sobre
—No aún, Alteza, pero no deben tardar.
—Bien, avísame cuando lleguen, y... eh, trae más té, Toka, también prepara más bocadillos para nuestros invitados.
—Muy bien, Alteza.
Eso la tendrá ocupada al menos hasta que las otras vuelvan, pensó Denki al verla salir. Se giró hacia Izuku que en ese momento escupía la pasta en su envoltura de hojas para inmediatamente después comenzar a enjuagarse la boca.
Denki abrió el sobre y el corazón se le encogió al leer su contenido.
—¿Cuál es el mensaje, Alteza? —pregunto Aizawa
—Una invitación al palacio para el almuerzo de mañana.
—Son buenas noticias, entonces. Tal vez el Emperador haya decidido levantar su castigo.
Denki lo esperaba aunque la perspectiva de volver a ver a su padre le causaba malestar.
—Tal vez sea el momento indicado para presentarle nuestras sospechas en privado —añadió Aizawa.
—Dijiste que no querías hablar con él hasta no estar saber si era seguro hacerlo.
—Si yo solicitara una audiencia en privado con él no cabe duda que llamaría la atención, pero no habrá alerta si el aviso proviene de su parte, Alteza.
—Si la ocasión se presenta se lo diré —dijo Denki aunque no planeaba hacerlo.
Volvió a mirar a Izuku que en ese momento escupía el agua de color transparente demostrando que la azúcar no era peligrosa.
—No importa la cantidad, si yo consumiera una sola pizca de veneno la pasta mostraría un rastro rojo.
—Tal vez sea momento de reemplazar a los sirvientes —respondió Shinsou
—Hacerlo sería perder nuestra oportunidad para encontrar al culpable —dijo Izuku haciendo una mueca ante el sabor residual de la pasta—, y además eso no garantiza que las cosas vayan a mejorar. Por el contrario, eso alertaría a nuestros enemigos. Lo que debemos hacer es monitorear de cerca la comida.
—Ya lo hemos hecho.
—Tenemos que ser más precavidos. Usaremos como excusa al doctor, él ha dicho que debemos controlar la dieta de Denki, así que reduciremos el menú a unos cuantos platillos cuyo sabor no sea llamativo, eso hará destacar el veneno. Shinsou estará a cargo de la supervisión.
Discutieron otra vez sobre los detalles y Denki se distrajo leyendo una vez más la nota. En realidad, más que una invitación, el mensaje era una simple forma de solicitar su presencia en el palacio. Era corta y simple y estaba escrita con una letra sobria que carecía de afecto.
Denki tenía ganas de esconderla o quemarla y simplemente decir 'no, gracias'; pero sabía que era imposible negarse. Iba a ver a su padre y según las instrucciones del Sistema debía tratar de no enfadarlo.
No pudo evitar acordarse de la última vez que estuvo con él y al hacerlo se estremeció.
Lo mejor será que cierre la boca cuando lo tenga enfrente.
Aunque si el Emperador estaba listo para levantarle el castigo, Denki le mostraría lo amable y respetuoso que podía llegar a ser.
—¿Qué novedades tienes de tu maestro Ishiyama?
El brusco cambio de tema sacó a Denki de sus ensoñaciones, y antes de que pudiera preguntarle a Aizawa qué hacía, la puerta volvió a abrirse y Toka entró llevando otro servicio de té. Mientras Izuku respondía, Toka recogió la tetera vacía y dejo la nueva acompañada de varios platitos que incluían huevo de pescado, rollitos de arroz y verduras encurtidas.
Como dictaba la etiqueta Toka le sirvió primero al Príncipe, después a Aizawa y finalmente a Izuku. Denki esperó hasta verla marchar y cuando Shinsou se levantó para asegurarse que realmente se iba, tomó la tetera y sirvió la taza de Shinsou.
Izuku probó el té y le dio un asentimiento de conformidad, después pareció dudar.
—¿Qué sucede? —pregunto Denki
—Nada, solo he pensado que tal vez debamos hacer una prueba uniforme —respondió y finalmente añadió dos cucharadas de azúcar antes de volver a probarlo—. Muy dulce —dijo, pero no hizo ademán de apartar su taza.
Aizawa lo imitó, probó el té, añadió dos cucharadas y bebió una vez más.
—¿Dulce? —preguntó Denki al ver su cara impasible.
—Tolerable, Alteza.
Shinsou fue el tercero en probar el té, añadir azúcar y probar otra vez.
—¿Te gustó? —preguntó Denki.
—Está bien, Alteza.
Tras eso retomaron el ritual que Izuku había impuesto. Entre los tres probaron cada bocadillo por separado y al finalizar dividieron el resto de la pasta en tres partes. La masticaron en silencio con las mismas expresiones serias, y cuando se enjuagaron la boca cada uno de ellos exhibió el resultado ante el resto: Agua común y corriente.
El ritual se había repetido invariante desde el día posterior a que Izuku llegara para hacer la prueba de la pasta. Sin importar quien estuviera con Denki a la hora de la comida, su deber era asegurarse que sus alimentos estuvieran completamente libres de veneno, y solo entonces Denki tenía permitido comer.
Lo primero que Denki hizo fue probar el té; arrugó la nariz ante su amargura, se sirvió exactamente dos cucharadas de azúcar como el resto y volvió a probarlo. No pudo evitar torcer la boca.
