Sombras en la oscuridad
Viernes 18 de septiembre...
Una vez que nos calmamos, algunas explicaciones y un emotivo encuentro decidimos salir en busca de Donna. Nos dividimos en grupos. Laura se fue con Jonathan y Gabriel con Andrus. El pasillo es interminable.
Nos damos cuenta que llegamos al final de este al chocar con la pared. Me sujeto la nariz adolorida soltando una maldición. Han pasado varios minutos desde que nos separamos de los demás y ni una señal de Donna o Jones.
-Odio esto. Esto es una mierda. Juro que soy el único que ha visto películas de terror. ¿Desde cuándo separarse es buena idea? Yo solo le pido una cosa al señor y es que si va a salir Jones con un cuchillo por favor que le salga al idiota de Andrus primero.
Protesta Vanja y no puedo contener la carcajada, lo acompaño en el sentimiento.
Esto es una absoluta mierda. Apenas y podemos distinguir lo que tenemos al frente ¿Cómo se supone que encontremos a Donna? La poca claridad que entre son pequeños hilos filtrados por las nubes que tapan la luna.
Suficiente para identificar siluetas e insuficiente para identificar rostros.
-Yo sigo preguntándome ¿cómo un delincuente puede ser tan cobarde?
No importa en qué situación nos encontremos. Daneb siempre busca el momento para molestar a Vanja. Según él lo hace para recordarle al rubio que es humano también y no una especie de dios como el resto del instituto le ha hecho creer. Yo solo pienso que a Daneb le gusta molestarlo y lo demás es solo una excusa para hacerlo con más frecuencia.
-Daneb por última vez, no soy un delincuente y no soy cobarde...solo no me gustan los fantasmas y estar en el instituto de noche es el inicio de una mala película de terror. Joder cada vez que doblamos ciento que en cualquier momento va aparecer un loco con un cuchillo en la mano. Perdóname si no soy precisamente la definición de valor en este momento.
Ese es un buen argumento, yo tampoco quiero ver a un loco apareciendo por una de las esquinas. Y aunque sea egoísta pensar de esta manera si va a salirle a alguien, que no sea a nosotros por favor. Puede que me fascinen las historias de terror ser parte de una...no es precisamente divertido.
-Chicos no discutan no es el momento para eso.
Me he acostumbrado tanto a estas discusiones que ya no me sorprenden, ellos se pasan día sí y día también discutiendo sin importar la situación. Puede estar acabándose el mundo o en medio de un accidente que ni eso los detendrían.
Son polos opuestos...demasiado opuestos diría yo.
Daneb es como un pastel de limón, con ligeros toques dulces y una acides constante en sus comentarios sarcásticos e ironías. Nunca perderá la ocasión de burlarse de ti y esa mente brillante que en ocasiones resulta tan molesta. Es refrescante y divertido, muy adictivo.
Vanja por otra parte es como una tarta de chocolate, a todos nos encanta el chocolate, es dulce y cariñoso y esta para morirse. Aunque su ego y amor propio hace querer golpearlo en ocasiones. Tiene siempre una sonrisa ladeada en su rostro como si dijera soy chocolate ¿a quién no le gusta el chocolate?
En mi opinión que es una tarta de limón sin un poco de chocolate. Observo a los chicos que caminan delante de mí sin dejar de discutir. Una sonrisa malévola se forma en mi rosto y borro el pensamiento que hace un momento casi llega a mi cabeza y es remplazado por una pregunta.
¿Cómo es que no se han dado cuenta aun?
-Hablando de momentos... ¿Qué tal si nos cuentas de eso que paso hace rato?
Claro...era muy bueno como para ser verdad. ¿Qué me hiso pensar que él lo dejaría pasar? Bueno una puede tener esperanza ¿no?
-¿El qué?-me hago la tonta.
Puede que no sepa mentir pero hacerme la tonta es un arte que he perfeccionado al pasar el tiempo. Daneb me fulmina con la mirada y sonríe levemente ¿creíste que lo dejaría pasar? O Gala deberías conocerme mejor que eso. Resoplo con molestia.
-¿Qué fue todo eso? ¿Un poco más y tengo que cortarle los brazos para que te soltara? ¿Qué está pasando entre ustedes?-insiste con tono de burla rozando la molestia.
Oye no exageres...no fue para tanto...ok si fue un poco raro.
-No pasa nada entre nosotros, solo me asuste, fue un reflejo involuntario.
Lo cual es totalmente cierto. Casi me da un infarto cuando todos empezaron a gritar como en montaña rusa descarriada.
-¿Segura? Porque yo lo vi modo no la toquen o los muelo a golpes.
