Han JiSung y la Poción de Amor
Resubido el 26-06-2022
Nota de autora:
No he respetado las casas que JiSung alguna vez seleccionó para los chicos en un live, así que sorry not sorry.
Además, este sería una adaptación de un fanfiction que hice hace tiempo, y como soy fan de Harry Potter, no podía adaptar este fanfic en este universo de Stray Kids.
. . .
Guía de colores del cabello de Han JiSung, hecho por Hwang HyunJin:
Rojo: enojo; Rosa: vergüenza; Violeta: amado; Azul: triste; Celeste: emocionado; Blanco: peligro; Amarillo: preocupado; Verde: asustado; Naranjo: confundido; Gris: dolido; Marrón: neutro; Verde menta: alegre; Negro: cansado; verde oliva: miedo; Rosa pálido: culpa; Rubio cenizo: nerviosismo
"Te toca," susurró JiSung a HyunJin en el oído. "Yo lo hice ayer. Es tu turno."
HyunJin suspiró nerviosamente, antes de preguntar por décima vez en menos de media hora: "¿Por qué no esperamos a que salga, mejor?"
"Puedo hacerlo yo," se ofreció Felix.
"No, YongBokkie. HyunJin pierde. HyunJin paga," ordenó JiSung.
Una vez más, HyunJin lloriqueó rogándole piedad a su mejor amigo, pero este no parecía acceder. Su cabello rojo que simbolizaba su enojo aunque también su determinación, sus brazos cruzados y sus ojos puestos en él de forma desafiante que lograba intimidar a cualquiera cuando JiSung tentaba a la idea de transformarse en una fiera- tanto que incluso HyunJin, capitán del equipo de Quidditch, podía ceder.
HyunJin exhaló y se aseguró de que no se hallasen moros en la costa. La última vez que los habían pillado, el prefecto de sexto año había encantado la cabeza de JiSung con inflarla como un globo, haciendo que este se elevase por varios centímetros del suelo, y los otros tres chicos tuvieran que llevarlo sosteniendo sus pies hacia la enfermería.
"Vamos, que nadie se asoma," apresuró JiSung. HyunJin solamente rogó en silencio.
La pequeña nube que se había encantado arriba del cuadro de la dama gorda era tentadoramente arbitraria, ya que ni siquiera la jefa de casa: la profesora McGonagall, había aprobado que los prefectos encantaran la entrada para prohibir el ingreso ilegal de chicos de otras casas hacia la torre de Gryffindor. JiSung era hipócrita, en ese caso, porque tanto él como Felix hacían a SeungMin ingresar a su sala común y dormitorio compartido aún cuando era de otra casa.
"Contraseña~," canturreó la dama gorda, mirando igual de anhelante que las ultima seis veces.
HyunJin, recordando en su memoria, habló con seguridad:
"Calcetas de dragón."
La dama gorda sonrió, y HyunJin golpeó el hombro de JiSung en signo de emoción. "¡Te dije que era la clave correc-"
Un fuerte disparo sonó proveniente de la nube, y un potente chorro de vinagre de manzana fue expulsado de allí, tal como cuando un inadvertido intentaba entrar a la casa de Hufflepuff; tanta fue la intensidad que HyunJin casi terminó siendo empujados por las escaleras por la gran potencia. A la par que este era bañado, el retrato de la dama gorda reía a carcajadas y se abría en el muro, dejando asomar a través de ella a distintos chicos de Gryffindor.
"¡Hey!" Empujando al grupo que se asomaba, apareció Bang Chan con su leal Yang JeongIn a un lado. Él, siendo el prefecto de la casa mientras que el menor era conocido como El diablo Rojo de Gryffindor por su innata habilidad en el Quidditch como buscador, se les abrió un respetuoso espacio a su alrededor. "¡¿Qué no les dije que no podían entrar?!"
"¡¿Y no le dijimos al moco ese que debemos entrar?!" contestó JiSung. Felix tenía sus manos en su boca aguantando una carcajada mientras que HyunJin temblaba de la rabia.
"¿Acaso quieres que te hinche la cabeza de nuevo, JiSung, por andar molestando a los chicos de mi casa?" preguntó Chan con templanza.
"Mal perdedor," comentó JeongIn.
"¡Estoy reclamando lo que es mío!"
"Lárguense," ordenó Chan, aleteando mientras limpiaba con su varita los rastros de vinagre de manzana que habían caído desde la nube.
"No puedes reclamar lo que no es tuyo," continuó JeongIn, mostrando su metálica sonrisa mientras bailaba al compás de su burla. "Tienes que resignarte a ser un per-de-doooor."
Varios alumnos mayores reían de HyunJin, y otros más jóvenes parecían temer por cómo el rojo escarlata del cabello de JiSung cambió hacia el color del mismo fuego. Tanto Chan como JeongIn los miraban casi con arrogancia, con el menor rogándoles que lo desafiaran para que pudiera volver atacar, pero JiSung tenía que recoger el poco orgullo que le quedaba y no caer en eso. Claro que no. No con un soldado en la biblioteca y el otro completamente empapado y humillado.
"Vámonos," gruñó JiSung, dando media vuelta para bajar los escalones hacia su propia sala común.
Todo habría sido más fácil si él tuviese la capa consigo. ¿Qué clase de tonto se le perdía una capa de invisibilidad? A Han JiSung. No quería sentirse más culpable de lo que era porque, en estricto rigor, no estaba perdida; sin embargo, él no tenía idea qué parte de la escuela estaba siendo cubierta por ella, porque JiSung seguía viendo todas las estatuas y hasta el momento ningún alumno había desaparecido.
Cuando llegaron al pasillo principal, las carcajadas no se hicieron esperar. HyunJin seguía en silencio al lado derecho de JiSung, empapado desde el cabello hasta sus zapatos del vinagre de manzana, mientras que, a su lado izquierdo, Felix parecía recuperar su compostura del ataque de risa, comiendo de un paquete de varitas de regaliz que tenía guardado en el bolsillo.
"¿Quieres?" le ofreció a HyunJin.
HyunJin se aproximó al paquete de dulces y lo lanzó hacia el otro lado del pasillo.
"Quiero mi varita," gruñó el chico. "Maldigo a los de Gryffindor. Son todos unos ególatras chupa penes." Pero aún con el enojo haciendo temblar su voz, HyunJin recuperó rápidamente su compostura, retomando de nuevo sus encantos de un cuarto veela para poder seguir conquistando a aquellos que cruzaban el pasillo sin la necesidad de preocuparse de oler a ensalada. "Como sea, no necesito de mi varita para lucir fantástico en vinagre."
"Podrías lucir mejor si tan solo te disculparas con SeungMin," comentó JiSung.
"No me voy a disculpar con ese idiota. Él tiene la culpa de todo."
"Bueno, en verdad fue de MinHo...," corrigió Felix.
"¡No!" HyunJin chilló. "SeungMin es mi amigo, ¡Y me traicionó!"
"SeungMin ve a todos como su enemigo," dijo JiSung. "Y como el enemigo de su enemigo es su amigo..."
"Eso es porque es de Ravenclaw, ¿No?" HyunJin le miró. "Los de Ravenclaw son los peores."
"Estaba cumpliendo su rol de prefecto," continuó JiSung, pasando una mano por su cabello para que, así, su apariencia predominara su emoción y pudiera cambiar su cabello a un color castaño. "Estabas robando tubérculos de plantas de la profesora Sprout, y te pillaron con las manos en la masa."
Eso había sucedido el día anterior y, a sabiendas de JiSung, HyunJin no le había dirigido la palabra a SeungMin desde el día anterior.
"Los idiotas de cuarto año me deben la vida por ese robo," terminó por murmurar HyunJin.
Llegaron a las afueras de la biblioteca a la par que HyunJin chasqueaba su lengua. Cuando JiSung abrió la gran puerta de roble para entrar, coincidió con la linda casualidad de ver a Lee MinHo al otro lado del marco.
"Si ustedes tres están aquí, ¿Quién está cuidando a Hades?" saludó él.
"Gracioso, MinHo...," comentó JiSung, sin intentar mostrar lo tierno que había sido su chiste. "¿SeungMin está adentro?"
"Sí, pero él no puede entrar," recordó MinHo mientras inspeccionaba a HyunJin, antes de sonreír burlesco. "¿Volvieron a intentar a entrar a la sala común de Gryffindor?"
"¿Cómo lo sabes?" cuestionó HyunJin.
MinHo solamente tuvo que levantar sus cejas en dirección a JiSung para que el chico entendiera.
"Como sea. No es como si quisiera verlo," continuó mascullando HyunJin, haciéndose a un lado para apoyarse en la pared de piedra e hincarse.
"De todas formas, me declaro culpable," siguió MinHo, arreglando su corbata de Slytherin mientras seguía sonriéndole sarcásticamente a JiSung. Él amaba como loco esa sonrisa. "Yo se lo dije a SeungMin, así que en parte es mi culpa."
"¿Le dijiste tú la falsa contraseña de Gryffindor?" Felix cuestionó.
"En mi defensa, creí que era la real," admitió, aunque MinHo no se veía arrepentido. Ni siquiera JiSung podía decir algo respecto a eso porque sus ojos bajaron hacia la mano de MinHo y su corbata; no fue hasta que cuando el chico caminó a su lado y le chocó con el hombro que al fin pudo reaccionar. "Nos vemos, tontos."
El cabello de JiSung cambió desde la nuca hasta su remolino de un fuerte color violeta que simbolizaba su eterno enamoramiento hacia el otro. "¿Pueden creer que acabamos de tener otra conversación normal?"
"Recuerda que él sigue siendo el enemigo," le dijo Felix mientras lo zarandeaba del brazo.
"Anótalo en tu diario de vida," masculló HyunJin desde el suelo.
JiSung le pegó un puntapié en el muslo y entró a la biblioteca seguido de Felix, quien reía por el comentario de HyunJin. Levantaron las manos en forma de inocencia cuando la señorita Prince les dio una mirada de advertencia, y después de eso, cruzaron por las grandes estanterías de la biblioteca de Hogwarts hasta llegar a la sala de estudios que los alumnos usaban para las prácticas de sus clases, donde SeungMin se encontraba tranquilamente practicando un encantamiento con un libro levitando a su lado.
"Oh, no...," expresó al ver a sus amigos acercándose a él.
"Hola, SeungMinnie," saludaron ambos.
"Dos horas," recalcó el chico de Ravenclaw, bajando el libro a su lado mientras veía con horror a JiSung y Felix cómo se sentaban frente suyo. "Les pedí dos horas para practicar la tarea del profesor Flitwick. ¿Cómo no pueden dejarme en paz por dos malditas horas?"
"También te amamos, hombre," expresó JiSung con sarcasmo.
"Venimos a buscar la varita de HyunJin," contó Felix.
"¿Por qué?, dije que se la quitaría hasta la cena," dijo SeungMin.
"Fuimos a la sala de Gryffindor y-"
"Adivino: no les funcionó la contraseña."
Ambos asintieron a su pésame.
El metamorfomago lanzó un fuerte quejido mientras se esparcía sobre la mesa, llamando la atención de diversos estudiantes que les estaban haciendo callar- pero eso no importaba, JiSung se sentía lo suficientemente abatido y enojado que ni siquiera su recarga diaria de Lee MinHo podía aligerar su humor. "¡¿Por qué nos hiciste esto, SeungMin?!, sabías que era falsa."
"¡Venganza!" exclamó SeungMin. "Se metió a mi jodido dormitorio de mi jodida casa, y revisó mi baúl sin mi autorización. ¿Cómo mierda se supo el acertijo para entrar a la casa?"
"Se lo dio TaeHyun," respondieron a la par, para luego JiSung y Felix golpear sus cabezas.
"Ni en mis compañeros de cuarto puedo confiar," murmuró, rencoroso.
"¿Dejaste que lo bañaran en vinagre de manzana a propósito?" Felix parecía encandilado. "¡Dejaste que ellos ganaran!"
"¡No me importa!"
"Mira, sería una situación muy genial si no fuera porque estamos pasando por una crisis, SeungMin," golpeó JiSung la mesa reiteradas veces. "¡¿Puedes colaborar un poco?!"
"Oye, he hecho todo lo que tengo a mi merced para ayudarte," se justificó. "Desde que JeongIn se enteró que has estado intentando entrar a su dormitorio, Chan ha estado cambiando la contraseña de ingreso a la sala común todos los días prácticamente."
"Necesitamos saldar esto," demandó JiSung. "Necesito ese maldito libro. Debe de haber una forma..."
"¿Has pensado en hablar con él?" opinó Felix.
"¿Hablar con él?, ¡Por supuesto que lo he hecho!" exclamó, ofendido.
"¿Sin una amenaza de por medio?" continuó SeungMin.
Se quedó en silencio. No es que JiSung fuese un bravucón a primera vista- al contrario, era tan fácil de romper como una rama por su anemia crónica; sin embargo, el conflicto que estaba teniendo en ese instante con el prefecto y con El Diablo Rojo de Gryffindor era algo que tocaba profundamente su temperamento.
"Si no consigo ese libro, el padre de HyunJin me va a matar," recordó JiSung con dramatismo.
"No lo hará," repitió SeungMin la frase que tanto él como HyunJin y Felix han estado diciendo las últimas semanas. "Solamente te dará una mirada de decepción."
"¡Y yo no quiero ser su decepción! Ya me basta con ser un allegado a su familia."
"Ustedes no tienen percepción del silencio, ¿Eh?" se asomó la señorita Prince a la mesa, con su ceño fruncido y manos a la cadera. "Largo."
Ahora no solo JiSung estaba de mal humor, sino que también SeungMin; Felix no parecía encontrar una razón para estarlo, así que era un contraste de ambientes en el grupo que, para el resto de los estudiantes, resultaba cómico.
Cuando salieron de la biblioteca y HyunJin vio a SeungMin, automáticamente se levantó y le tendió la mano. SeungMin se la palmeó y sacó de la parte trasera de su pantalón de uniforme su propia varita, la cual HyunJin se aproximó en alcanzar.
"Alto ahí, loco," le apuntó SeungMin con la varita a la cabeza de HyunJin. "Esta es la mía."
"¿Y dónde está la mía?"
Con un simple hechizo, todo el vinagre de manzana fue estrujado del cuerpo de HyunJin dejándolo completamente seco y sin el intenso olor a ensalada. "Puedes sobrevivir un par de horas sin tu varita. ¡Mira a JiSung y a Felix! Ellos ni siquiera se han quejado."
En parte verdad. En parte mentira. Tras el suceso del baúl de SeungMin en el que HyunJin se había dado vuelta en busca de su varita (la cual había sido requisada por parte de SeungMin luego de haber intentado robar los tubérculos de las plantas de la profesora Sprout), tanto JiSung como Felix fueron cómplices de su robo, por lo que SeungMin usó su poder de prefecto para requisarlas igualmente.
"¿Y a mi qué?" cuestionó HyunJin. "JiSung es una puta caja de sorpresa, no necesita su varita. Y Felix es lo más cercano a lo que un muggle puede estar en Hogwarts."
"Grosero," espetó Felix.
Desde primer año que ninguno respetó la casa del otro, por lo que los cuatros se encaminaron al dormitorio de Hufflepuff con SeungMin usando su clásico poder de prefecto.
JiSung seguía maquineando en su mente algún tipo de plan para recuperar el libro que había perdido en la apuesta contra Yang JeongIn.
En un principio, había sido una apuesta fácil: JeongIn una vez lo vio con un libro de colección de la historia de Quidditch con la edición de Inglaterra, tan vieja que debía de estar en un museo. JeongIn intentó comprárselo a JiSung, pero él lo había rechazado ya que era el primer regalo de navidad que los padres de HyunJin le habían hecho; sin embargo, tras la ambición y el gusto de ver al Diablo Rojo de Gryffindor desesperado por algo, apostaron con quién se quedaría el libro en un amistoso partido de Quidditch de Hufflepuff contra Gryffindor, pero como a HyunJin le dio una maldita fiebre de dragón, la casa de Hufflepuff perdió, al igual que JiSung con la tutela del libro.
"¿Habrá otra forma de ingresar a la sala común sin ser vistos?" preguntó al instante JiSung, una vez que cerraron a sus espaldas la puerta del dormitorio. SeungMin se sacó los zapatos y se recostó junto a Felix en la cama de él mientras que HyunJin (aún molesto con SeungMin) se adentró a su cama y cerró todas las cortinas de ella.
"Creo que intentamos todo," contestó SeungMin, revisando su libro. "La capa de invisibilidad (la perdimos). Felix entró simulando ser estudiante de Gryffindor (salió mal). HyunJin usando sus encantos de veela (salió peor). Sobornar a uno de primero para buscarlo (terminamos en la oficina de McGonagall). Sobornar a un elfo doméstico para robarlo (terminamos en el despacho de Dumbledor). Ingresar directamente a la sala común (días de fracaso)."
"No necesitamos tu negatividad, SeungMin. Necesitamos propuestas," alentó JiSung.
"¿Qué tal si hablas con JeongIn?" propuso nuevamente Felix. "Pueden llegar a un trato. O pedirle disculpas mientras le pides el libro de vuelta."
"¡Yo nunca pido disculpas!"
Vil mentira. JiSung pasó parte de su infancia antes de entrar a Hogwarts disculpándose con su madrina ante cada error que él cometía, pero fingía que el trauma se había eliminado y JiSung se esforzaba por ser mejor hombre de lo que fue.
"El plan de Felix suena más coherente," apoyó SeungMin. "JiSung, el padre de HyunJin no te matará por haber perdido el libro en una apuesta o te echará a la calle, pero si tanto anhelas por recuperarlo, ve donde JeongIn y pídeselo."
Un ruido se emitió en la cama de HyunJin.
"Idiota, no te oigo," le dijo JiSung.
HyunJin abrió la cortina, manifestó un "estoy de acuerdo con SeungMin," y, aún orgulloso, se encerró de nuevo.
"Vale," terminó por acceder JiSung. "Seguiré el plan de Felix. Hablaré con él."
Habría sido más fácil si JiSung se hubiese topado con Yang JeongIn de forma espontánea, porque buscarlo había sido todo un reto. Era como si alguien le hubiese comunicado que lo buscaba y que por eso se escondía a propósito. No lo encontró en ninguna parte durante el resto de los días.
Creyó que su búsqueda estaba siendo silenciosa, como un puma. Colocándose en las esquinas de los pasillos que iban a la sala común de Gryffindor para toparse casualmente con él, y otras veces revisaba El Mapa del Merodeador (creación gracias a la idea de Felix y JiSung, porque en primer año se perdían demasiado en el castillo) para ver si podía encontrarlo en alguna parte, pero cada vez que el nombre de 'JeongIn' se asomaba y JiSung iba en su búsqueda, JeongIn desaparecía.
"¿No planeas irte jamás de acá?" preguntó MinHo, al ver a JiSung hincado en la esquina del pasillo que iba en dirección a la torre de Gryffindor.
