1.20. Festival
Título Alternativo: El mayor enemigo de Denki es Denki mismo.
[...]
Manos arriba. Sacude abanicos. Gira. Gira. Gira. Gira y baja los brazos. Hacia afuera. Paso lateral. Y uno. Dos. Tres. Giro. Giro. Giro. De nuevo. Abanicos hacia arriba. Dos pasos. Atrapa y de rodillas.
Denki mantuvo la cabeza baja mientras los últimos acordes de la música morían. Los dos primeros actos habían terminado sin contratiempos y era hora de su actuación individual por lo que tenía que quedarse en la misma posición mientras el resto de las bailarinas salían.
Todo lento, Denki, como si los brazos te pesaran.
Tomó aire y se alistó.
Brazo hacia arriba, recto y lento. Tan lento que te duela. El otro brazo. Peso en la punta de los pies. Levanta, lento, lento, no importa si te duelen las pantorrillas. Sostén ahí. Ahora baja el brazo sin doblarlo. Lento. Lento. Lento. Mueve el abanico. Gira. El otro brazo. Lento. Lento. Lento. Mueve el abanico. Gira.
La secuencia no era complicada, pero requería de una precisión estudiada. Una de las ventajas de su actuación en solitario era que no tenía preocuparse por chocar con nadie, su mayor temor era equivocarse con las pautas musicales, y aunque había practicado esa secuencia tantas veces que se la sabía de memoria, no quería confiarse.
Inclínate hacia atrás, atrás, atrás, hasta que sientas que vas a desnucarte. Uno. Dos. Gira. Gira. Gira.
Cada movimiento tenía que ser perfecto y Denki no quería equivocarse. Sentía el sudor acumulándose en la parte baja de su espalda y en su nuca, y era una suerte que la parte superior de la cofia le cubriera la frente porque evitaba que el sudor le escurriera por la cara.
Estamos con lo último, Denki, pasos laterales, brazos arriba. Ahora hacia el otro lado. Giro. Giro. Giro. Y de rodillas.
El rugido de la sangre en los oídos le impidió apreciar el aplauso en su totalidad, y también porque en ese mismo instante escuchó la notificación del sistema. Denki se apresuró a cerrar los ojos para estudiar su pantalla.
¡SI!, pensó Denki al ver que la barra de popularidad brillaba mientras se llenaba. Quería quedarse ahí hasta verla llena, pero no había tiempo.
Abrió los ojos, se levantó y recibió a las bailarinas que subían con él sin dejar de aplaudir. Se colocaron juntos y en un movimiento sincronizado le dedicaron una profunda reverencia al Emperador.
Denki aplaudió con el resto y bajó con ellos. Se sentía tan feliz de su éxito que se le olvido mantener su fachada, dejo de ser el príncipe serio, controlado y excesivamente calmado que las bailarinas conocían, en su lugar empezó a reírse con ellas y se sumergió tanto en la conversación que incluso cuando Shinsou se materializó a su lado, Denki se olvido de la regla de no tocar a la gente y se colgó de su brazo como habría hecho en su vida anterior.
—¿Lo has visto, Hitoshi? —le dijo sin dejar de sonreír— ¡Ha sido un éxito!
Shinsou no le respondió, parecía estupefacto, pero Denki dejo de prestarle atención cuando una de las chicas dijo:
—Al final del primer acto casi me tropiezo y estuve a punto de entrar en pánico.
—¡Lo sé! —contestó otra— a mí me pasó igual.
Todas empezaron a intercambiar sus experiencias y Denki las oyó con muchísima atención. Lo que no hizo fue soltar a Shinsou.
&
Eventualmente las chicas tuvieron que desalojar la sala ya que había otros que esperaban su turno para salir, el único que se quedó atrás fue Denki que no podía dejar de charlar con Kokane. Era el único a quien nadie se atrevía a echar.
—Gracias por dejarme participar, Kokane.
—El placer ha sido nuestro, Alteza.
—Denki. Soy Denki. Llámame Denki.
La felicidad de Denki burbujeaba, la sentía bullir por todo su cuerpo y no podía dejar de apretar el brazo de Shinsou ni de dar saltitos en su lugar.
—Alteza, ha sido un placer y un orgullo tenerlo con nosotros.
—Si insistes en lo de la Alteza te diré sensei.
—¡Alteza!, por favor.
—Como ordene, sensei.
La mujer se puso roja y Denki se sintió un poco mal, aunque la vergüenza no le duro mucho pues la felicidad conseguía opacarla. Eventualmente Kokane se despidió de ellos y Denki se giró una vez más hacia Shinsou.
—¿Aún es temprano, cierto?, ¿estará bien si vamos a dar una vuelta?
Y sin esperar una respuesta tironeo del brazo de Shinsou hasta que consiguió moverlo de su lugar.
—Creí que después del evento tendría sueño por todo el desvelo —le dijo mientras salían de la sala— pero tengo tanta energía que dormir suena como un evento imposible justo ahora. Tal vez sea momento de conocer el pueblo. O tal vez podamos ir a dar una vuelta al lago. O ir de compras. Podríamos cenar fuera. Por una vez. ¿Te imaginas?
Pero no esperó la respuesta de Shinsou sino que siguió hablando y habría seguido sino hubiera visto al chico guapo que avanzaba por el pasillo hacia ellos. Se quedó sorprendido porque el muchacho era precioso y elegante, se movía con una distinción tan palpable que Denki deseó poder imitarlo.
Fue toda una sorpresa cuando el muchacho se detuvo frente a ellos sin quitarle los ojos de encima.
—Pero qué tenemos aquí —dijo el chico guapo esbozando una sonrisa afilada— El bailarín profesional de la familia.
—¿Profesional? —dijo Denki sin pensar, sin detenerse siquiera a sentir pánico. Su felicidad era una capa protectora que le soltaba la lengua y lo inmunizaba contra todo; su reacción natural fue responder como habría hecho en su mundo original— Me halagas. Si un par de meses de práctica te hacen creer que soy un profesional, no me imagino que pensarás de mí cuando haya practicado durante un par de años.
—Si lo que buscas es avergonzarte-
—Oh, para eso no necesito ayuda, créeme. La vergüenza me persigue aún entre los míos, pero el baile me ha hecho bastante bien. En primera me enseñó como caminar sin parecer un urobi, o al menos es lo que piensa mi instructora. Y en segunda ha corregido mi postura. Frente alta, hombros alineados. No más jorobas.
—Si caminas jorobado entiendo por qué prefieres vivir encerrado.
—Es que no todos podemos ser tan guapos y elegantes como tú; aunque si me lo preguntas no estoy tan mal. Por supuesto que mi opinión no podría considerarse imparcial.
—Ciertamente te tienes en gran estima.
—Por supuesto, si uno no se quiere a sí mismo como pretende defenderse ante el mundo.
—Dudo que un cobardica como tú pueda lograrlo.
—Habrá que intentarlo; además, tengo a Shinsou para ayudarme con eso.
El guapo muchacho se queda momentáneamente mudo y por primera vez dirige sus ojos hacia la persona cuyo brazo Denki sujeta.
—¿Shin... sou?
—Oh, no —dice Denki sin perder su sonrisa— Solo yo puedo llamarle Shinsou. Tú le dices Fantasma.
Pero el otro ni siquiera le hace caso, ha fruncido su ceño y su expresión dura es atemorizante.
—¿Cómo te atreves a romper el protocolo de esta forma? —pregunta con voz de acero y Denki tarda dos latidos en entender que está dirigiéndose a Shinsou. Lo entiende cuando el brazo de Shinsou se sacude como si tratara de soltarse.
En un movimiento inconsciente Denki lo sujeta con más fuerza.
—¡Eh! —dice y lo hace con tal dureza que el otro muchacho vuelve a mirarlo—. No te metas con él.