-Fue por los gritos. Solo me asuste.
Buen susto que nos llevamos. Cuando nos encontramos con el grupos todos gritaron causándome un micro-infarto lo que me llevo a salta sobre la persona más cerca de mí que resulto ser Andrus. ¿Qué culpa tengo que justo él era lo más cerca que tenía?
-Pues él no parecía muy dispuesto a soltarte-declara el castaño echando más leña al fuego. Le doy una mirada de reproche. No ayudas.
La verdad es que yo salte sobre Andrus por el susto pero este me abrazo con fuerza como si intentara protegerme, me sorprendió bastante si tenemos en cuenta nuestro mutuo desagrado.
Creí que me empujaría a un lado y se echaría a correr, en cambio me abrazo y cuando Daneb intento zafarme de sus brazos, no me soltó hasta que se lo pedí. Y de ahí el interrogatorio del castaño.
-Estaba asustado-sí, debió ser eso. ¿Por qué otra razón ese idiota me abrazaría? ¿Protegerme? No lo creo.
-Casi tuve que morderlo para que te soltara-replica el castaño con diversión dejándome en claro que solo saco el tema para molestarme y no por autentica curiosidad. Idiota.
-¿Lo ibas a morder?-pregunto elevando una ceja, lo cual es ridículo porque es obvio que apenas se distinguen nuestros rostros.
-Si el príncipe ruso no hubiera interferido, se hubiera llevado mi sonrisa tatuada en el brazo-Me rio de sus ocurrencias. Eso es algo que no me molestaría ver.
-Mantente alejada de él cariño. An...Andrus es...no es una mala persona pero tiene muchos...demonios y suele ser un poco errático. Ten cuidado...No quiero que salgas lastimada.
Vanja intenta sonar calmado pero su voz se rompe en cuanto dice el nombre de su examigo. Se nota que a pesar de todo aún se preocupa por él.
-Esa es una manera muy bonita de decir que es un idiota, violente, homofóbico descerebrado que no merece la pena-dice el castaño con obviada en su voz.
Ni siendo el último hombre de la tierra me fijaría en él, vamos que prefiero salir con el puñetero asesino que con ese simio sin cerebro.
Se escucha un grito desgarrador el cual identifico como Donna y sin pensarlo corro en su dirección. Soy derribada por una sombra e impacto contra el suelo mientras el peso del cuerpo sobre mí me deja sin aire.
-¿Quién...quién eres?
Susurra entre sollozos, su cuerpo tiembla sin control y puedo sentir mi hombro humedecerse. Su respiración es irregular y su cabello se mete entre mis ojos. Su rostro se acerca al mío quedando a escasos centímetros. Está intentando de identificarme. Su cuerpo no para de temblar, su mano rosa mi rostro y tiemblo al sentir la frialdad que desprende su mano.
-¿Donna?-Pregunto sorprendida en voz baja-¿Es...Estas bien?
-¿Gala?-susurra y se aferra a mi blusa mientras tiembla aterrada. La envuelvo entre mis brazo intentando calmarla. Y me sorprendo de lo helado que esta su cuerpo.
-Me está siguiendo...ayúdame...no dejes que me encuentre...por favor...ayúdame...ayúdame...
Todo queda en silencio y siento su respiración, suelto un suspiro aliviada...menos mal que aun respira...por un momento creí que había muerto en mis brazos. El pensamiento hace que me estremezca. Al parecer se desmayó por el shock.
El pánico recorre mi cuerpo. Tenemos dos problemas, el primero si el asesino la está siguiendo quiere decir que viene en nuestra dirección, el segundo donde demonios nos escondemos ahora. Solo hay casilleros y puertas cerradas.
Levanto el cuerpo de Donna y lo arrastre a una esquina choco con algo duro y frio, deben ser los casilleros. Me pego a ellos tanto como puedo. Como si en cualquier momento nos fusionaremos. Los pasos se acercan y se detienen muy cerca de donde me encuentro.
Se escucha la respiración agitada de la persona de pie. Mi corazón se ralentiza junto con mi respiración y les rezo a los mil y un dioses en los cuales no creo, con la esperanza de que alguno se apiade de esta atea alma. Están solo unos pasos de mí y a pesar de la oscuridad si se acerca más me descubrirá.
Zeus, Odín, Ra, quien sea...soy muy joven para morir.
Pasos en dirección contraria se aproximan y la persona junto a mi corre alejándose de mi posición. Dejo salir el aire de mis pulmones al escuchar las voces de mis amigos.
-¿Maldición Gala dónde estás?-a pesar del enojo en su voz, escucharlo es como si el alma me regresara al cuerpo. Nunca más feliz de escuchar la voz de Vanja.