Su relación con MinHo había sido fría en un inicio. Aunque JiSung no tenía idea de lo que eran las casas de Hogwarts, cuando presencio en su primer año la burda arrogancia de ese chico de segundo año que fanfarroneaba su estancia en Slytherin, recordando constantemente el estatus en el que JiSung se encontraba con un sesgo despectivo, hizo que el menor no solamente se defendiera bruscamente, sino que ambos entraran en conflicto.
Sin embargo, bajo una nueva lupa y el pasar de los años, junto con uno que otro secreto que JiSung cargaba de MinHo, él pudo notar que el chico de Slytherin no era mala persona; era un chico que necesitaba ser cuidado y escuchado, y JiSung estaba más que contento en poder estar con él.
"¿Qué hora es?" preguntó JiSung, sintiendo cómo el sueño le invadía.
"Pasada de las nueve," contestó él, hincándose casualmente a su lado. "Te ves del asco."
"Tuvimos esas reuniones vocacionales," contó. MinHo emitió un quejido. "Sí- del asco. El profesor Callaghan toma mi caso."
"¿Cómo tu caso?" cuestionó, extrañado.
"Ya sabes," murmuró, apuntando su cabeza donde su colorido cabello cambió de un negó de cansancio a uno violeta con una simple mirada. "El campo laboral que tendré con esto. Ridículo y discriminatorio, en verdad, pero no me perturbo. Dijo que yo sea maestro."
"No tienes tolerancia a la frustración para ser maestro."
"¡Lo sé!"
Bufando, JiSung apoyó su cabeza en el muro antes de girarse, viendo a MinHo. Se mantuvo un momento ahí hasta que sonrió.
"¿Me haces compañía~?"
"Si algún otro prefecto te ve, te castigará."
"La deshonra del padre de HyunJin es suficiente castigo para mí," expresó con melodrama, cambiando su cabello a uno verde parecido a las hojas de los árboles.
"No seas dramático," interpuso con sus ojos en blanco. "¿No has encontrado a JeongIn?"
"No- y creo que nunca lo encontraré."
"La última vez que lo vi estaba merodeando con su compañera cerca del despacho de la profesora McGonagall," contó él, y JiSung se levantó de golpe.
"¡¿Crees que siga allí?!"
"¿No has revisado tu mapa mágico, acaso?"
"Lo tienen los chicos para ir a la cocin- no, no he visto el mapa," se atajó rápidamente ante la mirada sarcástica de MinHo. "Como sea- vamos."
"Hasta donde sé, no estoy involucrado en tu problema," comentó MinHo, mientras que JiSung (en un acto de total inocencia) tomaba el brazo del chico para arrastrarlo hacia el despacho de la profesora McGonagall.
"Mira: lo he buscado desde hace diez días y no lo he podido encontrar. Tal vez me lanzó una maldición y ya no puedo verlo sin alguien cuerdo a mi lado," intentó razonar, pero de repente la teoría le pareció demasiado mala e infantil, pero JiSung ya estaba jalando a MinHo y no lo soltaría por nada en el mundo.
MinHo guio a JiSung hasta el área donde se encontraba el despacho de la profesora McGonagall y rondaron por sus alrededores en busca de alguna señal de JeongIn. JiSung cantó victoria en s interior cuando, doblando en una esquina, se lo encontró a él y a otra chica de cuarto año de Gryffindor: Shin Yuna, sentados en una de las ventanas del castillo.
"¿No deberían estar en sus dormitorios?" le cuestionó MinHo al llegar con ellos, aunque no parecía preocupado de que estuviesen ahí.
"Mira quien aparece en las rondas- el prefecto que nunca está," molestó Yuna con burla. "¿Qué te trajo hoy con nosotros, MinHo?"
"La responsabilidad que ustedes no cargan, tal parece."
"Tengo que hablar contigo," interrumpió JiSung el disturbio entre los otros dos, mirando a JeongIn. "Tienes que regresarme el libro, hombre," MinHo le dio un codazo, "por favor."
JiSung notó cómo eso había pillado a JeongIn desprevenido, porque pestañeó un par de veces y se demoró unos segundos en procesar las palabras de JiSung. "Espera- ¿El gran Han JiSung me está rogando?"
Sintió cómo la corriente eléctrica lo golpeaba desde su nuca, y su cabello cambió de su natural color marrón al rojo del enojo. "No te estoy rogando. Es un libro familiar. Fue una estupidez apostarlo, y lamento eso sinceramente, pero en verdad lo necesito de vuelta."
JiSung tenía una reputación que había sido construida a través de los años en los que ha estado en Hogwarts; una reputación donde el jovial, carismático y dramático chico había hecho que el resto de las personas le tuvieran un respeto más allá de ser una criatura mágica que podía cambiar formas.
Es por eso que, sí, era toda una poesía que ese mismo chico que en primer año le había hecho frente al legendario Lee MinHo, perteneciente de la familia Lee, tratándolo de "culo obstruido", estuviese frente a Yang JeongIn, pidiéndole intensamente algo que era suyo.
Ni con MinHo me humillé tanto.
"Woah," JeongIn miró a Yuna, quien tenía la misma expresión de asombro que él. "¿Tú también lo estás viendo?"
"JeongIn...," MinHo le llamó con severidad.
"Vale, vale, solamente estoy un poco impresionado," levantó sus manos él. "Jamás creí que el fantástico Han JiSung-"
"JeongIn, ya."
"¡Bien, bien!, te regresaré el libro, Han," gritó JeongIn, exasperado. JiSung sintió una ola de alivió; cuando se dispuso en darle las gracias, él rápidamente agregó: "¡No obstante!, tendrás que hacer algo por mí primero."
"Lo que sea," contestó automático, eliminando el color rojo de su pelo a uno verde menta, indicando su alegría.
"Tienes que hacer algo ridículamente épico como para convencerme que eres digno del libro," demandó.
JiSung se quedó congelado, y su cabello cambió a naranjo a causa de la confusión.
"¿Eh?"
"¡Vamos!, eres bastante épico para hacer las cosas que te propones, ¿O no?" dijo, sonriendo. "¿O no eres el mismo chico que intentó hacer una alfombra voladora en tercer año?, ¿O quién hizo que a Seo ChangBin de Slytherin le saliera ebulliciones en su rostro? Pero últimamente no has hecho nada más que ser patético. Si vuelves a recuperar tu alma gloriosa, entonces te devolveré el libro."
"No sé si te habías enterado, pero rindo los TIMOs este año," se justificó JiSung. "Apenas tengo tiempo para comer y-"
Pero JiSung terminó hablando solo. JeongIn le indicó con la cabeza a Yuna para que ambos se retiraran de allí, dejando a JiSung y MinHo solos.
"¿Tal vez-"
"Quiero verte intentándolo," interrumpió MinHo, con gracia. "Últimamente les hemos estado ganando a ustedes..."
"No nos han ganado ni mierda," interrumpió JiSung. "Solamente hemos estado distraídos- ya sabes, TIMOs. Que ChangBin esté más preocupado en nuestra propia existencia que en sus exámenes no es problema mío."
"¿No puedes ser más coherente?" MinHo le miró. "¿O tu cabeza no trabaja con la logística básica?"
"¿Por qué me insultas ahora?"
"Te mueves con tu ridícula manada, y si haces algo 'ridículamente glorioso que sea merecedor de ese libro', arrastrarás a HyunJin, SeungMin y Felix a eso," apuntó MinHo. "Y, para tu desinterés, existe la copa de Quidditch; los atraparán a los cuatro y Hufflepuff perderá a su mejor jugador porque tendrán a HyunJin castigado."
Sin embargo, solamente una idea estaba en la cabeza de JiSung, haciendo que su cabello cambiara de color violeta.
"Oh, no...," MinHo puso sus ojos en blanco. "¿Qué dije ahora?"
"¿Estás preocupado de que mi casa no gane el campeonato de Quidditch?" consultó JiSung mientras le picaba las costillas. "Nunca pensé que te preocuparía eso~"
"¿En serio no tienes neuronas?, creí que te importaba el rendimiento de tu casa y-"
"Estás preocupado de que mi casa no gane la copa de las casas~," siguió canturreando JiSung, sintiendo una preciosa bomba de felicidad explotar en su pecho. "Te voy a hacer compañía en la ronda de hoy."
"No, no lo harás," detuvo MinHo. "Ve a la sala común o te descuento puntos."
"No te dejaré hacer guardia solo," siguió sonriendo. "¿O no sabías que el lobo sale de noche?"
MinHo puso sus ojos en blanco ante el mal chiste, pero terminó accediendo a la compañía.
"No me haré cargo si otro prefecto te regaña."
"Igual te importo~"
Cuando JiSung llegó a su dormitorio, más tarde, se encontró con la imagen que esperaba de sus compañeros cuando era cerca de las once de la noche: Felix y HyunJin sentados en la cama del segundo mientras comían tartaletas robadas de la cocina.
"¿Terminaste de acosar a JeongIn?" le preguntó HyunJin a JiSung, mientras este se sacaba sus zapatos para recostarse también en la cama.
"Sí, y estuve con MinHo toda la noche~"
"¿Y no te topaste con Eric Sohn?
"No se habla de Eric~" canturreó antes de regresar a la realidad. "JeongIn dijo que debemos hacer una gran jugarreta, digna de la recuperación del libro."
"No me voy a dejar mandonear por un mocoso de cuarto año con problemas de ira," manifestó HyunJin.
"¡Vamos!, voy a necesitar toda la ayuda posible."
"No tengo ninguna idea," confesó Felix, engullendo de su tarta. "¿Por qué no revisas el catálogo de Zonko's?"
"Zonko's está pobre últimamente," recordó JiSung. "¿No te acuerdas de que, tras las rebajas navideñas, la gente se llevó casi toda la tienda? No van a reponer hasta finales de enero..."
"Bueno..." HyunJin se estiró en la cama, acariciando sus músculos. Había tenido entrenamiento de Quidditch ese día. "¿Qué propones?"
"Llorar."
"Algo más eficiente."
Los siguientes días no parecieron ser los mejores para la creatividad del grupo. Tanto HyunJin como JiSung compartían notas en clases sobre algún plan maquiavélico que pudiese ayudar a JiSung a recuperar el libro, pero todo se quedaba en lo teórico cuando se daban cuenta de que los nuevos planes no eran más que plagios de sus bromas anteriores.
"¿Recuerdan Lilo & Stitch?" preguntó Felix en algún momento, en la sala común, mientras observaba las cartas que la profesora Trelawney solicitaba para sus clases de adivinación. "Podríamos pedirle un elfo doméstico que se disfrace Stitch y que siga a ChangBin a todas partes."
"¿Qué es un Lilo?" preguntó HyunJin.
"¿Qué es un Stitch?" consultó SeungMin.
JiSung y Felix compartieron una mirada. "Magos."
"Aunque no creo que sea eficiente," opinó JiSung, ordenando con banderitas el texto de runas antiguas. "Me da un poco de pena pedirle favores a los elfos."
"Y la última vez terminamos con Dumbledore," recordó SeungMin.
Otro día, cuando nevó y perdían el tiempo sentado en los grandes marcos de ventana del pasillo hacia el jardín, SeungMin habló:
"¿Y si hacemos un montón de muñecos de nieve y así atacan a ChangBin y MinHo?" propuso SeungMin.
"¿Cómo en Toy Story?" preguntó JiSung, sentado en el marco.
"Toy- qué."
"Olvídalo."
Repentinamente, JiSung chilló. Se dejó caer hacia el otro lado del jardín a la par que, totalmente enajenado, Eric Sohn pasaba por el pasillo con sus amigos. Los otros tres chicos solamente le siguieron con la mirada.
"Ya se fue," anunció Felix.
"¿Por qué no te camuflaste como camaleón?" dijo HyunJin.
JiSung se levantó y volvió a sentarse en el marco, arreglando su desordenado uniforme. "Porque a veces no soy racional, HyunJin."
"Deberías ser hombre y hacerle frente," opinó SeungMin. "Ya sabes, responsabilidad afectiva."
"No me atrevo a hablar con él," dijo, melodramáticamente. "Después de lo que le hice..., no me lo perdonaría."
"Solo lo dejaste plantado, que lo supere," comentó HyunJin de mala gana.
Felix, siendo el más sensible, palmeó el hombro de JiSung un par de veces con solemnidad. "Él está muy triste contigo."
"¿Las estrellas te lo dijeron?" cuestionó JiSung de mala gana.
"Sí."
"Mejor piensa en un plan, idiota."
Todo cambió repentinamente durante un día antes de la luna llena de enero, en Historia de la Magia.
HyunJin y JiSung estaban tomando notas- mentira, estaban jugando a tres en línea, zaceando todas las ideas de su cabeza mientras escuchaban la aburrida voz del profesor Binns hablar sobre la revolución de los duendes.
"¿Ya hicimos a ChangBin y MinHo de color verde?" susurró HyunJin, aburrido.
"Sí, y nos hicieron maullar durante una semana."
"Agh, ¿Por qué son tan buenos?"
El profesor Binns seguía hablando de fondo con su perezosa voz, y JiSung y HyunJin seguían dibujando sobre el pergamino de JiSung hasta que notó, infantilmente, que HyunJin había hecho trampa.
"Eh- oye, yo era el que jugaba con las Os," apuntó JiSung al recuadro donde HyunJin había dibujado una O.
"Pero la dibujé yo," razonó el otro. "Así que gané."
"Eso es trampa."
"Nadie especificó que lo era."
"Juega limpio, idiota."
"Aprende a perder tú, imbécil."
"¡No ganaste!"
"¡Sí lo hice!"
En forma de venganza, JiSung trazó una línea en todo el pergamino de HyunJin, haciendo que este jadeara dramáticamente e hiciese lo mismo con el pergamino de JiSung, esta vez agregando un extenso pene en toda la hoja. Rápidamente esa pelea de rayones se transformó en una pelea que el profesor Binns ni siquiera se inmutaba, como tampoco notaba que el resto de los estudiantes comenzaban a girar sus cabezas hacia el dúo que había pasado de rayar pergaminos a empezar a verter las tintas de los tinteros en el rostro y el uniforme del otro.
"¿No harás algo al respecto?" susurró Felix a SeungMin, ambos girando sus cabezas para ver cómo se disparaban las tintas desde sus varitas.
"Ya estoy muy viejo para esto," contestó SeungMin, girándose para inclinarse cansadamente sobre su escritorio para seguir leyendo su libro. "Además, ya hay alguien que los hará detenerse."
Seo ChangBin, por su parte, al ser el mejor estudiante de quinto año, estaba completamente hastiado; sin piedad alguna levantó su varita y emitió un encantamiento no verbal, haciendo que la punta fluyese un hilo platinado y violeta que recorrió con lentitud los pies de los estudiantes hasta que golpeó a JiSung y HyunJin. Los pocos estudiantes que habían dado cuenta de ello se decepcionaron al ver que no les había sucedido nada.
"¡Bueno, ya!" evocando desde las sombras y perteneciendo a la misma casa de las serpientes que ChangBin, Hwang Yeji se levantó de su asiento. Incluso algunos alumnos saltaron del susto. "¡Si no se detienen en este instante, los castigaré a ambos!"
HyunJin, avergonzado de la intervención de su hermana, aprovechó de lanzarle un chorro de tinta a ella, haciendo que ardiera troya y que grandes latigazos de color verde cruzaran tanto el uniforme como el cuerpo de ambos chicos entre griteríos e insultos por parte de ella.
"Sí no les importa, continuaré con la clase...," comentó el profesor Binns tras la escena.
"Profesor," JiSung alzó la mano. "¿Podemos ir a limpiarnos...?"
"No."
Pasaron el resto de la clase intentando sacarse la tinta de la cara con sus túnicas. Le habían pedido un espejo a una de sus compañeras, y ambos peleaban por poder verse en el reflejo y notar cómo la tinta no salía de sus rostros.
"Mierda...," murmuró HyunJin al ver que la tinta no se iba de sus mejillas. Se restregó con más fuerza y pudo notar cómo el negro de la piel comenzaba a irritarse, más no salirse. "¿Qué demonios tenía tu tinta?"
"¿Qué tenía la tuya?" contra preguntó JiSung, igual de molesto. "No puede ser que esto no salga..."
Cuando la campana sonó para el traslado a la otra clase, SeungMin lloró de la risa al ver que sus amigos no podían sacarse la pintura de la cara.
"¡Ay..., no..., espera!" SeungMin se afirmaba el estómago mientras intentaba recuperar el aire, pero no podía evitarlo; los otros dos chicos solo miraban con enojo a su amigo, e intercalaban amenazadoras miradas con Felix advirtiéndole en no reírse, aunque este no parecía estar tentado a hacerles casos. "¡Son idiotas!"
"¡¿Vas a seguir o nos vas a ayudar?!" explotó HyunJin.
"Vale..., vale...," se intentó recomponer, para luego alzar su varita y apuntar a JiSung. "¡Aguamenti!"
Un potente chorro de agua salió estallado de la varita, empapando a JiSung en un instante; incluso algunos estudiantes que pasaban alrededor resultaron mojados. Pero todo fue en vano al ver que, de las gotas que caían del cabello y de la nariz de JiSung, el negro de la tinta no se iba.
"¿Ya se fue?" cuestionó JiSung entre dientes.
La respuesta fue clara, porque ahora Felix se había contagiado de la risa.
Para la hora de la comida, JiSung y HyunJin corrieron rápidamente a los baños del pasillo; se sacaron sus túnicas, chalecos y camisas para ver hasta dónde llegaba la tinta de su cuerpo y cómo este se esparcía también en sus pechos; eran distintos destellos que podía pasar a ser un dibujo de sus sistemas nerviosos, y en el rostro tenían manchas amorfas que no cedían desaparecer, aun cuando los dos chicos frotaban con fuerza sus rostros con jabón.
En un ataque de desespero, JiSung comenzó a cambiar no solo su color sino la forma de su pelo, para continuamente cambiar las facciones de su cara desde la imitación de alguno de sus amigos, hasta maestros de Hogwarts y figuras importantes de la cultura popular.
"Me rindo," expresó, tras volver a la normalidad.
"Cuando dije que me haría un tatuaje, no me refería a esto," comentó HyunJin.
"¿Cómo podré casarme con MinHo luciendo así?" se lamentó JiSung. "Él estará avergonzado de tenerme así a su lado."
"Se avergonzará de ti sin importar la forma," alentó SeungMin. "Vamos a almorzar."
Por supuesto, tras salir al pasillo no dejaron que ningún rastro de vulnerabilidad se viera reflejado en ellos para el resto del público, por lo que caminaron entre los estudiantes con sus clásicas posturas desafiantes y carismáticas mientras fingían que nada pasaba.
