Vanja
La clase de literatura nuca había sido tan entretenida como hoy, la chica nueva dejar a la profesora por unos instantes sin palabras. Las venas de su cuello se hinchan y el rojo sube por su rostro. En cambio la chica esta tan tranquila, como si no viera que la profesora está a punto de atacarla.
Su rostro no sufre cambios, es como una delicada pintura, en cambio sus palabras son frías, cortantes y directas. Cada persona tiene su propia esencia, eso que los hace únicos, su propio color, ella es Jade como sus ojos, hermoso, frió, delicado.
La campana suena y observo a la chica huir para luego derribar al chico más molesto que he tenido la desgracia de conocer. Esa chica teclea mejor que la mayoría de los jugadores de mi equipo. Observo como intenta ayudar a la molestia con gafas, este la ignora y se levanta.
Tan desagradable como siempre. Abeto, ese seria él, lo bastante claro para entrar en la categoría de azul pero con el mínimo descuido se torna gris. Falsa inocencia, inestabilidad e inteligencia. Eso es él.
[Nos vemos en las gradas]
[Jhonatan]
Sin poder evitarlo una sonrisa se forma en mis labios, me apresuro al lugar indicado y ahí está él. Su cabellera rojiza, esa sonrisa que me desarma. No puedo evitar sentirme de esta manera, son sus labios, sus ojos, su sonrisa todo en el me vuelve loco. Rojo un hermoso rojo que me convierte en un tonto enamorado cada vez que estoy cerca de él.
Al principio no fue más que una simple amistad. Las miradas se convirtieron en sonrisas, los saludos es besos y las palabras en caricias. Esta mal, lo sé,se supone que solo somos amigos, pero como puedo evitar sentirme así, si cada palabra, cada susurro, cada mirada me hace experimentar sensaciones completamente nuevas. Las gradas no son el lugar más indicado para esto, pero no puedo negarme a sus pedidos. Quizás lo prohibido sabe mejor.
- ¿Estás seguro de esto? -le pregunto por tercera vez, quiero estar completamente seguro.
-Ya te dije que sí, solo nos estamos besando, nadie nos va a ver, no seas pesado-rueda sus ojos para luego atacar mis labios con fuerza.
No soy capaz de pensar con claridad, me dejo llevar por completo, explorando su boca, sus suaves labios, acariciando, quiero todo de él, pero me aterra hacerle daño.
- ¿Escuchaste eso? -pregunto preocupado, lo menos que deseo es que nos descubran y pueda afectarle.
No tengo problemas con salir del closet pero a Jonathan le asusta lo que podrían decir. Esta escuela no se caracteriza precisamente por la tolerancia. Busco a mi alrededor preocupado pero no veo a nadie. Más a ya que un chico acostado a lo lejos observando el cielo, parece metido en su propio mundo.
-Creo que será mejor que nos marchemos, alguien podría vernos.
-No seas paranoico Vanja, no hay nadie aquí, tranquilo.
-Aun así, no creo que debamos arriesgarnos, alguien podría vernos.
-Bien como quieras, no te voy a suplicar. Ya me canse de este jueguito de todas formas hoy es el último día-se marcha enojado. ¿Ultimo día de qué?
Intento seguirlo pero antes que pueda mis ojos se detienen en el chico que antes estaba acostado quien ahora me observa ¿nos vio? Me horrorizo al descubrir quién es. De todas las personas en este lugar tenía que ser él.
No logro quitarle la vista de encima al castaño. Cada vez que alguien se le acerca siento mis nervios a punto de estallar. Me lo imagino contándole a todos. Las horas pasan y no es hasta la hora del almuerzo que recuerdo la razón por la que no se le acerco nadie.
Es Daneb, soy un tonto. Llevo todo el día siguiéndolo como una sombra y ahora es que me acuerdo de la personalidad del castaño. En el fondo agradezco que sea tan...bueno tan él, eso quiere decir que mi secreto está seguro...eso espero.
[Tengo algo que mostrarte]
[Andrus]
Allen Andrus suele ser un idiota la mayor parte del tiempo. Se esfuerza más que nadie en aparentar, ser ese chico que todos creen que es por ser popular y rico, un idiota mimado. En el fondo es un buen chico, la vida no ha sido fácil para el y esa es su forma de sobrevivir. Ataca antes de que ataquen eso fue lo que le enseñaron a él y a su hermano.
Soy de las pocas personas que lo conocen, el verdadero él, se que la verdadera razón por la que hace que lo llamen por su apellido y no por su nombre es porque odia compartir este con su progenitor y no porque parece nombre de niña como le hizo creer a todos. Conocemos esos pequeños detalles que pueden parecer insignificantes pero que importantes para nosotros.
Siempre a estado ahí para mi, siempre apoyándome si importar que. Desde niños hemos sido inseparables, conocemos esa parte de nosotros que a nadie nos atrevemos a mostrar. Es el único que conoce mi obsesión con la pintura y el único con la paciencia de soportarme hablando horas sobre el tema.
Me da una sonrisa la cual por alguna razón me preocupa. No sé por qué, solo es un mal presentimiento. ¿Todo estará bien en casa? Suele tener días malos, quizás hoy es uno de esos días.
- ¿Qué hay hermano?
