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Recuerda cerrar la ventana

Sábado 19 de septiembre...

Este chico es un peligro para alguien tan imprudente e impulsiva como yo. Porque sí, enredarme con él seria un error. Uno, que estoy segura que disfrutaré cometer.

Parece la clases de chico que sabe exactamente lo que uno quiere de él y se convierten en una adicción de la cual no podrás salir. Tengo que alejarme de él. Coloco mis manos sobre su abdomen para apoyarme y quitarme de encima.

-Si me tocas así, lo tomaré como un iniciativa-sujeta mi mano la cual estaba tratando su trabajado abdomen, me hipnotizó por unos segundos.

-No...podemos...¿o si?...solo un poco de esto...-me quedo embobada observando su cuerpo y el suelta una carcajada devolviéndome a la realidad-No no podemos-sujeto mi mano lejos del pecado de su cuerpo.

-¿Segura?

Se sienta sujetándose de la cintura para que no pueda escapar de mi posición. Nuestras narices se tocan, me pierdo en la intensidad de su mirada.

El suelta una carcajada y sin una advertencia presiona sus labios contra los míos. Mi cuerpo reacciona por instinto, aferrándose en busca de calor. Nuestras manos exploran en busca de sensaciones. Interrumpe el beso para confirmar, nuestros ojos se conectan y no se que encontramos en ellos para llevarnos a comenzar esta locura.

Besa como si hubiera nacido solo para ello y toca como si...

Un gemido escapa de mis labio cuando su pierna se coloca entre las mías haciendo presión. Sus besos viajan a mi cuello, mi mano sujeta con suavidad su cabello intentando separarlo de una zona sensible la cual puede llevarme a la locura.

Necesito olvidar. Borrar las ultimas semanas de mi mente por almenos unos minutos y sentirme como una adolescente normal. Una adolecente que se preocupa por cosas simples y no por ser perseguida por un asesino. O a cuantas personas en su vida esta poniendo en riesgo por sus tonterias. Después de tantos días de mierda cometer esta locura es justo lo que necesito.

Nos empujamos entre besos y caricias. Su espalda toca el colchón, estoy sobre el completamente inmersa en sus besos. Las caricias suben de tono. Separamos nuestros labios, nos quedamos viéndonos a los ojos, nuestra respiración agitada se mezcla con el calor de la habitación.

Gira con facilidad colocando su cuerpo sobre el mío. Mis piernas enredadas en su cintura, el vestido en el suelo junto a mi cordura. Sus labios sofocando mis gemidos.

Las sabanas cubriendo lo que pudo haber sido un error. Y digo pudo porque en cuanto tocaron a la puerta, él desapareció por la balcon dejándome desvestida y alborotada.

-Un momento.

Corro en busca de mi vestido, escondo debajo de la cama la ropa interior rasgada, acomodo las sabanas como puedo y camino hacia la puerta. Doy un último vistazo en busca de algo de lugar. Suspiro aliviada y abro la puerta fingiendo haber estado dormida.

-¿Estas bien?-pregunta Alistair escaneando mi habitación.

-¿Eh?-pregunto confundida y preocupada de que note algo que no debe.

-Estas roja-señala y sus palabras hacen que la vergüenza regrese a mi.

-¿Querías algo?-intento cambiar de tema.

-No, solo vine a decirte que la comida ya esta lista.

-Ahora bajo-me observa como si quisiera decir algo más, mis nervios no ayudan-¿Si?-pregunto insegura.

-Se que debes estar molesta y confundida.

Hace una pausa para acercarse doy un paso atrás preocupada de que se acerque y note las marcas en mi piel. El interpreta el gesto como una negativa hacia él y suspira resignado marchándose. Cierro la puerta dejo salir un suspiro de alivio apoyo mi cuerpo contra la puerta.

-Eso estuvo cerca.

-Creí que te habías ido.

-Si, pero recordé que deja algo a medias y volví-una enorme sonrisa se dibuja en su rostro-¿En dónde estábamos?-se acerca arrinconandome entre él y la puerta.

-Te estabas yendo-mi respiración se entre corta, medito la propuesta-y ponte ropa...por favor.

Sus labios a escasos centímetros de los míos provocan recuerdos que hacen subir mi temperatura. Recuerdos en los gustos ambos somos los protagonistas.

-Solo di que no quieres.

Susurra con voz ronca escondiendo su rostro en mi cuello dejando pequeños mordiscos. Me enfrento a su mirada complice, mis labios se resecan intento hablar. No puedo, eso sería una mentira.

-Gala vamos a comer-habla Donna desde el otro lado de la puerta, mi cuerpo apoyado en ella evita que entre-¿Gala?

-Parece que tendremos que posponer...-me besa dejándome sin aliento me sujeto de sus hombros para no perder el equilibrio.