Tras llegar al Gran Comedor, los cuatro se sentaron bajo la vista de la mayoría de los estudiantes que habían estado presentes en la clase del profesor Binns. Ere costumbre que siempre anduviese dando vuelta algún chico o chica con alguna extravagancia, ya que los accidentes sucedían, pero nadie iba a negar que no era llamativo ver a esos chicos hechos un desastre.
"¿Alguna otra idea para el plan?" preguntó JiSung, antes de empezar a comer.
"Hacer levitar al calamar gigante del lago negro," opinó Felix. "O transformar a todos en calamares."
"¿No sería mucha la gente?" preguntó HyunJin.
"Entonces solo a los de primer año," sentenció SeungMin.
Los cuatro giraron su cabeza hacia un extremo de la mesa de Hufflepuff; un grupo que siempre andaba juntos de primero los miraba con horror- no querían ser víctimas de ellos nuevamente.
"Olvídalo, ya hemos abusado mucho de su amabilidad," negó JiSung. "¿Y qué hay de...?"
Sin embargo, vieron como los ojos de Felix se perdía en medio de la nada, dejando a los tres chicos soltar un profundo suspiro.
"Le pasa de nuevo," comentó HyunJin, tomando a Felix del hombro para zarandearlo y traerlo de regreso a la realidad. "Reacciona, niño."
Como si alguien le hubiese puesto reproducir en su existencia, Felix regresó a sí y apuntó hacia el otro lado del comedor. "¡Fue ChangBin quien los pintó!"
Los otros tres lanzaron un fuerte quejido.
"Por supuesto que fue ChangBin," se quejó HyunJin. "¿Por qué somos tan idiotas?"
"Porque somos cuatro."
"Eso no tiene ningún sentido."
Los cuatro, con rencor, se giraron sobre sus asientos para ver hacia la mesa de Slytherin. Seo ChangBin, parte de la dupla maligna que formaba con Lee MinHo, comía con tranquilidad mientras hablaba con MinHo que sabe qué cosa, pero era tan poco interesante que el otro chico estaba recostado sobre la mesa mientras-
Uy.
"Hay que vengarnos," alentó HyunJin, regresando hacia la torre de Hufflepuff cuando SeungMin ya se había separado por una reunión de prefectos. "¡Tenemos que hacerlo! La última vez, si mal no me equivoco, ¡Él nos atacó!, ¡Esas no son las reglas!"
"O sea, ustedes estaban haciendo un caos...," opinó Felix.
HyunJin le golpeó el brazo. "¿Estás a favor de él o de nosotros?"
"Uh...,"
"¡Felix!, ¡Es el enemigo!"
"¡¿Y por qué no le dices nada a JiSung?!" se defendió Felix, golpeando los barriles de la pared para entrar a la sala común. "¡Él está vuelto loco por Lee MinHo!"
"Lee MinHo no se compara a la rata inmunda de Seo ChangBin," se defendió JiSung. "Mientras Lee MinHo es un ángel que llegó a la tierra, Seo ChangBin es una costra de un leproso."
"Oh, por Helena," exclamó HyunJin con falsedad mientras abrazaba a Felix por los hombros. "JiSung es un arrastrado."
Usualmente, cuando JiSung se escabullía, no tendía a tener problemas porque llevaba la capa de invisibilidad consigo; empero, al tenerla extraviada, él tuvo que idear un plan negligente de informar que se iría a las cocinas junto al mapa del merodeador para así, con tiempo, poder salir.
Asegurándose junto al mapa en su trayecto, JiSung salió por los terrenos baldíos de Hogwarts esa noche hasta el encantado Sauce Boxeador. Él tuvo que razonar que probablemente Madame Pomfrey o el profesor Slughorn se encontraba en su interior, por lo que, al entrar, usó toda la concentración que le había enseñado el profesor Stuart Callaghan, el maestro metamorfomago de la escuela, después de meses de ruego para así, con una dolorosa lentitud y encierro, su cuerpo se transformara en rata.
Ser metamorfomago no era lo mismo que ser un animago, y mucho menos un hombre lobo; no conocía el proceso del animago a carne propia, pero creía que, bajo la experiencia de su profesora de transformaciones, no era tan doloroso como sentir tus huesos reducirse, cambiar todo tu sistema interino, sentir como tu propia piel se desprendía para poder darle paso al pelaje del animal de turno que quería imitar.
Demoró un par de momentos en poder acostumbrarse, y los gritos de la segunda planta se escuchaban agonizantes. Desde su altura vio como unos pies pasaban por su lado y se iban por el túnel para abandonar el sauce; JiSung subió los escalones con la mayor rapidez que se permitía en su pequeña figura y, a medida que los gritos y los golpes se hacían cada vez más fuertes, él volvía a transformarse en humano.
Bien, como las últimas veces que él recordaba, tomó el pomo de la puerta en donde MinHo estaba encerrado para abrirla y, en el proceso de su transformación, pensó en el animal que pudiera hacerle compañía a MinHo.
Un perro.
Usualmente él le preguntaba qué animal quería ser acompañado en cada mes, y JiSung se esforzaría en poder cumplir con una transformación total durante muchas horas, pero al haber estado tan preocupado por el libro y de Yang JeongIn que lo había olvidado por completo.
Después de una eterna hora, tras no sentir más ruido en el interior de la habitación, con su gran peluda pata JiSung abrió la puerta para poder ver al feroz hombre lobo recomponiéndose en el suelo, jadeando tanto por la sed de sangre como por la frustración; JiSung se acercó a él y, con su hocico, empujó el costado del animal para que este le prestara atención.
Cuando el licántropo hizo contacto visual con él, JiSung no pudo evitar sonreír. A pesar de que su rostro peludo y deformado para la simulación de un lobo era terrorífico, los ojos gatunos que MinHo poseía siempre se encontraban intactos.
Con amabilidad, JiSung se recostó a los pies de MinHo para mostrarle su barriga en señal de dominancia, y el hombre lobo pareció tomarlo bien porque, al ver una vez más a su amigo, aulló en compañía de JiSung.
Juntos salieron del Sauce Boxeador y se perdieron en el bosque prohibido, correteando a las criaturas mágicas y jugando con ellos mientras el hombre lobo sentía más libertad al no estar encerrado, como presuntamente lo estuvo toda su vida.
Cuando JiSung se había enterado, él ni siquiera tenía noción de cuán poderosa era su habilidad y tampoco medía los peligros del mundo mágico. Llevaba un par de meses en Hogwarts y él ya se había dado cuenta que su habilidad no era algo que todo el mundo poseía, especialmente a aquel que había sido criado toda su vida por muggles; le había rogado al único referente de metamorfomago que había en la escuela: el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, pero el profesor Callaghan había negado ayudarlo considerando la edad del menor.
Y como JiSung era un niño de once, emocionado y terco, se transformó por casualidad el mismo día de la luna llena. Cuando despertó tras haber quedado inconsciente con varios de sus huesos rotos por el mal manejo de su magia, vio a un chico de segundo a su lado que descansaba con heridas similares a las de él, y por primera vez JiSung cayó en cuenta no solo el peligro que corría en la escuela, sino el cómo personas como JiSung eran aplaudidos mientras que personas como MinHo eran cruelmente encerrados.
Demoró mucho tiempo en poder hacer transformaciones completas y por tiempo prolongado, pero esa promesa que le había hecho en el ala del hospital aun cuando la relación de ambos no bordaba la cordialidad, debía de cumplirse en algún punto de la historia.
El lobo feroz corría por el bosque, bebiendo y mojándose en los lagos mientras que el gran perro negro le seguía a su lado, ladrando y reciprocando las acciones del hombre lobo con sus juegos, mordiéndose y empujándose antes de caer a uno de los lagos.
La energía del lobo se apagaba a la par que los rayos del sol aparecían por las colinas de Escocia, y JiSung tuvo que hacer su responsabilidad de atraerlos a los límites del bosque prohibido y de la escuela para que, una vez que de camino al sauce el cuerpo de MinHo volviera a ser humano, JiSung lo alcanzase a tomar antes de que él pudiera caer al suelo.
"Buenos días," canturreó JiSung; su cabello cambió a uno negro en señal de cansancio, aunque reflejos violetas podían divisarse tímidamente. "Te portaste bien..."
MinHo no tenía energía para hablar, pero cooperaba en andar. JiSung sacó su varia e inmovilizó temporalmente al sauce con un simple hechizo reflejo, y ambos subieron los escalones hacia la habitación donde MinHo era presuntamente encerrado en todas las lunas llenas.
Acomodó a MinHo en la cama y lo tapó con las mantas que Madame Pomfrey siempre se aseguraba de que estuvieran para que el chico no pasara frío, y se mantuvo a su lado hasta que pudiese sentir señales de la enfermera entrando a la casa de los gritos.
"Gracias...," murmuró MinHo una vez más, con notorios signos de agotamiento. "Gracias..."
JiSung no contestó, pero tomó la mano de MinHo cuando él se la tendió.
Regresó a su dormitorio minutos antes de que Felix y HyunJin despertasen. Tomó una ducha compensadora y se asustó al verse en el espejo, tan cansado y con nauseas de la fatiga que le hacía preguntarse, como los meses anteriores, por qué hacía esto.
Por amor, era la respuesta más sencilla, pero JiSung no había caído en cuenta de su enamoramiento con MinHo mucho tiempo más tarde que su primer encuentro.
Al salir del baño, con su cabello negro delatándole, HyunJin ya se estaba estirando en su cama. "¿Dónde estuviste?"
"En el baño," apuntó con obviedad. "¿Querías acompañarme?"
"Anoche no volviste," dijo Felix, yendo hacia el pequeño luminador que tenía en su mesa de noche que hacía simular el techo del dormitorio como el cielo que se podía ver desde la torre de astronomía para poder apagarlo. "Yo quería comer..."
"¿Dónde demonios fuiste?" cuestionó HyunJin.
JiSung, sin saber qué excusa formar, se encogió de hombros. "Eh- a las cocinas."
"JiSung..."
"Fui a escabullirme para besuquearme con MinHo."
"Realmente tenías hambre para pasar toda la noche en la cocina...," murmuró Felix, levantándose para ir hacia el baño.
Días después de eso, el grupo no dejó de pensar en algún plan lo suficientemente factible como para humillar a Seo ChangBin y Lee MinHo, y para permitir que Yang JeongIn le regresara el libro a JiSung, por lo que cuando llegaron a febrero, ellos se sentían un completo fracaso.
"¿Iremos a Hogmseade hoy?" preguntó Felix.
"No lo sé, YongBokkie," SeungMin le miró. "¿Nos traes un buen augurio para hoy?"
"No, pero quiero comprar una pluma."
"A mí no me apetece ir," se quejó HyunJin. "Estamos en febrero- ahora no hay más que promociones para San Valentín: 'ven con tu pareja y les haremos un descuento por cada lengua que se paseen por sus caras'".
"¿Cuántas lenguas crees que tienen las personas?" le preguntó SeungMin.
"Cuando la gente se excita, créeme que hay más de una."
"¿Y tú que sabes? Nunca has dado tu primer beso," se burló.
"¡Sabes que es un tema sensible, SeungMin!"
"¿Tal vez podríamos encantar a las parejas haciendo que sus lenguas se enreden con la del otro?" dio la idea Felix, haciendo a JiSung reír. "Lo probé con unos chicos de cuarto año y, bueno, funcionó bien."
"Eres satánico, YongBokkie. Te amo."
Finalmente, el grupo decidió en ir a Hogsmeade, aunque no sabían muy bien por qué. Más adelante tendrían más oportunidades de ir, tal vez cuando el clima haya mejorado, porque ahora la ventisca de nieve que pasaba sobre Escocia hacía que las ganas de quedarse en la sala común junto a la chimenea se intensificaran.
Tras llegar al pueblo, notaron que no estaba tan lleno como lo esperaban. La noche anterior había vuelto a nevar, lo que hizo que el frío de ese día fuese tan intenso que a penas de podía caminar. A ellos no les importaba, claro está, pero decidieron que sería buena idea ir a Las Tres Escobas para beber algo caliente antes de seguir en su búsqueda de algo, porque Felix quería una pluma nueva y HyunJin con JiSung querían comprar más tinta.
"¿No les basta con la que tienen en la cara?" se burló SeungMin.
Salieron de Las Tres Escobas con una helada mucho más fuerte que minutos antes, por lo que debatieron sobre si regresar a Hogwarts o no.
"Quiero pasar a Zonko's para ver si llegó algo nuevo," insistió JiSung.
"Oh, tengo un buen augurio sobre eso," opinó Felix.
"¡Sí, sí, sí!" coincidió HyunJin, apuntando hacia la entrada de la tienda de bromas para ver cómo una carreta llena de cajas llegaba a estacionarse en la entrada, lo que significaba que la tienda estaba volviendo a abastecerse. "¡Vamos a ver!"
Jalando (y ahorcando) a los tres chicos por la bufanda, HyunJin guio al grupo hacia la entrada de la tienda de bromas e ingresaron rápidamente a la par que el dueño: Rufus Agatos, estrechaba su mano con el proveedor.
"¡Muchachos!" exclamó el viejo Rufus tras ver a los cuatro chicos entrar. "¡Hace tanto tiempo que no los veía!, ¿Cómo se encuentran?"
"Estamos haciéndolo bien, hombre," contestó JiSung con una sonrisa, cambiando su cabello café a uno verde menta para manifestar su alegría. "¿Estás abasteciéndote?"
"Sí. Después de las ofertas navideñas nos quedamos sin nada," contó el hombre mientras veía las cajas levitar hacia el mostrador. "¿Quieren ver?"
Los chicos no se hicieron esperar y comenzaron a revisar las cajas, una por una. Algunos productos eran bromas recurrentes que habían hecho durante sus años en Hogwarts, mientras otras eran de catálogo especial que nunca habían visto.
"¡Mira!, boggarts falsos," mostró JiSung una caja pequeña de vidrio, el cual una entidad negra más parecida a una bola de humo se movía de choque en choque contra la caja. "Dicen que se tiran flatulencias en tu cara una vez que muestran tu miedo."
"Me gustan estos," comentó SeungMin mientras sacaba una caja un juego de calcetines. "Chillan cuando alguien se te acerca."
"¿Qué hay en esa caja tan grande, Rufus?" preguntó HyunJin al hombre que se encontraba anotando en una tableta.
"Ah..." Rufus sonrió con orgullo. "La nueva joya de mi tienda. Proviene ilegalmente de Estados Unidos, muchachos. La MACUSA me está persiguiendo en este mismo instante."
Los cuatro se acercaron a la gran caja que estaba ubicada en una esquina, y Felix se ofreció a abrirla (en caso de seguridad). No obstante, cuando el chico la abrió y revisó su interior, sus hombros bajaron de decepción.
"Son botellitas de vidrio," mostró Felix mientras sacaba una.
Era una botella pequeña, no más del porte de un esmalte de uña, y su interior tenía un líquido de color transparente tan parecido como la suerte líquida que el profesor Slughorn había presentado una vez.
"¿Qué es, Rufus?" consultó SeungMin.
"El especial de San Valentín, obvio," contestó el hombre con gracia. "Pociones de amor, le llamamos Le Romance."
De repente, JiSung sintió otra epifanía brotarle desde el interior.
"¡Ya sé qué broma haremos!"
"JiSung, no."
"JiSung, sí."
"¿Van a comprar?" consultó Rufus con notoria emoción.
"¡Sí!"
"¡No!"
JiSung y SeungMin habían exclamado a la vez. Ambos se quedaron mirando.
Rufus carcajeó ante la falta de concordancia. "Iré a revisar unas cosas al sótano. Pueden llevarse el catálogo para encargarlo más tarde."
JiSung tomó la revista de catálogo del mostrador y los cuatro salieron de Zonko's en dirección a la escuela.
"¡Miren!, está a tres galeones una botellita de Le Romance," exclamó JiSung con agrado.
"¿De qué hablas?, tú ni siquiera tienes dinero," le dijo SeungMin.
"No pueden jugar con las emociones," opinó Felix, mirando al grupo con seriedad. "Y mucho menos con el amor."
"Solamente serán las emociones de Seo ChangBin y Lee MinHo," justificó HyunJin. "Le ponemos un poco en su vaso del desayuno y listo, se enamorará a primera vista de..., uh..., ¿Cómo funciona eso?"
JiSung carraspeó antes de leer el catálogo. "Según esto, Le Romance funciona a según la disposición del bromista. Si tú quieres que sea amor a primera vista, lo será. Si quiere que sea específicamente a alguien- ¡Oh, sí!, ¡Podemos hacer que ambos se enamoren de Filch y peleen por su amor!"
"O de la señorita Norris," aportó HyunJin, igual de emocionado.
"Insisto que esto es una mala idea, JiSung. Esto es caer muy bajo," advirtió SeungMin con severidad.
"¡Vamos, hombre!" HyunJin pasó un brazo alrededor de los hombros de SeungMin mientras los acudía. "¿Dónde quedó tu sentido de la aventura?"
"Fue comido por mi sentido de la responsabilidad."
"Tú no tienes sentido de responsabilidad," JiSung se lanzó también al otro lado de SeungMin para abrazarlo. "Eres nuestro amigo. Debes ayudarnos."
"¿A que dos idiotas se enamoren de Filch?" SeungMin les levantó su ceja, pero al ver la inocencia de sus dos amigos y la mirada negativa que Felix rogaba para que SeungMin tuviera determinación, hizo que el de Ravenclaw suspirara de frustración. "Son unos imbéciles."
"¡Recuperaré mi libro!" gritó JiSung a todo pulmón, antes de que se pusiera a nevar.
"JiSung es mejor persona que yo," comentó HyunJin al aire. "Si tuviese la oportunidad de encantar a quien llamo 'amor de mi vida' con una poción, claramente no haría que se enamore del conserje."
Esa misma tarde, durante la cena, hicieron el encargo en el Gran Comedor. Lo ideal era tener Le Romance en sus manos para el día siguiente para así verterlo en el jugo de desayuno de ChangBin y MinHo y así verlos humillados por amor. No era el plan más digno, y JiSung no creía tener la fortaleza suficiente como para ver a MinHo expresando algún tipo de sentimiento hacia otro que no fuera él; sin embargo, era lo suficientemente bueno como para vengarse del ataque de ChangBin y recuperar el libro que el padre de HyunJin le había regalado. Mataba a dos pájaros de un tiro.
"¿Creen que con una botella alcance?" preguntó HyunJin.
"Supongo, aunque sean para dos."
"Seguimos sin saber nada de esto," reiteró Felix, mientras a su lado, SeungMin practicaba con su nueva pluma que había comprado. "¿Cuánto dura la poción?, ¿Cuáles son sus efectos secundarios?"
"¿En serio te importa eso ahora?" cuestionó JiSung. "En tercer año ChangBin no tuvo piedad en encantarnos con un hechizo que no tenía idea de cómo funcionaba- ¡Hizo que tuviéramos piel de rana por dos semanas!"
"Hemos madurado."
