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1.7. Rutina

Título Alternativo: Denki y su vida como muñeca inútil.

[...]

El problema con estar enfermo y débil es pasarse el tiempo durmiendo.

En su vida anterior Denki no podía ponerse enfermo porque tenía trabajo que hacer y no había nadie que cuidara de él; ahora no tiene ese problema, pero pasarse horas confinado a una cama es una pesadilla absoluta.

Despertar, moverse al sillón, desayunar con Fantasma, cepillarse el pelo y aprender a trenzarlo, matar el tiempo flexionando sus extremidades en un intento por dejar de temblar cada vez que se levanta, dormir, comer, hacer más flexiones, dormir, mirar el techo, cenar y dormir.

Su vida es una pesadilla.

Para no enloquecer decide concentrarse en una meta más sencilla y es simplemente poder levantarse de la cama sin ayuda, también se prohíbe volver a pararse frente a un espejo porque cada vez que ve su cara de mapache se angustia, y cuando descubre que puede bloquear su 'pantalla de avance' de inmediato lo hace ya que se pone frenético al pensar en como los días van desapareciendo como gotas de rocío que caen lentamente.

Es horrible pasarse la vida metido entre cuatro paredes.

La cosa mejora un poco cuando Hakamata cumple su parte del trato y le envía un puñado de libros, por desgracia muchos de ellos son gruesos volúmenes de filosofía. A Denki le gusta leer pero las discusiones filosóficas y la cuestiones espirituales le resultan aburridas, así que hurga entre los textos hasta que encuentra uno de historia.

Es un volumen denso que habla sobre la familia Imperial, una larga cronología de los antepasados del príncipe y sus logros. La redacción es pesada y densa, sigue quedándose dormido a media lectura, pero al menos ya no lo hace mirando el techo.

Los libros están escritos en un lenguaje raro, no en el idioma de su mundo anterior, pero puede entenderlo en su mayor parte. Lo que no puede hacer es escribirlo correctamente. Una rápida pregunta al Sistema le informa que el príncipe abandono sus estudios debido a su enfermedad y su nivel es más bien deficiente.

Bueno yo también deje mis estudios así que no me voy a enojar con él.

Ciertamente es una ventaja porque así no tiene que cohibirse cuando no sabe una palabra, basta girarse para preguntarle a Fantasma que no tarda en aprender a identificar cuando Denki está lidiando con algo que no entiende y siempre tiene la respuesta al momento de recibir la pregunta.

Denki procura entretenerse con los libros mientras espera por su comida, en esos primeros días su estómago solo consigue aceptar raciones pequeñas de comida, lo cual resulta oportuno porque solo recibe un tazón pequeño de arroz, una diminuta porción de papilla dulce, y Fantasma le lleva cada día una bolsita de fruta y un panecillo. Pese a lo poco que come su salud empieza a mejorar, no necesita mirar su 'pantalla de avance' ya que lo nota en los pequeños detalles de su rutina diaria: Deja de quedarse dormido a todas horas y se limita a tomar una siesta por las tardes, no termina exhausto después de bañarse, puede levantar cosas sin que le tiemblen las manos, no se marea cada vez que se endereza, y empieza a tener más hambre.

El día que Denki consigue levantarse sin ayuda y caminar con muchísimo cuidado el espacio que separa la cama del diván no puede evitar reírse mientras eleva los delgaduchos brazos hacia el cielo. Entonces se arma de valor y decide activar una vez más su 'pantalla'. Se concentra únicamente en la barra de salud que ahora marca 382, ignora el resto y vuelve a bloquearla.

Al menos ya no me queda duda que esa sopa iba a matarme lentamente.

Siguen tirando la medicina en el jarrón ornamental que Fantasma vacía y lava todas las noches cuando hace su ronda de vigilancia, y hasta el momento sigue funcionando. Denki está listo para fijarse su siguiente objetivo cuando vuelve a recibir una visita.

Las sirvientas entran después del desayuno para limpiar la habitación, Denki abandona su lectura forzada y las mira trabajar. No hay mucho que hacer porque desde que decidiera dejar la cama, las sirvientas se aseguran de arreglarla mientras él desayuna, y las cortinas siempre se mantienen abiertas durante el día dejando entrar la luz clara del exterior.

Otra diferencia es que el pesado aroma a enfermedad ha empezado a desvanecerse gracias a las veces que las ventanas se han abierto para airear la habitación, ya no es necesario encender puñados de incienso para ocultar el aroma a rancio.