—Un Guardia Sombra no debe-
—Estoy seguro de que hay muchas cosas que tienen prohibido hacer, pero este es Fantasma y yo decido lo que debe y no debe hacer.
—¿Quién te crees-?
—Según el espejo en el que me vi hace rato, soy el Príncipe.
—El Tercero.
—Un príncipe a fin de cuentas.
—¿Cómo te atreves a hablarme en ese tono?
—No tendría que hacerlo si tus modales fueran iguales que tu cara: Perfectos, pero no, me temo que no. Una lástima que en tu casa no te hayan enseñado modales.
Denki se felicita mentalmente cuando el otro se queda mudo, su expresión es la viva imagen de la indignación y la incredulidad. Tan seguro está de que el muchacho va a ponerse a discutir con él, que al final, cuando lo ve apretar la boca antes de alejarse, Denki parpadea.
Solo entonces se percata de la persona que ha permanecido detrás del guapo muchacho durante todo el intercambio.
La mujer joven y atlética le ofrece una reverencia a él y una inclinación de cabeza a Shinsou sin alterar su expresión cuidadosamente neutra. Viste un familiar uniforme negro y si eso no era suficientemente delator, bastaba ver la forma como se desenvolvía: Una copia casi exacta de Fantasma.
Y solo había un puñado de gente que llevaban a un guardia sombra con ellos a todas partes.
Mierda, piensa Denki al descubrir que acaba de meter la pata con alguien de la familia imperial.
—Alteza —dijo Shinsou mientras apartaba su brazo y como Denki estaba demasiado aturdido para oponerse lo único que hizo fue parpadear y decir:
—Volvamos a casa.
Se dio la vuelta y emprendió el camino hacia donde había dejado a su palanquín, procuró mantener una expresión seria y se abstuvo de llevarse las manos a la cabeza para jalarse el pelo.
Adiós paseo y todo lo demás, ahora tengo que ver a quien le acabo de tocar las narices.
&
Era joven así que tiene que ser uno de los príncipes, piensa Denki mientras el palanquín traquetea de regreso a su casa. Estoy casi seguro de que el Príncipe Heredero sigue en la frontera con su gente así que solo queda el Segundo Príncipe, ¿qué decía la novela de él?
Según recordaba, el Segundo Príncipe se llamaba Neito y su guardia era Sombra porque aparentemente el muchacho no tenía imaginación. A diferencia del Tercer Príncipe, Neito era ampliamente conocido en el palacio, era invitado a casi todas las cenas y fiestas de la corte, y tenía la costumbre de organizar reuniones en su casa donde agasajaba a sus invitados con comida y entretenimiento.
Neito también había sido un rival natural del Protagonista.
El Segundo Príncipe no tenía buenas relaciones con los hijos bastardos del Emperador y solía ser bastante vocal en su desprecio hacia ellos, especialmente cuando los hijos ilegítimos de su padre intentaban asumir algún cargo importante usando como excusa su origen; y siendo que Izuku nunca había dado señales de ser como los otros, Neito había desconfiado de él casi de inmediato convencido de que su inocencia era en realidad una fachada.
En las contadas ocasiones que el Protagonista tuvo la mala suerte de toparse con él, Neito había sido extremadamente directo en expresar su desagrado. Las cosas no habían cambiado demasiado tras el regreso del Protagonista de su estancia en la Academia, la diferencia era que Izuku había aprendido a sobrellevarlo y si bien nunca había sido rival para la astucia y lengua del Segundo Príncipe, sí había dejado de huir de él.
Denki había planeado ganarse un lugar en las reuniones sociales del Segundo Príncipe para subir sus barras de Popularidad y Relevancia, pero ese plan acababa de irse a la basura.
Carajo, me paso meses mordiéndome la lengua y pensando dos veces todo lo que voy a decir, y apenas me descuido un segundo mi torpeza me deja en evidencia. Sería una suerte si el Segundo Príncipe me quisiera de la misma forma que venera a su otro hermano, pero bueno, el Príncipe Heredero es el favorito de todo el reino y yo más bien soy el cadáver del que nadie se acuerda.