SeungMin, por su parte, ignoraba la discusión del grupo, siguió practicando con su pluma que escribía lo propio que uno dictaba. "Setecientos treinta y cuatro..., cabeza de ajo..., JiSung es idiota..."
"¿Tal vez cinco?" propuso de nuevo JiSung, estando a punto de escribir en un pergamino el pedido. "Y así tenemos un poco de reserva."
"En ese caso podríamos pedir diez," continuó HyunJin. "Por si las dudas..."
"¿Qué van a encargar?"
JiSung y HyunJin se giraron rápidamente cuando vieron a Yeji en sus espaldas. Rápidamente, JiSung estiró el pergamino del pedido hacia el lado de SeungMin disimuladamente, quien lo tomó y lo puso bajo su pluma.
"¿Qué haces acá, idiota?" le preguntó HyunJin a la defensiva.
"Vengo a cenar," contestó ella con obviedad. "Y les pregunto para compartir pedidos. Por las ventiscas están pidiéndole a los alumnos que no manden correos de forma constante, así que pensé que podríamos enviar uno todos juntos."
"¿Qué necesitas?" le preguntó HyunJin de mala gana.
"¿Conoces los nuevos comprimidos cosméticos que permiten alisarte el cabello? Son unas burbujas chiquititas de color violeta," mostró ella juntando el dedo índice con el pulgar. HyunJin fue el único del grupo que asintió. "Bueno, encontré una oferta en Moda Tiros Largos que venden quinientas unidades de comprimidos a solo treinta galeones."
"¡¿Bromeas?!, compárteme."
"Solo si colaboras," contestó ella. "Las chicas cooperaron económicamente. Si quieres, dame dinero."
"Venimos de la misma fuente de oro, idiota."
"Quinientas unidades de comprimidos para alisarte el cabello de Moda Tiros Largos," dictó SeungMin a su pluma mágica, la cual comenzó a escribir sobre el pergamino que JiSung había usado. "¿Algo más?"
"Ranas de chocolate," pidió Felix, ofuscado de que nadie le prestara atención.
Y antes de medianoche y el toque de queda, JiSung y HyunJin mandaron por la ventana a la pequeña lechuza de HyunJin: Kkami, hacia Hogsmeade.
Esa noche, JiSung durmió como nunca. Se sentía tan relajado y emocionado por poder efectuar su broma que hasta de los nervios a veces dormitaba; estaba tan feliz de poder recuperar el libro milenario y no recibir la dura mirada del padre de HyunJin que llegó a soñar cómo Filch huía con la señora Norris en brazos de un Seo ChangBin que proclamaba su amor a los cuatro vientos.
"¡JiSung!, ¡JiSung!"
Pero JiSung no quería despertar. Se sentía tan a gusto en su sueño...
"¡Maldita sea!"
"¡Ah!"
"¡HyunJin- shush- las vas a asustar- AH!"
"¡Oye, bicho!, ¡Deja mi libro!"
No se había dado cuenta de que las cortinas de su cama estaban corridas, ni de que la luz de la habitación estaba encendida. Su cabello tomó un confuso color naranjo mientras que, de la nada, alguien picó su pelo.
No era solo un pequeño búho, sino que en su dormitorio estaba lleno de ellos.
"¡Salgan, salgan!" aleteó Felix a los búhos que se posaban en su cama.
"Mierda- mierda- mierda...," murmuró HyunJin al borde de la locura, desatando cada paquete que portaba las patas de los búhos y dejándolos sobre su cama. "Nos van a matar, nos van a matar..."
Cuando JiSung se incorporó, tal vez era por su habilidad mágica que los búhos comenzaron a apoyarse en su cuerpo, estirando sus brazos para tener corrida de pequeños búhos descansando en ellos.
"Me siento poderoso," comentó JiSung, mostrándole su habilidad a su grupo.
"¡Ayúdanos, pedazo de bestia!" gritó HyunJin mientras le lanzaba un libro a la cara.
Uno a uno de los búhos comenzó a largarse por la ventana. JiSung no podía contener el pánico de tener tanto animal en su dormitorio (irónico), y no se explicaba por qué estaban allí tampoco.
"Me levanté porque alguien estaba golpeando la ventana y, antes de darme cuenta, una bandada entera entró por ahí," contó Felix, nervioso.
Los dos ayudaron a HyunJin a desatar los paquetes y tuvieron que sufrir las consecuencias de ser mordidos y arañados por ellos, dejando lóbulos, mejillas y dedos ensangrentados. Pasaron así otros quince minutos más, hasta que la habitación quedó llena de plumas y excremento de búhos.
"¡¿Qué demonios pasó?!" preguntó HyunJin ahora, sintiéndose hilarante ante la situación.
Felix tomó uno de los paquetes sobre la cama y lo desenvolvió. En su interior había una caja pequeña de cartón con un juego de cinco botellitas de vidrio de Le Romance.
"Estás de broma...," murmuró JiSung, yendo hacia la cama de HyunJin para desenvolverlo por sí solo otro paquete y- sí, cinco botellitas de la poción. "¡Mierda, mierda, mierda!"
Había en total ciento un paquetes sobre la cama de HyunJin, cien de ellos que contenían cinco botellas de Le Romance mientras que la otra cajita era un paquete para Yeji: contenía solo un comprimido para alisar el cabello. Junto a los paquetes de Le Romance, uno de ellos contenía una nota:
¡GRACIAS POR LA GRAN COMPRA, MUCHACHOS!
"Mis padres van a matarme...," soltó HyunJin, sentándose en la cama de Felix. "Van a acabar con mi vida. No llegaré a los sesenta."
"¡¿Qué mierda haremos con quinientas botellas de pociones de amor?!" chilló JiSung, viendo con horror la cama. "¡¿Cómo nos desharemos de todo esto?!"
"Podríamos pasárselo al profesor Dumbledore para que él se haga cargo de todo esto," opinó Felix.
"O- podríamos venderlo," dio la idea HyunJin.
"Sí- no, no haremos eso," suspiró JiSung. "Debemos botarlo, pero- mierda, no podemos usar las cañerías."
"¿Quién en su sano juicio encanta las cañerías para que regresen todo contenido mágico que es vertido ahí?" exclamó HyunJin, frustrado.
"Los que quieren prevenir que haya una explosión de jabón- de nuevo," contestó Felix sin apartar la vista de los paquetes.
Cuando decidieron qué hacer con ellos ya era cerca de las seis de la mañana, lo que significaba que tenían que actuar rápido si es que no querían que los vieran verter quinientas botellas en el Lago Negro. Vaciaron el baúl de Felix y colocaron todas las botellitas esparcidas en él; le aplicaron un encantamiento camaleón que, a medida que nadie chocara con él, nadie podría verlo; y también le había hecho un encantamiento locomotor para que el baúl los siguiera hasta los jardines de la escuela.
"¿Al menos guardaremos unos cuantos?" preguntó HyunJin. "No podemos desaprovechas esta oportunidad."
"¡Por dios, HyunJin!, ¿No te imaginas qué pasaría si uno de cuarto bebiera esta poción?" exclamó Felix, ofuscado. "Si de por sí andan calientes por el mundo, no me quiero imaginar cómo sería con esta cosa..."
"Podríamos probar-"
"No."
"Alto," JiSung detuvo su caminata, con su cabello cambiando de color blanco mientras su oído se afinaba. "Escucho alg- ¡Mierda!, ¡Es la gata!, ¡Les dije que teníamos que ponerla en el mapa!"
Los tres chicos empezaron a caminar más rápido, pero Felix tropezó con su baúl haciendo que el efecto camaleón desapareciera, al igual que el locomotor. HyunJin y JiSung tomaron el baúl de ambos extremos y corrieron de regreso hacia el pasaje más próximo del castillo: la cocina.
"¡Cuidado con las botellas!" gritó HyunJin mientras bajaba con JiSung los escalones. Felix abrió la puerta de la cocina y los tres entraron en ella.
Aunque ninguno lo vio venir, parecía ser un poco obvio que a las seis de la mañana los elfos domésticos se encontrasen trabajando en la cocina para preparar el desayuno que estaría en un par de horas en el Gran Comedor. Tampoco fue sorpresa para ninguno de los elfos la llegada de los chicos, ya que ellos comenzaron a asaltar las cocinas desde que estaban en primer año.
"¿El amo quiere guardar comida ahí adentro?" se acercó uno de los elfos domésticos a los chicos.
"¡No!" contestó JiSung apresuradamente, con su pelo volviéndose cada vez más verde a causa del susto. "Necesitamos- hum, necesitamos guardar esto aquí por un momento."
"¿Pueden poner una de las botellas que están adentro en la bebida de Seo ChangBin?" preguntó HyunJin.
"¡HyunJin!"
"No pueden estar aquí," aconsejó otro elfo doméstico. "El amo Filch viene a corroborar si preparamos la comida. Deben irse."
HyunJin y JiSung intercambiaron miradas mientras veían el baúl. No sabían si era de confianza dejar un montón de pociones de amor en la cocina de Hogwarts, pero sabían que, mientras se lo pidieran a los elfos, ellos no lo tocarían.
"Vendremos después de la cena a buscarlos," informó JiSung antes de que el grupo se retirara de allí.
Regresaron a la torre de Hufflepuff cansados. Al llegar a su dormitorio, ninguno sabía algún encantamiento de limpieza que los ayudase a sacar las plumas y excrementos de allí, por lo que se turnaron en ducharse y, pasada de las siete de la mañana del domingo, fueron a rondar fuera de la torre de Ravenclaw para esperar a SeungMin.
"Se ven como el infierno," saludó SeungMin cuando salió, tomando una pluma del hombro de HyunJin. "¿Qué estuvieron haciendo?"
"Nada condenable," contestó HyunJin y JiSung a la par. Ambos se dieron un cabezazo.
SeungMin, siendo consciente de que aquello era mentira, miró a Felix.
No demoró mucho en delatar lo sucedido.
"¡¿USTEDES ESTÁN IDIOTAS O POR QUÉ MIERDA HACEN ESTUPIDECES?!" les gritó SeungMin a mitad del pasillo.
HyunJin, JiSung y Felix, ensimismados sobre el otro, soltaron un pequeño puchero. "No nos regañes..."
"¡¿Cómo quieren que no los regañe si ustedes van por la vida actuando como imbéciles?!" continuó SeungMin, alzando su varita y moviéndola sobre ellos con el fin de transformar las orejas de ellos momentáneamente en burros. "¿Qué haremos con quinientos frascos de esa mierda?"
"Le pedimos a los elfos domésticos que no lo tocaran," contestaron.
SeungMin, pareciendo hastiado de tener tanta furia en la mañana, hizo desaparecer las orejas de burro y los cuatro se dirigieron al Gran Comedor para tomar desayuno.
Sin embargo, por la hora, el desayuno todavía no aparecía.
"¿Creen que nuestra interrupción haya provocado el retraso?" preguntó HyunJin, mientras se sentaban en la mesa Hufflepuff junto a SeungMin.
"¿Te imaginas si bebieron Le Romance?" preguntó Felix, aterrado. "Sabía que esto era una mala idea..., las estrellas lo dijeron..."
"Gracias, YongBokkie. Ahora me imaginé una orgía de elfos domésticos en la cocina." Hizo una arcada JiSung.
"¿Tienes que hablar de orgías de elfos durante el desayuno?" le preguntó SeungMin, asqueado.
"Todavía no estamos desayunando."
"Probablemente se están revolcando en nuestro cereal...," murmuró Felix.
"Y metiéndose frutas por el-"
"¡Basta!"
Quince minutos pasaron sin indicios de desayuno. Los estudiantes estaban empezando a llenar el Gran Comedor y los murmullos extrañados comenzaron a surgir, e incluso los profesores en sus asientos se preguntaban qué sucedía. Los chicos, con temor, vieron a la profesora Sprout levantarse de su asiento para ir a comprobar la cocina, pero recibieron un segundo aliento cuando el desayuno apareció.
"¡Al fin!" expresó Felix con dramatismo, mientras inspeccionaba la comida antes de preparar un café con leche.
"Y no hay rastros de semen de elfo," siguió comentando JiSung.
"¿Cómo sabes cuál es el semen de elfo?" le preguntó SeungMin, demasiado asqueado para tomar desayuno.
"Porque no es el mismo que el de una persona."
"Pero- ¿Cómo sabes la diferencia?"
Repentinamente, alguien se subió a la mesa.
"¡Hwang Yeji!" los cuatro chicos saltaron al ver a una chica de Gryffindor: Shin RyuJin, subirse sobre la mesa. "¡Por Merlín!, ¡Eres preciosa!"
"¿Preciosa?" HyunJin rio con sorna, mientras bebía de su jugo. "No la han visto levantada..."
En eso, asustando una vez más a los cuatro, un pan voló sobre su cabeza y, a la par que RyuJin y Yeji se encontraban, varios estudiantes de diversas casas comenzaron a besarse dramáticamente en el comedor.
"Eso no me lo esperaba...," murmuró JiSung mientras revolvía su té, mirando con burla a sus amigos. "¿A todos les inyectaron hormonas?, ¿Creen que MinHo quiera besarme?"
Sin embargo, los ojos de Felix detonaron un brillo particular que llamó la atención de JiSung. Por un momento la idea de que el chico hubiese caído enamorado fue demasiado drástica, pero cuando lo vio mirar hacia algún punto fijo, y vio desde la mesa de Slytherin que ChangBin le estaba correspondiendo la mirada, JiSung entendió lo que sucedía.
"Oh, mierda...," lamentó JiSung.
"¿Qué pasa?" preguntó SeungMin, viendo que HyunJin se comportaba de la misma forma que Felix.
Felix, por su parte, se sonrojó ligeramente, mientras ridículamente escondía un mechón de cabello detrás de su oreja.
"Creo que..., creo que ChangBin me está mirando," dijo Felix con suavidad, con una timidez que solamente en las películas se veía. "¿Creen que..., creen que le gusto?"
"¡HyunJin!"
JiSung fue empujado de su silla cuando cinco chicas, de distintas casas y años, comenzaron a abalanzarse sobre HyunJin, quien parecía estar a gusto de la atención que recibía.
"¡Es mío!"
"¡No, es mío!"
"Ay, amigas~, yo no soy individualista, todas pueden tenerme~"
JiSung, notando que su amigo estaba bajo el efecto de la poción, intentó salvarlo del mar de personas que poco a poco comenzaron a arrastrarlo hacia fuera del Gran Comedor.
"Perdimos a HyunJin," suspiró JiSung con pena, sin poder creerlo.
SeungMin, notando enseguida que era el líquido, lo apartó de su vista.
"¿Tengo algo en la cara?" siguió preguntando Felix, limpiando con la manga de su chaleco su rostro. "Ay~, ChangBin me mira demasiado..., no sé por qué lo hace- no creo estar a su altura."
"Oh, no..."
"¿Han visto sus ojos?, son tan azules como el cielo..."
"¡Sus ojos son cafés, Felix!" en su desespero, JiSung tomó a Felix del cuello para zamarrearlo y, en poca esperanza, poder traerlo a la normalidad.
En el Gran Comedor había gritos, besos e insultos que volaban de un lado hacia otro. Incluso JiSung y SeungMin vieron un hechizo volar sobre sus cabezas que hizo a un estudiante de Ravenclaw crecer su nariz solo porque presuntamente se había metido con la novia de alguien.
"¡Es el líquido!"
JiSung volvió a mirar a la mesa de profesores: el profesor Slughorn había exclamado algo y había dejado caer su taza de té a la mesa mientras le pedía al resto de los docentes que no lo bebieran, pero ya era tarde, la mayoría de ellos estaban igual de encantados.
Volvió a girar su cabeza. Justo a tiempo vio a MinHo sentarse junto a ChangBin en la mesa de Slytherin completamente confundido; tomó un vaso de agua para poder beberlo y, una vez que lo acercó a sus labios, JiSung tomó su varita y apunto a los lejos hacia él, haciendo que el vaso se le derramara encima.
"¡¿Qué mierda?!"
"¡MinHo!" gritó JiSung; vaciló sobre si levantarse y dejar a sus amigos solos, pero Felix seguía haciéndose ojitos con ChangBin mientras que SeungMin se escondía bajo la mesa para que los hechizos no le rebotaran. Se levantó y corrió hacia él, que había pasado de la fase de estar confundido a estar realmente asustado de la situación.
"¡Tú!" desde lo lejos, JiSung pudo notar cómo Bang Chan le había llamado la atención. "¡Tú hiciste esto!"
"¡Lo siento!" se disculpó antes de llegar a la mesa de Slytherin, sentándose junto a MinHo. "Tenemos un problema."
"¡No me digas!" exclamó el otro con sarcasmo.
"JiSung...," ChangBin, apartando sin cuidado a MinHo del medio, se acercó al chico. "¿Sabes si Felix sale con alguien?"
JiSung quiso vomitar en ese instante.
"Fuiste tú, ¿No?" preguntó MinHo de nuevo, corriendo a ChangBin una vez más.
"Todavía no sé si fui yo, sinceramente."
"¡¿Cómo que sinceramente?!"
ChangBin empujó a MinHo al suelo.
"¿Crees que sea lo suficientemente bueno para Felix?" cuestionó de nuevo el chico a JiSung.
"Qué- ¿Y yo qué sé?" le contestó JiSung, intentando apartarlo para dirigirse hacia MinHo. "Tengo que ir a las cocinas."
"Oh- tenemos," corrigió MinHo, levantándose y levantando también a ChangBin de un golpe. "No te dejaré lidiar con esta mierda solo cuando sospecho que, efectivamente, esto fue tu culpa."
"¿Podemos no apuntar a condenas sin saber el final, por favor?" pidió JiSung.
Haciendo una señalética para que SeungMin y Felix lo siguieran, el grupo se reencontró en la entrada del Gran Comedor, donde JiSung quiso vomitar al ver cómo ChangBin y Felix se daban miradas furtivas, aun cuando estaban en el mismo grupo.
"¡JiSung!" se escuchó otro grito detrás, esta vez de una voz particular.
El cabello de JiSung se puso blanco.
"Vamos, vamos, vamos," apresuró JiSung al grupo. "A la cocina. A la cocina."
"¿Te gustan las fresas con chocolate?" preguntó ChangBin a Felix tímidamente. El otro, manteniendo el sonrojo infantil, asintió levemente antes de colocarse en el lado de JiSung.
"¿En serio no pudiste pseudo enamorarte de otra persona?" le cuestionó JiSung a Felix.
"No me pseudo enamoré," ratificó, antes de suspirar, "es amor de verdad~"
"Esto es peor que cuando nos pusieron piel de rana," siguió comentando SeungMin. "Mil veces peor."
"¿Pueden explicar qué mierda sucede?" cuestionó MinHo, enojado de no entender. "¿Y por qué vamos a la cocina?"
"Tengo una teoría que nace ahí," contestó JiSung.
"¡JiSung!"
"¡El lado bueno es que, probablemente recupere el libro!" le sonrió. "¿No es eso bueno?"