Ni dulce ni nada, esto sigue sabiendo amarguísimo, pero no hizo ademán de acercar otra vez la azucarera. Era obvio que ese grupo prefería lo amargo por encima de las cosas que sabían bien.
—Tanta azúcar te hará daño —dijo Izuku en tono afectuoso al ver su cara insatisfecha.
Denki le sacó la lengua.
—Y a ti la amargura terminará por hacer que te arrugues
Izuku se rio e incluso Shinsou escondió una sonrisa.
—Es momento de que me vaya, Alteza —dijo Aizawa y Denki lo despidió con afecto.
Izuku se quedó el resto del día haciéndole compañía. Salieron a leer al jardín, charlaron hasta que la tarde refresco y disfrutaron de una cena temprana otra vez en el salón. Pese a que Izuku y Shinsou se aseguraron de vigilar su comida, Denki volvió a experimentar la pesadez y el cansancio que siempre notaba conforme transcurría el día. En momentos como ese, cuando se empezaban a dolerle las articulaciones, le daba por sospechar que en realidad sí, el Príncipe poseía una constitución débil y enfermiza.
Tal vez en realidad si estoy enfermo.
Después de todo el resto comía lo mismo que él y no enfermaban. La idea lo hacía enfadar porque recordaba lo saludable y energético que se había sentido mientras practicaba para el festival y le resultaba intolerable sentirse cansado a todas horas.
Es demasiado temprano para irse a dormir.
Pero al final dejo de revolverse en su cama y se alisto para descansar, debía hacerlo si quería estar listo para su segunda reunión con el Emperador.
[...]
notas:
Y el misterio del azúcar... ¿se ha resuelto?
La cuestión está en que la gente de este mundo no bebe el té con azúcar, y Denki no lo sabe ya que nunca se menciona en la novela. Hace varios capítulos Aizawa se sorprendió de probar el té con miel antes de decirle a Denki que no era común beber el té dulce, y Denki supuso que solo se refería al Clan Sombra cuando en realidad Aizawa estaba tratando –muy sutilmente– de explicarle que es raro en términos generales aunque al final terminó cediendo porque se dio cuenta que Denki se ha pasado toda su vida encerrado y no está familiarizado con la etiqueta. En términos simples el té con miel es aceptable para quienes están enfermos, pero los hombres lo beben simple y solo los niños/las doncellas lo beben con azúcar, por eso Neito se burla de Denki.
Y sí, noten la ironía, cuando lo visita Neito endulza su té solo para burlarse, pero Denki no se da cuenta y supone que es normal. Sus vecinas lo encuentran adorable y como ellas también consumen azúcar –son mujeres después de todo– Denki no se da cuenta de que es raro.
Que Denki consuma azúcar es una de esas cosas que se pasan por alto ya que él es un príncipe, aunque si lo hiciera fuera de su casa seguramente habría gente que lo vería raro pese a que es poco probable que alguien diga nada; por suerte cuando ha ido de visita no suele haber azúcar en la mesa.
Pero pasemos a una pregunta que seguramente se habrán hecho. ¿Hace cuánto que Shinsou sospecha del azúcar? Bueno, casi desde que Denki compartió su miedo al veneno. No lo vemos porque Denki no es consciente de ello pero Hitoshi siempre está al pendiente de lo que el Príncipe come. Si recuerdan, en capítulos anteriores Denki menciona en algunas ocasiones que cuando Fantasma prepara el té nunca le pone azúcar y se da a entender que nunca le pone la azucarera cerca. Denki no se queja y se lo bebe, está amargo pero es tolerable.
Y ahí está el punto ciego en toda esta situación: Denki no está acostumbrado al té de ese mundo y sin importar quien lo prepare o de dónde provenga siempre hará una mueca aunque nunca se quejará en voz alta porque supone que es normal. Por eso la azúcar es importante, porque hay ocasiones en que el té está demasiado amargo y Denki necesita ponerle –muchísima– azúcar para poder beberlo porque aparentemente si le pone un par de cucharadas la cosa no endulza. Ahora la pregunta que queda en el aire es: ¿es el té?, ¿hay algún té en particular?, y mi respuesta será recordarles que todos bebieron de la misma tetera. No puedo decirles más.
¿Cómo administran el veneno?, preguntarán. Y mi respuesta será: Eso es exactamente lo que Izuku y el resto están intentando averiguar. Aunque a mi me encanta escuchar teorías.
Oigo por ahí que alguien está pensando: 'Ok, Denki no está familiarizado con el té de ese mundo, pero el príncipe original sí lo estaba, ¿no notó él algo raro?' Y mi respuesta sería: Tengo una escena sobre eso, pero como no estoy segura de si podré ponerla como un -extra- les diré esto. El Príncipe despreciaba a Fantasma y en su dolor solo encontraba tranquilidad siendo cruel, ¿qué mejor castigo que compartir sus sospechas para torturar al que debería haberlo cuidado? Al final las dudas de Fantasma sobre la muerte del Príncipe lo condenaron y la culpa de su fracaso impidió que nuestro Sombra luchara por su inocencia. Que diferente habría sido si el Príncipe Original hubiera decidido confiar en Fantasma.
Por último, este veneno no es alguno conocido porque muchos son compuestos químicos y/o son mortales o extremadamente agresivos. Que haya mostrado un rastro rojo significa simplemente que fue creado por alguien, así que podríamos clasificarlo como "artificial/sintético" que es el otro origen que puede tener un veneno.
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