Todo es efímero como el arcoiris - Virginia Wolf

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Extracto: "Balada de Dos Espadas Vol. I"

"El cuerpo que yacía en la cama poco guardaba de semejanza con el joven que Izuku tenía en sus recuerdos. Las lozanas mejillas, antaño llenas de juventud y vida, se habían convertido en huecos vacíos. El pelo rubio parecía un manojo de paja muerta sin brillo. Las marcas bajo los ojos eran de un color negro resaltando la piel casi traslucida. El azul de sus ojos se había desvanecido para siempre.

La habitación entera apestaba a muerte pese a los muchos inciensos que las doncellas habían encendido, y el humo de las velas hacía que el aire dentro de la habitación fuera insoportable; las cortinas cerradas añadían un aire de pesadez a la ya de por sí densa atmosfera.

Al entrar Izuku se detuvo momentáneamente abrumado por la opresión del cuarto. Solo la decisión de ver a su hermano lo mantuvo ahí pese al deseo de dar media vuelta y huir al jardín a respirar aire fresco.

Incapaz de mantener su mirada en la cama Izuku la deja vagar por el cuarto y solo le toma un latido descubrir lo que hace falta. Extrañado, retrocede hasta la puerta y se dirige al guardia que custodia la entrada.

—¿Dónde está Fantasma?

El guardia responde sin mirarlo.

—La Sombra asignada al Tercer Príncipe ha sido arrestada por la guardia real y se encuentra en los calabozos hasta que el Emperador dicte sentencia.

—¿Arrestado?, ¿bajo qué cargos?

—Se le acusa del asesinato del Tercer Príncipe.

—¡¿Asesinato?! ¡Denki estaba enfermo, nadie lo asesinó!

Como no consigue respuesta Izuku da media vuelta y avanza por los pasillos tan aprisa como se lo permiten las piernas, y cuando llega a las celdas del palacio encuentra a Fantasma arrodillado en una celda sucia, inmóvil y derrotado.

—¿Qué ha pasado, Fantasma?, ¿por qué dicen que asesinaste a Denki?

Fantasma lo había mirado directamente a los ojos; no era la primera vez que Izuku se enfrentaba a la mirada de un guerrero entrenado por el Clan Sombra, pero al igual que la vez anterior quedó asombrado de la fuerza que transmitían sus ojos.

Se decía que el aura asesina de los guerreros Sombra podía paralizar a un hombre y que solo las almas inocentes podían mirarlo directamente a la cara sin temor.

Izuku le devolvió la mirada sin parpadear y fue eso lo que arranco una respuesta del prisionero.

—Fallé

Una simple palabra pronunciada en un tono que Izuku no había oído antes. Y más sorprendente aún era la luz de culpa y vergüenza que se mostró en esos ojos violetas.

Antes de que Izuku pudiera decir nada un guardia se apareció para obligarlo a salir. Sin perder tiempo Izuku corrió al palacio principal para solicitar una audiencia con su padre, pero todo fue inútil.

En el juicio que orquestan, y en el que no le permiten participar, Izuku ve a Fantasma encadenado, con la misma expresión vacía y lejana de siempre. Más que la evidencia en su contra fue su reputación la que termino condenando a Fantasma. A diferencia de los Guerreros Sombra que protegían al Príncipe Heredero y al Segundo Príncipe, Fantasma nunca había hecho intentos por relacionarse con la gente del palacio. Los sirvientes le temían y cuando se les llamó a declarar muchos afirmaron que el Tercer Príncipe vivía aterrado de él.

Fue el primer inocente al que vio morir e Izuku nunca se lo perdonaría.