Llegaron al ala de Hufflepuff y bajaron las escaleras hacia la cocina; ChangBin y Felix iban tímidamente metros atrás susurrándose cosas al oído con una distancia absurdamente ridícula entre ambos. Al llegar a la cocina, JiSung abrió la puerta y lo primero que se encontró no fue una orgía de elfos domésticos como él había pronosticado- era peor: un montón de elfos corriendo de un lado a otro, todos presos del pánico.
"¡Nos van a liberar!, ¡Nos van a liberar!"
"¡Darky no quiere ser liberado!"
"¡Munti tampoco!"
"Hola, disculpa...," ChangBin se hincó frente a un elfo doméstico que lloraba en una esquina. "¿Puedes darnos fresas bañadas en chocolate?, a mi rayito de sol le gustan y- bueno, ¿Quién soy yo para decirle que no?"
JiSung se dirigió junto a MinHo y SeungMin hacia la esquina donde habían dejado el baúl de Felix con los frascos de Le Romance y, tal como lo habían presumido, estaba vacío.
"¡¿Qué demonios pasó?!" gritó por enésima vez JiSung, mirando a los elfos con horror.
"¡Todo fue culpa de Darky!, ¡Darky tiene la culpa!" chilló una elfina, gateando hacia JiSung mientras inclinaba su cabeza. "¡Donny había probado uno y dijo que se sentía de maravillas!, ¡Entonces Darky quiso que todas las personas de Hogwarts se sintieran bien!"
"¡¿Vertiste todo el baúl?!" gritó JiSung con frustración, cambiando su cabello a un rubio de preocupación.
"¡JiSung!" le regañó MinHo.
"¡Darky lo lamenta muchísimo, señor!, ¡Muchísimo!"
MinHo jaló de la manga de la camiseta de JiSung y lo alejó de la cocina, pasando de una escena extremadamente asquerosa de cómo ChangBin alimentaba a Felix con fresas, y se detuvieron en medio de las escaleras de la entrada de la cocina.
"JiSung," detuvo MinHo al hablar su nombre, mirándolo seriamente a los ojos. "Puedes, por favor..."
"En vez de comprar la promoción de quinientas unidades de los comprimidos para Yeji, compramos quinientas unidades de la nueva poción de amor que Zonko's vendía," contó rápidamente JiSung, como s de esa forma fuese más indoloro el golpe que él le propondría después. "No sabíamos qué hacer, así que pensamos en tirarlos al Lago Negro, pero nos encontramos con la señorita Norris de camino así que nos metimos a la cocina- los elfos nos dijeron que teníamos que irnos porque Filch vendría a verlos así que dejamos el baúl con los quinientos frascos de Le Romance acá y..., bueno..."
Ambos desviaron su mirada hacia ChangBin y Felix. Felix reía sutilmente mientras ChangBin le seguía alimentando con las fresas bañadas en chocolate e, intercaladamente, picaba la punta de la nariz del otro con cariño. SeungMin observaba todo eso en una esquina, completamente asqueado.
"¿Por qué compraste esa poción de amor?" preguntó MinHo con un tono monótono, sin despegar la vista de los dos chicos.
"Quería ponérselo en la bebida tuya y de ChangBin porque creímos que sería divertido vengarnos por lo que nos hizo ChangBin en la clase del profesor Binns," contestó veloz. "Solo quiero acotar que con HyunJin seguimos con el cuerpo manchados y-"
"¡¿Es que estás loco, pedazo de animal?!" le gritó MinHo, haciendo a JiSung saltar del susto. "¡¿Cómo se te ocurre hacer algo así?!, ¡Ya vas en quinto año, por amor de Salazar, JiSung!, ¡Nunca debes jugar con los sentimientos de las personas porque los hacen explosivos!, mierda- ¡¿No sabes en el gran problema que te vas a meter con esto?!, ¡Y ni siquiera tienes un lugar donde quedar porque ni siquiera tienes casa-"
"No sé si sea buena idea mencionarlo...," murmuró JiSung, dando un paso hacia atrás.
"¡¿Qué harás cuando te expulsen?!, ¡¿Dónde te irás?!, ¡Yo no te puedo recibir porque si saben que te vienes a vivir conmigo probablemente me asesinen!, ¡Y los Hwang no querrán recibirte por haber perdido el libro...!"
"¡Yo solo quería recuperar mi libro, MinHo!" se defendió JiSung, haciendo un mohín.
MinHo bufó de frustración, y pasó sus manos por su rostro y su cabello intentando buscar una solución a eso.
En su mente, JiSung calculaba las fechas de cuánto faltaba para la luna llena.
"¿Y qué miras?" preguntó MinHo.
"Si te miro lo suficiente, tal vez quieras casarte conmigo," contestó el otro.
MinHo lo golpeó en el brazo. "¡Este no es el momento para pensar en eso, pedazo de duende!"
"¡Bueno!, ¡¿Qué solución damos?!"
"¿Puedo intervenir?"
JiSung y MinHo saltaron al escuchar la esporádica intervención de SeungMin, quien lucía ofendido al ser dejado de lado.
Ay, olvidé que estaba acá.
"Perdón, SeungMin...," murmuró JiSung, aunque MinHo no luciera perturbado.
"Empecemos con el desencantamiento," ordenó el chico, sacando su varita de su bolsillo para apuntarlo directamente hacia ChangBin y Felix, aún encerrados en su mundo. "Te sabes el hechizo, ¿No?"
"¿Quieres desencantarlos ahora?" preguntó JiSung.
SeungMin no le prestó atención, y murmurando un suave 'finite incantatem', un pequeño destello salió de su varita hacia el dúo que seguía comiendo fresas. No obstante, el encantamiento solo rebotó sobre ellos porque no hubo ningún cambio en su comportamiento.
"Para ser de Ravenclaw, eres un tonto," le dijo MinHo.
SeungMin bufó. "¿Tienes alguna mejor idea?"
"Acudir con el más inteligente de la escuela en pociones para que nos ayude, si es que no se quieren meter en líos con el profesorado."
Sin embargo, con lentitud, ambos giraron su cabeza hacia ChangBin, quien había manchado accidentalmente el rostro de Felix con chocolate y ahora lo sacaba con lentitud con su meñique.
"Oh, fantástico," expresó SeungMin, golpeando a JiSung. "Encantaste al único con neuronas en esta escuela."
"No tiene muchas si es que cayó en el encanto," opinó MinHo.
"Lamentablemente, él sigue siendo un estudiante de quinto año."
Los tres giraron sus cabezas hacia la puerta; el profesor Slughorn miraba el desastre en la cocina junto con la profesora Srpout y la señorita Pomfrey. "Entonces..."
"JiSung...," la señorita Sprout suspiró, y el cabello de JiSung se puso verde de miedo.
"Señorita Sprout...," saludó él, temeroso.
"¿Qué hiciste ahora?"
"¿Por qué cree que fue solo él, profesora?" defendió MinHo, y JiSung quiso perder la cabeza a mitad de todo. "Son un grupo de cuatro, en realidad."
"Soplón," masculló SeungMin desde su espalda.
"Los elfos solamente tuvieron buenas intenciones," explicó con rapidez, pero los tres adultos jadearon.
"¡Poción de amor!" exclamó la profesora Sprout, horrorizada. "¡Como si fuera el siglo XV!, ¿En qué estabas pensando, Han?"
"Bueno..."
Pero JiSung no podía explicarlo. HyunJin estaba perdido en alguna parte, SeungMin estaba furioso, y Felix estaba viviendo su propia historia de amor novelística con el rival de los cuatro.
"Creo que es mejor que convoquemos a los estudiantes que estén lúcidos en el Gran comedor," dio la idea el profesor Slughorn. "El profesor Dumbledore está ausente y, bueno, la profesora McGonagall también..."
Siendo empujado por SeungMin para salir de la cocina, los tres chicos siguieron a los tres maestros mientras el profesor Slughorn encantaba su garganta para esparcir la información a distintos lares del castillo.
Tras llegar al Gran Comedor, divisó cómo una manada de estudiantes salía de allí entre insultos y gritos de gloria que hizo a JiSung reír, ganándose una mala mirada del resto de los presentes. Cuando ingresaron, vieron que había un par de alumnos de primero que parecían asustados y desconcertados por lo que pasaba- y tampoco había rastros de HyunJin.
El profesor Dumbledore seguía en su asiento en la mesa de docentes, pero parecía estar absorto por su medio que ni siquiera se daba cuenta de lo que pasaba, e incluso tarareaba una cancioncita que le hacía ver más loco de lo que era.
"¿Cómo crees que le afectó la poción al profesor Dumbledore?" le susurró JiSung a los dos chicos.
MinHo no guardó su mala mirada hacia JiSung, y SeungMin se encogió de hombros.
El grupo total de quienes no parecían estar encantados por la poción era de cien, lo cual no era para nada optimista considerando que eran más de mil estudiantes en el castillo sin contar a los maestros. JiSung sintió un fuerte nudo en su estómago y una ola de culpabilidad, causando que su cabello cambiase de su verde manzana a un verde oliva para manifestar su culpa.
Mierda, incluso el profesor Callaghan está encantado.
"Me van a expulsar...," terminó susurrando JiSung. "Me van a expulsar por esto."
"Nunca te he visto con ese color," comentó MinHo mientras miraba su cabeza, ignorando por completo el sentimiento de JiSung. "¿De qué es?"
"Culpa," contestó SeungMin.
"No estoy hablando contigo."
SeungMin puso sus ojos en blanco, y JiSung le palmeó el hombro como signo de consuelo.
"Como sabrán, chicos," empezó el profesor Slughorn, "la mayoría de los estudiantes de Hogwarts están bajo los efectos de una poción de amor. Antes de presentarles una solución a esto, primero debemos tener vigilados a los estudiantes de esta escuela por seguridad."
"Los del club de herbología que no han sido encantados vendrán conmigo al invernadero," anunció la profesora Sprout, antes de agregar, "al igual que los que pertenecen al club de Slughorn."
"Los chicos y chicas no podrán salir de sus dormitorios," continuó el profesor Slughorn, "para que no haya contacto..."
"Uh- profesor," un chico de Ravenclaw levantó la mano. "Hay chicos besándose con chicas..., y chicos entre ellos..., y chicas entre ellas..."
"No hay discriminación en esto," se apresuró a decir Madame Pomfrey, de forma tosca. "Se intentará separar todo tipo de interacción romántica entre los estudiantes para mantener la calma, ¿Está bien?"
"Los chicos de quinto, sexto y séptimo que no fueron encantados, tomarán roles de prefectos temporales y rondarán todas las esquinas de Hogwarts- no dejarán ni un aula sin revisar."
"Mientras no tengamos ni la poción ni la solución, nadie saldrá de sus dormitorios."
Dicho eso, el grupo se separó con la profesora Sprout llevando a sus designados al invernadero (con una clara amenaza visual contra JiSung), mientras que Madame Pomfrey anunció que haría encantamientos en las salas comunes para que los estudiantes no salieran de sus dormitorios.
"Han," llamó el profesor Slughorn, acercándose a los tres chicos. "Voy a necesitar que me cuentes todo sobre esta poción..., ¿Dónde rayos la conseguiste?"
"En Zonko's, señor. De la tienda de bromas de Hogsmeade."
"¿Y cómo compraste lo suficiente como para encantar a una escuela entera?"
JiSung, cambiando de nuevo su cabello verde oliva a uno azul para mostrar lo deprimido que estaba, le dio una mirada a SeungMin, quien parecía mostrarse igual de culpable que JiSung por la situación.
"Compramos- compré quinientas botellas...," terminó por responder JiSung.
A su lado, MinHo soltó un fuerte bufido que pareció manifestar su furia de hombre lobo, y el profesor Slughorn se puso tan pálido que JiSung le encontró parecido a un Dementor de su texto de estudio.
"Ay, santa madre...," exclamó el profesor mientras se acariciaba la calva. "¿Y se la pasaste a los elfos de la cocina para que lo colocaran en el desayuno?"
"¡No!" gritaron JiSung y SeungMin enseguida.
"Intenté deshacerme de ellos enseguida, pero los escondimos porque no queríamos ser atrapados por Filch," explicó enseguida. "¡Pero les pedí que no tocaran el baúl!, aunque- bueno, no se puede confiar mucho en ellos..."
El profesor Slughorn parecía realmente consternado con la situación, sin saber qué hacer. Miró a sus colegas sumidos en la pócima y a los pocos estudiantes que seguían rondando sin alguna misión específica. JiSung se preguntó si podría volver esa misma mañana para poder golpearse en la cabeza.
"Haremos esto-" empezó el profesor Slughorn. "Iremos los dos junto al joven Kim a Hogsmeade para hablar con el vendedor de Zonko's para que nos dé más información de esto, ¿Está bien?" ambos asintieron. "Joven Lee, ¿Por qué no va a hacer las rondas como prefecto?, no sé si los premios anuales estén presentes..."
Park Jaime, de Gryffindor, giraba sobre su propio eje porque parecía estar encantada con el cielo, mientras que Kang Brian de Ravenclaw estaba besándose con alguien en algún lugar.
"Yo puedo tomar el liderazgo de esto," irritando a JiSung, Bang Chan apareció de por medio. "Si necesita a alguien que direccione a los estudiantes, por supuesto."
"Chupa-pene," carraspeó SeungMin, y JiSung aguantó una risa.
"Solamente hay que organizar a los estudiantes con horarios y sectores específicos," contradijo MinHo, mirando a Chan de reojo. "No se necesita mucha ayuda."
"Entonces habrá que preparar una buena logística para esto," continuó Chan.
"No tanto si hacemos que los estudiantes trabajen para sus respectivas casas," discutió.
"Pero que hay que aprovechar la distribución."
"Y la distribución será en sus propias casas-"
"Está bien, joven Bang, joven Lee- mientras nosotros solucionamos este tema...," miró el profesor Slughorn de soslayo a los otros dos chicos. "Vamos."
JiSung, incómodamente, le dio una mirada a MinHo sin saber si despedirse o no. "Eh- ¿Puedes tenerle un ojo a Felix?, sé que ChangBin es tu amigo, pero...,"
"¿Priorizar a tu amigo ante que el mío?" el tono con el que MinHo lo dijo fue demasiado sarcástico para su gusto, especialmente por el enojo que siempre le generaba el hablar con Bang Chan. "Por supuesto que haré eso, Han JiSung."
"No es necesario ser grosero," se defendió, mientras emitía un puchero.
Junto con SeungMin siguieron en silencio al profesor Slughorn hacia Hogsmeade, usando el largo trayecto del frío de febrero como una gran clase de moralidad y ética con el cual el ser humano trabaja.
"Quería decirte, señor Han, que estoy muy decepcionado de usted," mencionó nuevamente el profesor. "Eso fue un acto de total inmadurez."
"Lo sé...," JiSung no tenía mucho que agregar ante eso. Tuvo que haberle hecho caso a Felix y SeungMin cuando fue el momento y no comprar esa poción, y ahora Felix pagaba los platos rotos de JiSung enamorándose de ChangBin.
"Aunque yo también colaboré," agregó enseguida SeungMin. "Ya sabe, fue un plan en familia-"
"Joven Kim, usted es bastante inteligente como para involucrarse en estas cosas," comentó el profesor Slughorn. "No tiene que cargar con las cosas que el joven Han hace."
JiSung, con intenciones de que SeungMin no se metiera en más problemas, estiró su mano hacia SeungMin y palmeó su hombro como señal de que se callara.
Al llegar a Hogsmeade, la mayoría de los locales se encontraban con pocos transeúntes porque era domingo. JiSung rezaba en su interior con todas sus fuerzas que Zonko's estuviera abierto y de que Rufus estuviera ahí.
Sin embargo, el mundo conspiraba en contra de JiSung en ese momento, porque cuando se ilusionó al creer que Zonko's estaría abierto, al entrar solamente vieron a la esposa de Rufus: Delaine, que miraba desinteresadamente una revista mientras tomaba café en el mostrador.
"Bienvenidos a Zonko's, donde las bromas y las risas nunca acaban," saludó ella en tono monótono.
"Disculpe- ¿Sabe dónde está Rufus Agator?" consultó JiSung.
"Se lo llevaron los de la MACUSA esta mañana, no volverá hasta dentro de un par de meses."
El cabello de JiSung entonó más su verde oliva, pareciendo asustado de todo lo cruel que el mundo estaba conspirando en su contra en ese instante.
"Señorita, soy profesor de Hogwarts," hizo su aparición el profesor Slughorn, que ni con ese termino hizo que la esposa de Rufus levantara su mirada de la revista. "Uno de sus productos fue efectuado en mis alumnos y más del 85% ha sido afectado con eso, ¿Sabe si podemos contactarnos con él o...?"
"No se aceptan reclamos después de haber usado el producto," continuó ella, "si nadie terminó en Sant Mungo, no hay derecho a reclamos."
"Compramos Le Romance en mayores cantidades," contó JiSung, nervioso. "Y la gran parte de la escuela está bajo ese efecto, y-"
"¿Le Romance?" la mujer al fin levantó la vista de la revista para fruncir el ceño. "¿Fuiste tú el que encargo quinientos frascos de esa porquería?"
"Quería encargar diez-"
"No. Quinientos." La mujer sacó bajo el mostrador el pergamino que ayer los chicos estuvieron escribiendo para hacer el encargo. La maldita pluma nueva de SeungMin que escribía sola había dictado mal, y se veía cómo se solicitaba:
1. Le Romance quinientas unidades
2. Comprimidos para alisar cabello en Tiro Moda Alta.
"Oh, mierda."
"Lenguaje, Han."
"Se llevaron a mi marido esta mañana porque alguien encargó quinientas unidades de un producto de broma que fue pasada como contrabando en la aduana mágica," contó Delaine, molesta. "El imbécil se rio a carcajadas cuando se lo llevaron porque dijo que se había hecho rico. Y tú fuiste el tonto que le compró tanto- ¡Tienes que pagarnos!"
"¡Lo haremos enseguida, señorita!" interrumpió el profesor Slughorn nuevamente, "pero necesitamos con urgencia una muestra de ese líquido-"
"Ya no hay. La MACUSA los botó todos cuando vieron el almacén lleno de esas cosas. Rufus gastó una fortuna en trasladarlos hasta acá, y ahora nos iremos a quiebra por la pérdida."
El nudo de culpa se intensificó tanto en el interior de JiSung que le hizo cambiar su cabello a un rosa pálido para notificar la culpa que lo carcomió en ese instante.
Mierda.
Lo único bueno que parecía tener esa situación es que el profesor Slughorn no tenía tiempo para regañar a JiSung nuevamente; los tres caminaron rápidamente en dirección a la escuela para así el profesor pudiese rescatar algo de los líquidos que fueron entregados en el desayuno.
"Profesor, el remedio estará casi listo," informó la señorita Sprout cuando se toparon los cuatro cuando iban en dirección a la cocina. El profesor estaba rojo de lo agotado que estaba. "Podrá ponerse en la comida a la hora de almuerzo."