Al pensar en cadáver Denki se apresuró a cerrar los ojos para revisar su pantalla, apenas lo hizo escuchó la voz del Sistema.
<¡Felicidades! Atributo Especial Desbloqueado: Tenacidad. Barra de Relevancia Actualizada. ¡Felicidades! Logro Adquirido: Cinco Atributos Especiales Desbloqueados. Puntuación mejorada>
<¿Mejo-?>
<Atributo Especial - Voluntad: Activado. +50 puntos en Relevancia>
<¿Qué?>
<Atributo Especial - Lealtad: Activado. -100 puntos en Desastre>
<Espera un momento>
<Atributo Especial - Respeto: Activado. +50 puntos en Popularidad>
<Para un segundo, por favor>
<Atributo Especial – Obediencia. +50 puntos en Relevancia>
<Sistema, ¿qué está pasando?>
<La Barra de Desastre ha vuelto a la normalidad y las condiciones para que el Príncipe Denki siga con vida se mantienen. Sistema fuera>
<Sistema, ¿qué fue eso?>
<Ahora que has conseguido desbloquear cinco Atributos Especiales, cada vez que ejerzas uno ganaras puntos para tus tres objetivos principales. El conteo se hará automáticamente y no habrá más informes a menos de que las solicites>
<¿Por qué?>
<Para limitar el número de notificaciones>
Denki se concentró en su pantalla y contuvo un grito de sorpresa cuando vio su estado. Las barras de Salud y Popularidad marcaban 900 puntos y brillaban con un destello esmeralda. La Barra de Relevancia había escalado hasta el número 220, su barra de Lealtad seguía mostrando el número 1000 brillante y claro. La barra de Desastre había dejado de parpadear y su número había descendido hasta 600.
Bajo su barra de Lealtad ahora había tres estrellas con las iniciales R O T.
Del alivio, Denki enterró la cara entre sus manos y contuvo la risa. Voy a conseguirlo, pensó con sorpresa y deleite. Realmente lo conseguiré.
Solo tenía que seguir subiendo su barra de Relevancia y le quedaban ochenta días para conseguirlo. Y no iba a ser complicado porque ahora cada vez que ejerciera su voluntad o se ganara el respeto de alguien, su puntaje aumentaba.
Estaba de camino hacia la victoria.
&
Apenas llegaron a la casa, Denki bajo del palanquín y se giró hacia Shinsou.
—Vamos a salir —le dijo olvidada su resolución anterior, ahora ni siquiera le preocupaba su encuentro con el Segundo Príncipe— solo necesito cambiarme.
—¡Alteza! —grito Toka corriendo hacia él y sacudiendo un pedazo de papel— Un mensaje para usted.
—¿Quién lo envía? —preguntó Denki
—El Palacio, Alteza.
Denki desdobló el mensaje y le sorprendió encontrar una invitación para cenar en el palacio en compañía del Emperador, el Segundo Príncipe y su tío.
Bueno, esto será divertido.
Pero apenas lo pensó el Sistema volvió a sacudir su confianza.
<Advertencia: Interacciones No Previstas. Riesgo de alterar el destino del Protagonista: 6%. Barra de Desastre Actualizada + 30 puntos>
<Dime, Sistema, ¿alguna vez me dejaras saborear mis victorias sin lanzarme notificaciones a la primera oportunidad>
<Advertencia: Desvío de la Trama Original. Riesgo de alterar el destino del Protagonista: 9%. Barra de Desastre Actualizada +50 puntos>
<Tomare eso como un no>
—¿Crees que podamos decirle que estoy enfermo? —preguntó Denki
La cara de horror de Toka fue toda la respuesta que necesitaba.
Joder.
[...]
n/a
Por favor, que alguien le de un respiro a Denki, no la autora me temo porque no esta contemplado en la trama.
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