-Estoy aquí-mi voz es un susurro. Apenas me recupero del susto.
-Nunca vuelvas a hacer eso-reclama Vanja molesto.
-¿Estás...loca?-Me reprocha el castaño quien parece luchar por que el aire regrese a sus pulmones-¿Qué ibas a hacer si te encontrabas con Jones?
Me quedo callada. No me parece buena idea decirles lo cerca que estuve de Jones.
-Ayuden me a levantar a Donna. Pesa. Este inconsciente pero no parece herida.
-¿Está viva la arpía?
-Bell-lo regaña el rubio.
-Solo está inconsciente por el susto.
-¿Y si la dejamos aquí?
-¡Campbell!-vuelve a regañar el rubio.
-Era solo una sugerencia...que humor.
Los chicos me ayudaron. Vanja cargo a una inconsciente Donna la levanta con tal facilidad que no parece pesar nada, mientras que Daneb me ayudaba a caminar. Cuando chocamos me torcí el tobillo.
Nos damos vuelta para dirigirnos hacia la salida del instituto. Ya encontramos a Donna. No hay razón para quedarnos más de lo necesario en este lugar.
Un escalofrió recorre mi espalda y siento como mi piel se eriza. Inconsciente miro hacia atrás y si no hubiera tanta oscuridad juraría que hay alguien ahí parado. Junto a los casilleros donde hace un momento nos encontrábamos.
¿Algo es diferente? ¿Qué? ¿La oscuridad?
Si...es eso.
Antes la oscuridad era más intensa...por decirlo de un modo...te envolvía por completo sin poder ver siquiera lo que había delante. Ahora a esta distancia puedo distinguir la silueta de los casilleros ¿por qué? ¿Qué cambio?
Mi corazón se detiene. La puerta está entre abierta. Juntos a los casilleros donde me ocultaba junto a Donna había una puerta. Estaba cerrada lo comprobé.
¿Por qué ahora está abierta?
Me horrorizo cuando la respuesta pasar por mi mente.
Había alguien del otro lado todo este tiempo.
¿Por qué no nos ayudó?
No.
¿Por qué me siento aliviada de que no lo hiciera? ¿Quién es?
Y ¿Por qué siento más miedo que antes?
Es un miedo totalmente diferente. Antes me asustaba que nos encontraran, pero aun sabía que podría defenderme...correr...ocultarme. Este miedo es totalmente diferente.
Es la clase miedo que se adentra en lo profundo de tu alma y se graba en tus huesos. Como si fueras asechada por una bestia hambrienta de la cual no te puedes ocultar.
Una que te puede encontrar con facilidad, nació para cazar. Lo más perturbador es que siempre supo dónde estaba. Del otro lado de la puerta. A tan solo una respiración.
Estoy siendo cazada. No intenta ocultarse. Quiere que sepa que está ahí. Lo cerca que estuvo de tenerme entre sus garras. Lo cerca que aun esta de mí. Jugando con la comida. Mi alma ruge, mi instinto grita con desesperación.
Se está burlando de ti.
Está jugando contigo.
Esta sonriendo.
No lo puedo ver pero lo sé. Algo en mi lo sabe.
-Genial. Somos el blanco más fácil...de toda la puta escuela...Como salga un loco con un hacha en la siguiente esquina...te juro Gala que te mato-protesta el castaño con la voz entre cortada.
Las palabras del castaño me sacan de mi trance y vuelvo la vista al frente. No mires atrás o la bestia te devorara. No mires atrás. Mis manos tiemblan, intento ocultar mis nervios pasándolas por mi cabello y apurando el paso. Algo en mi dice que no nos seguirá. Me tuvo tan cerca y no hizo nada. No somos sus presas.
Por ahora.
¿Cómo puedes estar tan segura?
No lo sé.
-Eres un exagerado, no peso tanto. Ni siquiera me estas cargando solo me apoyo en ti y para tu información, si sale un loco con un hacha, aun con el pie torcido corro más rápido que tu-me burlo intentando parecer tranquila.
-Eres toda una plumita-resopla ofendido por mi comentario-Y para tu información yo te empujaría ¿haber quién de los dos corre más rápido entonces?-dice con una brillante sonrisa como si acabara de decir que me daría chocolate y no que me sacrificaría para salvarse-auch...solo bromeo jamás te haría eso. No tienes que pellizcarme...correría mientras grito mata al rubio primero que tiene más dinero y correría como si no hubiera un mañana...contigo en brazos, claro.
No puedo evitar reírme. Casi olvido la sensación de ser observada.
Casi.