"Perfecto, perfecto...," asintió sin prestarle mucha atención y seguir adelante.
"¿Remedio?" preguntó JiSung, emocionado. "¿Significa que ya nadie estará enamorado?"
"No. Las pociones solubles de las pócimas de amor son muy complejas y específicas. La señorita Sprout está haciendo un líquido de infertilidad temporal. No queremos que ninguna chica salga embarazada, menos en estas condiciones," explicó Slughorn con rapidez.
Tras llegar a la cocina, el profesor Slughorn fue enseguida hacia el ala de los bebesitbles: estaban amontonados en jarras distintos tipos de líquidos como cauchos con jugos naturales. El profesor Slughorn revisó la jarra de leche y notó cómo este tenía una reflexión mucho más llamativa que las otra, por lo que de una taza sacó el líquido.
"Voy a diluir el contenido hasta que expulse la pócima de amor," explicó el profesor, aunque lucía hablar más consigo mismo. "Y de ahí tendré que revertirlo..., necesitaré ayuda-"
"Puedo colaborar," dijo JiSung.
"No..., prefiero que el señor Kim me acompañe- él estaca en estas áreas," mencionó el maestro.
"A JiSung le va mucho mejor en pociones que a mí," aseguró SeungMin.
"El joven Han prefiere las transformaciones antes que las pociones, y lo necesito concentrado," el maestro dio una mirada de soslayo a JiSung, haciéndolo sentir mal. "No se lo tome personal, ya ha hecho mucho hoy por la escuela. Limítese a seguir con sus travesuras muggles y no salga de su torre. Kim, acompáñeme."
SeungMin, sin saber qué explicaciones darle a JiSung, terminó por seguir al profesor Slughorn hacia su despacho, dejando al chico completamente colocado y molesto.
Rápidamente, capturado por un chico de cuarto que simulaba su rol de prefecto, JiSung fue encaminado con enojo hacia la torre de Hufflepuff rápidamente, pasando a través de los barriles hasta llegar hacia su sala común donde estaba completamente vacía; desde ahí podía escucharse a lo lejos algunos estudiantes quejándose de querer salir de sus dormitorios, y JiSung se preguntó cómo lo harían las parejas del mismo sexo que estaban compartiendo dormitorios, o el desespero de que estén en otras casas.
Pobre Felix, pensó, recordando que el pobre chico estaba encantado con Seo ChangBin.
Con ese pensamiento más la rabia en su cabeza, poco a poco su cabello empezó a tornarse de un intenso rojo. Abrió la puerta de golpe y, cerrándola con fuerza, lanzó un potente gritó que pudo sentir como la punta de su cabello se convertía en pequeñas llamas.
"¡Hijo de la gran puuuuuutaaaaaaaaa!"
"Vaya- sí que estás de mala."
"¡Ah!" JiSung cambió de pelo a un verde al presenciar a MinHo en su dormitorio, recostado sobre la vacía cama de HyunJin mientras leía un libro muggle que JiSung había llevado ese ciclo.
"¡¿Y tú qué haces acá?!" preguntó JiSung, antes de mirar el resto del dormitorio y notarlo igual de vacío (y limpio). "¡¿Y el resto?!"
Una risilla se escuchó al igual que un chisteo. JiSung inspeccionó una vez más la habitación y, como la capa de invisibilidad seguía perdida, solamente había un punto en donde los dos podían estar.
El baño.
Oh.
"¿Están ahí?" preguntó JiSung en voz alta. "Dime que no están ahí."
"No están ahí," respondió MinHo. "Duda- ¿Por qué los cerdos se tomaron la granja?"
Con lentitud, el cabello de JiSung cambió a su castaño natural y, armándose de paciencia, fue hacia el baño y golpeó la puerta. "¿Pueden salir?"
"¡No!" gritó ChangBin desde el interior, y JiSung pudo escuchar también la carcajada de Felix.
"Bueno- ya, ¡Salgan de ahí ahora!"
ChangBin y Felix rieron, y demoraron un par de momentos para que ambos salieran del baño, ambos con sus cabellos mojados.
"No estábamos haciendo nada malo," comentó Felix con una tímida sonrisa, "solo tomábamos un baño."
JiSung inspeccionó el interior del baño y notó cómo la tina que tenían se había expandido un par de centímetros más, como también había velas apagadas y- oh, un camino de rosas alrededor de ello, ¿Tanto había demorado JiSung en Hogsmeade?
"¿Cómo es posible que, de toda la gente de la escuela, ustedes tuvieron que beber la poción y enamorarse del otro?" se lamentó JiSung en voz alta.
"El amor llega de formas impredecibles...," siguió comentando Felix, mientras ChangBin le escondía un mechón de su cabello rubio tras la oreja. "Uno siempre busca a esa persona ideal, esa con quien quieres pasar el resto de tu vida, y yo...," suspiró, "encontré la mía en quien menos me lo esperaba."
"¿Quieres pasar el resto de tu vida conmigo?" los ojos de ChangBin se iluminaron de lágrimas. "¡¿Estás seguro?!"
"¡Claro que sí!" Felix lo tomó por las mejillas. "Dejaré de amarte el día en que las estrellas se apaguen."
"Oh, Felix..."
"ChangBin..."
"¡Oh, por la mierda!" gritó JiSung mientras se tapaba el rostro, con su cabello cambiando a un rosa por la vergüenza; no quería ver a sus amigos besándose. Giró sobre su eje para darles la espalda, y notó que MinHo lo miraba con ojos burlescos sin mucho disimulo. "¡¿Y tú qué?!, ¡¿Por qué carajos tú y ChangBin están acá?! ¿No estabas en tu pelea de liderazgo con Bang Chan?"
"Dijiste que querías que les echara un ojo, ¿No?" dijo MinHo, encogiéndose de hombros. "Les echo un ojo."
"¡Por separado!"
"Se pondrían pesados si los separaba, así que supuse que era mejor que nos viniéramos a tu casa para pasar el día," dijo con descaro. JiSung no se había dado cuenta que MinHo incluso estaba descalzo sobre la cama de HyunJin. "A ti no te molesta, ¿O sí, Hannie?"
Rápidamente, las mejillas de JiSung se tornaron rojo mientras su cabello oscilaba del rosa de la vergüenza y del violeta de enamoramiento; empero, el chico decidió cerrar los ojos y mantener la calma.
No es el momento para esto..., no es el momento para esto...
Pero era imposible no sentirse enamorado. MinHo había sido una mala flecha clavada desde lo más profundo de su corazón, y a pesar de que el otro era consciente de sus emociones y no hacía nada al respeto, JiSung no podía evitar sentirse en el cielo cada vez que MinHo lo miraba de esa manera.
"¿Quie- quieres jugar Snaps Explosivos?" propuso JiSung, con su lengua enredada.
MinHo, sonriendo, dejó el libro de lado. "Claro."
A Han JiSung le hubiese gustado tantear su suerte antes del desayuno porque, si hubiese sabido que para el medio día de ese domingo el 85% de la escuela estaría bajo el encantamiento de una poción de amor, con HyunJin desaparecido y con ChangBin y Felix enrollándose como si no hubiera un mañana, no le habría admitido a Lee MinHo que, efectivamente, él siempre tuvo razón.
Sin embargo, aún con su cabello coloreando sus sentimientos enamorados, había ligeros reflejos azules en su nuca que eran notorios para MinHo.
"¿Preocupado por el encantamiento?" consultó.
JiSung esbozó una suave sonrisa mientras miraba a otro amigo en la otra cama, antes de mirar a MinHo de nuevo. "Yo solo quería reírme un rato de ChangBin."
"Eres un infantil."
"Mi rostro sigue con tinta," se apuntó a su cara, mostrando las manchas que habían estado sobre semanas ahí. "Él no tuvo que hacer eso. Además, él había hecho el último movimiento antes, y lo sabes."
"Tienes razón...," coincidió MinHo, y JiSung alzó una ceja. "Nosotros hicimos lo de las burbujas de pintura, ¿No?"
"Sí- como venganza de nuestro protector solar de mortadela."
"De todas formas, sigues viéndote lindo con la tinta en la cara," apuntó MinHo. El corazón no se detuvo por las lindas palabras del chico, sino que su apariencia seguía siendo la sarcástica y dura que siempre había mostrado. "Tu cabello volvió a estar violeta."
JiSung había tenido una infancia complicada de la cual no le gustaba hablar mucho. Ser un metamorfomago y criado en una casa y suburbio donde desbordaban los muggles significaba que su cualidad peculiar era recriminada.
Su madrina, en el invierno, siempre cubría su cabello con un gorro; en cambio, para el verano, siempre lo cortaba. Cuando estuvo más próximo de cumplir los once y recibir su carta, su cabello crecía incesantemente, y JiSung nunca entendió por qué siempre hacía eso.
Sin embargo, cuando la conocida profesora McGonagall y el inmortal profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras: Callaghan Stuart (quien, curiosamente, también era un metamorfomago) aparecieron en su casa para informarle sobre la noticia, JiSung al fin se había sentido perteneciente a algo.
Trabajar a la voluntad de su cabello era fantástico y a la vez un caos, porque todos sus sentimientos eran manifestados de esa forma y, por más que quisiera controlarlo, le era imposible no poder mostrarse vulnerable de esa forma. Era incómodo, de cierto modo, pero JiSung intentaba ser optimista ante la vida, por lo que el verde menta que caracterizaba su peculiaridad alegría estaba siempre presente junto a su marrón natural. Empero, cuando MinHo estaba, el violeta parecía ser el color favorito de todos.
Sus amigos se burlaban hasta cierto modo, pero nadie quería tenerlo de enemigo. Le rogó tanto a la profesora McGonagall como al profesor Callaghan para poder perfeccionar su habilidad que, con el pasar de los años, JiSung podía replicar a las personas y a los animales a la perfección.
Su cuerpo le exigía que no lo hiciera, pero a veces, JiSung era tentado a imitar al profesor Dumbledore.
"¿Puedes dejar de verme el pelo?" pidió JiSung, tirando una de las cartas sobre el mazo. "Te estoy ganando."
"Es que sigue violeta," comentó MinHo.
"Sabes que está violeta."
"¿Cómo la gente te toma en serio?"
Ofendido, JiSung abrió la boca para contestar; empero, replanteando la pregunta, pensó lo mismo.
¿Cómo la gente me toma en serio? Hasta que, replanteándose la situación, no lo hacen.
"Ahora estás triste...," observó MinHo, al notar el color azul en el cabello del chico.
"¿No quieres que te dé la lista que hizo HyunJin con los colores de mi pelo?" murmuró JiSung. "Así sabes lo que pasa por mi cabeza- más fácil."
"No siempre lo que pasa por tu cabeza es concordante con tu pelo," justificó, antes de sonreír con suficiencia. "Por ejemplo, sé que yo siempre estoy en tu mente, pero aún así tu pelo cambia a otros colores."
"¡Oh, por dios!" exclamó JiSung. "¿En serio estás coqueteando conmigo?"
"No sé si es coquetear mencionar lo obvio."
"¿Qué demonios te pasa?" preguntó. No obstante, a JiSung no le molestaba el comportamiento y la particular sonrisa que MinHo le entregaba, la cual no siempre se mostraba en sus labios.
Pasada del mediodía, a la hora de almuerzo, JiSung se preguntó si sería buena idea poder salir- considerando que ChangBin y Felix seguían enrollándose sobre la cama. MinHo, en su buena idea del hombre rabioso que era, tomó a ChangBin del cuello de su camiseta para separarlo.
"Hagamos una apuesta," propuso MinHo, mientras ChangBin pataleaba para que lo soltara. "¿Quién quiere más al otro?"
"Yo quiero más a ChangBin," dijo Felix.
"No-o," negó el bajo, mirando a Felix. "Yo te quiero más."
"El primero que bese al otro, significa que no lo quiere tanto como para poder estar separados por una hora," ordenó MinHo.
ChangBin y Felix lo miraron.
"¿Una hora sin besarnos?" preguntó ChangBin.
JiSung vio a MinHo poner sus ojos exageradamente en blanco, pero asintió a su propio recelo.
ChangBin y Felix volvieron a compartir una mirada, mucho más alentadora que antes, y terminaron asintiendo con entusiasmo. "¡Hecho!"
No hay nada más compatible que una relación competitiva, meditó JiSung, viendo a los dos chicos colocarse los zapatos para salir del dormitorio.
Junto a MinHo caminaron unos temerosos pasos atrás de la pareja, que se tomaban de la mano y la balanceaban con total naturalidad mientras Felix le hablaba sobre algunas cosas de adivinación que a JiSung nunca le interesó escuchar, pero ChangBin parecía escuchar cada una de sus palabras con ansias.
Los pasillos de la escuela estaban mucho más alborotados de lo esperado, y eso JiSung lo pudo notar cuando escuchó la pelea de tres chicas en un rincón que alegaban por un chico de sexto año, mientras que había una pareja de séptimo entre una Ravenclaw y un Gryffindor que se encontraban invitando a todos al día de su boda.
"¿Esto puede empeorar?" preguntó JiSung en voz alta, revolviendo su cabello.
MinHo, quien caminaba desinteresadamente a su lado con sus manos escondidas en su elegante túnica, se encogió de hombros. "Depende, ¿No encantaste a nadie para que estuviera enamorado de ti?"
"¿Y yo qué voy a sa-" JiSung se detuvo al hablar, recordando el motivo de su escape los últimos días. "Ah- mierda."
"¡AH!"
Atacándolo desde la espalda, un hechizo proveniente de Gryffindor hizo que MinHo traspillara hacia el suelo y cayera. JiSung, pareciendo ver eso venir, se giró con pasividad para interponerse entre Eric Sohn y MinHo.
"Hola...," saludó JiSung, mientras MinHo lanzaba insultos desde el suelo. "¿Cómo estás?"
"¡¿En serio me dejas plantado por este idiota?!" espetó el otro.
JiSung, navegando en sus memorias, terminó negando. "No te he dejado plantado, Eric- ambos acordamos que-"
"Siempre supe que estabas enamorado de él, pero nunca creí que realmente me dejarías plantado el año pasado por él," manifestó Eric, dolido.
"Oh, vamos, ¿No te paso un megáfono para que lo grites a todas partes?" cuestionó JiSung con vergüenza.
"Tampoco es como si fuera un secreto," comentó MinHo a su espalda.
"Tú cállate y- Eric, sabías que no iría."
"¡No!, ¡Dijiste que dependía de tu estado de ánimo!" bramó con furia. "¡Y después tú huyes de mí!"
Incorporándose, MinHo miró a los dos chicos. "¿Me das contexto, JiSung?"
Eric abrió su boca, ofendido. "¡¿Ni siquiera le has hablado de mí?!"
Pero antes de que JiSung pudiese replicar, Kim NaYun había lanzado un encantamiento inmovilizador hacia Eric, dejando tanto a JiSung como a MinHo sorprendidos.
"Han JiSung," espetó la chica de Slytherin. "Aléjate de mí hombre."
JiSung, sacando de nuevo su varita para apuntar a la chica, miró a MinHo de reojo. "No sabía que tenías novia."
"Es que no la tengo," replicó el otro.
Sin embargo, NaYun lanzó un rápido hechizo hacia JiSung, haciendo que salieran de su cabeza grandes y pesados cuernos de ciervo.
"¡Mierda!"
NaYun también apuntó a MinHo, pero el chico ya había bloqueado el hechizo, rebotándolo hacia una pareja que estaba besuqueándose a un lado, causando que a uno de los chicos mutara sus brazos a tentáculos de pulpo.
"¡Hey!" gritó MinHo. "¡No me hagas que te castigues!"
"¡Castígame todo lo que quieras!"
"Oh, Merlín..."
JiSung intentó hacer desaparecer las astas, pero eran tan pesadas y sucedía tanto alrededor que no sabía en qué concentrarse. Por un lado, Eric Sohn seguía sacándole en cara un evento de diciembre del año anterior que JiSung ya se había disculpado, mientras que Kim NaYun seguía discutiendo por su amor a viva voz con MinHo.
"¡¿Por qué no puedes superarlo de una vez?!" gritó JiSung a Eric, harto de tener las astas en su cabeza.
"¡Porque yo te amo!" contestó Eric, y JiSung se atragantó con su propia saliva. "¡Yo te amo, y tú me dejaste plantado en nuestra cita!"
Ah, claro, dentro de la cabeza de JiSung había sido tan insignificante que ni siquiera se había acordado la noche después de la luna llena, en donde él cayó dormido en todas las clases y olvidó el encuentro clandestino que había tenido con él.
JiSung no era bueno hablando con las personas, y tras haberlo dejado plantado, JiSung se había dedicado a ignorarlo.
"Bue-bueno..., lo siento." Como JiSung no tenía de qué decir, se afirmó sus astas con sus manos para dejar de tambalear su cabeza. "No quise dejarte..., eh, ¿Plantado?"
"¡Yo tenía toda una velada planeada!" continuó el chico, acercándose a JiSung. "¡Quería que estuviéramos juntos, pero tú me dejaste plantado!"
"Lo- lo siento...," repitió, torpe. Los ojos de Eric se aguaron drásticamente y, para la vista atónita del chico y de MinHo y NaYun, Eric se puso a llorar sobre el hombro de JiSung. "Yo..., yo estaba muy cansado ese día. Lo olvidé."
JiSung le dio una mirada a MinHo y NaYun, que se encontraban igual de estupefactos ante la dramática reacción que Eric estaba teniendo.
"Pero- Eric," JiSung intentó contener al otro chico, pero él simplemente no se soltaba de su cuello. "Esto..., esto no es real. Es parte de la poción."
Eric, atontado, levantó su mirada. "¿Poción?, ¿Qué poción?"
"La poción de amor," dijo. "No son tus sentimientos reales-"
"¡¿Cómo puedes decir que mis sentimientos no son reales?!" gritó Eric de repente, soltando a JiSung y haciendo que el chico casi perdiera el equilibrio por el peso de sus astas. "¡Yo te amo, JiSung!, ¡Somos almas gemelas!"
"Oh, dios santo...," expresó JiSung, notando la intensidad del asunto. "Esto no está pasando."
"Tú no sabes lo que quieres," insistió Eric, esta vez tomando a JiSung de las astas. "Crees estar enamorado de MinHo, pero las noches que nosotros dos pasamos eran únicas y especiales, JiSung, solo tienes que verme."
"E-en mi defensa, yo te dije que no quería nada serio."
"¡¿En serio estuviste con él?!" le gritó MinHo.
"¡Tú te callas!"
"¿Cómo creías que te creería?" cuestionó Eric, bajando dramáticamente sus manos de las astas para tomar a JiSung por las mejillas. "Si esas noches bajo las estrellas, en la torre de astronomía, los dos nos disfrutamos tanto, ¡Incluso tu cabello se volvía violeta conmigo!"