Se aleja y lo agarro del brazo, se gira divertido, alza una ceja en señal de pregunta.

-No...no me has dicho tu nombre.

El retiene una carcajada y se acerca hasta mi oído, mi respiración se detiene esperando aquello que debió ser lo primero que debí saber antes toda esta locura. Los segundos se hacen eternos.

-Astor.

Susurra con un deje de diversión en su voz para luego marcharse. No sin antes robarme un último beso. Algo me dice que si no me mantengo lejos de ese chico podría meterme en muchos problemas.

-Astor-saboreo el sonido de su nombre en mis labios-¿Quién eres Astor?-murmuro tocando mis labios intentando retener su último beso.

-¿Gala estas bien?-pregunta la voz preocupada de Donna al otro lado de la puerta.

-Estoy bien, si, muy bien-una sonrisa involuntaria se forma en mis labios-No podría estar mejor.

-¿Segura?-pregunta extrañada por mi actuación exagerada.

-Si-asiento efusiva.

No lo puedo evitar. Cada vez que intento concentrarme los recuerdo regresan y una sonrisa se dibuja.

-Es que sonríes como si acabarás de tener sexo.

Se burla y la sonrisa se borra de mi cara. El pánico, el frío recorre mi cuerpo y mi garganta se seca.

-¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Estas pálida ¿Estas enferma?-comprueba mi temperatura con su mano y logra ponerme mas nerviosa de lo que ya estoy ¿Qué pasa si descubre lo que acaba de pasar?

-No estoy enferma, es que...no quiero bajar a comer-la tranquilizo con mi mejor sonrisa de aquí no ha pasado nada.

-¿Segura? ¿quieres que te suba algo?

-No, solo quiero descansar, hoy ha sido un día muy largo.

Me observa como si buscara algo más, ¿una mentira quizás? no miento pero soy buena evitando conversaciones que me metan en problema. Bueno, casi siempre, muy pocas veces en realidad. Pero esta es una de esas escasa ocasiónes en la que mi cerebro se pone de acuerdo con mi escaso instinto de supervivencia. Asiente como si creyera en lo que digo o finge hacerlo para no molestarme.

-Si entiendo, lo que paso en el instituto fue una locura, no creí que él profesor intentara...-su voz se apaga perdiéndose en sus pensamientos, su tez cambia a un tono pálido-Y luego esa sombra en la ventana ¿Crees que era el profesor Jones molesto por lo que hice?-el horror dibujado en sus rostro.

Yo me refería a la muerte de Viqui ¿no le contaron? Bueno es comprensible el porqué no le contarías a una adolescente que su media hermana casi es asesinada. O que encontraron a un hombre destripado en su casa o que un asesino pervertido la esta acosando, aunque eso último solo lo sé yo.

-Donna ¿qué paso entre tu y el profesor Jones?¿Y que hacías en el instituto tan tarde?

-Yo...te lo voy a contar si me prometes que no se lo contaras a nadie-entra a la habitación cerrando la puerta tras ella, me observa a los ojos esperando mi respuesta. Soy la peor persona para confiarle un secreto pero necesito saber que paso esa noche.

-Lo prometo.

-Bien-suspira observa al techo como si buscara las palabras adecuadas para esta conversación-Hace un año es este instituto había un chico llamado Beth Gallur el era callado y agradable pero no se relacionaba con nadie aunque las chicas lo seguían, no parecía tener ningún tipo de problemas, solo era un poco tímido y de repente en el verano el...el se suicido-sus ojos se humedecen y toma casi un minuto antes de que comience hablar nuevamente-Él me ayudo un día, acababa de terminar con Van y no lo estaba tomando muy bien y yo...

-Tranquila, respira, si es muy difícil para ti no tienes que decirme si no quieres-la abrazo intentando calmarla.

-No, estoy bien-limpia sus lagrimas e intenta recuperar el aliento-La estaba pasando mal y yo fui a dar una vuelta en mi auto, necesitaba pensar pero mi auto se descompuso y me quede tirada en el camino, ya era de noche y llovía mucho. Con la prisa deje el teléfono en la casa y solo habían arboles a mi alrededor. Creí que pasaría toda la noche ahí sola, me estaba congelando. Fue entonces que él apareció. No eramos amigos, nunca habíamos hablado y él me ayudo.

-¿Beth Gallur, el chico que murió?

-Si, dijo que me llevaría, cuando intento encender su auto este tampoco encendió y su teléfono estaba sin batería, nos quedamos toda la noche en el auto esperando que nos rescataran. Hablamos mucho y para mi sorpresa era muy divertido, se paso toda la noche haciendo chistes sobre nuestras desgracias.

>Cuando le pregunte por qué no hablaba con nadie en la escuela confeso que las personas lo ponían nervioso. Podía intentar hablar con una o dos pero no podía mirar a los ojos cuando hablaba y siempre tropieza cuando sienten que lo están observando o huye cuando lo saludan. Así que las personas suelen pensar que es grosero y lo evitan. Me sentí culpable porque es ciertos, todos creíamos eso. Le conté lo de Vanja y como habíamos terminado pasamos toda lo noche quejándonos de nuestros problemas, sin darnos cuenta había amanecido y fuimos rescatados por una pareja de ancianos que regresaban de visitar a sus nietos.

>Una semana después Beth murió, estaba en todas las noticias, decían que se había suicidado. Pero eso no tiene sentido, el tenia problemas para socializar pero no era la clase de chico que acabara con su vida, era todo lo contrario, se estaba esforzando para cambiar y yo lo estaba ayudando. Desde ese día quedábamos en secreto, lo estaba ayudando para que pudiera hablar con otros sin huir.

>El día que murió habíamos acordado encontrarnos, incluso hablamos, me dijo que en veinte minutos llegaría pero no lo hizo, llame y no contestaba, eso era extraño el siempre contestaba al primer tono porque decía que sabia que era yo porque era la única que lo llamaba. Me preocupe pero no le di mucha importancia yo....Un día después su muerte estaba en todas las noticias. No tiene sentido.

-Tranquila, no es tu culpa, no sabias lo que iba a pasar-intento tranquilizarla, esta llorando, no se que hacer en este tipo de situación.

-Es mi culpa, yo, yo debí haber llamado a la policía, sabia que algo estaba mal y aun así me fui y no llame, el murió por mi culpa, todo es mi culpa, quizás si hubiera insistido, si lo hubiera buscado estaría vivo.

-No podías saberlo, no es tu culpa.

-Beth no se suicido, el no tenia depresión, el no era así. Tenias que verlo Gala, el era tan brillante y lleno de vida, todos los dias me contaba lo que haria cuando lograra dejar de ser tan timido, queria ir a un concierto lleno de gente y bailar como loco, ¿lo puedes creer? se ponía rojo cuando me reía de sus chiste y eso me hacia reír aun mas. Quería salir a comerse el mundo. No fue un suicidio-solloza en mis brazos. La muerte de ese chico le afecto mucho-Algo paso, se que es así, el nunca, fue un asesinato, a Beth lo asesinaron.

-¿Que quieres decir con que lo asesinaron? ¿Estas segura?-ella asiente conectando nuestros ojos, su mirada arde esta furia-¿Sabes quien es, sabes quien es el asesino?

-Jones, Jones sabia, no se como pero el descubrió nuestra relación, sabia que yo conocía a Beth, me dijo que el sabia quien lo mato, dijo que si lo veía en el instituto en la noche me lo contaría y me entregaría las pruebas, que no se lo contara a nadie. Pero todo se hecho a perder cuando descubrió que habían mas estudiantes en la escuela, me culpo de traerlos, dijo que no me iba a dar las pruebas.

-¿Qué paso después?-la animo a continuar al verla dudar.

-La información estaba en su teléfono así que yo-se detiene y me observa preocupada ¿qué hizo?-Yo me acerque, le di una patada en las bolas, robe el teléfono y salí corriendo-se me escapa una carcajada-No te rías, me van a expulsar si se enteran de eso.

-¿Que descubriste, sabes quien mato a Beth?

-No. Cuando salí corriendo él me persiguió, yo no sabia que hacer así que corrí hacia las voces pero antes de encontrarme con ustedes choque con alguien y caí al suelo. Podía escuchar a Jones cerca así que seguí corriendo. Para cuando me di cuenta había perdido el teléfono.

-¿Crees que Jones logro encontrarlo?

-No lo se, estaba muy asustada, no recuerdo mucho.

-Lo encontraremos. Hay que convencer a Jones de que nos lo entregue.

-¿Como?

-No sé, ya se me ocurrirá algo.

-¿Dinero? Hay que darle dinero o preguntarle que quiere a cambio y se lo damos.

-Ya pensaremos en algo-tengo una pequeña idea de lo que ese pervertido pediría a cambio y no creo que sea dinero.

-¡Oh mira la hora! Debo bajar o Alistair vendrá a sacarme arrastras de aquí y me castigara por molestarte, él no lo admite pero estoy segura de que eres su favorita-revisa su teléfono y sonríe, se despide con un beso en la mejilla, camina hacia la puerta, duda antes de abrirla-Muchas gracias Gala-su voz tiembla y un pequeño hilo de esperanza brilla en su mirada.

-Para eso están las hermanas-una hermosa sonrisa surca su rostro antes de que desaparezca por la puerta dejándome sola sumida en mis pensamientos.

Ella no es para nada como imagine que seria. O solo me trata diferente por ser hermanas, hermanas es tan raro decirlo en voz alta. Todo es tan extraño, pero explica un poco como se ha comportado conmigo todo este tiempo. Ella sabia quien era, a intentado acercarse a mi estos días. Yo solo sospeche de ella y la ignore. Me siento culpable, no puedo ni imaginar lo que esta sintiendo. Y Si es cierto lo que Donna me contó y ese chico fue asesinado, ella a tenido que guardar ese secreto y sufrir en silencio por mucho tiempo. Ella es increíblemente fuerte y a la vez tan vulnerable.

¿Fue B quien lo mato? ¿Como conoce Jonnes al asesino? ¿Como sabia de su relación con Donna? Siento que mi cabeza va a explotar, cada vez hay mas preguntas sin respuestas. ¿Por qué todos creyeron que la muerte de ese chico fue un suicidio? ¿Qué esta pasando en Hampton Royal?

Me envolví en mis sabanas, la luz me esta taladrando la cabeza, no he podido dormir casi nada desde mi conversación con Donna anoche. Pasaron tantas cosas que dudo que un ser humano racional soportara tantas emociones un mismo día. Primero el instituto y luego mi propia casa. Es como estar en una carrera hacia la muerte. Estoy exhausta. Necesito vacaciones.

Que un asesino te abrace y manche con la sangre de un hombre destripado en el suelo de la comedor no es lo que tendrías planeado después de haber corrido como ciervo entre disparos. Descubrir que Donna la chica popular y ex novia de tu mejor amigo es tu media hermana y por ultimo el sexy chico de al lado que se colo por tu ventana con el cual casi tienes sexo. Astor, suspiro tan solo recordar sus besos.

-¿Es legal que un chico bese así?-murmuro con la vista en el techo.

-Espero que si, no me gustaría ir a la cárcel-maldigo asustada, observo al chico parado junto a mi cama.

-Casi me causas un infarto-lanzo una almohada la cual agarra con facilidad y sonríe-¿Qué demonios estas haciendo en mi habitación?

-Escuche que teníamos vecina nueva y vine a darle la bienvenida al barrio-finge inocencia con una sonrisa brillante y se siente en el espacio vació.

-No puedes entrar a mi habitación como si fuera tuya. Donna o Alistair pueden entrar en cualquier momento, tienes que irte.

-Preocupada de que nos descubran-acerca su rostro, acaba de tomar una ducha, huele a jabón y su cabello sigue mojado, es tan caliente.

-Si-apenas logro pensar.

-Entonces lo mejor será que no lo hagan-se burla robando un beso que fue de todo menos lento e inocente.

-No puedes estar aquí...no...podemos...

-¿Por qué no?-pregunta confundido como si no viera lo mal que esta esto que estamos haciendo.

-No te conozco, no se quien eres y no sabes quien soy. Podría ser una acosadora como dijiste antes-lo alejo lo más que mi cordura es capaz de soportar.

-Me encantaría tener una acosadora tan linda como tu-sonríe dejándose caer en la cama observando el techo-¿Y bien qué quieres saber?

-¿Qué?-no entiendo su pregunta.

-¿Qué quieres saber de mi?-ase acuesta de lado apoyando su cabeza en su brazo observando, esperando mi pregunta.

-¿Qué quiero saber de ti?-lo observo extrañada.

-Si repites todo lo que digo la conversación sera muy larga, aunque no me quejo si así puedo estar mas tiempo mirando ese lindo pijama-me envuelvo en la sabana avergonzada, ¿que quiere?-Dijiste que no podríamos hacer esto porque no nos conocíamos, así que pregunta, que quieres saber-suspira como si mi reacción lo lastimara.

-Eso no es lo que quise decir, no, no puedes entrar aquí como si este fuera tu cuarto-él me pone nerviosa-Yo...no...no, no se que decir-el ríe fuerte y ambos nos sorprendemos. ¿Lo escucharon? observo la puerta preocupada.

-¿Qué tal esto? Me voy y te doy tiempo para que pienses en tus preguntas-dice poniéndose de pie sin darme tiempo a responder-Nos vemos mañana vecina, que lo disfrutes-en la mesita junto a mi cama se encuentra un cupcake.

Lo busco con la mirada, no esta, desapareció como si nunca hubiera estado aquí. Observo el dulce de chocolate ¿vino hasta aquí para traerme un cupcake de chocolate? Le doy una pequeña mordida, esta delicioso, tiene un ligero sabor almendras.

-Que dulce.

Murmuro pensando en el chico de ojos broce, en sus besos o como sus manos te levan a la locura, el sonido de su voz, el tatuaje en su espalda que le da un aire peligroso que borra con su seductora sonrisa, Es como ver a un chico bueno intentando parecer malo, revelarse.No, no debería pensar en eso. No debo pensar en él. No lo conozco y no quiero conocerlo.

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