-Podemos por favor concentrarnos en salir de este maldito lugar y dejar de discutir como niños. A veces me pregunto que hice para merecer esta maldición-dramatiza Vanja quien al parecer no le afecta en absoluto el cargar a la rubia quien sigue inconsciente.
-El principito rubio tiene razón ¿que hemos hecho para que un maniático pervertido ande tras nosotros?-apoya el castaño.
-No. Yo me refería a ti-protesta el rubio gruñendo con disgusto. Suelto una carcajada y Daneb comienza a protestar con voz chillona.
Y así dos chicos discutiendo, una chica inconsciente y otra con cojera logran salir del infierno que algunos llamarían instituto.
La sensación de haber estado mucho tiempo bajo el agua conteniendo la respiración y luego salir a la superficie. Sería una buena manera de describir el alivio que sintió mi cuerpo al poner un pie fuera del instituto.
Ha sido una noche larga. Ni en la casa de la bruja, como la bautizo Daneb pase tanto miedo. Sentí que en cada rincón nos asechaban, que en cada esquina nos esperaban y que hoy seria nuestro último día con vida.No quiero volver a sentirme así.
Tan vulnerable...tan expuesta...como una presa.
-¡Oh mierda!-dice el castaño alarmado, todos seguimos la trayectoria de su mirada.
-¿Quién es...q...que está haciendo? -pregunta Donna alarmada quien apenas acaba de despertar, su voz es áspera, la alarma y confusión denota en ella.
En el instituto donde predominaba la oscuridad, uno de los salones tenia las luces encendidas y en él una figura estaba junto a una de las ventanas observándonos.
Me atrevería a decir que es donde encontré a Donna, la puerta abierta. Era difícil distinguir quien era solo se observaba la silueta oscura. Un escalofrió recorre mi espalda. Nos está vigilando.
Lo observo hipnotizada mi cerebro intenta identificarlo. La lejanía y la oscuridad lo hacen imposible.
Sus siguientes movimientos hacen que mi corazón se detenga. Levanta una de sus manos y saluda en nuestra dirección.
Sus movimientos son lentos, elegantes me atrevería a decir. No lo puedo ver juraría que me está observando. Su mano se detiene sobre el cristal de la ventana. Su mano comienza a hacer movimientos sobre el cristal ¿Está escribiendo?
Mi sangre se hela y mi cerebro tan solo es capaz de formar una palabra.
Corre...
Nadie dijo una palabra y como si nuestras mentes estuvieran conectadas y nuestros cuerpos sincronizados corrimos en dirección al auto de Vanja y nos fuimos de ahí sin mirar atrás. Ese día hicimos una promesa. Nunca volveríamos a pisar el instituto de noche.
Sábado 19 de septiembre...
Hace unas horas que Vanja me había dejado en casa. Nadie hablo durante todo el viaje. No hubo comentarios sarcásticos de parte de Daneb. Ni palabras de aliento por parte de Vanja. Donna apenas abría los ojos y yo no podía dejar de pensar en lo cerca que estuve de él.
¿Quién sería? si la persona que corría tras Donna era Jones ¿Quién era él? ¿Y cómo fue capaz de infundirme tanto miedo sin decir una palabra, sin un gesto? solo con su presencia.
¿Quién demonios eres?
A todos nos afectó lo que había pasado. Las palabras sobraban. Cada uno estaba en su propio mundo. Ni siquiera nos despedimos. Solo me baje del auto le di una última mirada a todos y camine hacia la casa.
¿Qué quieres de nosotros?
No me importo si mi madre me descubría o si seguía molesta conmigo. Hoy acabo de descubrir que existe una persona que me hizo sentir por primera vez un miedo aun mayor que el que le tengo a ella. Un terror tan asfixiante que te hace querer gritar y correr sin ningún tipo de razón más allá de solo sentirlo.
¿Qué escribió en la ventana?
Llevo dos horas observando el techo de mi habitación. Recreando una y otra vez la escena en mi cabeza. Recordando mis manos temblorosas y sudadas. Un escalofrió sube por mi columna, mi piel erizarse.
¿Por qué juegas con nosotros?
Las escenas se repiten una y otra vez en secuencias como si se tratara de una película. De algo irreal. Yo mirando atrás. Esa silueta ahí, de pie observándome...asechándome, sonriéndome. Recordándome lo cerca que estuvimos.
El alivio al salir del instituto. Luego el terror al descubrir aquella misma silueta observándonos desde la ventana. Saludándonos. Burlándose.
Tratando de buscarle alguna explicación más allá de la obvia. Estamos siendo asechados.Está jugando con nosotros y lo está disfrutando.
¿Cómo un ser humano puede infundir tanto miedo?
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