- ¿Qué cuentas? - le pregunto preocupado por su mensaje.
-Nada solo quería mostrarte una imagen muy interesante, estoy seguro que te gustara.
Suspiro resignado, seguro es otra de esas imágenes que les mandan sus conquistas.
-Andrus no me interesa con quien estas saliendo. Ni que tan grande son sus tetas.
Le respondo y este suelta una carcajada, seguro recordando que siempre le digo lo mismo para que no me muestre las fotos pero igual acaba mostrándomelas. Observo a las personas sentadas a nuestro alrededor, son todo el equipo de fútbol y algunas de sus novias. Le regreso la mirada a Andrus quien desbloquea su teléfono con una paciencia que yo no tengo y me lo entrega.
Mis ojos se abren con horror, en la foto sale claramente la imagen de Jhonatan y yo besándonos debajo de las gradas. Estoy de espalda pero se puede observar perfectamente que soy yo. Mi respiración se detiene, esto debe ser una broma.
Le devuelvo la mirada y este no pierde la sonrisa de su rostro, regreso la vista al teléfono y observo un detalle que antes no había visto. Jonathan...él está mirando a la cámara, como si supiera que estaban tomando la foto. ¿Si lo sabía por qué no me lo dijo? Busco su mirada y este solo está ahí viéndome fijo, como si esperara algo, no lo entiendo.
- ¿Qué significa esto Andrus?
Siento como los sonidos a mi alrededor desaparecen y todos mis sentidos se concentran en las siguientes palabras de Andrus las cuales las dice en mi oído para que solo las pueda escuchar yo.
-Me pregunto qué pasarías si publicara esta imagen en la web del instituto. Que tan maravilloso seria que todo Hampton Royal se enterara de tus verdaderos gustos. ¿Qué diría tu padre de este escándalo?
- ¿Lo sabias?
Mi pregunta va dirigida al pelirrojo quien da una falsa sonrisa inocente y se encoje de hombro, claro que lo sabía, ¡Dios, soy un idiota!
- ¿Por qué haces esto Allen?¿Qué quieres?
Pregunto en voz baja pero la irritación en ellas no pasan desapercibidas para los presentes.
-Quien sabe, tal vez solo me aburra o quizás solo me parece asqueroso que finjas ser normal.
El desprecio gotea de sus palabras y me siento traicionado, no puedo creer que esas palabras salgan de mi mejor amigo.
- ¿Dime lo que quieres a cambio de la foto Allen?
-¡Deja de llamarme así! sabes que no me gusta.
-Me importa muy poco lo que te guste o no.
Mi tono sube y la atención se centra en nosotros, murmura una disculpa, mi atención vuelve a mi amigo.
-No sé, la foto la hice por diversión...pero ahora que lo pienso, ser capitán del equipo no estaría mal.
-Estas arruinando nuestra amistad por ser el estúpido capitán del equipo. Creí que éramos amigos que me apreciabas mas que...esto.
-No te lo tomes personal Vanja. Sabes que necesito ser capitán mis notas no son las mejores y eso se vería muy bien en mi expediente. Ya sabes cómo es mi padre respecto a esto.
- ¿Tu...tu padre te hizo algo, es por eso que te comportas así?
-No te atrevas a llevar la conversación por ahí o juro que le mostrare esto a todo el maldito instituto.
Ese es un tema sensible para Andrus, su padre no es la mejor persona del mundo y si hay algo que Andrus odia es que sea una debilidad o se vea como tal. Pero esto no lo justifica, si tanto quería ser el capitán solo tenía que habérmelo dicho y lo resolveríamos, juntos. No tiene sentido todo esto. ¿Por qué el chantaje si podía haberlo pedido?
-Bien Al...Andrus. Te sedera el puesto de capitán. ¿Feliz? Ahora borra la imagen.
-No se...cambie de opinión...tengo una mejor idea. Quiero que renuncies al equipo.
Sus palabras son como un balde de agua fría y no por el equipo, no podría importarme menos. Lo que realmente me duele es su traición. No aguanto más la furia que recorre mis venas y me levanto. Ambos empezamos a forcejear por el teléfono hasta que logro quitárselo y lanzarlo lejos. Ambos echamos a correr hasta la mesa de una chica pelinegra con los ojos más hermosos que he visto.
- ¡Dame el teléfono!
Demanda hacia la chica quien lo observa fascinada, si a pesar de lo idiota que llega a ser Andrus es muy atractivo y ese aire de chico malo e idiota suele atraer aún más a las chicas. Lo cual no entiendo. Si yo fuera una chica con la última persona que saldría seria con mi amigo.
-Si no te detienes...morirá.
Sus palabras fueron apenas un susurro pero lo suficiente fuertes como para hacerme regresar a la realidad. Me levanto sin quitarle la vista al pelinegro quien se encuentra inconsciente, ensangrentado en el suelo.
¿Qué hice?
Los siguientes minutos fueron borrosos para mí, solo recuerdo estar en la cafetería, luego en la dirección hasta acabar frente a un cuerpo sin vida con rosas en los ojos. La muerte puede ser tan hermosa como desgarradora. Los colores y la creación de una nueva pintura fluyen en mi cabeza creando la más hermosa pintura que jamás logree crear. No veo la hora de poder pintarla.
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