1.21. Tradición
Título Alternativo: Denki se niega a seguir las reglas.
[...]
Bañarse para eliminar el sudor, cambiarse y arreglarse le lleva el resto de la tarde. Con ayuda de Toka, Denki escoge un atuendo para la cena con el Emperador: Una esplendorosa túnica color verde con un bellísimo dragón bordado en hilos de color plata, lo complementa con un tocado alto de joyas que recogen su pelo en una media coleta, y el cascabel que recibió de parte de Shinsou.
Cuando se vio en el espejo volvió a sorprenderse de su aspecto, pero en ese momento solo deseaba no equivocarse.
Como la tela de la túnica es pesada y Denki se las arregla para quedarse solo y practicar para sentarse, arrodillarse y caminar. Era cierto que las clases de baile le habían ayudado a mejorar su postura, ahora podía deslizarse con gracia sin inclinar la cabeza y sin que su tocado se sacudiera. Podía sentarse y levantarse sin temor a tropezar. Tenía la suficiente confianza para desenvolverse en la cena con el Emperador, había practicado el protocolo durante las reuniones con sus vecinas, solamente tenía que cuidar su boca.
Cuida esa lengua, Denki, o arriesgas el destino del Protagonista.
No estaba muy seguro como una simple cena podía alterar el destino de Izuku, pero era mejor no arriesgarse. Sabía que en la novela original el Tercer Príncipe moría sin haberse encontrado con su padre, sus hermanos o su tío, así que era lógico que cualquier intercambio resultara peligroso para el desarrollo de la trama aun si no sabía exactamente de qué forma. Sus nervios debieron ser obvios porque Shinsou dijo:
—Todo saldrá bien, Alteza.
—Lo sé —respondió Denki conteniendo las ganas de pasearse por su habitación— pero no recuerdo cuando fue la última vez que me encontré con el Emperador y la perspectiva es un poco intimidante.
—Lo hará bien, Alteza.
—Gracias por el voto de confianza, Shinsou.
Como no quiere arruinar su atuendo y tampoco le queda tiempo para hacer otra cosa que sentarse a esperar, Denki sale a la terraza cuya puerta esta cerca de la habitación de Shinsou.
La terraza es una pequeña plataforma elevada que sirve para sentarse a tomar el té y descansar. Dado que el terreno en la isla es desigual, la terraza no alcanza a ver lo que hay más allá del muro que protege la Ciudad Imperial, lo único que Denki puede hacer es sentarse bajo el tejado de madera y esperar.
En silencio, con Shinsou tan quieto que parece una estatua, Denki se prepara para la cena.
Vas a saludar, nada más. A verte bonito. A ser un mueble calladito y bien portado.
Se mentalizo una y otra vez para mantener la calma, cerrar la boca y sonreír. Esperaba que eso fuera suficiente.
&
A la hora indicada, mientras la ciudad entera seguía celebrando, el palanquín de Denki abandono la entrada de su casa y ascendió por los intrincados caminos de la Ciudad Imperial hasta el Palacio del Emperador.
Tras sus cortinas de color amarillo, Denki aún podía oír las risas y la algarabía en las calles pese a que el cielo había empezado a teñirse de gris. Era el primer día del Festival y todos parecían deseosos de aprovecharlo.
En cuanto el palanquín se detuvo, Shinsou abrió las cortinas y lo ayudo a bajar. Su uniforme negro exhibía el adorno en forma de rayo sobre su pechera, y la expresión en su guapo rostro era de calma absoluta; solo con verlo Denki se acordaba de respirar.
Los guardias en la entrada lo recibieron con una reverencia profunda mientras Denki pasaba frente a ellos. Un sirviente se acerco corriendo a recibirlo y tras un breve saludo le indico que lo siguiera. El primer pasillo era alto con espejos en la entrada, después había otro con un montón de ornamentos y piezas de colección; siguieron avanzando, alejándose de las zonas ocupadas en las cuales Denki podía oír voces amortiguadas y risas lejanas, hasta llegar a una puerta doble.
—Su Alteza, el Tercer Príncipe —anunció el sirviente que iba frente a él.
Denki avanzó hasta detenerse frente a la mesa circular.
—Su Majestad —dijo, extendiendo los brazos e inclinando la cabeza.
Al enderezarse se sorprendió de ver que solo había una persona en la mesa: Un hombre de pelo rubio que sostenía una copa de vino en la mano mientras un sirviente la llenaba. El susodicho comenzó a carcajearse apenas se recuperó de la sorpresa.