Denki sigue vistiendo sus camisolas largas y blancas porque no le ve el sentido a vestirse cuando va a quedarse metido en su cuarto, pero la trenza que cuelga sobre su hombro ha sido creación suya, la manta que tiene en el regazo la ha escogido él mismo y las almohadas en el diván las ha cargado él desde la cama. Le gusta creer que tiene el aspecto pulcro y limpio de un muchacho que ha escogido quedarse en su cuarto a holgazanear en lugar de recordar que está demasiado débil para moverse afuera.

Al verlo sentado en el diván con un libro en su regazo todo el séquito de médicos se queda momentáneamente anonadado e inmediatamente después sus voces estallan y todos comienzan a intercambiar teorías, alabanzas y júbilo. De las pocas frases que Denki capta al vuelo, dos cosas le quedan inmediatamente claras: Una, que todos parecen creer que la sopa consiguió lo que no había conseguido el resto de los medicamentos que el príncipe Denki había estado probando durante años, y dos, que el príncipe Denki había estado enfermo durante años.

Espera un momento, ¿cuánto tiempo llevaba enfermo?, tiene que ser mucho si se recluyó aquí cuando su salud se volvió demasiado frágil, pero aún entonces recibía visitas, ¿no?, y después tuvo que dejar sus estudios cuando su salud empeoró, y sin embargo todavía falta para que termine muerto. No puede ser, sabemos que no hay ninguna enfermedad y sabemos que la sopa iba a matarlo, ¿cómo es que ha estado enfermo durante todo este tiempo?

<Eh, Sistema, ¿cuándo fue la primera vez que el príncipe probó la sopa que me están dando a mí?>

<...>

<Vamos, puedes decírmelo, no tiene mayor relevancia>

<La primera vez que el príncipe probó la sopa fue el día en que tú llegaste>

<...dime la verdad, la sopa mató al príncipe, ¿no?>

<No>

<¿El príncipe sabía que la sopa iba a matarlo?, ¿lo adivino?>

<Sí>

<¿Y por eso se rindió?>

<Su deseo era marcharse, tu deseo era vivir, una coincidencia única. Una vida por una vida>

Denki frunce el ceño mientras el grupo de médicos sigue felicitándose. Él no puede sonreír porque acaba de percatarse de una cuestión importantísima: El príncipe Denki ha estado enfermo durante años, tan enfermo que nadie sospecha cuando finalmente se muere, tan enfermo que tiene a un puñado de médicos visitándolo regularmente para estudiar su avance, probando medicina tras medicina, sin éxito. Ninguno de ellos descubre el veneno, todos sus brebajes y medicamentos son ineficaces contra lo que sea que él este padeciendo, ¿cómo es posible?

Y la respuesta es simple.

Quién sea que esté intentando asesinarme lleva haciéndolo durante años. Han mantenido al príncipe Denki enfermo y débil durante todo este tiempo, apartándolo de todos para dejarlo morir en un cuarto a oscuras, ¿por qué?

Denki no tiene respuesta para esa pregunta y tampoco planea obsesionarse con ella, lo que sabe es que va a tener que andarse con mucho cuidado porque quien sea el envenenador tiene no solo el poder para manejar su vida, también es lo suficientemente inteligente para usar un veneno indetectable y tan único que ninguno de los médicos imperiales ha podido descubrirlo antes.

No puede evitar sentir miedo, una sensación paralizante que lo deja sin aire y con el sudor perfilándose en su espalda.

Joder, joder, joder, tenemos a un asesino inteligente contra un príncipe flacucho que no termino el bachillerato, ¿cómo carajos voy a resolver esto? Nunca consigo atinarle al asesino en las novelas policiacas, y aquí no voy a poder saltarme hasta la última parte para saber, aquí si no adivino me muero. Oh dios, dios, dios... no, espera, cálmate, Denki, respira. Ya te moriste una vez, ¿recuerdas?, no tengas miedo. Imagina que este asesino es el SUPER BOSS en un videojuego, primero necesitas quitar la amenaza de los seis meses y para eso necesitas mejorar tu salud, tus puntos de popularidad y tu relevancia, concéntrate en eso, una vez que no vayas a contrarreloj podrás investigar todo lo que quieras, por ahora no metas la pata. NO TE ATREVAS A METER LA PATA.

Toma aire y aparta el libro, procura calmar sus nervios mientras los médicos siguen felicitándose mutuamente. Cuando las charlas se acaban los médicos lo rodean para tomarle el pulso, lo auscultan con muchísimo cuidado y le hacen innumerables preguntas sobre su estado, incluyendo síntomas nuevos, viejos y posibles secuelas. Denki contesta lo mejor que puede y cuando oye alguna pregunta cuya respuesta no sabe se asegura de cambiar el tema.

Como Hakamata no llega para interrumpir el examen médico, el grupo se deja llevar tomando notas e intercambiando sugerencias. En cualquier otra situación Denki participaría en la algarabía, pero su condición establece un límite claro en su estamina y tolerancia.

Al sentir cómo el dolor de cabeza empieza a formarse, Denki cierra los ojos y se masajea con suavidad la parte alta de su nariz.

—El Príncipe necesita descansar.

Pese a no gritar la voz de Fantasma resuena alta y clara poniendo un alto absoluto a la conversación entusiasmada de los médicos, de inmediato todos se disculpan con vehemencia antes de marcharse.

—Gracias, Fantasma—dice Denki acomodándose en el diván, el cansancio le ha provocado náuseas y aunque no es la hora de su siesta sabe que va a terminar durmiéndose.

—¿Necesita ayuda para volver a la cama?

—Está bien, Fantasma, me quedaré aquí a tomar una siesta.

—Como ordene, Alteza.

Se encoge sobre el diván como una pelotita, luchando por apartar el dolor de cabeza y las náuseas. Y por primera desde que llegara a ese mundo tiene una pesadilla donde se ve a sí mismo corriendo por la calle con un coche tras de él. Luces que crecen en intensidad, un rechinido de llantas y la sensación cálida de la sangre sobre su cuerpo

En algún momento oye voces, murmullos apagados de los cuales solo alcanza a captar palabras sueltas Alteza... comida... despierte... pero Denki las ignora y masculla una negativa entre dientes, vuelve a encogerse hasta dormirse de nuevo.

La siguiente vez sueña que está corriendo en un corredor oscuro sin dirección hasta que se topa con pared de la cual cuelga un espejo. Y la imagen que ve ahí es la de un cadáver blanco con cara de espanto que empieza a deshacerse frente a sus ojos. De pronto el piso se abre a sus pies y Denki cae.

Al despertar descubre que está en su cama con las almohadas revueltas y el cuerpo empapado de sudor.

Con mucho cuidado se sienta y descubre que es de noche. Las cortinas corridas dejan entrar suficiente luz para ver que Fantasma no se encuentra en su lugar junto a la pared. Una rápida inspección le hace ver que el jarrón de la medicina tampoco está lo que significa que Fantasma se ha ido a su ronda nocturna.

Me perdí la cena, creo que escuché cuando me hablaban, pero no estoy seguro. Tampoco recuerdo haber vuelto a mi cama.

Está listo para volver a acostarse cuando lo oye, un débil zumbido en el fondo de su cabeza.

¿Qué es eso?

<¿Sistema?, ¿qué es ese ruido?>

<Una alerta>

<¿De qué?>

<Cuanto mantienes tu pantalla desactivada no recibes notificaciones sobre el aumento o pérdida de puntos y los avisos por desbloquear atributos especiales se mantendrán en espera hasta que vuelvas a activarla. Las alertas se dan cuando alguna de tus barras objetivo desciende o cuando la barra de Desastre aumenta>

Sin perder tiempo Denki cierra los ojos y se concentra en activar su pantalla una vez más. Cuando la imagen se materializa en su mente se toma un momento para estudiarla con cuidado. Lo primero que hace es observar sus tres barras de objetivo: Salud 385, Relevancia 10, Popularidad 70.

No está seguro de si hay más cambios además del aumento en la salud, por más que las mira no parece notar nada distinto. La barra circular que marca los días de vida dice 161, y en el otro extremo de la pantalla se lee Lealtad 60.

¿Cuándo conseguí subir la barra de lealtad?, ¿por qué sube?

Su atención abandona la pregunta cuando toma nota de la barra que está junto a esa.

Desastre: 855

Joder, subió cincuenta y cinco puntos, ¿por qué? No puede ser por el protagonista, ni siquiera ha vuelto, qué podría haber hecho yo para ponerme en peligro si me paso la vida encerrado.

Pero por más que lo piensa no se le ocurre nada.

¿Qué hice diferente hoy, humm? Me salté la cena, pero ya lo he hecho antes; también recibí a los médicos y estuvimos charlando, pero la alarma no sonó entonces. Fue hasta después. ¿Por qué carajos está subiendo el índice de peligro si no he hecho nada?

Sin importar cuantas veces respire el ansia y la duda se sacuden dentro de él con insistencia. Vuelve a bloquear la pantalla demasiado frustrado con ella; cuando abre los ojos descubre que Fantasma no ha vuelto. Se siente demasiado nervioso para volver a dormir así que Denki aparta las cobijas y se levanta. Se envuelve en la manta ligera que usualmente usa cuando está en el diván y con muchísimo cuidado se aparta de la cama.

Necesito aire, este cuarto empieza a destrozarme los nervios.

Y por primera vez desde que llegara ahí Denki abre la puerta de su habitación.

[...]


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