La mención de su cabello hizo, finalmente, que JiSung se sintiera vulnerable.
"Esto no está pasando. Esto no está pasando."
Agarrándose la cabeza, JiSung decidió emprender una carrera hacia el Gran Comedor con intención de huir de Eric, pero este comenzó a perseguirlo mientras seguía profesando su amor.
"¡Eres el amor de mi vida, Han JiSung!"
"¡Aléjate de mí, loco!"
Corriendo lo más rápido posible, JiSung llegó al ala de Slytherin y, entre golpes y gritos, ingresó al despacho del profesor Slughorn con SeungMin haciéndole la guardia al lugar.
"Esto está loco," explotó JiSung hacia SeungMin, agarrándolo del hombro. "Dime que tienen la solución- ChangBin y Felix no paran de besarse. MinHo tuvo una aventura con NaYun y ella me odia. ¡Y el maldito Eric Sohn dice que soy el amor de su vida y me está persiguiendo como un maniático!"
"Espera," SeungMin, tomando las astas de JiSung, las sacudió de un lado a otro. "¿Estás diciendo que MinHo te puso los cuernos?"
El cabello de JiSung explotó en rojo furia.
"Joven Kim, si gusta en seguir trabajando..."
Un rápido encantamiento hizo que las astas desaparecieran, y JiSung notó cómo en el escritorio del profesor Slughorn había unos pequeños frascos hervidos junto al fuego, pareciendo querer evaporar la leche que él había sacado momentos atrás.
"¿Cómo va el remedio?" preguntó JiSung, acercándose hacia ellos.
"Lento," admitió el profesor Slughorn. "Tenemos que decantar manualmente la leche de la pócima, y de ahí buscar los efectos reversibles..."
"Pero es sencillo, ¿No?" cuestionó, desesperado. "Una vez al tener la pócima separada de la leche..."
"Estudiar los efectos de las pócimas, en especial una como esta, no es sencilla," explicó el profesor con un deje de molestia. "Si prestara atención a mis clases, señor Han, sabría que las pócimas de amor solamente son reversibles cuando se sabe su preparación, pero una compra arbitraria..."
JiSung soltó un profundo suspiro, compartiendo un contacto visual con SeungMin donde parecían coincidir en lo molesto de la situación.
"¿Por qué no va a almorzar, Han?" preguntó el profesor Slughorn, nuevamente. "Con Kim tenemos que seguir trabajando..."
Y aunque él no quisiera salir del despacho de Slughorn por temor a toparse con Eric, JiSung creía que sus sentimientos estarían mucho más remediados comparado con compartir el mismo espacio con el profesor de pociones.
¿Por qué me trata de esa manera?, se preguntó. O sea, sé que encanté a toda la escuela, pero eso no es razón de tratarme así.
Sin embargo, JiSung tenía un lugar donde esconderse.
En los pasillos perdidos, escuchando los murmullos de los cuadros que chismoseaban lo sucedido en la escuela, JiSung terminó llegando al despacho del profesor de Defensas Contra las Artes Oscuras.
"¿Profesor?" llamó a la puerta. "¿Puedo pasar?"
Una carcajada sonó al otro lado, junto con un significante adelante.
Al entrar, se sorprendió al encontrar el largo y usual platinado cabello del viejo profesor Callaghan con un fuerte color violeta, sentado en el despacho junto con una copa de vino en una mano y una fotografía en la otra.
"Ah, Han..., mi nieto ilegítimo favorito," bromeó él con una sonrisa. "Pasa, pasa, ¿Quieres un té?"
"No, gracias..."
"Entonces, ¿Una copa de vino?" JiSung calló. "Esto se quedará entre nosotros dos."
Tomando asiento frente al escritorio, JiSung recibió la copa de vino que el profesor le ofreció, chocando los vasos y, de a poco, bebiendo.
Nada de esto es una buena idea.
"Dime, ¿Qué te trae hacia acá?" preguntó el hombre. "¿Huyes de tus problemas y responsabilidades?"
"Solo estoy un poco triste...," confesó.
"¿Sabes qué me alegra a mí?" dicho eso, el hombre giró la fotografía hacia JiSung. "Ver a mi familia."
El profesor Callaghan tenía una numerosa familia que consistía en su esposa, sus cinco hijos y nietos. Su esposa era una maga normal, excepcional que había hecho clases de Estudios Ancestrales en Hogwarts hasta que un escorpión la picó en un viaje a Egipto, jubilándose a temprana edad.
De sus hijos, tres eran metamorfomagos: el mayor y los dos menores. Las dos hijas del medio, mellizas y adultas, eran un calco exacto de su madre.
"Me da tanta melancolía no verlos siempre," contó el profesor Callaghan. "Es una pena que carreo desde hace años. ¿No te pasa?"
"No, profesor..."
"Ah- lo siento," el maestro le quitó la fotografía. "Meto la herida en la llaga. ¿Por qué no me cuentas tu malestar? Tu cabello está azul."
JiSung no sabía si era muy correcto contarle a su profesor que él había encantado a la escuela (y a él incluido), así que se mantuvo un momento en silencio mientras seguía bebiendo con lentitud la copa de vino.
"A veces no me gusta ser metamorfomago," dijo.
"Ah~, son efectos de la edad."
"No- quiero decir, es incómodo que vean tus emociones," continuó, sin saber si se explicaba bien. El vino estaba fuerte. "Además..., no sé, profesor. Me siento raro."
"¿Por el vino, o por todo?"
"¿Qué sería todo?"
"Yo amo ser un metamorfomago," expresó el hombre, sonriendo de oreja a oreja. "Es una experiencia no solo única, sino que es un propio regalo. Diferimos tanto de las personas- cuyas personalidades son tan obtusas y cerradas que no aprecian la sensibilidad de las emociones."
"Pero- ¿No es agotador? Mis huesos duelen cada vez que cambio de forma, y ser un animal es tan sacrificante... obviamente no me convierto en animal," se apresuró en agregar bajo la mirada severa del profesor. "Pero- no lo sé, me gustaría que las personas probaran un poco de lo que es ser yo."
"¡Ay, santo JiSung!" volvió a exclamar con alegría. "¡Créeme, si la gente pudiera ser igual de transparente que tú, las cosas serían tan fáciles!"
Una vez que el profesor Callaghan comenzó a divagar, JiSung se despidió y se largó hacia el Gran Comedor un poco mareado.
JiSung se aproximó hacia el Gran Comedor, asomándose por el gran marco de la puerta si había señales de Eric en algún lado, pero solamente se topó con un comedor más vacío de lo usual, y con los pocos que estaban adentro lucían más interesados en conversar con su pareja que en comer.
"He vuelto...," anunció, uniéndose a MinHo en la mesa de Slytherin mientras que, frente a ellos, ChangBin y Felix se daban comida. "¿Alguna señal de HyunJin?"
"¿Realmente crees que me fijaría si HyunJin aparece?" preguntó el otro, asqueado de ver a su amigo y al otro chico actuar ridículamente.
JiSung ojeó el Gran Comedor, y consideró la idea de buscar a HyunJin en el Mapa del Merodeador.
Él y MinHo quedaron en un silencio incómodo, sirviéndose puré de papas y no bebiendo nada por el temor a ser enfermados.
"Así que...," empezó JiSung. "¿Kim NaYun?"
"¿Eric Sohn?"
"NaYun es linda," comentó, aunque su cabello tornó un particular color gris. "Escuché que es buena para Historia de la Magia- la única que soporta al profesor Binns."
"Es efecto de la poción de amor," siguió MinHo, sin levantar la mirada de su plato. "Ninguno de los que están acá tiene sentimientos reales por el otro."
"Eric Sohn parecía bastante convincente," murmuró.
"Probablemente, y la poción de amor magnificó el sentimiento," teorizó, antes de sonreír ladinamente. "¿Estuviste con él?"
"No es lo que parece," dijo enseguida JiSung, mirándolo como si hubiese hecho algo malo. "Estaba caliente. Cosas que cualquier persona hace."
"No me interesan tus relaciones románticas, JiSung."
"Eres el único en mi vida."
"Sabes que no me importa."
JiSung, sintiendo esas palabras un poco más potentes que de costumbre, se encogió de hombros y asintió. "Y tú sabes que lo sé."
Apuñaló su plato, y el color gris se mantuvo en su cabeza.
"Me gustaría saber qué pasa en tu cabeza," confesó JiSung, sin mirarlo. "A veces eres tan frío conmigo."
MinHo lo escuchó, pero no le contestó.
Al terminar de almorzar, Bang Chan le solicitó a MinHo ejercer su responsabilidad como prefecto de la casa de Slytherin; ambos, como fue de esperarse, se sumieron en una acalorada discusión que terminó con MinHo accediendo. Por lo que JiSung se regresó a su dormitorio con Felix y ChangBin coqueteando entre sí, pasando por alto las normas de la casa.
Sintonizaron en la radio mágica una red de música muggle y la colocaron de fondo, o al menos lo suficientemente fuerte para que JiSung no escuchara los horribles besuqueos y palabras de afecto que Felix y ChangBin compartían en la cama del primero. JiSung, por su parte, estaba en su cama buscando en el Mapa del Merodeador alguna señal de HyunJin, pero no había rastros del chico.
Su tarde, rondando en la depresión de su amor no correspondido, terminó reduciéndola a estudiar para los Títulos Indispensables de Magia Ordinaria, practicando con los textos a su alrededor para transformarlos en pájaros y, en su tristeza, hacer llover su cama.
Felix, notando cómo había pájaros en su cabeza y una nube sobre la cama de JiSung, palmeó el brazo de ChangBin para llamar su atención y apuntar a su amigo.
"Está triste," dijo Felix.
"¿Por qué lo dices?"
"Tal vez es la nube, o las estrellas, o su cabello azul que no ha cambiado de color desde que llegamos."
ChangBin, bufando, se recostó en la cama. "¿Qué quieres hacer?"
"Háblale de MinHo."
"¿A JiSung le gusta MinHo?"
"No me digas que no sabías."
JiSung, manteniendo sus ojos en la transcripción de runas mientras los pájaros transformados seguían en su cabeza, y la lluvia cubría todo, no notó a ChangBin sentarse a su lado y palmear su muslo para llamar su atención.
"MinHo es una persona reservada," comenzó ChangBin. "No te sientas mal porque él sea así."
"Lo sé," contestó.
"Y más con personas que él odió por mucho tiempo."
Bueno, JiSung podía esperárselo. "Lo sé..."
"Pero no te rindas," alentó. "Ahora que son amigos, puede que le gustes también."
Por supuesto que las palabras de ChangBin no sirvieron como ánimo, en especial porque al terminar de hablar se zabulló dentro de la cama de Felix para seguir haciendo quién-sabe-qué-cosa. JiSung, soltando un suspiro de lástima, terminó por resignarse a seguir estudiando.
Cuando fue la hora de la cena, los elfos domésticos de la cocina lo llevaron a cada dormitorio. Darky hablaba de cómo la profesora Sprout tomó el mando direccional mientras que el profesor Dumbledore y la profesora McGonagall se encontraban bajo los efectos de la poción, y como había pasado casi doce horas de lo sucedido, JiSung decidió que iría de nuevo hacia el despacho de Slughorn, aunque llevando el mapa esta vez para no encontrarse con Eric en el camino.
"¡No quiero que hagan nada sucio en mi ausencia!" amenazó JiSung antes de irse.
En los pasillos seguía siendo caos, aunque los prefectos y pseudo prefectos parecían tener todo bajo control.
"Hola...," saludó, entrando al despacho. El profesor Slughorn se encontraba dormido en su escritorio mientras que SeungMin leía de los textos de pociones. "¿Cómo van?"
"Separó la pócima de la leche, pero ahora espera que la pócima haga efecto por sí sola," susurró SeungMin, cerrando su libro y estirándose. "¿Señales de HyunJin?"
"No, y me empezaré a preocupar si no aparece," opinó JiSung, antes de soltar un profundo suspiro. "SeungMin."
"¿Sí?"
"No le gusto a MinHo."
"Oh..., vamos...," SeungMin exclamó, mientras el cabello de JiSung cambiaba a uno azul y se recostaba sobre el hombro de su amigo. "No creo que-"
"¿Por qué Felix, que siempre fue rival de ChangBin, puede estar con él?, ¿Tú sabías que le gustaba?" SeungMin negó. "¿Por qué a él se le hizo más fácil que a mí?"
"Porque está bajo una poción de amor," explicó.
"Eric negó estar bajo uno."
"No creo que lo reconozcan. Felix y ChangBin están bajo una poción de amor, y cuando los rescatemos, los molestaremos hasta la muerte por esta situación," intentó animar SeungMin. "Y tú puedes superar a MinHo con facilidad. Él no es el último refresco del desierto."
"Sí lo es..."
"Y es de Slytherin..."
"Lo sé..."
"Y él- bueno..."
Enseguida, JiSung se puso en alerta; levantó su cabeza y miró a SeungMin. "¿Qué?"
SeungMin se encogió de hombros. "Ya sabes, es de la familia Lee. Si quisieras casarte con él, tendrías que asesinar a sus abuelos porque dudo que lo dejen estar en una relación con un nacido de muggles."
"Yo no soy nacido de muggles," dijo, apuntando con obviedad su cabello multicolor, "soy un mago como él, con magia en mi sangre."
"Ellos valúan el apellido, ¿Realmente crees que le agradará la idea de que su nieto salga con alguien que ni siquiera conoce sus padres?"
Las palabras de SeungMin fueron duras, pero necesaria. Soltó de nuevo un suspiro tan profundo a la par que su cabello cambiaba a un gris, apoyándose en el hombro de SeungMin y, con paciencia, poder digerir lo dicho.
"¿Quieres dormir con nosotros en nuestra torre?, no quiero estar solo con Felix y ChangBin."
"Está bien."
Bajo la orden del profesor Slughorn para regresar al dormitorio, junto a SeungMin evadieron con el mapa a los prefectos de las otras casas para poder ir a los barrilles de Hufflepuff, donde golpeando la clave secreta, con SeungMin ingresaron al túnel hacia el dormitorio de los chicos.
"Ni me quiero imaginar lo que hacen adentro," comentó JiSung, golpeando la puerta.
"¿Qué haremos con un dúo de calientes y un chico desaparecido?" preguntó SeungMin al aire, antes de atreverse a abrir la puerta.
Sin embargo, inesperadamente, Felix y ChangBin se encontraban jugando ajedrez en la cama del chico mientras que, por alguna razón, MinHo seguía recostado en la cama de HyunJin mientras leía.
"Oh, hacen una actividad normal," observó SeungMin, entrando.
"Se dan un beso cada vez que comen una pieza," explicó MinHo.
"Oh- sí, eso es asqueroso."
JiSung, sin saber cómo sentirse, se encaminó hacia MinHo mientras SeungMin se colocaba su pijama. "¿Qué haces acá?"
"Me dijiste que les tuviera un ojo a los dos, ¿No?" MinHo contestó con obviedad, apuntándolos con los pies. "Eso hago- ¿Y tú por qué mierda estás triste?"
El chico sacudió su cabeza para evaporar el azul y regresar al marrón. "Por nada, idiota."
"¿Qué-"
"Me iré a dormir."
Sin colocarse el pijama, JiSung se ubicó en su cama y, con un rápido movimiento de varita, las cortinas de la cama se cerraron.
Pasada de las tres de la mañana, cuando JiSung estaba en su pesadilla de MinHo casándose con Kim NaYun mientras él era el padrino de bodas porque MinHo lo consideraba un amigo, lo despertó un fuerte chisteo que lo puso a la defensiva.
SeungMin dormía plácidamente a su lado, y tras abrir la cortina, notó que las de la cama de HyunJin también estaban cerradas.
Y HyunJin alumbraba con su varita sutilmente mientras buscaba en su baúl de ropa.
"¿Y tú qué?" JiSung susurró, sorprendido de ver a HyunJin ahí. "¿Qué mierda?, ¿Dónde has estado metido?"
"En el paraíso, hombre," alentó HyunJin, con una gran sonrisa. "¿Conoces a Kang Mina?"
"¿Kang Mina?, ¿Nuestra compañera desde primer año?" consultó con sarcasmo.
"Es una diosa, ¿No te parece?" expresó. "Fue a su dormitorio y luego regresaremos. Si quieres te presentamos a una amiga y vamos los cuatro-"
"HyunJin- mierda, ¿A dónde?" cuestionó, totalmente perdido. "Te he buscado todo el día en el mapa. ¿Dónde demonios has estado metido?"
Pero su volumen de voz aumentó, y HyunJin se acercó a él para taparle la boca y sonreírle traviesamente.
"Un lugar que el mapa no ha encontrado."
Dicho eso, terminó por tomar sus cosas y largarse del dormitorio, dejando a JiSung totalmente colgado.
A la mañana siguiente, MinHo, ChangBin y SeungMin abandonaron rápidamente la torre para poder arreglarse para las clases, dejando a JiSung totalmente colgado de la situación.
"¿Te sientes bien para asistir?" preguntó JiSung a Felix, viéndolo colocarse la corbata alrededor de su cuello.
Felix, desentendido, lo miró. "Claro que me siento bien, ¿Por qué no?"
JiSung se encogió de hombros. ¿Qué mierda?
Al tomar desayuno, ni JiSung, MinHo y SeungMin despegaron la mirada de ChangBin y Felix como del resto, quien parecía seguir sumidos en el mismo encanto pero siguiendo con su rutina clásica.
"¿Los maestros estarán disponibles para hacer clases?" preguntó SeungMin.
"¿Qué tienes ahora?" le preguntó MinHo a JiSung.
"Cuidado de Criaturas Mágicas...," contestó, igual de desentendido. "Normalmente lo tengo con HyunJin, pero anoche..."
Los docentes almorzaban en su mesa con tranquilidad, lo cual le producía aún más duda al grupo.
"Miren al profesor Callaghan," dijo SeungMin, apuntándolo.
El hombre era viejo, y tenía un divertido cabello largo que mantenía de color blanco, aunque específicamente tenía un precioso cabello violeta mientras conversaba con el profesor Dumbledore.
"¿Qué hay que mirar?" preguntó MinHo.
"El cabello," contestó SeungMin, leyendo la mente de JiSung. "Está violeta."
"¿Todos los metamorfomagos tienen el mismo significado de cabellos?" preguntó MinHo a JiSung.
"No lo sé, no conozco a muchos," contestó dubitativo el otro. "Ayer estaba igual cuando lo fui a ver al despacho- divagó un rato, en verdad, está permanentemente enamorado..., y sigue con sus actividades diarias..."
ChangBin y Felix seguían compartiendo susurros y risas, haciendo que la atención de JiSung regresara a ellos.
Esto es extraño...
Vieron al profesor Slughorn levantarse, y SeungMin le siguió diciendo que seguirían trabajando en el remedio; JiSung, decepcionado, siguió tomando su desayuno en silencio junto a MinHo.
"¿Sabes que ellos se quedarán solos en los primeros bloques de hora?" le mencionó MinHo a JiSung.
El chico, desinteresado, se encogió de hombros. "Está bien, pueden estar solos."
"Puedo saltarme las clases si quieres, así me aseguro de que nada les pase," dijo.
JiSung negó, se limpió su boca con su servilleta y cruzó su mochila en su hombro. "No te preocupes. Ya no creo que se hagan daño."
La amabilidad de MinHo era extraña- en especial porque el chico no era de naturaleza servicial; MinHo era frío, sarcástico, con réplicas instantáneas y no tenía miedo de usar su varita (lo cual lo convertía en uno de los mejores de su clase de Defensa Contra las Artes Oscuras), los rastros de amabilidad de MinHo era algo meramente circunstancial, y JiSung se sentía triste al creer que eso sucedía solo porque el otro lo veía como amigo.
Ya llevaba mucho tiempo enamorado de él, debía de superarlo.
Pasó su clase de Cuidados de Criaturas Mágicas con un estudio teórico de los Ghoul, donde JiSung pasó parte de su mañana buscando información de ellos. Le gustaba Cuidados de Criaturas Mágicas porque un día Felix le dio la idea de intentar convertirse en una cuando pudiera dominar mejor su habilidad de metamorfomago, y la idea era tentadora- convertirse en un fénix o dragón sería genial, pero no en un ghoul que vivía en lugares húmedos y era parecido a sus pies.
Al terminar, se encontró con JeongIn el diablo rojo de Gryffindor riendo a viva voz con su grupo de amigos hasta que se enfocó en JiSung, donde le saludó con una naturalidad que no era característica.
"¡Hola, hombre!" le saludó con afecto. "¿Cómo te encuentras?, ¿Sigues con lo de la broma?"
JiSung, atontado por la actitud de JeongIn, asintió. "Eh- sí, seguimos pensando en ella..."
"Espero que sea la mejor, porque el tiempo sigue corriendo y no me has entregado nada," canturreó sin humildad, aunque su sonrisa metálica le daba un aspecto adorable.
JiSung lo vio regresar con su grupo de amigos, y se sintió frustrado al notar que la mejor broma de la historia no puede mencionarse libremente porque no le creería.
Bueno, tendré que esperar hasta que haya una solución.
Sacó el mapa de su mochila y se dispuso a buscar a HyunJin- estaba aburrido y ya no quería estar solo.
Sin embargo, en el pasillo de tercer piso, Bang Chan y MinHo estaban juntos.
Y si estaban juntos, significaba peligro.
Corriendo, JiSung subió por las escaleras móviles hasta poder llegar al lugar de encuentro, donde no fue extraño encontrarse con un gran grupo de estudiantes rodeando a Chan y MinHo, quienes mantenían sus varitas alzadas y con sus barbillas arriba, desafiándose con notoria violencia.
Al encontrar a ChangBin y Felix en el grupo (tomados de las manos, por supuesto), JiSung se acercó enseguida hacia ellos. "¿Qué mierda pasó?"
"No lo sabemos," contestó Felix, expectante de ver una pelea. "Ambos se vieron y alzaron las varitas, ya saben cómo son- ¡Ahí viene!"
Rápidamente se agacharon cuando sintieron el hechizo rebotar sobre sus cabezas, y la pelea entre los dos duelistas hizo que el grupo de estudiantes que los observaban jadearan, gritaran y se movieran a medida que los hechizos iban.
Chan era bueno en encantamientos, pero MinHo tenía una especialidad para los hechizos no verbales. Chan desvió un hechizo de amarre y logró hacer que la lengua de MinHo se pegara a su paladar, pero, con elegancia, soltó diferentes aves de su varita como si fuera un látigo sobre su cabeza, haciendo que Chan se distrajera.
Si no hubiese sido por los gritos de alerta, el encantamiento de crear furúnculos en la piel le habría golpeado de golpe, pero Chan esquivó el encantamiento con uno protector, haciendo que el hechizo revotara en un chico que solamente era espectador. El encantamiento protector mutuo que se lanzaron hizo que ambos chicos retrocedieran un par de centímetros hacia atrás.
"¿Los cuadros no avisarán o...?" Felix miró hacia las paredes, para ver cómo los retratos observaban la pelea junto a un par de fantasmas.
"¡Eso, MinHo!" alentó ChangBin. "¡Enséñale a ese idiota lo que sabes!"
"No digas eso- los alientas y haces que peleen con más fuerza," le recriminó Felix con cariño.
De repente, una idea se posó en la cabeza de JiSung. "¿Qué?"
"Pelear con más fuerza," Felix apuntó. "La profesora Trelawney dijo que la magia es una energía emocional, y mientras más fuerte la emoción..."
"Más fuerte es la magia..."
La realización golpeó a JiSung de golpe, sonriendo con emoción mientras su cabello cambiaba a un fuerte celeste. "¡Eso es!"
Sacando su varita, JiSung apuntó rápidamente hacia la varita de Chan y pronunció un fuerte anatíkula, haciendo que, para el siguiente hechizo que Chan quiso convocar, diera un efecto revote y saliera de su varita un pequeño pato.
"¿Eh?"
Enseguida, JiSung hizo lo mismo con MinHo cuando vio la oportunidad de atacar, y corrió hacia él para tomarlo de la manga de la túnica y arrastrarlo fuera del círculo.
"¡No es una poción de amor!" le explicó JiSung, arrastrándolo por el pasillo. Chan había quedado completamente colgado al igual que los otros estudiantes, pero a JiSung no podía importarle menos. "¡MinHo, estuvimos lidiando con una poción equivocada todo este tiempo!"
Cuando se giró para saber por qué el chico no le hablaba, recordó el encantamiento en su lengua, por lo que con un ligero Finite, MinHo abrió la boca. "¿Qué?"
"No es una poción de amor," se detuvo esta vez para explicarle con más calma. "Es un intensificador o exterioriza emociones, pero debe multiplicarlos por mil en ese caso."
"Pero- ¿Y todo el desastre hormonal?" cuestionó.
Sin embargo, ambos tuvieron la misma idea.
"¡Dumbledore!"
"¡Ese viejo anda siempre diciendo que el amor es el sentimiento más poderoso!" continuó JiSung. "¡Entonces, todo el mundo que estaba enamorado actuó como uno porque...! ¡Ay, no!, ¡A Felix en verdad le gusta ChangBin!"
"Y Eric Sohn sigue enamorado de ti...," mencionó MinHo.
JiSung palmeó ambas manos en el pecho de MinHo. "¡Pero mira el lado bueno! ¡Hemos encontrado la solución!"
"¡Tenemos que decirle al profesor Slughorn!"
"¡Sí! ¡¿Nos besamos?!"
"¡No! ¡Revisa el mapa!"
"¡El mapa! ¡Sí!"
El profesor Slughorn no le había creído a primera instancia. Una pócima para exteriorizar emociones no equivalía a una pócima de amor, pero el duelo de MinHo y Chan pareció ser suficiente para convencer a SeungMin quien, con los ojos cerrados, confió en la teoría de JiSung.
"Si hacemos una pócima que sea la antítesis de la poción de amor, tendrá a la escuela como antes," insistió MinHo con el profesor Slughorn.
"Ni siquiera están seguros de lo que dicen."
"¡Es lógico!" exclamó MinHo. "Algunos explotamos de rabia porque estamos bajo la pócima, ¡Y otros de amor cuando están enamorados! Nadie ha caído en cuenta que está bajo los efectos de una poción porque son sus propios sentimientos los que explotan, ¡No los que fueron insertados!"
"Tampoco perdemos mucho con intentarlo," alentó SeungMin al profesor. "Profesor, hay que darle una oportunidad."
JiSung no juzgaría al profesor Slughorn por tacharlo de loco cuando había sido él quien había causado ese desastre en primer lugar, pero quería demostrar que también había colaborado con solucionar la mierda que él había hecho.
El profesor Slughorn intercaló su mirada en JiSung, SeungMin y MinHo. La intensidad de los tres adolescentes hizo que el maestro soltara un profundo suspiro y, asintiendo, accedió.
"Kim, se quedará conmigo para preparar la solución. Han, usted y su grupo vendrá a la tarde para probar el remedio, ¿Le parece?"
"¿Los quiere usar como conejillos de indias?" consultó MinHo, pero JiSung no podía estar más dichoso.
"¡Claro, claro!" accedió rápidamente, con su cabello teniendo un intenso color verde menta se posaba en su cabello. "¡Nos vemos a la cena!"
Arrastrando a MinHo nuevamente fuera del despacho de Slughorn, ambos quedaron en silencio al sentir que la situación al fin tenía arreglo.
Fue así, después de las clases y la cena, MinHo y JiSung llevaron a sus correspondientes amigos hacia el despacho del profesor Slughorn, donde no solo con SeungMin sino con todo el equipo docente de la escuela se encontraban en espera.
"Junto al joven Kim hicimos una poción fuerte para contrarrestar la emotividad intensa- o, en otras palabras, arreglar el desastre emocional que causó Han," explicó el profesor Slughorn al público. "Ahora, si alguien goza de ser voluntario..., ¿Joven Lee?"
JiSung giró con tanta fuerza su cabeza que sonó. "¡¿Qué?!"
MinHo le entregó una mirada a JiSung y, encogiéndose de hombros, se encaminó hacia el profesor Slughorn para beber del vaso que el hombre le ofrecía.
En un principio, JiSung notó a MinHo palidecer y hasta perder un poco el equilibrio tras beber el líquido; pestañeó un par de veces y enfocó su vista en el maestro.
"¿Cómo se siente, joven Lee?" preguntó el maestro con calma. "¿Ya no quiere golpear a alguien?"
MinHo, sin responder, solamente asintió mientras esbozaba una sonrisa cordial.
Oh, mierda.
Y, por primera vez en un buen rato, el profesor Slughorn regresó a su característico buen humor mientras lanzaba una carcajada y palmeaba la espalda del chico, indicándole que saliera al jardín para que tomara el aire. Seguidamente, ChangBin y Felix probaron su parte de la poción, tomando el mismo efecto de MinHo.
"JiSung, hijo de perra," masculló Felix, tapándose el rostro. "Nunca más te haré caso."
"Opinamos igual," expresó SeungMin con lamento, abrazando a Felix por los hombros. "Es lindo tenerte de vuelta."
ChangBin, por su parte, salió tan rápido como el diablo del salón. Felix y SeungMin lo siguieron.
Después de los chicos, el profesorado bebió de la pócima soluble sin chistar, y las reacciones que ellos tuvieron fueron, en su mayoría, gritos y regaños de la profesora McGonagall hacia JiSung una vez que se enteró de lo que había sucedido.
"¡¿Cómo pueden ser tan irresponsables e inmaduros, por las barbas de Merlín?!" graznó ella con ira.
"Minerva..." llamó el profesor Dumbledore.
"¡Deberían estar avergonzados! ¡No se liberarán de los castigos hasta que hayan terminado la escuela!"
"Por favor, Minerva..."
"¡Voy a dejar los puntos de Hufflepuff en cero!" sentenció. "¡Y no me importa soportar a la profesora Sprout y sus insultos! ¡Le escribiré a los padres de HyunJin también para que vean el tipo de chico que eres! ¡También, Han, quedas suspendido de tus actividades de transformación con el profesor Callaghan para siempre! ¡Y ADEMÁS-!"
"Minerva, por favor, cálmate..." habló de nuevo el profesor Dumbledore, elevando la voz. "¿No crees que es suficiente castigo? Ya hablarás con sus padres, ¿Tal vez...?"
"¡¿Te parece poco, Albus?!" le miró ella con enfado "¡Deberíamos... deberíamos...!"
"Aunque también esos castigos son buenos, Minerva, no hay castigo más grande que el remordimiento moral," acertó el profesor Dumbledore con su calma característica. "Y el pasar las tardes limpiando con Filch durante el resto del trimestre, al igual que la suspensión de las visitas a Hogsmeade."
JiSung solamente asentía ante todo lo cometido. Se lo merecía, se merecía eso y mucho más. No podía seguir creyendo que él había encantado toda la escuela, había encantado a sus amigos y, con el dolor de su corazón, a MinHo.
"Lo entiendo. Perdón..." coincidió JiSung con la cabeza gacha.
"Creo que sería justo en darle al joven Kim SeungMin cien puntos para su casa," siguió el profesor Dumbledore. "Y le daremos otros cien más mañana en el desayuno cuando haya hecho suficiente remedio para ponerlo en la cocina."
"Me sorprende que puedas tomarte esto con calma, Albus," comentó el profesor Callaghan, divertido de la situación. "¡El chico es un genio!, ¡Encantó a todos!"
"¡Stuart!" le llamó la profesora McGonagall.
"Lo que me gustaría pedirles es que mantengamos la confidencialidad del asunto, si es que pueden," pidió el director, "por temas de comportamiento, es mejor aclarar tanto a los alumnos como a sus padres que estuvieron sometidos bajo el efecto de una poción de amor, para que los alumnos no tengan problemas con los otros tipos de estudiante. También mantener la confidencialidad en nombre de Han. No hay peor castigo aparte de pasar las noches con Filch que ser repudiado por las personas que te rodean."
Algunos profesores parecían desconcertados, y aunque parecían querer hablar, los dichos de la profesora McGonagall y el profesor Dumbledore parecieron ser lo suficientemente sólidos como para convencerlos.
"Lo mejor será ir a recostarnos...," propuso Dumbledore. "Han sido unos dos días muy largos, y los próximos serán peores..."
Finalmente, JiSung levantó la cabeza del suelo y vio como los profesores salían ofuscados del salón, pero el profesor Dumbledore le había guiñado el ojo divertidamente.
Salió del despacho en silencio, y se sorprendió al encontrarse a SeungMin y Felix conversando con un emocionado HyunJin- aunque, por su parte, Felix no se veía muy contento de verlo.
"¡Es el mejor lugar del mundo!, ¡Este castillo es realmente fantástico!" exclamó HyunJin, antes de enfocar su vista en JiSung. "¡Hola!, ¡No saben lo que se perdieron!"
"No sabes lo que te perdiste tú," comentó SeungMin con desgano.
"Descubrí una nueva sala," expresó HyunJin, y los tres chicos quedaron congelados.
"¡¿Qué?!"
"¡Sí!" HyunJin saltó de alegría. "¡Se llama La Sala de los Menesteres, y está en el séptimo piso!"
"¿Y qué onda con esa sala?" preguntó JiSung.
"¡Te da todo!" exclamó. "Estuve con Kang Mina todo este tiempo- ¡Ni siquiera tenía que salir!, ¡Merlín!, ¡Esta escuela realmente fomenta a los calientes!"
"Vamos a verla," incitó SeungMin.
Sin embargo, antes de que los cuatro emprendieran su caminata hacia el séptimo piso, MinHo llamó a JiSung.
El chico de Slytherin estaba en el otro lado del despacho, pareciendo haber esperado a JiSung durante todo ese tramo. JiSung, por su parte, con su pelo cambiando a un confuso color naranjo, miró a su grupo. "Adelántense, los buscaré con el mapa."
Felix no lucía cómodo, pero SeungMin lo rodeó con su brazo y, con un excitado HyunJin, los tres corrieron hacia las escaleras.
JiSung, por su parte, se encaminó hacia MinHo con su cabello destellando cada vez más la confusión y nerviosismo que tenía, oscilando del naranjo a un rubio cenizo.
"¿Qué pasa, MinHo?"
Tal vez MinHo no tenía un delatador corporal como lo tenía JiSung con su cabello, pero por la mera diferencia de su actuar común al cómo estaba ahora, JiSung podía asumir que MinHo también estaba nervioso.
"Perdón por no decirte que estaba encantado."
"¡Oh!, no te preocupes por eso- tampoco creí que lo sabías."
"Es que sí lo sabía."
El chico calló. No tenía idea hacia dónde iba la conversación.
"Está bien," se apresuró en decir JiSung. "Tampoco actuaste tan distinto a cómo lo hacías antes."
Lo cual era jodidamente doloroso, quiso agregar, pero no quería sonar más arrastrado.
Con un suave movimiento de mano, JiSung se despidió de MinHo para darse la vuelta.
Sin embargo, la voz de MinHo lo detuvo de nuevo.
"Yo- yo no creo poder estar bien para San Valentín," dijo. "Ya sabes, el dieciséis..."
"Sí, sí...," JiSung volvió a girarse con rapidez. Claro, la luna llena.
"Pero..., ¿Quieres ir a Hogsmeade la semana siguiente?" propuso.
JiSung apuntó con torpeza al despacho de Slughorn. "Estoy castigado. Tengo prohibido ir a Hogsmeade durante el resto del curso."
"¿Y hacer muñecos de nieve?"
"Habría que esperar a la otra ventisca, porque ahora parece que se derretirán...," contestó, mirando hacia los grandes marcos de ventana que tenía el pasillo.
MinHo puso sus ojos en blanco.
"Te lo pondré más fácil, ¿Quieres ir a una cita conmigo?, contesta sí o no," escupió MinHo con rapidez, perdiendo la paciencia.
Y entonces, al fin, JiSung cayó en cuenta.
"Oh- ¡OH!" su cabello tornó un fuerte color violeta. "¡¿Una cita?!, ¡¿Los dos?!, ¡¿Solos?!"
"Idílicamente," contestó MinHo, con sus mejillas igualmente encendidas.
El cabello de JiSung empezó a ondear por la emoción, mientras que el violeta cada vez tomaba un tono más precioso al compás que latía el corazón de JiSung.
"¡Sí, sí!" aceptó JiSung. "¡Claro!, puedo usar los pasadizos para ir a Hogsmeade o- no sé, ¡Hacer nevar!, ¡Lo que tú quieras!"
MinHo lo miró un momento, y por la intensidad de sus ojos JiSung pensó que MinHo se arrepentiría de la cita; sin embargo, el chico solo sonrió. "Puedes irte."
JiSung ni siquiera se había dado cuenta que sus piernas apuntaban hacia la dirección contraria, queriendo escapar de ahí. Terminó levantando torpemente con sus pulgares y, junto con su alma escapándose de su cuerpo, corrió hacia el séptimo piso donde el resto de los chicos debería de estar esperándolo.
"¡OIGAAAAAAAAAAAAAAN!" con gran emoción, JiSung se aproximó hacia ellos, saltó sobre la espalda de Felix y gritó como un total condenado. "¡Esto es lo mejor!"
"Mierda- ¿Qué te pasó?" preguntó SeungMin, asustado.
JiSung, bajando de la espalda de Felix, sonrió abiertamente. "Quiero hacer nevar la semana siguiente de San Valentín."
Los tres chicos se miraron sin saber qué decir, pero fue HyunJin que, aún bajo los efectos de la poción, fue contagiado por la felicidad de JiSung.
"Tendremos que practicar," alentó.
Entonces, desde la pared, la gran puerta de La Sala de los Menesteres emergió.
¡Gracias por leer!
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