—Nada de formalidades, sobrino —dijo tras un momento, tenía un timbre alto y ruidoso, y parecía encantado con la situación— ahora siéntate y déjame que te vea bien.
Denki obedeció aunque se tomó un momento para estudiar la sala. Había una mujer de pelo rojo vestida completamente de negro arrodillada junto a la pared de la izquierda, al frente estaba Aizawa en la misma posición y con su acostumbrada expresión impasible. Denki se arrodilló al otro lado de la mesa mientras Shinsou iba a tomar su puesto junto a la mujer.
Espera, deja me acuerdo. Si este es mi tío, entonces es Hizashi Kaminari, y esa que está ahí es Trueno, su Guardia Sombra.
—Que delicia para los ojos, muchacho —dijo Hizashi— tu participación en el Festival ha sido una sorpresa para todo el mundo.
—Una sorpresa agradable, espero.
—No podría haber sido mejor. Todos se han quedado mudos de la impresión y no han parado de cotillear. Has hecho que todos aquellos que se olvidaron de ti se acordaran de que sigues aquí.
¿De verdad? ¡Sí! No, espera, Denki, no, calma, no te emociones, recuerda controlar tu boca.
—Mi tío es generoso con sus halagos.
—Solo digo la verdad, todos están encantados con tu repentina recuperación.
—Me temo que no ha sido repentina, el invierno ha sido largo.
—Bueno, el medico Yakumo ha hecho su trabajo. Al fin. Creo que tenemos que celebrarlo.
Ja, seguro que le encantara quedarse con el crédito pese a que andaba de vacaciones, pero en lugar de compartir su opinión Denki alzó la copa de vino que la sirvienta le había servido.
—Por el Doctor Yakumo.
Su tío coreó su brindis y Denki acerco la copa a su boca, se humedeció los labios y la devolvió a la mesa. No tenía intenciones de embriagarse.
—Pero tienes que contarme, sobrino mío, ¿cómo ha sido tu invierno?
—Frío —respondió Denki— y con mucha nieve.
Hizashi se rio y el sonido aligero un poco la tensión en los hombres de Denki. Pese a mantenerse en guardia accedió a contarle los detalles de sus practicas con la maestra Kokane, eso mantuvo la conversación viva hasta que el sirviente que lo había acompañado volvió, anunciando por segunda vez.
—Su Alteza, el Segundo Príncipe.
Neito ni siquiera espero que el anuncio terminara, se encamino directamente hacia la mesa y se arrodilló al lado de Hizashi sin tomarse la molestia en saludar. Su Guardia Sombra procedió a tomar su lugar junto a Shinsou.
—¿Esto tomará mucho tiempo? —preguntó apartando al sirviente que intentaba llenar su copa
Hola a ti también, pensó Denki sin moverse.
—No lo sé, muchacho —respondió Hizashi sin borrar su sonrisa— la invitación me ha tomado tan de sorpresa como a ti.
—Eso no es una novedad.
—Pues espero que sea rápido. Tengo invitados que esperan mi regreso.
—¿Has organizado una fiesta?
—Siempre tengo una fiesta, no hay nada sorprendente ahí.
—Que volvieras hace dos días y que organizaras algo en tan corto intervalo de tiempo es sin duda una sorpresa en sí.
Parece que mi deseo de ser un mueble se ha cumplido, aunque no estoy seguro de si me gusta que me ignoren de esta forma.
—Quería una fiesta de bienvenida incluso si tenía que organizármela yo mismo.
—Suena como algo que tú harías.
—Y por eso envíe a mis sirvientes por delante. No me habría tomado la molestia de hacerlo si hubiera sabido que iba a tener que dejarla.
—No te preocupes, muchacho, terminará rápido, creo que el Emperador solamente quiere tomarse un momento para estar con su familia. —fue curioso como sus ojos se posaron en Denki mientras lo decía, y fue aún más curioso como Neito pareció entenderlo porque finalmente accedió a mirarlo.
—Estoy seguro de que la familia sabrá apreciar su intención.
Lo miraban, y como siempre que se sentía incómodo Denki dijo lo primero que se le vino a la cabeza.
—Pues no parece que la familia este muy deseosa de estar aquí.
Los otros dos lo miraron estupefactos.
¡Viva, Denki! Eras un mueble perfecto hasta que metiste la pata. ¡Maldita manía de hablar primero y pensar después!
Pero entonces su tío Hizashi comenzó a reírse tanto que tuvo que poner su copa sobre la mesa.
—¡Sobrino!, no sabía que tenías carácter.
—¿A eso le llamas carácter? —pregunto Neito una vez recuperada de la sorpresa— Es obvio que el encierro lo ha vuelto un bruto desconsiderado.
¡Hey! Un bruto te hubiera dado un zapo en la nariz.
—¡Ah!, Neito, no seas desconsiderado con tu hermano, entre familia podemos evitar las formalidades.
Y vuelven a ignorarme, ahhhh.
—No estábamos en familia cuando se puso a tontear en la calle.
¡¿Tontear?!
—¿De qué hablas?
Sí, anda, explica, que yo tampoco sé de qué hablas.
—Después de su numerito en el escenario —dijo Neito señalándolo— estuvo tonteando, llevaba a su Sombra del brazo como si fuera un muñeco, además rompió el protocolo y lo llamó por su nombre. Su nombre. En público. En un pasillo con un montón de gente.
El asunto debía ser grave porque Hizashi borró la sonrisa y lo miro con severidad.
—El Nombre de un Guardia Sombra es importante.
—Es único —añadió Neito
—Y una vez que lo escoges no puedes volver.
—No debes volver.
—Sé que recibiste a tu Sombra más tarde de lo que debía ser y entiendo que no estés acostumbrado a la vida pública, pero existe un protocolo.
—Y no puedes ignorarlo.
—Debes entender que tu Sombra te pertenece, su vida eres tú. Todo lo que fue antes lo abandonó el día que tú escogiste un Nombre para él.
—Ahora es Fantasma. Solamente Fantasma.
—Porque el Nombre que escogiste para él es la vida que está destinado a tener. Es la ley.
Lo miraban otra vez con expresiones severas y Denki trato de no retorcerse.
—No —dijo y una vez que pronunció la palabra no pudo parar— Si no puedo llamar a Shinsou por su nombre en público, no lo haré, pero eso no significa que dejaré de hacerlo. Y además, si quiero llevar a Shinsou del brazo voy a llevar a Shinsou del brazo porque no es un mueble para que solo exista en la esquina de mi casa.
—Estás siendo-
—No —dijo Denki interrumpiendo a Neito— Shinsou es el único que ha estado conmigo. Es el único que se quedó. Es el único que se ha tomado la molestia en preocuparse por mí. Será su trabajo pero al menos lo hace. Y como mínimo le debo reconocer quién es y agradecerle su esfuerzo.
—Todos agradecemos el esfuerzo que hacen, eso no está discusión aquí —dijo Hizashi— pero el protocolo existe por una razón.
—¿Cuál?
Hizashi suspiró. —La Trueno que ves conmigo no es la primera que lleva su nombre, ni la segunda. Trueno existe independientemente de la persona que usa el Nombre.
—El protocolo existe para garantizar que el Nombre y su Esencia sobreviva pese al portador que lo lleva —añadió Neito
—Ser un Guardia Sombra es un honor para ellos y nosotros agradecemos su devoción y su apoyo llevando su Nombre con nosotros por el resto de nuestra vida.
—Fantasma existirá para siempre independientemente de la persona que porte el Nombre, pero si te niegas a separar ambas identidades los perderás a ambos el día que uno de ellos se vaya.
—Eres demasiado joven para comprender lo que significa perder a tu sombra, pero es un riesgo que existe porque ellos están ahí para protegerte y en ocasiones eso significa sacrificarse por ti.
El silencio inundó la sala; todos lo miraban, pero por primera vez Denki no se sintió incómodo.
—No —dijo una vez más, firme y seguro como si sus palabras fueran una certeza absoluta— Fantasma y Shinsou son una misma persona. No puedo tener a Fantasma si no existiera Shinsou. Y Shinsou es la base de Fantasma. Fantasma no apareció de la noche a la mañana, lo que es lo aprendió siendo Shinsou. Negar una parte de su vida es negar parte de él. Será Fantasma para el resto, pero para mí es Shinsou. Y Shinsou no se va a morir.
De eso me encargo yo, pero eso no lo dijo en voz alta porque en ese momento el sirviente volvió para anunciar:
—Su Majestad, el Emperador de Taiyou.
Hizashi y Neito se pusieron de pie y se inclinaron en una reverencia automática, tras ellos los guardias sombra los imitaron. Al levantarse Denki descubrió que el único que no se había inclinado era Shinsou, quien lo miraba.
A esa distancia era imposible identificar su expresión, pero Denki le sonrió sin reservas, entonces se inclinó para darle la bienvenida a su padre.
[...]
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro