Fuera de lógica
Sábado 19 de septiembre...
Limpio lentamente la suciedad, la sangre, los recuerdos que se aferra a mi cuerpo como un cruel tatuaje el cual nunca quise tener. La sangre se desliza lentamente como si no quisiera dejarme ir.
Quiero arrancar las últimas ocho horas de mi memoria. Las lagrimas se acumulan y dejo de luchar contra la necesidad de tirarme al suelo a llorar.
Abrazo mis rodillas y escondo mi rostro. El agua caliente cae sobre mi espalda, demasiado caliente como para acostumbrarme, siento mi piel arder, es una especie de auto castigo a mi estupidez.
No me inmuto, entre cierro los ojos y observo alejarse el rastro de sangre en mi cuerpo, esfumándose por el tragante junto con mis lamentos. Al fin estoy limpia pero mi conciencia está tan sucia.
Las lagrimas se escapan de mis ojos y se mezclan con el agua ocultando su existencia. Solo yo se que están ahí. En algún momento me quede dormida, no del todo. Puedo escuchar y sentir todo a mi alrededor pero soy incapaz de abrir los ojos. Estoy agotada mental y físicamente. En un hilo entre la conciencia y la inconsciencia.
-La madre que me pa...-al levantarme caigo y me golpeo en el costado dejo la maldición a medias.
¿Cuánto tiempo ha pasado desde que entre a ducharme?
¿Cuánto tiempo llevo debajo de la ducha?
¿Qué hora es?
Me envuelvo en la toalla y salgo a la que ahora se hace llamar mi habitación. Es difícil acostumbrarme a la idea. Nueva familia, nueva casa, nueva habitación.
Es tres veces más grande que la antigua. Los muebles aunque parezcan sencillos se nota que son caros, nada más hay que ver el tamaño de la cama, ahí pueden dormir seis personas.
Las paredes están pintadas de un rosa pálido y en ellas están colgadas imágenes de mi niñez, la pared a mi izquierda es la única de un color diferente, es de un rojo intenso, en ella se encuentra la estantería más grande y hermosa que he visto.
Me acerco, leo algunos de los títulos. Son mis libros favoritos, incluso hay una mini replica de mi investigación sobre los asesinos en serie. No bromeaba cuando dijo que tenía una habitación. Estoy en una espiral de emociones complejas.
¿Qué debería pensar sobre Alistair?
¿Cómo conoció a mi madre?
¿Realmente es mi padre?
Y si es así, ¿dónde ha estado todo este tiempo?
¿Cómo es que no lo he conocido antes?
No creo ni por un momento que alguien que no ha estado presente en mi vida sepa tanto sobre mi. Y dudo que mi madre se tome el tiempo suficiente para aprender el título de mis libros favoritos. Así que toda esta información...
¿Cómo llego a él?
Dejo salir una maldición al abrir el armario. Es como tener otra habitación, solo que esta está decorada con prendas caras, bolsos, zapatos y joyas.
¿En dónde me he metido?
Busco entre las caras prenda la que me parece la mas sencilla y barata, casi me da un ataque al corazón cuando por error leo el precio en la etiqueta. Esto es demasiado.
Me coloco el vestido y escondo con cuidado la etiqueta. Rezo internamente para que no le pase nada y poder devolverlo sin daño. No creo tener suficientes vidas para pagar un vestido con semejante precio. Incluso la ropa interior es de marca.
Me siento sobre la cama y mi cuerpo agradece el gesto. No merezco esto. No debería estar aquí. No hice nada para salvar a Viqui. No hice nada para detenerlo. Lo tuve tan cerca de mi y en vez de detenerlo mi mente estaba en otro lugar, uno muy ceca de mi trasero.
Soy una maldita estúpida, una hipócrita egoísta que no hace más que pensar en si misma. Una egocéntrica que cree que el mundo gira a su alrededor.
Una creciente ira se desata en mi interior y como siempre no soy capaz de culparme de mis propios errores. Así que le reclamo a la única persona que es tán o más culpable que yo de la muerte de Viqui.
Él.
Cojo lo que me queda de teléfono, lo enciendo y busco entre mis contactos uno en particular. Lo desbloquee y tecleo con furia, queriendo que cada palabra se conviertan en puñaladas y reproches.
No estoy pensando con claridad.
Desconocido
Juro que voy a descubrir quien eres y cuando lo haga vas a pagar por lo que le hiciste a Victoria.
Es agradable saber que me desbloqueaste.
No te emociones, te voy a bloquearen cuanto termine esta conversación.
Es una lastima y yo que creí que estarías agradecida. En cambio me reclamas. Que mala eres...
Rompes mi frágil corazón.
¿Agradecerte? ¿Por matar a Viqui?
No me gusta anotarme muertos que no son míos. No mate a tu niñera. Aunque no puedo decir lo mismo de esa escusa de asesino con capucha.
¿Qué?
¿No deberías estar durmiendo?
¿No estas cansada?
Hoy a sido un día largo para ti.
Me pondrá muy triste saber que algo malo te pase...
Eres un psicópata.
Eso no me quita el sueño.
¿Y a ti?
Esto tiene que ser una broma, me bloqueo. Lanzo el teléfono a un lado furiosa. Me acaba de bloquear, no me lo puedo creer. ¿A qué esta jugando?
Me dejo claro que él no fue el responsable de la muerte de Viqui por lo que solo queda un sospechoso, uno que ya no se puede defender.
La muerte de Viqui en comparación a la del hombre desconocido están en niveles muy diferentes de brutalidad. No tengo idea de quien sea la persona que entro a mi casa y mato a ese hombre. Solo tengo una cosa clara.
Si esa persona resulta ser B pues es mucho mas peligroso de lo que imaginamos.
El cansancio me pasa factura y abro los ojos con pesadez. La paredes esta iluminadas de un hermoso atardecer. Dejándome claro que he pasado un día entero durmiendo.
Me remuevo entre las cómodas sabanas negándome ha abandonar la cama más cómoda en la que he dormido antes. Una ligera protesta a mi espalda y me congelo.
El sudor frio recorre mi frente y como si mi cerebro fuera en cámara lenta me giro. Mi corazón late por segundo.
Un enorme suspiro de alivio abandona mi cuerpo al observar a la persona a mi lado. No es un asesino, mas bien es una rubia soñolienta quien parece apenas despertar y me sonríe brillante con diversas emociones en sus apenas abiertos ojos.
-¿Despertaste?-es la clase de pregunta de la cual no esperas respuesta-¿Dormiste bien?
-Dormí bien-respondo confundida-¿Qué haces aquí Donna?
-¿Te molesta que duerma contigo?-pregunta confundida dejándome aun más confundida a mi.
-No ¿Por qué estás aquí?
-Papá me dijo que estaba aquí, así que vine a verte, llame pero no contestaste, pensé que te habías escapado o algo, así que entre pero estabas dormidas, así que me senté a verte dormir y me quede dormida.
-...
Ahora mismo tengo muchas preguntas y no se por donde empezar. Así que voy por la más importante.
-¿Quién es tu padre Donna?-pregunto con sospecha.
-Alistair, ¿quién mas?
-¿Alistair es tu padre?
-Si.
-¿El mismo Alistair que vive en esta casa?
-Si.
Me quedo en silencio un par de segundo intentando comprender lo que esta pasando. Mientras que ella me responde tan natural sin perder la paciencia, su tono es afable, como si hablara con un niño pequeño.
-¿El que esta saliendo con mi madre?
-Técnicamente están comprometidos pero si ese mismo.
-Entonces tu y yo somos...
-Si, hermanas.
-¿Y no estas sorprendida porqué...?
-Ya lo sabia.
Me quedo en silencio y observo el rostro de Donna intentando buscar algún indicio de mentira o de broma. Habla en serio. ¿Desde cuando lo sabe?
Todo cobra un poco más de sentido. Su repentina amabilidad. El queré acercarse. Que supiera mi dirección. Ella siempre supo que era su hermana, desde que pise el instituto por primera vez.
Donna me observa expectante, paciente, como si hubiera esperado este momento por un largo tiempo. Al parecer soy la única ajena a mi propia vida.
-Donna... yo no...no se que decir...no, ¿Hermanas? ¿Segura?
-Bastante, si. No te preocupes aquí la única duda es si yo soy hija de Alistair-se le escapa una carcajada que llega como briza llevándose la incomodidad y contagiándome-Tranquila mi madre antes de abandonarme se aseguro de demostrarle a Alistair que soy su hija biológica.
Sus palabras salen tan naturales como si estuviera acostumbrada a su realidad y no le afectara. Quisiera ser así de fuerte para habar de mi pasado y afrontarlo de igual manera.
Siendo realistas. Siempre hubo la posibilidad de que mi padre biológico estuviera por ahí y que tuviera su propia familia, así que nunca descarte la posibilidad de tener mas hermanos. Pero cuando esta frente a ti, no están fácil de aceptar, una parte de mi ya lo esperaba, la otra aun esta en shock.
-Así que hermanas-sonrió y ella me la devuelve como un espejo. Su sonrisa es blanca y perfecta como un comercial-Una hermana-medito mis palabras con lentitud auto convenciéndome.
-Te exploto la cabeza verdad. A mi igual. La verdad cuando te vi la primera vez pensé que linda parece un ángel, luego pensé su cara me suena, luego fue como ¡Que demonios es igualita a Alistair! Luego pensé naaa es imposible, ¿Quién querría estar con ese cara congelada? Luego fue como...espera mi madre quiso, entonce es posible, extrañamente el logra conseguir novia y...aquí estás-apenas respira, gesticula y juega con su voz como si estuviera interpretando una obra. Termina su monólogo y me mira expectante con una sonrisa en su rostro y continúa-Le pregunte a Alistair...¿Tienes una hija? Él me miro como si estuviera loca y me pregunto si no tenía espejo, le dije si, pero...¿Tienes una hija aparte de mi? ya sabes una que es una versión femenina de ti. Me miro con su misma cara congelada de siempre y se le cayó el tenedor y ¿sabes lo que me dijo, sabes lo que dijo?-niego tratando de captar toda la información que llega de golpe y a velocidades inimaginables. Tiene buenos pulmones-¿La viste? Pregunto, ¿Quién le dice eso a su hija que acaba de descubrir que tiene una hermana?
-Donna más lento casi no entiendo lo que dices, vocaliza un poco.
-Ooh si, si, lo que quiero decir es que estoy muy emocionada de que seas mi hermana y de que mi papá sea un tonto por no saber ocultarlo y que estés aquí. Pues eso.
Parpadeo confundida y la observo intentando descifrarla.
-¿Esta hablando enserio?
-Si si si. ¿No te emociona tener una hermana? Al fin vivo con un ser humano normal y no con un robot. ¿Sabes lo estresante que es vivir diecisiete años con una persona que solo te responde con monosílabos? Cuando logra conformar una oración, no sabes si te esta regañando, consolando, burlando o si esta hablando contigo. Siento que voy a enloquecer.
-Donna yo...
-Hermana-interrumpe.
-¿Qué?
-Llamame hermana-corrige.
-No creo que...
-Hermana-repite.
-No estoy lista pa...
-H e r m a n a...-deletrea entre cerrando los ojos.
-...
Es persistente.
-Donn...her...hermana...necesito tiempo para, bueno para procesar todo esto.
-Ooo entiendo, me voy para que pienses, nos vemos en la cena hermanita-me da un beso en la mejilla y se levanta caminado hacia la puerta, antes de de cerrarla se detiene y me observa-La habitación junto a la tuya es la mía, si necesitas algo sabes donde estoy-se marcha dejándome con mucho en que pensar.
Necesito aire fresco.
Camino hacia mi balcón, nunca había tenido uno. Mi vista se pierde en mis
pensamientos. No parece mala persona.
¿Esta feliz de que yo este aquí?
Alistair tampoco parecía molesto, creo.
-Oh dios mio...
Me quedo sin palabras. Mi vista se detiene en la ventana que queda frente a la mía. Es más como una puerta de cristal enorme que deja ver su interior y su interior muestra la esbelta espalda de un chico.
-Se esta desnudando-murmuro entrando en pánico, intento tapar mi rostro y entre la ranura de mis dedos doy pequeños vistazo-Esta para comprar y llevar, ¡Ay Dios...!-ahogo un gemido al ver el tatuaje en su espalda, es una especie de ángel con tres alas seguido de una linea o daga, no estoy segura esta muy lejos.
Comienza a quitarse el pantalón doy un pequeño grito, se gira y sin darme oportunidad de ver su rostro corro a mi habitación, me oculto entre mis sabanas.
¿Me vio?
Por favor Dios, dime que no me vio. Se que no me odias del todo.
No hagas más humillante mi existencia.
-No sabia que tenia una acosadora.
Debe ser mi imaginación jugando una mala pasada.
-¿Quién eres?-las sábana son arrancadas con fuerza.
Al ser despojada de aquello que mantenía mi identidad oculta me giro con rapidez y oculto mi rostro debajo de una almohada.
No pienso aceptar que relacionen mi rostro con el de una acosadora. Aprieto los ojos y medito la estupidez que estoy cometiendo, pero la vergüenza me gana. Estoy en completa desventaja, sin poder ver siquiera su rostro.
-¿Qué haces?-pregunta con diversión, su voz es de otro mundo.
Intentando quitar la almohada la cual sostengo como si mi vida dependiera de ello. La comenzamos a forcejear por la almohada sin sacar mi rostros de esta. Es fuerte.
-¿Pero qué...?-da un tirón y mi cuerpo termina sentado sobre la cama con una almohada en el rostro-Ahora tengo mas curiosidad-suelta una sonora carcajada, se esta divirtiendo con esto.
Da un fuerte tirón y mi rostro se aleja de su escondite por unos segundos, por reflejo le atino una patada alejándolo de mi. Escucho como cae al suelo y sus lamentos, creo que le di en un lugar un poco sensible.
Me levanto asustada y lo observo arrodillado con la cabeza apoyada en el suelo. Su cabello es rubio con tonos oscuros o un castaño muy claro con iluminaciones blancas, ondulado con un corte estilo surfista.
-¡Demonios!-sofoca su quejido sin apartar la cabeza del pizo-Pateas como futbolista. Yo solo queria ver quien eras. Ahora tengo miedo de preguntar-contengo la risa por su comentario
Su piel bronceada, una esbelta espalda que muestra el imponente tatuaje de un ángel que ocupa la mayor parte de su espalda. Un ángel sin rostro con tres pares de alas, las cuales están conformadas por palabras.
Trazo el contorno del tatuaje con mis dedos hipnotizada por los detalles en el. Tiembla ante el contacto, su espalda se contrae para luego enderezarla. Retiro mi mano asustada percatándome de mi error. Unos hermosos ojos bronce me devuelven la mirada.
Su rostro es muy expresivo y en un segundo distintas emociones se dibujan en el, predominando la sorpresa seguida del desconcierto. Sus cejas son un tono mas claro que su cabello haciendo resaltar el color de sus ojos, una nariz recta adornada con un pequeño aro dorado, sus labios son finos y de un rosa que llaman al pecado. Su manzana de adán esta escondida tras un intrincado tatuaje al cual no logro encontrarle sentido.
-¿Gala?-mi nombre en su boca, Ay Dios, esto es un sueño-¿Qué haces aquí?-pregunta confundido.
-¿Te conozco?-más confundida pregunto yo, porque puedo jurar que no lo conozco.
Lo recordaría. Alguien como él no es fácil de olvidar.
-No, pero yo a ti si-se sienta en la cama y lo observo entre preocupada y curiosa-Seria difícil no conocerte cuando él no para de hablar de ti.
-¿Él?-se recuesta en la cama dándome una mejor vista de su trabajado abdomen.
-Mis ojos están un poco más arriba-se burla mostrándome un perfecta sonrisa.
-Tú...no...no tienes pantalón-me giro espantada, quien demonios es este chico?
-Mmm-confirma junto a una risa gutural.
-Te...te...¿te puedes vestir?-ríe a carcajadas y puedo sentir su presencia de pie a mi espalda.
-Eso seria un poco difícil.
-¿Por qué?-giro, mi garganta se seca y giro de vuelta.
-Mi ropa la deje en mi habitación.
-¿Cómo...?
-¿Llegué aquí?-asiento confundida-Por la ventana, es obvio-camina poniéndose justo en frente, mostrando todo aquello que estoy evitando mirar-Tu balcón da justo a mi ventana, no es tan difícil saltar desde ahí.
-¿Pero por qué saltaste?
-Me pareció ver a alguien desde el balcón y quería asegurarme de no estarme volviendo loco-se burla.
-No...no...no sabia que tu...no sabia que era tu habitación...que tu ya sabes...te desnudarías...
-Estas diciendo que tengo la culpa de que me vieras desnudo-una sonrisa tira de sus labios.
-No quise decir que, no pude evitarlo, tu estas...
-¿Estoy?
-Estaaasss en mi habitación...-cambio mis palabras en el último momento y por primera vez creo que mi cerebro decide funcionar un poco mejor que de costumbre y no tengo idea de como con semejantes vistas.
-Mis ojos sigues estando aquí arriba-no parece nada incomodo más bien divertido.
-Po...¿podrías taparte?-tartamudeo, mi atención siempre se de tiene en su impresionante abdomen, no logro concentrarme.
-¿Te pongo nerviosa?-muy nerviosa.
Su voz es un susurro, mi piel se eriza y sus dedos rozan mi hombro descubierto.
-No pareces el tipo de chica que se sonroja por ver un poco de...piel.
Arrastra la última palabra dándole un tono sensual, que da rienda suelta a mi imaginación.
-Estas muy cerca-sin darme cuenta imito su tono, nuestros labios se rozan.
-Ere más hermosa de lo que imaginaba-cada palabra son efímeros momentos en los que nuestros labios se rozan.
-Dijiste que me conocías-pregunto confundida mi vista viaja de sus ojos a sus labios y de regreso a sus ojos.
-Solo te he visto de lejos pero he escuchado hablar tanto de ti que es como si te conociera-al terminar la última palabra sonríe sobre mis labios para luego lamer mi labio inferior.
Le empujo con fuerza entrando en pánico. Por reflejo me agarra y ambos caemos sobre la cama.
Me siento rápido asustada, el ante la brusquedad de mis acciones tapa su rostro con ambas manos y comienza a reír sin parar. Su risa ronca hace que una corriente se abra paso por mi espalda.
-Si me querías en tu cama solo tenias que pedirlo. No hay que recurrir a la violencia-dice mientras quita las manos de su rostro, me pierdo en su sonrisa de medio lado, que prometen hacerme enloquecer-A menos que esa sea tu fantasía y yo estaré encantado de complacerla.
Sus manos se deslizan por mi cintura haciendo un poco de presión para luego soltarla y colocar sus manos bajo su cabeza usándolas de almohada. No pierde la sonrisa ni por un segundo. Eleva una de sus perfectas cejas esperando algo de mi.
Y me preocupa saber que.
-Tú cuerpo es como una guitarra-cada gesto y palabra que salen de él te invitan a cometer un terrible error-Una que me encantaría tocar-muerdo mi labio tragando la respuesta que desea.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro